Del marxismo occidental a la izquierda
uruguaya: Lukács, Gramsci y la interpretación de David McLellan
El marxismo occidental constituye una de las corrientes más fecundas del pensamiento crítico del siglo XX. Frente al determinismo económico y al dogmatismo del marxismo soviético, los pensadores del marxismo occidental propusieron una relectura humanista, cultural y filosófica de Marx. David McLellan, en su análisis sistemático del marxismo posterior a Marx, destacó la centralidad de la cultura, la ideología y la conciencia en esta corriente. A partir de las obras de Georg Lukács y Antonio Gramsci, el marxismo occidental colocó en el centro de su reflexión la problemática de la subjetividad y la hegemonía. Estas ideas, difundidas en América Latina desde mediados del siglo XX, ejercieron una
profunda influencia sobre las izquierdas latinoamericanas y uruguayas, en su búsqueda de una síntesis entre política, cultura y emancipación social. El marxismo europeo de mediados del siglo XX se vio marcado por el colapso de la Segunda Internacional en 1914 y la derrota de los movimientos obreros en Europa Occidental. El centro de gravedad del pensamiento marxista se trasladó al este, sin embargo el stalinismo y su visión del poder lo destruyó. Geográficamente, el pensamiento marxista se concentraba en en Alemania, Francia e Italia, donde los partidos comunistas eran muy fuertes. Marx partió de la filosofía para termina ren la Economía, los pensadores del marxismo occidental se movieron en la dirección opuesta buscando inspiración en Spinoza,, Kant y Hegel. Con el ascenso del nazismo el núcleo de los teóricos marxista se trasladaron a Francia donde surgen las visiones estructuralistas y existencialistas.El marxismo occidental según David McLellan
En obras como The Thought of Karl Marx (1971) y Marxism after Marx (1979), David McLellan define el marxismo
occidental como una respuesta intelectual al fracaso de las revoluciones
proletarias en Europa después de 1917. Mientras el marxismo soviético acentuaba
la planificación económica y la ortodoxia partidaria, el marxismo occidental
giró hacia la reflexión filosófica, la crítica cultural y la teoría de la
ideología. Según McLellan, su objetivo no era organizar la revolución, sino
comprender las razones de su aplazamiento y las formas de dominación en las
sociedades modernas (McLellan, 1979).
Para McLellan, este desplazamiento del foco
desde la economía hacia la cultura marca un cambio epistemológico profundo. El
marxismo occidental se interroga por la conciencia y la subjetividad, es decir,
por los modos en que los individuos interiorizan las estructuras sociales. Este
énfasis lo conecta directamente con la tradición hegeliana y con la noción de
alienación desarrollada por el joven Marx. De ahí que figuras como Lukács,
Gramsci, Korsch, Adorno o Marcuse pasaran a ser referentes indispensables de
una nueva crítica a la modernidad capitalista.
Georg Lukács: conciencia, totalidad y reificación
Georg Lukács, en "Historia y conciencia de
clase" (1923), inaugura el marxismo occidental con una poderosa síntesis entre
dialéctica hegeliana y análisis social marxista. Su noción de ‘totalidad’
redefine la conciencia de clase como la capacidad del proletariado para
comprender el sistema social en su conjunto. Frente al positivismo y la
fragmentación de las ciencias sociales, Lukács propone una perspectiva
totalizadora que permite entender las conexiones entre economía, cultura y
política. Los escritos De Lukács crearon un puente entre entre el éxito de la
Revolución Rusa y su degeneración posterior. Sus temas de debate fueron sobre
la conciencia de clase y la imposibilidad de considerar al marxismo como Ciencia.
Para Lukács la forma básica de la dialéctica era la interacción histórica entre
sujeto y objeto
El concepto de ‘reificación’ o cosificación
(Verdinglichung) expresa cómo en el capitalismo las relaciones humanas se
transforman en relaciones entre cosas, perdiendo su contenido humano. Esta
alienación generalizada afecta la percepción del mundo y la propia conciencia
de los sujetos. Para Lukács, la tarea revolucionaria no es solo económica sino
también cognitiva: liberar a la conciencia de su reificación mediante la praxis
(Lukács, 1969).
En América Latina, esta visión fue
reinterpretada por pensadores como Enrique Dussel o Theotonio dos Santos,
quienes analizaron la ‘conciencia dependiente’ de las élites periféricas. En
Uruguay, autores como Vivian Trías aplicaron la idea de totalidad para estudiar
la dependencia estructural y la necesidad de una conciencia nacional
revolucionaria.
Antonio Gramsci: hegemonía y cultura
Antonio Gramsci, encarcelado por el
fascismo italiano, desarrolló en sus *Cuadernos de la cárcel* (1929–1935) una
teoría de la hegemonía que complementa la de Lukács. Para Gramsci, el poder
capitalista se sostiene tanto por la coerción del Estado como por el consenso
cultural que genera en la sociedad civil. La hegemonía es, por tanto, dirección
moral e intelectual. El Estado no es solo aparato represivo, sino también campo
de disputa cultural y educativa (Gramsci, 1971). Gramsci defendió activamente
los congresos obreros en la Italia revolucionaria de los años 1919-1920.
Contribuyó activamente a la formación del Partido Comunista Italiano en 1921 y
fue su líder durante dos años, hasta su detención y encarcelamiento en 1926.
Los Cuadernos que escribió en
prisión hicieron llegar los grandes temas del marxismo occidental hasta los
partidos comunistas de Europa Occidental poststalinistas. Gramsci era
profundamente historicista, consideraba que la acción humana solo tenía sentido
insertada en el proceso histórico del
cual formaba parte. Lo fundamental era la cultura y el papel que debía tener
los intelectuales en la Sociedad.
Esta interpretación otorgó a los
intelectuales un papel central como mediadores de la conciencia colectiva. Su
noción de ‘intelectual orgánico’ inspiró a numerosos movimientos
latinoamericanos que buscaron articular teoría y praxis. En los años sesenta, la
educación popular de Paulo Freire y la teología de la liberación reflejaron
este legado al concebir la pedagogía como instrumento de liberación.
Recepción latinoamericana del marxismo occidental
La recepción de Lukács y Gramsci en América
Latina se consolidó a partir de la Revolución Cubana y del auge de los
movimientos de liberación nacional. Intelectuales como José Aricó, Juan Carlos
Portantiero y Aníbal Quijano reinterpretaron a Gramsci en clave
latinoamericana, subrayando el papel de la cultura en la construcción de
hegemonías populares. En Chile, el grupo de estudios marxistas y la revista "Punto Final" incorporaron estos conceptos en el análisis del gobierno de
Allende.
El pensamiento de Lukács también influyó en
la teoría de la dependencia y en la filosofía de la liberación. Al destacar la
centralidad de la conciencia, permitió comprender las formas culturales de la
subordinación. Estas corrientes entendieron la revolución como un proceso de
descolonización cultural, no solo de transformación económica.
La influencia en la izquierda uruguaya
En Uruguay, la influencia de Lukács y
Gramsci se manifestó en varios planos. En el ámbito político, el Partido
Comunista del Uruguay, bajo la dirección de Rodney Arismendi, incorporó la
noción de hegemonía y de unidad popular como ejes de su estrategia. Su obra "La
filosofía del marxismo y la cultura uruguaya" (1963) representa un intento de
síntesis entre marxismo y tradición cultural nacional.
Por su parte, el socialista Vivian Trías
reelaboró la teoría de la dependencia desde una óptica lukacsiana, centrada en
la totalidad histórica y la necesidad de un sujeto nacional revolucionario.
Carlos Real de Azúa y José Pedro Barrán desarrollaron enfoques cercanos a
Gramsci al analizar la cultura uruguaya como un campo de lucha ideológica entre
modernización y tradición.
Estas influencias confluyeron en la
fundación del Frente Amplio (1971), donde la idea gramsciana de ‘bloque
histórico’ sirvió para pensar la unidad política y cultural de las clases
subalternas. En los años posteriores, la educación popular y los movimientos
sociales retomaron estos aportes para articular praxis, conciencia y
transformación democrática.
Conclusión
La lectura que David McLellan realiza del
marxismo occidental permite comprender la profunda renovación del pensamiento
marxista en el siglo XX. Lukács y Gramsci transformaron el análisis económico
en crítica cultural, situando la conciencia y la hegemonía en el centro de la
praxis revolucionaria. Su recepción en América Latina y Uruguay reveló la
capacidad del marxismo para adaptarse a contextos históricos diversos,
integrando tradiciones locales y luchas nacionales. En el caso uruguayo, estas
ideas contribuyeron a forjar una izquierda plural, democrática y culturalmente
arraigada, que encontró en la noción de hegemonía una clave para unir ética,
política y cultura.
Línea temporal de la recepción del marxismo
occidental
·
1923: Publicación de "Historia
y conciencia de clase" de Georg Lukács.
·
1930–1935: Escritura de los "Cuadernos de la cárcel" de Antonio Gramsci.
·
1950s: Difusión de las obras de
Lukács y Gramsci en Europa occidental; comienzan las traducciones al español.
·
1960s: Recepción en América
Latina: teoría de la dependencia, educación popular y teología de la
liberación.
·
1963: Rodney Arismendi publica "La filosofía del marxismo y la cultura uruguaya".
·
1969: Vivian Trías formula su
análisis sobre la crisis del imperialismo y la revolución nacional.
·
1971: Fundación del Frente
Amplio en Uruguay, inspirado en la noción de bloque histórico.
·
1980s–1990s: Relectura
gramsciana en la transición democrática latinoamericana.
Ver:
Arismendi, R. (1963). "La filosofía del
marxismo y la cultura uruguaya". Montevideo: Ediciones Pueblos Unidos.
Gramsci, A. (1971). "Selections from the
Prison Notebooks". New York: International Publishers.
Lukács, G. (1969). History and Class
Consciousness: Studies in Marxist Dialectics. Cambridge, MA: MIT Press.
McLellan, D. (1971). The Thought of Karl
Marx. London: Macmillan.
McLellan, D. (1979). Marxism after Marx.
London: Macmillan.
Portantiero, J. C., & Aricó, J. (1978). Gramsci en América Latina. México: Siglo XXI.
Trías, V. (1969). La crisis del
imperialismo y la revolución nacional y socialista. Montevideo: Partido
Socialista del Uruguay.
Real de Azúa, C. (1964). El impulso y su
freno: estudios sobre la realidad uruguaya. Montevideo: Arca.

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