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domingo, 5 de septiembre de 2010

Documento manuscrito de Joaquín Suárez

Joaquín Suárez.

Apuntes Ligeros realizados por Joaquín Suárez.
Este documento se encuentra a disposición de los investigadores en AGN y forma parte de la investigación que estoy realizando para desarrollar la Biografía de Joaquín Suarez.

Ubicación: Archivo General de la Nación, Montevideo. Libro 81 del fondo Ex Museo Histórico Nacional.
“Este documento comprende el periodo que va desde 1809 hasta la Constitución Nacional. Fue realizado al finalizar la Guerra Grande, ocupando la Presidencia de la República. Fue realizado en agosto de 1851 a solicitud del Capitán del Puerto de Montevideo, General don Manuel Correa.

Apuntes ligeros desde el año 9 y los demás que se citen sin la fecha del mes y año, porque jamás los ha llevado ni pensado hacer uso de ellos.

El movimiento en esta Plaza de los dos batallones de Murguiondo y el de los verdes del mando de Balbín, ya fue combinado con Buenos Aires, con los hombres que después se pusieron al frente de la revolución en aquella época.
Fui invitado de Buenos Aires por varios personajes; para preparar en la campaña a los patriotas y disponerlos auxiliar este movimiento desde que en la capital la fuerza que allí lo sostuviere tuvo mal éxito y concluyo por la rendición de estos cuerpos en la ciudad y Murguiondo preso y mandado a España.
Como mis trabajos en la campaña fueron conocidos en este pueblo, y el de algunos amigos que me segundaban, el gobierno de Montevideo mandó a don Joaquín Navia con una partida fuerte para prenderme, lo mismo que a don Pedro Celestino Bauzá, don Francisco Mederme  y al padre Figueredo, cura en aquello época del pueblo de Pintado, que después se traslado a la costa de Santa Lucía Chico con el nombre de Florida. Don Mateo Gallego, amigo de mi padre y en aquella época pertenecía a la Junta que se había instalado en esta capital me dio aviso privado de la medida que me pusiera en salvo con los demás amigos y desde aquella época tuvimos que vivir en la campaña en precaución.
Estallo la revolución en Buenos Aires y en esta provincia en los pueblos de la costa del  Río Negro, estando a la cabeza de la fuerza que le reunió Benavidez y don Pedro Viera. Vino enseguida el teniente coronel José Artigas mandado de Buenos Aires y a él me incorpore antes de llegar a San José. A los pocos días marchamos sucedió la Batalla de las Piedras donde tuvimos un completo triunfo. Después pase a Canelones, estuve de Comandante de  aquél Pueblo hasta la retirada del primer sitio, y con el ejército seguí en servicio de Capitán de la 1ª compañía del Comandante Viera hasta la costa del Uruguay donde acampamos en la Barra de San Antonio.
El ejército portugués había invadido la provincia, y en Itapeby no recuerdo el mes y el año tuvimos un ataque con una fuerza portuguesa, al mando de un tal Maneco de mil hombres, no contando la nuestra no más de 400 que el general Artigas hozo salir imprudentemente a pesar de la oposición del coronel Soler y otros jefes para que le mandase otra fuerza mayor. Hubo orden de repasar el Uruguay y volver sobre Montevideo. Ya lo habían hecho dos escuadrones de Dragones de la Patria y la nuestra de Milicias fue la primera división de la provincia que marcho hasta la ciudad de Colonia donde tomamos posición de ella bajo los fuegos de dos barcos de guerra españoles que allí se hallaban.
Después se me destacó con una fuerza de mil hombres a ocupar la costa, desde el Arazatí hasta la barra del Santa Lucía, dando el agua al Río de la Plata en esa costa, monté con una cañonera, los pocos días los sorprendí, les quité los ganados que tenían, salando la carne para la Plaza, todas las monturas, calderos, una gran cantidad de sal, catorce prisioneros y tres muertos. A los pocos días recibo una orden de don Manuel Sarratea representante de Buenos Aires y general de Ejército, para que se marchase en el acto a ocupar la Colonia que su comandante con toda su guarnición la habían abandonado para incorporarse al coronel Artigas que desapareció del sitio y hacía reuniones en la Campaña Anarquistas.
Ocupé la Colonia, al poco tiempo fui nombrado por mi departamento con otros diputados para reunirnos en San José con el objeto de nombrar un apersona cerca del Gobierno de Buenos Aires para agitar los elementos de guerra y concluiría lo más breve posible, se nombró a don Tomás García.
Ya la guerra civil estaba encarrilada entre Orientales y Occidentales, no quise volver a mi destino y marché al general a prevenirle que me retiraba a mi casa, que no quería mezclarme en la guerra civil, el general no quería permitirlo ni yo concederlo, hasta que se convenció de mi resolución y me marché a mi casa.
Ya la plaza por los patriotas, fui nombrado por el Cabildo de esta capital que se titulaba Cabildo Gobernador. En agosto las fuerzas del Barón de la Laguna tomaron Santa Teresa, primer punto de nuestro territorio que ocupaban en su invasión. El general Artigas ofició al Cabildo que era de necesidad simplificar e gobierno en uno o  dos y demás de su mismo seno, para dar más impulso a las órdenes que se expidieran desde que ya los extranjeros ocupaban una fortaleza nuestra. El Cabildo por unanimidad se me nombró y quedé separado desde aquél momento, poniendo mi despacho donde  es hoy  Asamblea N. hasta que el ejército avanzó cerca de esta ciudad, que ya la tropa estaba en Canelones y la portuguesa en Chacarita, esa noche salí de esta ciudad, y al siguiente entró el Barón-
Me incorporé al ejército por Santa Lucía Chico, me hice cargo de la comisaría y todo interés que perteneciese al ejército, por orden del general Artigas, que había llegado del Hervidero. Se constituyó la primera representación provincial en la Florida, donde arranca esa Declaratoria y grito de Independencia pronunciada en esa reunión memorable de que fui miembro.
Después de la batalla de Sarandí se me nombró gobernador interino, interin el general Lavalleja que era propietario salía a mandar el ejército como general de las fuerzas durante su ausencia.
La Asamblea Constituyente se instaló en San José y fue nombrado Gobernador y Capitán General interno el General Rondeau, y con este se hallaba en Buenos Aires, interinamente para desempeñarlo, fui yo nombrado, la Asamblea se trasladó a Canelones, y por acuerdo de esa tuve que entrar a la plaza ocupada por una fuerza portuguesa. Según el tratado de 1828 por algunas diferencias de jurisdicción con don Tomás García que estaba al servicio de los portugueses(sic), que antes por igual motivo había mandado a mi secretario don Juan Francisco Giró para arreglar armoniosamente esas diferencias que obligaron a la Asamblea hacer reconocer la autoridad del país en esta Plaza.
Recibido el general Rondeau volví a incorporarme a la Asamblea.
En la Asamblea Legislativa fui nombrado representante, después lo fui en la de Senadores como presidente del cuerpo.
Nota: Después que se dio la Batalla de Ituzaingó, la necesidad y pobreza hizo desertar al sargento Mercado o Mercadaval, guapetón de las milicias de Cerro Largo y de las fuerzas que mandaba don Ignacio Oribe, con noventa Hombres y se acamparon en el monte en la estancia de mi propiedad del Rincón Barra del Zapallar con Río Negro, avisado mi señor padre por el mismo Mercado, hizo que les trajeran  a la estancia principal”

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