La
Juventud Uruguaya de Pie
“O
se está con la Patria o se está contra ella”
Durante
la década del sesenta se asistió en el Uruguay a un incremento de la
movilización social en los campos
laboral y estudiantil y en nuevas modalidades de protesta que buscaron
soluciones alternativas a las tradicionales del sistema político. Durante el
gobierno de Jorge Pacheco Areco la
sociedad adquirió un carácter cada vez más polarizado. Es en el contexto de dicha
radicalización donde surge una multiplicidad de grupos de izquierda cuya más acabada expresión será el Movimiento
de Liberación Nacional - Tupamaros, que propone la violencia revolucionaria
como repuesta al Estado.
En el campo de la derecha también surgen grupos que proponen la violencia como respuesta a una supuesta ofensiva comunista que ellos interpretan en el ascenso de la movilización social. Frente a este ascenso, esos grupos consideran que el Estado democrático es una herramienta insuficiente para contener aquel avance y proponen el desarrollo de la violencia privada contra aquellos que consideran como amenazas al ordenamiento social y político. (Marchesi,Yaffé)
En el campo de la derecha también surgen grupos que proponen la violencia como respuesta a una supuesta ofensiva comunista que ellos interpretan en el ascenso de la movilización social. Frente a este ascenso, esos grupos consideran que el Estado democrático es una herramienta insuficiente para contener aquel avance y proponen el desarrollo de la violencia privada contra aquellos que consideran como amenazas al ordenamiento social y político. (Marchesi,Yaffé)
La
Juventud Uruguaya de Pie (JUP) surge formalmente el 24 de octubre de 1970 en la
ciudad de Salto. El nombre elegido para la organización se enfrentaba claramente a la política de “sentadas estudiantiles” con las que los
estudiantes protestaban en ese período. El origen de la misma
parte durante los graves disturbios que llevan al Presidente de la
República, Jorge Pacheco Areco a intervenir la Enseñanza, estaba integrada por sectores colorados,
sectores nacionalistas, agrupaciones del ruralismo y con vinculaciones con las publicaciones
periódicas de SEUSA, La Mañana y El Diario. Con una fuerte presencia en el
interior del país.
En Montevideo se establecen en el local de la Liga Federal de Acción Ruralista en la Avenida 18 de Julio. Tenían una audición en Radio Rural y se organizaron acciones sociales y marchas hacia el interior del país. Definidos como anticomunistas, se pronunciaron ideológicamente enfrentados con el Frente Amplio en las elecciones de 1971. En algunos centros de estudios se produjeron graves incidentes que enfrentaron a estudiantes de izquierda y de derecha. En este clima de radicalización la JUP vino a dar un marco de reproducción y legitimación a las prácticas y discursos de los jóvenes de derecha.
Uno de sus centros de actividad fue el Liceo Bauzá, donde funcionaba su agrupación “Por siempre Bauzá”. El liceo fue copado el 27 de abril de 1971. Al día siguiente ocurrió lo mismo en el Instituto Alfredo Vázquez Acevedo.
Entre los dirigentes de la JUP se encontraban Hugo Manini Ríos , Gualberto Cuenca que era funcionario de la OEA, Luis Sica, Gabriel Melogno, y Ulises Fernández. En 1972 apareció el semanario “Nuevo Amanecer”, órgano oficial de la JUP, dirigido por Rogelio Mendiondo y Artigas González. El eje del conflicto que originó este movimiento se centró en la intervención de la enseñanza media que el Poder Ejecutivo aplicó entre febrero de 1970 y junio de 1971. Veamos a continuación ese escenario educativo.
Para
un sector grande de la sociedad a fines de los sesenta la inexistencia del “principio de autoridad”,
sobre todo en los liceos, desde 1968, resultaba inaceptable. La hegemonía de
las agrupaciones estudiantiles de izquierda, aliadas además a los sindicatos
docentes de igual signo político, era notoria.
Se instaló, entonces, el reclamo
al Poder Ejecutivo para que se adoptara la drástica medida de intervenir la
educación, lo que iba en contra de una fuerte tradición e autonomía en todas
las ramas de la enseñanza.
La
intervención en Secundaria y Universidad del Trabajo fue resuelta mediante el
decreto no 88 del Poder Ejecutivo del 12 de febrero de
1970, amparado en la aplicación de Medidas Prontas de Seguridad. Se designaron
Consejos Interventores para ambas ramas. El de Secundaria quedó presidido por
el Prof. Armando Acosta y Lara. La intervención chocó
desde un comienzo con la cerrada oposición de la Asamblea de Profesores que era un órgano asesor del Consejo y de los
gremios docentes y estudiantiles, y también en
un grupo muy diverso de la opinión política, desde la izquierda hasta el
centro liberal. Para los sectores más organizados de la izquierda, el ámbito
educativo se transformó en un espacio de acción política estratégico.
La
JUP nació, entonces, en octubre de 1970, cuando los cursos ya habían sido
suspendidos por el Consejo Interventor. Por lo tanto, la presencia activa de
esa organización en el conflictivo clima de la enseñanza solo pudo darse desde
el momento en que los cursos fueron reiniciados, en marzo de 1971.
Un
artículo de prensa publicado en pleno conflicto entre las gremiales
estudiantiles de izquierda y las agrupaciones “demócratas”, muestra el discurso
que hizo público la JUP para legitimar la lucha de estas últimas en los liceos.
“Somos los que vamos al Liceo a hacer algo hasta que cumplamos 18 años y
podamos trabajar. Somos hijos de familias que no nos usan de instrumentos de
sus rencores políticos ni de sus situaciones económicas”.
Al
reanudarse los cursos en marzo de 1971, se produjeron serios enfrentamientos
entre las dos posturas estudiantiles. Varios liceos de Montevideo y la zona
metropolitana fueron focos de disturbios: Liceo Bauzá, Liceo no 18,
Liceo no 9, Liceo de Las Piedras, IAVA, etc. El caso del Liceo
Bauza fue muy importante para la JUP puesto que
allí funcionaba una agrupación denominada demócrata, que se denominaba “Siempre Bauzá”, que entre
sus objetivos tenía el combatir los
grupos izquierdistas. Según ellos, esa agrupación no respondía orgánicamente a
la JUP, aunque si había entre ellos simpatizantes de la JUP. En varias investigaciones y artículos
reconocieron también que esa agrupación recibía apoyo externo de gente armada.
Y para justificarse sostenían que esta postura era el resultado de que los
comunistas hacían lo mismo, trayendo a obreros en camiones a castigar a los
oponentes de sus camaradas liceales: “… el problema era cuando venían obreros,
no? Del partido comunista, de la Seccional 20”. En cuanto a la gente armada que
apoyaba a “Siempre Bauzá”, ubican al grupo que comandaba el “manco Ulises”,
pero aseguran que la JUP siempre evitó el vínculo con ellos. “El ʻmancoʼ Ulises
nunca fue de la JUP”; “…era una
persona paga por los yanquis. Era policía. Tenía sus autitos” Sostienen ex
integrantes del movimiento. Al respecto de la agrupación que dentro del liceo
Bauzá enfrentaba a la izquierda, el informe de la inteligencia policial sobre
la JUP señala los mismos matices: “Asociación
ʻSIEMPRE BAUZÁʼ – Tiene su sede en el mismo Liceo Bauzá, dirigida por un
consejo Regente de 3 miembros, con 300 inscriptos. Orgánicamente no depende de
la JUP, pero sus integrantes son admiradores de la misma, asiduos concurrentes
a su sede central, y en forma individual estrechamente vinculados a la JUP.–”
Según los archivos de Inteligencia. La violencia de la JUP se intensificó luego
de la muerte del militante Gastón Zapicán Arhancet, de 16 años, estudiante del
Liceo Miranda , quien junto a otro estudiante lanzó una bomba contra un comité del Frente
Amplio en agosto de 1971. Aclarando
que el joven fallecido no era de la JUP, aunque sí probablemente fuera de la
agrupación liceal “Siempre Bauzá”, Manini señaló en una investigación de
Gabriel Buchelli que “Era un
muchacho que animado por una voluntad anti izquierda hizo algo y murió...” Sin embargo, la
JUP invocó su muerte en un acto realizado en Durazno el 19 de agosto junto a
padres y estudiantes demócratas, afirmado que su muerte era un ejemplo de que “el comunismo mata” y
definiendo su muerte como una “ominosa ejecución” aunque en ningún caso la JUP
lo reclamó como militante de la organización.
La JUP y la
dictadura.
El vocero oficial
de la JUP, Nuevo Amanecer editorializó
el 28 de junio de 1973, un día después de la disolución de las Cámaras:
“ No equivocarse. El decreto del Poder Ejecutivo de
disolver las cámaras y crear un Consejo de Estado es el acta de defunción de un
régimen que arrastraba inexplicablemente una penosa agonía. El 27.6.73 debemos
considerarlo como una de las fechas más significativas de nuestra historia.
Nosotros que no tuvimos compromisos previos ni futuros, queremos hablar claro
para evitar que ese esfuerzo de civiles patriotas y de nuestras Fuerzas Armadas
no sea castrado y esterilizado… La caída del Parlamento no es la caída del
régimen. Ni siquiera de los corruptos políticos que lo integraban. Un régimen
muere recién cuando sobre sus escombros se levantan nuevas instituciones que
encuadran a los hombres. Cuando el viejo y caduco ordenamiento es sustituido
por un nuevo orden. Y el Nuevo Orden Nacional solo es posible erigirlo con
hombres nuevos que tengan Fe, que crean en la Patria y en la Justicia” Nuevo Amanecer, 28
de Junio de 1973. Posteriormente la excelente visión inicial con Juan María
Bordaberry comienza a fisurarse:
“Nuestro presidente actual, también es hombre
intachable y de sólida formación moral. Fue decidido para luchar.- Y abrir los
ojos a tiempo-(…)Pero quizá no abrió los ojos, o no pudo por esas cosas de la
cautela política, para comprobar que está rodeado de marxistas en los puestos
más útiles para la acción disolvente de los invasores de la mentalidad foránea”
Nuevo Amanecer, 25 de enero de 1973.
Los movimientos de la
extrema derecha, entonces, cuestionaron el sistema liberal, la democracia
parlamentaria, los modelos de representación pluralista y a los representantes
político partidarios. En definitiva el romance con los golpistas
militares culmina cuando por segunda vez
su órgano semanal “ Nuevo Amanecer” es clausurado el 29 de octubre de
1974. Su sueño de Revolución Nacional culmina cuando perciben que la pureza
inicial del sector militar se había esfumado y devenido en la misma corrupción
que habían combatido a los políticos.
Ver:
Buchelli, G. Una
historia de la Juventud Uruguaya de Pie. Fin de Siglo. Montevideo, 2019.
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