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lunes, 27 de abril de 2020

La Juventud Uruguaya de Pie. Jóvenes radicales y violencia.


La Juventud Uruguaya de Pie


“O se está con la Patria o se está contra ella”
Durante la década del sesenta se asistió en el Uruguay a un incremento de la movilización social  en los campos laboral y estudiantil y en nuevas modalidades de protesta que buscaron soluciones alternativas a las tradicionales del sistema político. Durante el gobierno de Jorge Pacheco Areco  la sociedad adquirió un carácter cada vez más polarizado. Es en el contexto de dicha radicalización donde surge una multiplicidad de grupos de izquierda  cuya más acabada expresión será el Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros, que propone la violencia revolucionaria como repuesta al Estado.
En el campo de la derecha también surgen grupos que proponen la violencia como respuesta a una supuesta ofensiva comunista que ellos interpretan en el ascenso de la movilización social. Frente a este ascenso, esos grupos consideran que el Estado democrático es una herramienta insuficiente para contener aquel avance y proponen el desarrollo de la violencia privada contra aquellos que consideran como amenazas al ordenamiento social y político. (Marchesi,Yaffé)

La Juventud Uruguaya de Pie (JUP) surge formalmente el 24 de octubre de 1970 en la ciudad de Salto. El nombre elegido para la organización  se  enfrentaba claramente  a la política de  “sentadas estudiantiles” con las que los estudiantes protestaban en ese período. El origen de  la misma  parte durante los graves disturbios que llevan al Presidente de la República, Jorge Pacheco Areco a intervenir la Enseñanza,   estaba integrada por sectores colorados, sectores nacionalistas, agrupaciones del ruralismo y con vinculaciones con las publicaciones periódicas de SEUSA, La Mañana y El Diario. Con una fuerte presencia en el interior del país.



En Montevideo se establecen en el local de la Liga Federal de Acción Ruralista en la Avenida 18 de Julio. Tenían una audición en Radio Rural y se organizaron acciones sociales y marchas hacia el interior del país. Definidos  como anticomunistas, se pronunciaron ideológicamente enfrentados con el Frente Amplio en las elecciones de 1971. En algunos centros de estudios se produjeron graves incidentes que enfrentaron a estudiantes de izquierda y de derecha. En este clima de radicalización la JUP vino a dar un marco de reproducción y legitimación a las prácticas y discursos de los jóvenes de derecha.

Uno de sus centros de actividad fue el Liceo Bauzá, donde funcionaba su agrupación  “Por siempre Bauzá”. El liceo fue copado el 27 de abril de 1971. Al día siguiente ocurrió lo mismo en el Instituto Alfredo Vázquez Acevedo.
Entre los dirigentes de la JUP se encontraban Hugo Manini Ríos , Gualberto Cuenca que era  funcionario de la OEA, Luis Sica, Gabriel Melogno, y  Ulises Fernández. En 1972 apareció el semanario “Nuevo Amanecer”, órgano oficial de la JUP, dirigido por Rogelio Mendiondo y Artigas González.
El eje del conflicto que originó este movimiento  se centró en la intervención de la enseñanza media que el Poder Ejecutivo aplicó entre febrero de 1970 y junio de 1971. Veamos a continuación ese escenario educativo.

Para un sector grande de la sociedad a fines de los sesenta  la inexistencia del “principio de autoridad”, sobre todo en los liceos, desde 1968, resultaba inaceptable. La hegemonía de las agrupaciones estudiantiles de izquierda, aliadas además a los sindicatos docentes de igual signo político, era notoria.  Se instaló, entonces,  el reclamo al Poder Ejecutivo para que se adoptara la drástica medida de intervenir la educación, lo que iba en contra de una fuerte tradición e autonomía en todas las ramas de la enseñanza.

La intervención en Secundaria y Universidad del Trabajo fue resuelta mediante el decreto no 88 del Poder Ejecutivo del 12 de febrero de 1970, amparado en la aplicación de Medidas Prontas de Seguridad. Se designaron Consejos Interventores para ambas ramas. El de Secundaria quedó presidido por el Prof. Armando Acosta y Lara. La intervención chocó desde un comienzo con la cerrada oposición de la Asamblea de Profesores  que era un órgano asesor del Consejo y de los gremios docentes y estudiantiles, y también en  un grupo muy diverso de la opinión política, desde la izquierda hasta el centro liberal. Para los sectores más organizados de la izquierda, el ámbito educativo se transformó en un espacio de acción política estratégico.
La JUP nació, entonces, en octubre de 1970, cuando los cursos ya habían sido suspendidos por el Consejo Interventor. Por lo tanto, la presencia activa de esa organización en el conflictivo clima de la enseñanza solo pudo darse desde el momento en que los cursos fueron reiniciados, en marzo de 1971.
Un artículo de prensa publicado en pleno conflicto entre las gremiales estudiantiles de izquierda y las agrupaciones “demócratas”, muestra el discurso que hizo público la JUP para legitimar la lucha de estas últimas en los liceos. “Somos los que vamos al Liceo a hacer algo hasta que cumplamos 18 años y podamos trabajar. Somos hijos de familias que no nos usan de instrumentos de sus rencores políticos ni de sus situaciones económicas”.
Al reanudarse los cursos en marzo de 1971, se produjeron serios enfrentamientos entre las dos posturas estudiantiles. Varios liceos de Montevideo y la zona metropolitana fueron focos de disturbios: Liceo Bauzá, Liceo no 18, Liceo no 9, Liceo de Las Piedras, IAVA, etc.  El caso del Liceo Bauza fue muy importante para la JUP puesto que  allí funcionaba una agrupación denominada demócrata,  que se denominaba “Siempre Bauzá”, que entre sus objetivos tenía el  combatir los grupos izquierdistas. Según ellos, esa agrupación no respondía orgánicamente a la JUP, aunque si había entre ellos simpatizantes de la JUP.  En varias investigaciones y artículos reconocieron también que esa agrupación recibía apoyo externo de gente armada. Y para justificarse sostenían que esta postura era el resultado de que los comunistas hacían lo mismo, trayendo a obreros en camiones a castigar a los oponentes de sus camaradas liceales: “… el problema era cuando venían obreros, no? Del partido comunista, de la Seccional 20”. En cuanto a la gente armada que apoyaba a “Siempre Bauzá”, ubican al grupo que comandaba el “manco Ulises”, pero aseguran que la JUP siempre evitó el vínculo con ellos. “El ʻmancoʼ Ulises nunca fue de la JUP; “…era una persona paga por los yanquis. Era policía. Tenía sus autitos” Sostienen ex integrantes del movimiento. Al respecto de la agrupación que dentro del liceo Bauzá enfrentaba a la izquierda, el informe de la inteligencia policial sobre la JUP señala los mismos matices: “Asociación ʻSIEMPRE BAUZÁʼ – Tiene su sede en el mismo Liceo Bauzá, dirigida por un consejo Regente de 3 miembros, con 300 inscriptos. Orgánicamente no depende de la JUP, pero sus integrantes son admiradores de la misma, asiduos concurrentes a su sede central, y en forma individual estrechamente vinculados a la JUP.–” Según los archivos de Inteligencia. La violencia de la JUP se intensificó luego de la muerte del militante Gastón Zapicán Arhancet, de 16 años, estudiante del Liceo Miranda , quien junto a otro estudiante  lanzó una bomba contra un comité del Frente Amplio en agosto de 1971. Aclarando que el joven fallecido no era de la JUP, aunque sí probablemente fuera de la agrupación liceal “Siempre Bauzá”, Manini señaló en una investigación de Gabriel Buchelli que  Era un muchacho que animado por una voluntad anti izquierda hizo algo y murió...” Sin embargo, la JUP invocó su muerte en un acto realizado en Durazno el 19 de agosto junto a padres y estudiantes demócratas, afirmado que su muerte era un  ejemplo de que “el comunismo mata” y definiendo su muerte como una “ominosa ejecución” aunque en ningún caso la JUP lo reclamó como militante de la organización.

La JUP y la dictadura.
El vocero oficial de la JUP, Nuevo Amanecer editorializó  el 28 de junio de 1973, un día después de la disolución de las Cámaras:
“ No equivocarse. El decreto del Poder Ejecutivo de disolver las cámaras y crear un Consejo de Estado es el acta de defunción de un régimen que arrastraba inexplicablemente una penosa agonía. El 27.6.73 debemos considerarlo como una de las fechas más significativas de nuestra historia. Nosotros que no tuvimos compromisos previos ni futuros, queremos hablar claro para evitar que ese esfuerzo de civiles patriotas y de nuestras Fuerzas Armadas no sea castrado y esterilizado… La caída del Parlamento no es la caída del régimen. Ni siquiera de los corruptos políticos que lo integraban. Un régimen muere recién cuando sobre sus escombros se levantan nuevas instituciones que encuadran a los hombres. Cuando el viejo y caduco ordenamiento es sustituido por un nuevo orden. Y el Nuevo Orden Nacional solo es posible erigirlo con hombres nuevos que tengan Fe, que crean en la Patria y en la Justicia” Nuevo Amanecer, 28 de Junio de 1973. Posteriormente la excelente visión inicial con Juan María Bordaberry comienza a fisurarse:
Nuestro presidente actual, también es hombre intachable y de sólida formación moral. Fue decidido para luchar.- Y abrir los ojos a tiempo-(…)Pero quizá no abrió los ojos, o no pudo por esas cosas de la cautela política, para comprobar que está rodeado de marxistas en los puestos más útiles para la acción disolvente de los invasores de la mentalidad foránea” Nuevo Amanecer, 25 de enero de 1973.
Los movimientos de la extrema derecha, entonces,  cuestionaron  el sistema liberal, la democracia parlamentaria, los modelos de representación pluralista y a los representantes político partidarios. En definitiva el romance con los golpistas militares culmina cuando por segunda vez  su órgano semanal “ Nuevo Amanecer” es clausurado el 29 de octubre de 1974. Su sueño de Revolución Nacional culmina cuando perciben que la pureza inicial del sector militar se había esfumado y devenido en la misma corrupción que habían combatido a los políticos.


Ver:
Buchelli, G. Una historia de la Juventud Uruguaya de Pie. Fin de Siglo. Montevideo, 2019.




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