El Krausismo en el pensamiento liberal y su influencia en
José Batlle y Ordóñez.
El krausismo es una corriente de pensamiento que se originó
con el filósofo alemán Karl Christian Friedrich Krause y que tuvo una notable
influencia en España y América Latina. Se caracteriza por su idealismo y su
intento de conciliar el teísmo y el panteísmo a través del concepto de panenteísmo.
Según esta visión, Dios no es el mundo ni está fuera de él, sino que lo
contiene y al mismo tiempo trasciende de él.
En el contexto del liberalismo, el krausismo promovió la tolerancia
académica y la libertad de cátedra, oponiéndose al dogmatismo. Buscaba una
doctrina política que, dentro del liberalismo, iniciara un proceso regenerador
en el país e incluyera un elemento espiritual. Esta filosofía se resume en la
fórmula del “racionalismo armónico” o “panenteísmo” y enfatiza la importancia
de la educación, proponiendo un contacto directo del alumno con la naturaleza y
con cualquier objeto de conocimiento.
El krausismo español, en particular, tuvo un gran impacto en la vida artística e intelectual del país entre 1868 y 1936, promoviendo la laicidad y una creencia antidogmática en un dios ajeno a reglamentaciones de cualquier tipo. Fue en España donde el krausismo se aplicó y ejerció un influjo duradero, especialmente a través de la Institución Libre de Enseñanza dirigida por Francisco Giner de los Ríos.
El krausismo se distingue por su enfoque en la educación
progresista, la libertad intelectual, y una espiritualidad inclusiva que busca
armonizar distintas concepciones de la divinidad dentro de un marco liberal.
Francisco Giner de los Ríos (1839-1915) continúa la obra de
su maestro Julián Saenz del Río, en la misma línea filosófica de Krause y de
Ahrens. En "Estudios jurídicos y políticos" (1875), que influyó
absolutamente en los jóvenes que comenzaron a formarse intelectualmente en 1870
en adelante, entre ellos Prudencio Vázquez y Vega y José Batlle y Ordóñez,
incluye tres grandes líneas de análisis: "La política Antigua y la
política nueva(1868-1872), la soberanía política(1872) y un artículo de Ahrens
titulado "Estado presente de la ciencia política y bases para su
reforma" Este artículo sostenía en su núcleo medular conceptos como
"Todo un ciclo de la civilización toca manifiestamente a su fin en la vida
y la ciencia del Estado. La teoría liberal y constitucional, hasta aquí
dominante(...) ha respondido mal en las grandes conmociones de los últimos tiempos...
Creen uno hallar en el naufragio de esa doctrina señal de la decadencia de la
vida misma del Estado y ven acrecentarse el peligro de una lucha y alternada
victoria entre la arbitrariedad de las masas y la de los gobiernos que ha de
arruinar a la sociedad entera. "Ahrens citado por Giner de los Ríos
Pág.228. Estudios Jurídicos (1875). Estas palabras muestran el diagnóstico de
la incapacidad del Estado para resolver los problemas de la sociedad. Los
pensadores liberales españoles avanzaron en la formulación de políticas concretas.
El krausismo español de fines del siglo XIX protestó contra la idea del estado
mínimo y prescindente y Giner de los Ríos sostenía en 1898: " Los partidos
liberales experimentan hoy en toda Europa honda crisis y no sé si diga
verdadera disolución. La petrificación de esos partidos les hace mirar o con
indiferencia tantos y tantos problemas sociales de sustancia que van empujando
al espíritu a buscarles solución más o menos perfecta". Desde el punto de
vista político, Batlle, sigue a los Krausistas españoles en su interpretación
de Ahrens planteando la reforma del sistema liberal sin modificar la vigencia
de la libertad en su mayor extensión posible: Acá comienza el debate: Las
cuestiones y problemas del Estado Liberal marcan el surgimiento y el desarrollo
de las soluciones socialistas o comunistas. Ahrens y Batlle deciden atacar esos
problemas sobre la base de la reforma de la sociedad liberal dando un papel muy
importante al Estado.
Krause es uno de los teóricos más influyentes en nuestro país y sus ideas
tienden a armonizar los fines individuales, siendo el Estado el que lo debe
llevar adelante. Siendo el Estado una forma exterior de justicia su función es:
"(...) asegurar a los ciudadanos las condiciones para cumplir libremente
la totalidad de su destino; pero las condiciones exteriores de libertad y de
mérito moral, las intimidades de ánimo y las potencias superiores del
entendimiento y la voluntad están fuera de su esfera y sobre sus medios. Bajo
estos respectos el Estado puede solo dar las condiciones exteriores, puede
concurrir a su modo, prestando derecho a la actividad de las otras
instituciones relativas al destino humano; pero el Estado no puede fundar ni
dirigir la vida interior de estas instituciones. Hasta aquí no alcanzan las
leyes ni los medios políticos; éstos pueden impedir y hasta destruir fuerzas
materiales; pero no tocan el espíritu, ni al ánimo. El Estado cuida de que no
impida a los ciudadanos la prosecución y cumplimiento de su destino individual
y social, sino más bien que todo preste condición favorable para este fin, y
con esta idea aspira a convertir las relaciones sociales en un sistema de
recíproca condicionalidad humana. Pero lo que el hombre interior puede y debe
realizar en sí, su cultura en ciencia y arte, en moral y religión, debe al
Estado dejarlo a la libertad y a las influencias espontáneas, las sociales y
exteriores, como las individuales e interiores sobre el hombre"
Este pensamiento es mejorado y complementado por Ahrens, al denunciar una
sucesión de problemas en la definición de la doctrina liberal clásica que va a
ser solucionada por la intervención del Estado. Para Ahrens el Estado es una
institución que debe buscar el desarrollo social por lo que en una visión
extrema el Estado puede ser empresario, agricultor, industrial, etc. Por lo
que, siguiendo a Ahrens, el Estado podrá proporcionar los instrumentos legales
que fomenten el desarrollo de la sociedad civil, ya sean estas civiles,
industriales o educativas. Pero su intervención deberá ser limitado por la
propias iniciativas que las asociaciones determinen: "El Estado(...) no es
una institución de simple policía, de seguridad y de protección; sin
extralimitarse de su propio objeto, puede y debe ayudar al desarrollo social,
puede y debe facilitar por medidas legales la constitución y la acción de todo
género de asociaciones(...) Para Krause y para Ahrens la justificación del
intervencionismo estatal en distintos campos de la realidad social, tiene su
fundamento en la unidad y organicidad de la vida, o sea fundamentando la importancia
del Estado asistencialista o benefactor y finalmente en la legitimación de las
empresas públicas. El propio Ahrens sostenía: " El Estado ya no es una
institución de simple policía, seguridad y de protección(...) puede y debe
ayudar al desarrollo social, puede y debe facilitar por medidas legales la constitución
y la acción de todos los géneros de asociaciones(...) por los objetos de
consumo y por la producción común" El fin último de la institución Estado
debería ser, entonces, la realización moral de los fines del ser humano. La
tutoría del Estado está fundada en la naturaleza del hombre, entendido este
como individuo y como humanidad la protección de aquello a que debe su ser. El proteccionismo
que el Estado deberá desarrollar, a diferencia de la visión liberal abstencionista
e indiferente, la reconstitución del equilibrio social. El liberalismo como
sostenía Ardao llegó a constituirse como una conciencia nacional en el Uruguay
del 900. La denominada construcción de la fe en el Estado se la debemos a Karl
Krause, filósofo postkantiano y fueron difundidas por obras de Heinrich Ahrens
y Guillaume Tiberghien que representaban la corriente belga del krausismo.
Las primeras alusiones de esta filosofía fueron realizadas por Carlos María
Ramírez en el curso de Derecho Constitucional a partir de 1871 en la Facultad
de Derecho. A partir de 1878 fue la filosofía oficial de la cátedra de Derecho
Natural y la figura más representativa fue Prudencio Vázquez y Vega. También
Domingo Arena fue influido por Krause, aunque se definía como "socialista
importado y sin programa".
"Este ejemplar de la obra de Ahrens me ha sido regalado por Areco. Es un
obsequio que aprecio mucho, porque en esta gran obra he formado mi criterio
sobre el derecho y ella me ha servido de guía en mi vida pública" JBO-1913
(...)"Si por una circunstancia cualquiera-escribió Ardao a propósito de
este texto de Batlle, en su libro Batlle y Ordóñez y el positivismo
filosófico(1951) toda la documentación que hasta aquí hemos acopiado sobre la
actuación y las ideas filosóficas de Batlle y Ordóñez se hubiera perdido, no
quedando ni siquiera el recuerdo de ella, y solo restara este breve autógrafo
suyo, bastaría y sobraría él para destruir totalmente, definitivamente, la
curiosa leyenda que ha venido presentando a su personalidad y a su obra
inspiradas en positivismo comtiano(...) es forzoso tomar a dicha obra como su
fundamental inspiración en el campo de la filosofía practica desde el momento
en que el citado autógrafo resulta confirmado al confrontarse su acción de
político y estadista con el contenido doctrinario de aquella" El Dr. Ardao
cita varios pasajes de la obra de Ahrens, con la finalidad de pensamiento entre
las fuentes krausistas y la filosofía del Derecho, del Estado y del propio
Uruguay que Batlle adopta y lleva adelante como programa de ideas y de acción.
El eje de la reforma era el Estado para llevar adelante una reforma social, una
mejoría en las condiciones de vida para mejorar la distribución de los bienes
espirituales y materiales. Cita Ardao del libro de Ahrens: "En fin, la
ciencia intermedia entre la Filosofía y la Historia del Derecho, y dependiendo
de los dos, es la Ciencia Política; ella pide, por un lado, a la filosofía del
Derecho el conocimiento del objeto de la sociedad y de los principios de la
organización civil, y consulta por otro, en la Historia, el derecho positivo, y
en la estadística, los precedentes de un pueblo, el carácter y costumbres de
sus instituciones. Con arreglo a estos datos, expone la ciencia política, las reformas
para que el pueblo está preparado para su progreso por su progreso anterior, y
que puede actualmente realizar. La política es, pues, la ciencia que sobre
bases históricas y en proporción a las fuerzas existentes, expone el conjunto
de las condiciones y los medios propios para asegurar el progreso continuo y
para realizar las reformas más próximas al estado social(...)La política puede,
por lo tanto, definirse como la doctrina de los principios y los medios de la
reforma sucesiva del Estado y de todas las relaciones de derecho"
Ver. Delio, Luis M. Nuevo enfoque sobre los orígenes intelectuales del
Batllismo. FCU. 2007
Ahrens, E. Curso de Derecho Natural. Pag.320
Krause, K. El Ideal de la humanidad para la vida
Berisso, Lia/Bernardo, H. Introducción al pensamiento uruguayo.
Lagrotta, M. Domingo Arena, realidades y utopías. Arca.2009
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