Una condición profunda en el arte de gobernar consiste en no buscar, ni desear, ni juzgar las iniciativas por la originalidad, porque las transformaciones más radicales surgen a menudo de las ideas más simples, especialmente en materia educativa. Allí fue donde Batlle marcó una verdadera pedagogía de estado. En ese sentido fue el gobernante con la vocación de impulsar ideas que debían traducirse en hechos.
En lo educacional Batlle se encontró con una organización primaria y universitaria traducida en textos legales que tenían ya su arraigo y su tradición. Estaba impuesta una enseñanza secundaria (bachillerato) de tipo universitario y que respondía al concepto que el siglo XIX había afirmado como enseñanza preparatoria. La Universidad misma respondía al tipo clásico de Universidad de Estado con tres facultades (Derecho, Medicina, Matemáticas) centralizadas tal como estableció la Ley de 1885. El problema de organización tenía proyecciones que se polarizaban en lo universitario entre las dos tendencias de una universidad centralizada o las facultades con autonomía técnica con la unidad administrativa del Consejo Universitario tal como se estableció en la ley del 31 de diciembre de 1908 durante la presidencia del Dr. Claudio N. Williman. Y en lo que se refiere a Enseñanza Primaria lo básico se encontraba en la Ley de Educación Común de 1877. Aunque la legislación vigente hacía discutible la posibilidad de existencia de Entes Autónomos, en la realidad administrativa la enseñanza estaba regida por entidades que aun manteniendo un vínculo aparente con el Poder Ejecutivo, en los hechos realizaban una actividad independiente: La Enseñanza Primaria a cargo de la Inspección General de Enseñanza Primaria, la Universidad durante su primera presidencia con el régimen de la ley de 1885 de Consejo Universitario Unico y Centralizado, durante la segunda presidencia con la la ley del 31 de diciembre de 1908 de Consejos de Facultades autónomos en lo técnico y Consejo Universitario en función específica de administración.
Las iniciativas surgían a menudo de esos organismo aunque algunas de trascendencia especial pertenecen al Poder Ejecutivo. En realidad no se tocó la estructura de la Enseñanza Primaria pero se marcó en tres sentidos el concepto que de ella había de tener el gobernante: En la educación de los adultos para combatir eficazmente el analfabetismo; en estimular su acción a la infancia con la creación acentuada de escuelas y aumento de las ayudantias, y en la edificación escolar acción regular y continuada de obras. El objetivo final era el mejoramiento global de la clase obrera.
En la Enseñanza Secundaria el concepto era de una educación preuniversitaria. Así aparecía en la organización y así la consideraba la sociedad. Solo Montevideo contaba en 1903 con establecimientos oficiales de Enseñanza Secundaria. Las iniciativas de reforma habían partido de la Universidad y había pasado al Poder Ejecutivo y al Poder Legislativo en otras oportunidades como ocurrió en el régimen universitario de 1885 con el proyecto de fundar un Liceo en cada población de más de 800 habitantes. Esas ideas habían caído en el vacío y en la indiferencia. A comienzos del Siglo XX la idea dominante era la de separar los fines de la Enseñanza Secundaria distinguiendo el carácter de pre-universitaria del de preparación para la vida, y más concretamente el de tener en cuenta la realidad nacional desde el punto de vista económico, favoreciendo una enseñanza de fines prácticos que lograra separa a los estudiantes de las carreras universitarias de abogacía y medicina.
El decreto de 22 de noviembre de 1906 disponía la creación en campaña de escuelas de estudios secundarios que se denominaran Liceos y que tendrán por objetivo formar y provocar la observación y disciplinar al criterio por medio de una enseñanza general que preparase para la vida y las actividades económicas. Se establecía el ingreso a los 12 años siempre que hubieses terminado el tercer año de las escuelas primarias rurales o el quinto de las urbanas con estudios que duraría cuatro años y en los cuales a las signaturas del bachillerato se agregaban nociones de Economía Política, Industrias y Calculo Mercantil.
En la segunda presidencia de Batlle mediante Ley se crean los Liceos Departamentales que son la estructura básica de la Enseñanza Secundaria hasta la actualidad. Se perseguía constituir una enseñanza que sustituyera el antiguo bachillerato y que extendiera la cultura general sin desembocar necesariamente en la Universidad, atrayendo al estudiante a áreas destinadas a la Industria, a la ganadería y al comercio. Ya desde la primera presidencia se habían organizado dentro de la misma Universidad los estudios de Comercio, Veterinaria y Agronomía que tendrían después diferentes destinos desde el punto de vista administrativo. Forma la base de Facultades en la idea original.
La creación de Liceos a nivel nacional tuvo el mismo peso para la Enseñanza Secundaria que la reforma educativa de Primaria llevada adelante por José Pedro Varela. Como forma de integrar a la mujer se crea la Universidad de Mujeres.
Ver:
Grompone, Antonio M. La Obra educacional de Batlle. En Batlle su vida su obra, páginas 141-144. Acción, Montevideo Agosto de 1956
Muy pertinente artículo. Me ha sido muy útil para la tarea académica que estoy haciendo. Muchas gracias.
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