Jorge Pacheco Areco.
En un nuevo aniversario de la muerte de Don Jorge Pacheco
Areco vale recordarlo en su lucha entre la responsabilidad y el poder.
El desarrollo político es el cambio que tienen las
instituciones políticas a lo largo de los años. No es igual a los cambios
ocurridos en la política y en las normas. Los integrantes del elenco político
como ministros legisladores y presidentes van y vienen, las leyes pueden
modificarse pero la esencia de las normas con las cuales se organizan las
sociedades definen el orden político. La Constitución de 1967 restableció la
Presidencia de la República dándole más fortaleza a su rol creando la
posibilidad de tratar proyectos de carácter urgente y por otro lado se
eliminaron ciertos privilegios a los legisladores en materia de vehículos y
jubilaciones.
La realidad era que por segunda vez en el siglo XX un
presidente fallecía en el transcurso de su presidencia. Y asume Jorge Pacheco Areco que pertenecía a
una familia de extracción política y que había sido diputado por Montevideo y
director del diario “El Día”. Jorge Pacheco Areco nació en Montevideo el 9 de
abril de 1920 y fallece el 29 de julio de 1998 en la misma ciudad. Era nieto de
Manuel Pacheco y Obes, hermano de Melchor Pacheco y Obes, héroe de la Defensa.
El abuelo materno de Jorge Pacheco Areco, a su vez, era Ricardo Areco, co-autor
junto a Domingo Arena de la ley de divorcio por sola voluntad de la mujer. Se
vinculó políticamente al
"coloradismo radical", que era la fracción colorada que lideraba
el ex Presidente Feliciano Viera. Posteriormente ingresa al diario "El
Día". Estudió en la Facultad de Derecho. Además de ser periodista en
"El Día", Pacheco fue profesor de Literatura en varios liceos y
también fue funcionario público en la Dirección de Aduanas. En las elecciones
de 1962 resulta electo diputado. En 1966 comienza a impulsarse la idea de una
reforma constitucional que elimine el colegiado para retornar al Ejecutivo
unipersonal. Pacheco adhiere a la iniciativa lo que lo enfrenta con su tío
César Batlle Pacheco, colegialista. Esa discrepancia determinará su salida del
diario "El Día" en 1965. En 1966 completó la fórmula encabezada por
el general Gestido, apoyada por la UCB y el Frente Colorado de Unidad,
integrado por Glauco Segovia, Manuel Flores Mora, Alba Roballo y otros ex
dirigentes de la vieja 15 de Luis Batlle. Fue la fórmula ganadora en las
elecciones de ese año.
El general Gestido asumió como Presidente el 1° de marzo de
1967 Pero fallece el 6 de diciembre de ese año, asume, entonces, Jorge Pacheco
Areco. A la semana de asumir la presidencia un decreto con fecha 12 de
diciembre iniciaría una línea distinta a la del Presidente Gestido y a la
batllista en general. Se dispuso la disolución del Partido Socialista, la
Federación Anarquista Uruguaya, el Movimiento Revolucionario Oriental, El
movimiento de Acción Popular Uruguayo, el Movimiento de Izquierda
Revolucionario. También la clausura del semanario socialista “El Sol” y el
diario “Epoca”. Luego del verano se realizó un recambio del Gabinete en mayo de
1968 dirigido a sostener la nueva visión económica con representantes, al decir
de la prensa marxista de la época, de los sectores económicamente dominantes y
especialmente del sector bancario. Esto siguió con decretar Medidas Prontas de
Seguridad y posteriormente el congelamiento de precios y salarios. El Partido
Colorado quedó escindido entre la UCB y la 15 que aportaba líneas económicas
por un lado y por otro los sectores batllistas liderados por Michelini y por Vasconcellos. A esto se debe sumar las
renuncias a sus cargos ministeriales de Manuel Flores Mora y de Alba Roballo.
Un fuerte sostén del gobierno de Pacheco eran las Gremiales Empresariales que
veían en su “mano dura” una solución a los problemas de inestabilidad social y
sindical. Por su lado el Propio Presidente Pacheco Areco buscaba el apoyo de la
ciudadanía con discursos en los que planteaba lisa y llanamente que estaba en
juego “la supervivencia del Uruguay” “el gobierno tiene el deber de ejercer la
autoridad con la dureza y la energía que las circunstancias impongan para
garantizar las libertades amenazadas. El harakiri, el auto inmolamiento de una
sociedad es una filosofía que no aceptaremos jamás. No solo los que atacan el
orden son nuestros enemigos. Los desertores y los indiferentes también lo
son(…)” Para la izquierda y para los sectores progresistas de los Partidos
Tradicionales a partir de 1968 estos nuevos sectores políticos y económicos que
controlaban al Estado recurren a medidas impopulares siendo la más resistida el
congelamiento de los salarios. Pero llevó adelante un excelente Plan de
Viviendas que aun hoy es valorado. Muchos desocupados encuentran su lugar como
luchadores sociales. Los sindicatos fomentaron el asociacionismo obrero para
enfrentarse a las patronales. En esta etapa grupos armados robaban almacenes
para distribuir alimentos en zonas marginales denunciando una pésima
distribución de la riqueza. Es en este marco que en setiembre de 1968 en una
intervención en el Parlamento Michelini sostenía. “Quiero que sea mi voz la que
interprete lo que es, en realidad, una opinión del Partido Colorado
expresándose esta noche. Debo hacerlo como ciudadano enemigo de la violencia.
Quizás si algún defecto se me puede señalar es el de que por la paz pagué, a
veces, un precio excesivo(…)” Comienzan gestiones con el Presidente Pacheco
para detener la espiral de violencia utilizando los mecanismos del Partido
Colorado y se manejó la posibilidad de convocar la Agrupación de Gobierno, pero
se dilataba por una razón u otra. El tema pasó de ser del Partido de Gobierno a
tema del Parlamento y comienzan una serie de censuras a ministros, Michelini y
Vasconcellos dieron sus votos para la censura al ministro Héctor Luisi, en
tanto que desde filas nacionalistas Wilson Ferreira Aldunate censuraba al
ministro Guzmán Acosta y Lara. Esto generó el cambio del gabinete. La oposición
denunciaba que la censura a la prensa fue bastante común así como denuncias
permanentes de malos tratos policiales. Estaba ocurriendo una centralización
autoritaria del poder del Estado, para responder los ataques de la guerrilla,con
intervenciones en los Entes, militarización del funcionariado público, compra
de bancos en dificultades o actuaciones discrecionales en lanzamientos
judiciales. Las Medidas Prontas de Seguridad, aprobadas por el Parlamento,
permitían la detención de dirigentes políticos, sindicalistas y líderes
estudiantiles. El 24 de junio de 1969, bajo este mecanismo, se produjo la
detención de varios dirigentes sindicales entre ellos José D´Elía. En el
Parlamento se denunció en varias oportunidades violaciones a los derechos
humanos. Se formó una Comisión Investigadora de denuncias de torturas y malos
tratos y surgió el informe titulado “ Violaciones de los Derechos Humanos y
Comisión de Actos de tortura a detenidos”. En Agosto los Tupamaros secuestraron
a Ulises Pereyra Reverbel, director de UTE. Lo liberaron 11 meses más tarde. El
21 de junio volaron las instalaciones de la General Motors en Sayago y el 8 de
Octubre intentaron la toma de Pando. En marzo de 1970, ante el desconocimiento
por parte del Poder Ejecutivo del levantamiento de las Medidas Prontas de
Seguridad el senador nacionalista Wilson Ferreira Aldunate sostenía: “ El
Uruguay ha venido sufriendo un proceso lento pero inexorable de descaecimiento
de las normas constitucionales. Poco a poco el Poder Ejecutivo ha ido asumiendo
cada vez mayor poder. Y en estas horas hay una inercia. Es difícil dar marcha
atrás y aun es difícil detenerse a este proceso de asunción cada vez mayor de
facultades que conducen a esta suma de poder público de que el presidente se
cree atribuido(…) el problema no es si se interpreta bien o mal la
Constitución. Sino el de preguntarse dónde se va a detener, si es que se
detiene este proceso” La Guerrilla estuvo presente durante todo el mandato de
Pacheco Areco y siguió posteriormente. La sociedad de fines de los 60 estaba
polarizada y la pérdida de valores democráticos marcó todo este periodo. Los
dados que jugaban el golpe futuro giraban sobre la mesa. El final será un golpe
de Estado, el fin del batllismo como actor principal y el inicio de la
dispersión ideológica del batllismo hasta obligar a sus integrantes a buscarlo
en otras tiendas. Sin embargo Pacheco Areco combatió la violencia con la
Constitución y la ley en la mano. Y eso marca su responsabilidad en el poder en
un período muy complejo de nuestra historia.
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