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domingo, 12 de octubre de 2025

Protagonistas de los debates educativos en Uruguay en el cambio de los siglos XIX y XX. Aproximación

 




José Pedro Varela (1845–1879) 

Nació en Montevideo y fue un político, periodista y reformador educativo. Influenciado por el positivismo y el liberalismo, lideró la reforma educativa uruguaya con la Ley de Educación Común (1877), que estableció la educación gratuita, obligatoria y laica.   Basó su modelo educativo en las ideas de Auguste Comte y Herbert Spencer, promoviendo una educación científica y racional (Varela, 1874).  Defendió la separación entre Iglesia y Estado en la educación.  Admiró el modelo educativo argentino impulsado por Domingo Faustino Sarmiento. "La educación es la base de la república; sin ella, el

sufragio universal es una mentira" (Varela, 1874, p. 45).  Varela, J. P. (1874). La educación del pueblo. Imprenta de El Siglo. 

Jacobo Varela (1839–1913) 

Hermano mayor de José Pedro Varela, fue abogado y político. Aunque compartía el liberalismo, su enfoque era más conservador en aspectos sociales y educativos. Llevó adelante un liberalismo moderado. Su postura fue menos radical que la de su hermano en la secularización educativa.  Valoraba la educación práctica vinculada al progreso económico.  Jacobo apoyó la reforma educativa, pero con reservas sobre el laicismo extremo, prefiriendo un rol limitado de la religión en la enseñanza. 

Alfredo Vázquez Acevedo (1844–1923)

Jurista y rector de la Universidad de Montevideo, representó el pensamiento conservador y católico. Opositor clave del laicismo vareliano.   Defendió la educación religiosa y criticó el positivismo como "materialista" (Vázquez Acevedo, 1880).  Promovió una educación superior para las élites, en contraste con la masificación vareliana.  Cuestionó la Ley de Educación Común por excluir a la Iglesia (Vázquez Acevedo, 1880). También defendió la autonomía universitaria frente al control estatal. 

 "Sin Dios, la educación es un cuerpo sin alma" (Vázquez Acevedo, 1880, p. 12).  Vázquez Acevedo, A. (1880). La educación nacional. Imprenta Oriental. 

 José Pedro Varela fue el gran transformador de la educación uruguaya, con un enfoque positivista y laico que buscaba democratizar el acceso.  Jacobo Varela actuó como puente entre el radicalismo liberal y los sectores conservadores.  Vázquez Acevedo representó la resistencia católica y elitista, defendiendo un modelo alternativo al vareliano.  Finalmente, el debate entre secularización y religión, así como entre educación masiva vs. selectiva, marcó la política educativa uruguaya hasta el siglo XX. 

El proceso educativo uruguayo en el siglo XIX estuvo marcado por tensiones entre modernización secular (Varelismo) y conservadurismo católico (Vázquez Acevedo), con Jacobo Varela como figura intermedia. La Revolución Educativa Positivista Obra y Reformas Clave En "La Educación del Pueblo" (1874) Realizó el fundamento teórico de su reforma. Defendiendo la gratuidad y obligatoriedad con el objetivo de integrar a las clases populares.   Eliminación de la enseñanza religiosa en escuelas públicas con la influencia de Comte y Spencer (enseñanza basada en observación y razón).  La Ley de Educación Común (1877) estableció la centralización estatal (Dirección de Instrucción Pública).  Con el fundamento de que fuera la Escuela el instrumento de "civilización" contra el "atraso". 

Debates y Críticas: La Iglesia y los conservadores (como Vázquez Acevedo) acusaron a Varela de "ateísmo educativo".  Ante esta crítica la respuesta de Varela fue: "La moral debe basarse en la razón, no en dogmas"(Varela, 1874).  Hubo sectores elitistas que criticaron la masificación, argumentando que "corrompería el orden social".  Además, se le acusó de copiar modelos europeos (Francia, EE. UU.) sin adaptarlos al Uruguay rural. 

Jacobo Varela (1839–1913): Fue un reformista moderado y como abogado y político fue menos radical que su hermano, pero clave en la implementación de la reforma.  En los "Discursos sobre Instrucción Pública" (1880s). Defendió la educación práctica (formación técnica) y propuso una mayor participación municipal (descentralización relativa) Tuvo diferencias con José Pedro:  Jacobo aceptaba un rol “limitado de la Iglesia”, en contraposición al laicismo estricto de su hermano.  También puso menos énfasis en el igualitarismo y más en la formación de ciudadanos útiles (influencia utilitarista). 

 Alfredo Vázquez Acevedo (1844–1923): La Resistencia Conservadora 

En "La Educación Nacional" (1880) realizó un ataque frontal al laicismo: Afirmando "Sin Dios, la escuela es un lugar sin alma".  Defendió la “educación elitista”: La universidad debía ser prioridad del Estado. Como rector de la Universidad (1880–1884) promovió la autonomía universitaria frente al control estatal vareliano. 

Debates Clave con los Varela: El Estado vs. Iglesia:  Vázquez Acevedo: sostenía que "El Estado no tiene derecho a excluir la religión".  La postura de Varela:” La escuela pública debe ser neutral para unir a todos los uruguayos".  La crítica conservadora sostenía que la masificación generaría "analfabetos ilustrados" (Vázquez Acevedo, 1880).  Vázquez Acevedo defendía una educación humanista y religiosa, contra el cientificismo vareliano. 

El Legado del Conflicto Educativo. José Pedro Varela sentó las bases del modelo educativo público uruguayo, pero su radicalismo generó resistencia duradera.  Jacobo Varela actuó como “mediador”, suavizando el laicismo sin abandonar el proyecto modernizador.  Vázquez Acevedo representó la “reacción tradicionalista”, influyendo en la educación secundaria y universitaria.  Todas estas posturas originaron una tensión permanente: El debate entre secularización/religión y masificación/elitismo continuó en el siglo XX. 

La Transición del Proyecto Vareliano.

José Pedro Varela representó una “revolución educativa” basada en:  en la eliminación de toda influencia religiosa en las escuelas públicas.  Con un control absoluto del Estado sobre el sistema educativo.  Y que la educación fuera obligatoria para todos, sin distinción de clase. La sociedad uruguaya tuvo diferentes reacciones fue de aceptación en sectores urbanos y liberales integrados por Intelectuales, masones y comerciantes que apoyaron el modelo como parte de la modernización.  Hubo resistencia en el interior y entre conservadores como la Iglesia, los terratenientes y caudillos rurales que vieron la reforma como un ataque a las tradiciones.  Algunos sectores nacionalistas argumentaron que copiaba modelos europeos sin adaptarse a la realidad uruguaya.  Tras la muerte de José Pedro (1879), Jacobo asumió un rol clave en “suavizar” el proyecto vareliano sin abandonar sus principios fundamentales.  Mantiene la educación gratuita y obligatoria con el Estado como rector de la enseñanza.  Permitió cierta influencia religiosa indirecta en zonas rurales (para evitar conflictos).  Propuso mayor participación municipal con una visión de descentralización parcial para ganar apoyo en el interior.  Generó una mayor aceptación en sectores conservadores que al ceder en algunos puntos, redujo la oposición frontal. Fue criticado por los varelianos "puros" Por esta razón algunos liberales lo acusaron de "claudicar" ante la Iglesia.  También buscó conciliar modernización con demandas productivas como el sector ganadero y el comercio.   Jacobo promueve la creación de escuelas agrarias, combinando el modelo vareliano con las necesidades del campo. Esto fue visto como un “pragmatismo necesario”, pero también como una “desviación del ideal igualitario original”. 

 Alfredo Vázquez Acevedo: Obra, Gestión y Oposición 

Vázquez Acevedo fue el principal opositor ideológico al modelo vareliano. Sus aportes los encontramos en "La Educación Nacional" (1880):    Donde realizó la defensa de la educación religiosa afirmando "La moral sin Dios conduce al materialismo".  Atacó el igualitarismo educativo Argumentando que la masificación generaba "mediocridad". Promovió la independencia de la Universidad frente al control estatal vareliano.  Desde su cargo de rector de la Universidad entre 1880 1884 reforzó la educación superior elitista priorizando el estudio del Derecho y la Medicina sobre la primaria masiva. Impulsó reformas para que la Universidad tuviera “control sobre sus programas”, resistiendo la injerencia del Estado.  En 1883 promovió la reintroducción de la filosofía escolástica enfrentando la postura positivista vareliana.  La primera conclusión fue que mientras el proyecto vareliano dominó la primaria, Vázquez Acevedo dejó huella en la formación de las élites.

 Dos Modelos en Pugna

José Pedro Varela implantó un modelo revolucionario en su tiempo que chocó con la tradición.  Jacobo Varela lo adaptó, negociando con conservadores, pero manteniendo su esencia.  Vázquez Acevedo representó la resistencia intelectual y religiosa, asegurando que la educación de élites no fuera absorbida por el Estado. El Uruguay terminó el siglo XIX con un sistema dual:  Una primaria pública, laica y masiva (herencia vareliana). Y una secundaria y universitaria más elitista (influencia de Vázquez Acevedo). 

Fuentes: 

Varela, J. P. (1874). La educación del pueblo. Imprenta de El Siglo. 

Vázquez Acevedo, A. (1880). La educación nacional. Imprenta Oriental. 

Zubillaga, C. (1995). Educación y secularización en Uruguay (1877–1900). Ediciones de la Banda Oriental. 

Debates Parlamentarios y en la Prensa sobre la Reforma Vareliana y su Oposición (1870-1900)

La reforma educativa de José Pedro Varela y la resistencia de Alfredo Vázquez Acevedo generaron intensos debates en el Parlamento y en la prensa, reflejando las tensiones entre liberales, conservadores, la Iglesia y las élites intelectuales.

Debates Parlamentarios:

La Ley de Educación Común (1877)

Argumentos a Favor

José Pedro Varela en el Senado (1876):  "La ignorancia es el peor enemigo de la democracia. Sin educación, el pueblo no es libre, es manipulable"(Diario de Sesiones del Senado, 1876, p. 112).  Usó retórica liberal-ilustrada para justificar el laicismo como herramienta de cohesión nacional. 

Carlos María Ramírez (diputado liberal):  Sostuvo que "La Iglesia educa súbditos; el Estado debe formar ciudadanos"* (El Siglo, 10/03/1877).  Refleja la visión masónica/liberal que asociaba religión con "atraso". 

Argumentos en Contra

Jacobo Varela en su fase moderada, en 1882 sostuvo "No debemos imponer el laicismo donde la población lo rechaza. La educación debe ser gradual"* (Diario de Sesiones, 1882).  Muestra el pragmatismo de Jacobo para evitar rebeliones en el interior. 

Francisco Bauzá (senador católico):  "Excluir a Dios de las escuelas es sembrar el nihilismo moral"(El Bien Público, 15/05/1877).  La Iglesia usó la prensa católica (El Bien Público) para movilizar oposición. La Prensa se convirtió en el campo de batalla Ideológico. La Prensa Liberal/Pro-Vareliana como el diario "El Siglo" (aliado de Varela) sostuvo en un editorial del 20/06/1877: "La reforma educativa romperá las cadenas del fanatismo clerical".  En definitiva, vinculaba la religión con "oscurantismo", típico del discurso positivista. "La Razón" crítica a Vázquez Acevedo (1883): "Su defensa de la universidad elitista es un insulto al pueblo".  Los masones apoyaban la democratización educativa como parte de su agenda.  Prensa Conservadora/Anti-Vareliana "El Bien Público" (órgano católico):   En un editorial del 12/11/1879: "Varela quiere convertir las escuelas en fábricas de ateísmo".  En definitiva, exageraba el laicismo como "amenaza antirreligiosa" para movilizar a las masas rurales. "La Nación" (conservador):  Realiza una crítica a la masificación (1885): "Enseñar a todos igual es crear mediocridad".  Era el refleja del elitismo de las clases altas montevideanas. 

El Debate Universitario: Vázquez Acevedo vs. los Varelianos 

Discurso de Vázquez Acevedo como Rector (1881)  "La universidad no debe ser un apéndice del Estado, sino el santuario del saber libre"* (Memoria de la Universidad, 1881).   Defendía la autonomía frente al centralismo vareliano, usando lenguaje casi "sacralizado".  Réplica de los Varelianos 

"El Día": En un editorial sostuvo que "Vázquez Acevedo quiere una universidad para ricos, mientras el pueblo sigue en la ignorancia".  Los liberales acusaban a la oposición de "privilegiar a las élites". 

  La Prensa y el Parlamento funcionaron como Termómetro Social. El Parlamento fue donde se dirimió el enfrentamiento ideológico con los varelianos usando argumentos utilitaristas como la "educación para el progreso" y los conservadores apelando a los valores tradicionales como Dios, familia, y el orden social.  La prensa amplificó el debate:  El Siglo y La Razón fueron los voceros del laicismo.  En tanto que El Bien Público y La Nación fueron los defensores del status quo.  Vázquez Acevedo ganó la batalla cultural en la educación superior, pero el proyecto vareliano triunfó en la primaria. 

Las principales fuente fueron: Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores. (1876). Debate sobre la Ley de Educación Común. Imprenta del Estado. El Bien Público. (1879, 12 de noviembre). El laicismo y sus peligros. Vázquez Acevedo, A. (1881). Memoria de la Universidad de la República. Imprenta Oriental. 

La opinión del interior sobre la reforma vareliana: 

Resistencia, pragmatismo y adaptación  

 La reforma educativa de José Pedro Varela (1877) no fue recibida de manera uniforme en el Uruguay del siglo XIX. Mientras en Montevideo predominó el apoyo liberal, en el interior la resistencia fue más fuerte, especialmente en zonas rurales y ciudades con arraigo católico y caudillesco. A continuación, un análisis basado en la prensa regional y documentos de la época. 

 La visión del interior: Críticas desde la prensa regional

 El Ferrocarril (Paysandú) – Voz del litoral

Editorial (1878):  "La ley de instrucción pública viene de Montevideo como un decreto lejano, sin consultar nuestras necesidades. ¿Cómo obligar a niños campesinos a ir a la escuela si deben trabajar?”  Es una profunda crítica al centralismo montevideano. Cuestiona la obligatoriedad en un contexto rural donde los niños ayudaban en tareas agropecuarias. 

Crónica (1879):  "Maestros laicos llegan a Paysandú con libros extranjeros, pero no entienden nuestra vida criolla". Claro rechazo a la imposición cultural desde la capital. Muestra, además desconfianza hacia los docentes formados en el modelo vareliano, percibidos como ajenos a la realidad del interior. 

La Democracia (Salto) – Periódico federalista 

- Artículo (1880):  "El gobierno gasta en escuelas laicas, pero no arregla los caminos para que los niños lleguen a ellas".  Acusa al Estado de **priorizar ideología sobre infraestructura.  Y Refleja el descontento de los caudillos locales con las políticas centralistas. 

El Pueblo (Melo) – Diario católico 

Editorial (1881):  "Quieren quitar el catecismo de las escuelas, pero ¿con qué moral criaremos a nuestros hijos?"  La Iglesia del interior tuvo más influencia que en Montevideo.  El laicismo se veía como un ataque a la identidad cultural del interior. 

Las resistencias prácticas en el campo. Rechazo de las familias rurales 

Informe del Inspector Escolar de Tacuarembó (1885):  "Los padres prefieren enviar a sus hijos a escuelas parroquiales clandestinas antes que a las públicas laicas".  La religiosidad popular era más fuerte que la lealtad al Estado.  Muchas escuelas públicas del interior no se atrevieron a eliminar crucifijos por temor a revueltas. 

Adaptaciones forzadas

Circular de Jacobo Varela (1883):  "En zonas donde la resistencia al laicismo es fuerte, se tolerará enseñanza moral 'inspirada en principios cristianos'".  Jacobo flexibilizó el modelo para evitar conflictos.  Esto generó críticas de los varelianos radicales, que lo acusaron de claudicar. 

 Un país dividido 

Montevideo abrazó el varelismo como parte de su proyecto modernizador.  El interior lo vio como una imposición extranjerizante y anti-criolla. 

Fuentes primarias: 

El Ferrocarril. (1878, 12 de junio). La educación en el interior. Paysandú. 

Inspector de Tacuarembó. (1885). Informe anual de escuelas públicas. Archivo Nacional de Educación. 

Varela, J. (1883). Circular a los inspectores departamentales. Ministerio de Instrucción Pública. 

 

 

 

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