El liberalismo principista, las Cámaras Bizantinas y el avance de la secularización, por Manuel Claps.
La generación de la Revista Literaria profundamente preocupada por la anarquía y la inestabilidad política del país, trata de buscar soluciones mediante la elaboración de proyectos. Desde la Profesión de Fe racionalista que expresa su definición en el terreno filosófico hasta la actividad periodística y política. No puede dejar de mencionarse la importancia del diario "El Siglo" y la que se llamó su cenaculo. En 1868 se reunían en su redacción Carlos de Castro, Gregorio Pérez Gomar, Adolfo Vaillant, Pedro Bustamante, José Pedro Varela, José Pedro Ramírez y José Ellauri y otras figuras de la élite intelectual montevideana. La mayoría hacía sus primeros pasos en política.
De este grupo surge el Club Libertad de muy corta vida y formado por mayoría de jóvenes colorados. De este club se dividen sectores dando orígen a la formación del Club Radical del periódico Bandera Radical y del Partido Radical. Por otro lado los jóvenes blancos fundan el Club Nacional y el diario La Democracia. El radical adopta bajo la dirección de Varela y Ramírez una postura antitradicionalista y propone un programa de acción política inspirada en el liberalismo constitucionalista. El Club Nacional se opone a la perpetuación de partidos personalistas y redacta también su programa realizado por Agustín de Vedia.
En la elección de 1872 logran llevar por medio de un sistema de listas mixtas a varios de sus integrantes a las cámaras. Desde allí presenta proyectos de distinto alcance, son las llamadas Cámaras Bizantinas. En ellas el liberalismo principista encontrará privilegiado campo de acción desarrollando su actividad política.
El fundamento de su doctrina política lo constituía la afirmación de los derechos individuales y su defensa total. Como esencia de ellos se encontraba la noción de libertad:" La libertad como punto de partida, la libertad como medio, la libertad como fin". Sus maestros de filosofía política eran Benjamin Constant, Alexis de Tocqueville y otros. La libertad del individuo articulaba en varios aspectos: Libertad de conciencia, de prensa, de profesión, de propiedad y de comercio.
La función del Estado debía limitarse solamente a mantener la seguridad general y garantizar el usufructo de las libertades. Una cuidadosa delimitación de poderes aseguraba el libre juego de los individuos y de las instituciones. La síntesis doctrinaria que profesaban constituían un término medio entre las tendencias conservadoras del liberalismo francés luego de la Revolución Francesa y las tendencias democráticas del igualitarismo de perfil roussoniano. A ello se agregan los pensadores norteamericanos.
Con este fondo ideológico y fieles a su programa los principistas proponen varias reformas, en primer término la de la Constitución de 1830 de la que afirmaban" que a pesar de no haber imperado un solo día con verdad y provecho, los partidos políticos se empeñan en mantener como un símbolo inviolable, sin serles incómodas como norma practica de acción".
Luego propones la democratización del sistema electoral, la separación de la iglesia del Estado, la reorganización de la justicia y la reforma de la educación.
Todos estos proyectos aparecen de la mano de jóvenes intelectuales con grados de fanatismo ideológico que pasó a denominarse Liberalismo Principista, cuyos éxitos sin duda la reforma vareliana en la educación seguidor del proyecto de Agustín de Vedia que pasó a la Historia con la denominación Ley de Educación Común en 1877 y el proyecto del Registro Civil en 1879 asegurando dos pasos más en el proceso de secularización.
Ver:
Clap, Manuel. Liberalismo Principista, en Masones y Liberales, Enciclopedia Uruguaya número 27, Página 137. ARCA, Montevideo, enero de 1969.
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