En 1956 nuestro país tenía el ingreso per cápita de América Latina, u$s 937. Estábamos atravesando nuestra Edad de Oro que nos ubicaría dentro del imaginario social como la Suiza de América y definitivamente como sostuvo el economista británico Peter Finch: el país de las vacas gordas. La política del batllismo fue entre 1947 y1958 fue desarrollar un país con un Estado Industrialista, pro agrícola y redistributivo. Se creó un rol empresarial público que tenía como objetivo ser controlador tanto de los tipos de cambio, comercio exterior y crédito. Todo en función de desarrollar una política
social de avanzada que continuamos disfrutando en la actualidad brindando beneficios laborales, asignaciones familiares licencias y subsidios varios.El sistema de cambios múltiples fue una política económica
clave durante el período del mal denominado neobatllismo en Uruguay, que se
extendió desde fines de la década de 1940 hasta fines de 1950. Este sistema se
implementó como parte del modelo de industrialización por sustitución de
importaciones (ISI), con el objetivo de proteger y promover la industria local
emergente. Bajo el sistema de cambios múltiples, se establecieron diferentes
tipos de cambio para distintas categorías de transacciones internacionales. Esto
permitía al gobierno uruguayo controlar y dirigir el flujo de divisas,
favoreciendo las importaciones de bienes necesarios para la industrialización y
desincentivando aquellas que competían con la producción nacional.
El sistema también buscaba estimular las exportaciones al
asignar un tipo de cambio más favorable a los productos con mayor valor
agregado. De esta manera, se incentivaba la diversificación de la economía y se
reducía la dependencia de las exportaciones tradicionales de materias primas. El
neobatllismo, caracterizado por una fuerte intervención estatal en la economía,
utilizó este sistema de cambios múltiples como una herramienta para alcanzar
sus objetivos de desarrollo industrial y económico. Sin embargo, hacia finales
de la década de 1950, el sistema comenzó a mostrar limitaciones, como una
excesiva dependencia de las condiciones internacionales y dificultades para
controlar la inflación en el país. El sistema de cambios múltiples en Uruguay,
implementado durante el neobatllismo, tuvo un impacto significativo en la
industria local. Este sistema permitió al gobierno controlar el flujo de
divisas y proteger la industria nacional emergente al establecer diferentes
tipos de cambio para distintas categorías de transacciones internacionales.
Los efectos del sistema de cambios múltiples en la industria
incluyeron:
- Protección
de la Industria Local: Al reorientar las importaciones y promover las
exportaciones con mayor valor agregado, el sistema protegió a la industria
local de la competencia extranjera y fomentó la producción nacional.
- Promoción
de Exportaciones: Se incentivó la diversificación económica y la
exportación de productos con mayor valor agregado, lo que ayudó a las
industrias locales a expandirse y a acceder a nuevos mercados.
- Ingresos
para el Estado: El sistema generó ingresos para el gobierno, que se
utilizaron para subvencionar consumos populares y distribuir el ingreso de
manera más equitativa.
En la década de los cincuenta el FMI analizaba el problema
de la estabilidad monetaria como un elemento de una problemática más amplia y
que aparecía como el objetivo más importante que la institución contribuía a
alcanzar: el desarrollo económico. Este era entendido "como el esfuerzo
tendiente a incrementar la capacidad de ahorro". Este proceso permitiría
superar el problema fundamental que según la institución afectaba a los países
subdesarrollados: "la escasez de capital en relación con la población y
los recursos disponibles" No era sin embargo tarea del FMI colaborar
directamente con la ampliación del capital de esos países, lo cual en cambio era
la tarea principal del Banco Mundial. Era claro que la inflación era "uno
de los más serios obstáculos para la promoción y mejor utilización de los
ahorros internos", por lo que todo lo que se hiciera para eliminarla
constituía para los expertos de la institución una contribución decisiva al
desarrollo. El problema de la inflación no era nuevo en América Latina. A
partir de la crisis mundial de 1929, frente al dilema de contraer el gasto ante
la reducción del valor y volumen de las exportaciones por un lado y la
posibilidad de aceptar fuertes devaluaciones y un financiamiento inflacionario
de la actividad económica por el otro, la mayor parte de los países optaron por
esta última alternativa (CEPAL, 1969, pp. 219 ss.). Las presiones
inflacionarias, que hacia 1939 se habían logrado reducir se disparó durante la
segunda guerra mundial, al provocar una significativa alza en las exportaciones
con una reducción simultánea de las importaciones, debido a que los países
desarrollados concentraron la mayor parte de sus recursos en el esfuerzo
bélico, suspendiendo sus exportaciones hacia la periferia. Al término de la
guerra, la convergencia de una cierta compresión del keynesianismo y de los
gobiernos populistas dio nuevo impulso a las presiones inflacionarias en América
Latina. A fines de la década de los cuarenta la discusión sobre la inflación
estaba influida por la experiencia inflacionaria durante la guerra y por las
presiones creadas al fin del conflicto. Ambas situaciones compartían la
característica de constituir momentos de excepción. Adicionalmente, la brecha
inflacionaria, era entendida como "un exceso de gastos anticipados sobre
una producción total disponible a precios base” El modelo keynesiano, basado en
las ideas del economista John Maynard Keynes, promovía la intervención del
Estado en la economía para regular la demanda agregada y así evitar grandes
fluctuaciones económicas. En América Latina, las políticas keynesianas se
aplicaron con el objetivo de estabilizar las economías posguerra, pero a menudo
se enfrentaron a desafíos como la inflación y problemas en la balanza de pagos.
Por otro lado, el GATT (Acuerdo General sobre Aranceles
Aduaneros y Comercio) fue establecido para regular el comercio internacional y
reducir barreras arancelarias. Aunque el GATT impulsó el comercio global, en
América Latina su impacto fue mixto. Las economías latinoamericanas, que
dependían en gran medida de la exportación de materias primas, no siempre se
beneficiaron de las reducciones arancelarias que favorecían más a los productos
manufacturados de los países industrializados. El modelo keynesiano buscaba
promover la estabilidad económica, pero en la práctica, las políticas
resultantes no siempre se alinearon con las necesidades y estructuras
económicas de los países latinoamericanos. El GATT, por su parte, aunque
promovía el libre comercio, no necesariamente abordó las desigualdades en el
comercio internacional que podían afectar negativamente a las economías en
desarrollo de América Latina en la década de 1950. La política keynesiana se
basa en tres variables fundamentales: desempleo, inflación y demanda
global.
Para Keynes, desempleo e inflación se combaten con una serie
de políticas que se aplican a la fórmula de la demanda global, demanda
agregada. De manera que, cuando existe desempleo, la política
keynesiana propone una serie de mecanismos para combatirlo. En nuestro país, la
bonanza económica generado en la Segunda Guerra Mundial que significó para los
exportadores, por los altos precios internacionales de los productos, para los
bancos, que recibían los depósitos de capitales que se escapaban del conflicto
bélico y para el tesoro público. En realidad, se produce un estancamiento en
nuestra economía originando desempleo, estancamiento en el agro,
desabastecimiento de materias primas y finalmente una pésima distribución del
ingreso. Frente a esta situación se crean los Consejos de Salarios en 1943.
Esta integrado por siete miembros: tres representantes estatales, dos de los
empresarios y dos de los trabajadores. Se encargaban de fijar el salario mínimo
por rama de actividad, abarcaban la industria, el comercio y los servicios
públicos no estatales. El resultado inmediato fue un gran desarrollo de la
organización sindical. En este sentido, para Keynes, cuando existe desempleo,
el desempleo se produce por una insuficiencia en la demanda global. Para ello,
la política keynesiana propone una serie de medidas para estimular la economía,
subiendo la demanda global. De esta forma, en primer lugar, Keynes propone
estimular el consumo mediante la relajación de los tipos impositivos, es decir,
reduciendo impuestos. Por otro lado, la siguiente variable sobre la que
actúa Keynes es el tipo de interés; pues propone una reducción en los tipos
de interés para estimular el endeudamiento y la inversión. Para ello, en
penúltimo lugar, Keynes propone la actuación sobre el gasto público, ampliando
el gasto público desde la intervención. Así como, por último, favoreciendo las
exportaciones con una devaluación del tipo de cambio.
El manejo de la inflación en los países latinoamericanos que
adoptaron políticas keynesianas tuvo algunas estrategias comunes:
- Política
Monetaria: Los bancos centrales intentaron controlar la inflación mediante
la manipulación de las tasas de interés y la oferta monetaria. Aumentar
las tasas de interés puede ayudar a reducir la inflación al encarecer el
crédito y desincentivar el gasto.
- Política
Fiscal: Se implementaron políticas fiscales restrictivas para reducir el
déficit del gobierno y controlar el gasto público, con el fin de disminuir
la presión sobre la demanda agregada.
- Anclas
Cambiarias: Algunos países utilizaron el tipo de cambio como ancla para
estabilizar los precios, fijando su moneda a una divisa fuerte como el
dólar estadounidense.
- Control
de Precios y Salarios: En algunos casos, se establecieron controles
directos sobre precios y salarios para tratar de contener la inflación. Sin
embargo, esta medida podía tener efectos negativos a largo plazo, como la
escasez de productos y la distorsión de los mercados.
- Indexación:
La indexación de salarios y contratos al nivel de inflación fue una
práctica común, aunque podía perpetuar la inflación si no se manejaba
adecuadamente.
Pese a los éxitos iniciales, el modelo presentó problemas
serios: La dependencia de materias primas, de tecnología, generó una
dependencia de las divisas en forma permanente. Salvo la carne y los textiles
ninguna actividad fue capaz de generar las divisas imprescindibles para el
funcionamiento sano de la economía y la balanza comercial fue desfavorable en
forma creciente. Se cierran las fábricas y comienzan protestas sociales.
Ver:
Francisco Coll Morales , 20 de mayo, 2020
Política keynesiana. Economipedia.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.