De hecho no se preoduce una innovación en lo que se refiere al monopolio de seguros sino que se hace un traspaso del mismo. Los seguros se encontraban en manos extranjeras razón por la cual su actuación se dirigía a fines concretos. Era un negocio dirigido a ser muy rentable en relación con los riesgos que se aceptaba cubrir. El batllismo en su acción gobernante tuvo dos pilares básicos, el liberalismo y la justicia, es en el caso del problema de los seguros en el año 1911 donde vemos la aplicación de la justicia social. Y en forma concreta al aparecer el Estado como regulador o indicador percibimos e mecanismo batllista de justicia social.
La segunda presidencia de José Batlle y Ordóñez se inauguró em marzo de 1911. José Serrato va a ocupar el Ministerio de Hacienda, cargo que había ocupado durante los tres últimos años de la priemra presidencia de Don Pepe. El 26 de abril. el Poder Ejecutivo presenta ante la Asamblea General Legislativa el mensaje y proyecto de ley referente al Banco de Seguros, redactado por Serrato. Constaba de 28 artículos que se encontraban divididos en 6 capítulos: entre otros conceptos el proyecto dice: " El interés colectivo cada día más variable, al mismo tiempo que más poderoso y dominador, ha impuesto al Estado la intervención directa sobre todos esos servicios, ejercida por medio del régimen de contralos o por el de monopolio(...). El Estado actual, como organización económica que es, asume ahora, sin vacilaciones, la producción de determinado servicio, buscando el desarrollo y repartición más justa de la riqueza nacional"
En lo que se refiere a los fines, el mensaje propendía a convertir el Servicio de Seguros como fuente de apreciables rendimientos que contribuirían a la solución de los problemas tributarios. Y que al sustituirlo con el monopolio fiscal el " que de hecho ejercen algunas personas físicas o morales(...) con un propósito exclusivamente mercantilista sin que el beneficio que de ellos recibe la gran masa de consumidores guarde realción con los sacrificios a que se le somete" y por supuesto también contribuiría a frenar el drenaje de fondos que se destinan a pagar altos dividendos a un muy escaso costo de inversión. Y finalmente: "...declarando monopolio del Estado el contrato de seguros cubriendo los riesgos de incendio, marítimos, los arícolas y ganaderos, los de accidentes sobre la vida, y, en general contra riesgos de todo género"
En los párrafos donde se explicaba concretamente el problema de los seguros, en el proyecto de ley: " Considerando el seguro como una institución pública el Estado la monopoliza y obtiene de esa manera, o fuertes beneficios sin necesidad de alterar las primas correspondientes con lo que se evita la creación de nuevos impuestos para satisfacer exigencias perentorias del desarrollo nacional, o la popularización de la institución bienhechora con una reducción apreciable de esas primas(...)Las primas pagadas, como se ha dicho, son parte de la riqueza pública destinadas a cubrir un riesgo o a compensar un desastre; pero también destinadas a servir dividendos extraordinarios a capitales muchas veces nominales(...) no puede mirarse con indiferencia la extracción anual de fuertes cantidades de dinero por un concepto como el del seguro. Hay que defender nuestra riqueza que forma la vida del organismo nacional, como la defienden todos los países(...)"
Para Eduardo Acevedo este proyecto era revolucionario y con toda lógica debería levantar grandes resistencias especialmente entre las compañías extranjeras. La consideración parlamentaria del tema levantó una gran polémica periodística, dándose incluso la presión directa del gobierno inglés para frenar su aprobación. "El Siglo" órgano oficial de las clases conservadoras, atacó de forma virulenta el proyecto;
" No es el viejo individualismo radical, indiferente al gran principio de solidaridad que forman la base de la existencia social, lo que brama frente a esta racha de burocrático socialismo que se desencadena sobre el país por obra del presidente de la República y de su Ministro de Haciendo: es el inspirador de todas las escuelas filosóficas y políticas que no pretenden amoldar la sociedad a las reglas del cuartel o del convento aniquiladoras de la personalidad humana, sentimiento que ha sido todo el tiempo propulsor del progreso, el factor primordial de civilización. Creemos que la sana organización social y económica no exige reducir el Estado a que oficie de juez y gendarme según la fórmula favorita de Spencer, ni facultarlo tampoco para que desperocupándose del cumplimiento de sus primordiales fines dedique preferentemente sus actividades al ejercicio de industrias invadiendo y ocupando así por grados el campo de acción privada y suprimiendo con una creación de un complejo sistema de monopolios, nuevas y fecundas fuentes de trabajo individual"
Al mencionar el Estado interviniendo en la producción de determinados servicios buscando la justa distribución de la riqueza nacional apreciamos unos de los conceptos básicos del batllismo o sea la promoción de la riqueza en el marco de un espíritu de justicia en la distribución de la misma. La orientación del proyecto en su totalidad responde en la concepción global a la idea de que el Estado debe extraer de la riqueza pública los elementos suficientes para atender su funcionamiento y mantener la eficiencia de las empresas que comprende. Las ideas de Batlle sobre el tema del Estado y la justicia social la recogemos de su propia concepción: "...mi convicción(la de Batlle) estará siempre al servicio de las iniciativas que tiendan a mejorar nuestras instituciones republicanas y el identificarlas con lo que debe ser: una regla de justicia y de fraternidad entr todos los miembros de nuestro organismo político"
La filosofía de Batlle plenamente sostenida y apoyada por su equipo de colaboradores era reformista y la mecánica de instrumentación de iniciativas a través dl Estado era simultánea a los programas de varios movimientos socialistas y liberales europeos. La concepción de Ahrens sobre el Estado y la política nos ayuida a ubicarnos en las ideas del gobierno de Batlle que entre otras iniciativas determinó la confección del proyecto de creación del Banco de Seguros. Ahrens afirmaba que:
"...la política puede por lo tanto definirse como la doctrina de los principios y los medios de la reforma sucesiva del Estado y de todas las relaciones del derecho(...) es necesario que el Estado se desprende al cabo de las reformas de centralización(...) y que se convierta en un verdadero organismo en el cual todos los órganos tengan una esfera de acción propia. El propio Serrato se preguntaba:
¿ Somos Colorados o somos Socialistas?
" Decir que nuestro proyecto es un proyecto netamente socialista es como anunciarles a las clases conservadoras el principio de la revolución social, con todas sus oscuras, confusas y complejas conclusiones que los hombres de gobierno pueden aceptar. Suponen que el socialismo aspira, de inmediato, a arrasar con la propiedad privada, convirtiéndola en propiedad común, y apropiarse de todos los medios de producción; y, como consecuencia natural, suponen que la tendencia o el propósito gubernamental es entrar en las vías del comunismo y el colectivismo, transformando la organización económico social en que reposa la vida nacional. Pero lo primero que habría de determinar, lo primero que habría derecho a exigir, es saber qué es el socialismo y a qué aspira en el momento actual en nuestro país. Porque si por socialismo se entiende el mejoramiento de las clases obreras y trabajadoras, tendiendo a elevar su cultura y su dignidad humana, sus medios de existencia y su dignidad humana, si se entiende también el procurar a la sociedad una distribución más racional de la riqueza, si por socialismo se entiende defender y buscar de mejorar ese valor económico que se llama hombre y sin el cual no hay progreso ni adelanto, en ese caso, este proyecto es netamente socialista; pero si por socialista o por aspiración socialista inmediata se entiende la desaparición de la propiedad individual; si por socialismo se entiende la apropiación de todos los medios de producción, yo digo entonces que este proyecto no ha sido inspirado en las ideas de esa escuela"
Ministro de Hacienda. Ing. José Serrato durante la defensa de la monopolización de los Seguros. 1911.
En definitiva José Serrato fue uno de nuestros primeros técnicos del Estado, más que un político de acción resonante se caracterizó como organizador de un régimen de normas para el ejercicio del gobierno en Democracia.
Ver:
Lagrotta, M. "Serrato técnico del Estado". Reflexiones del Batllismo, Número 4. marzo de 1987. Páginas 15 a 18.
Ver:
Lagrotta, M. "Serrato técnico del Estado". Reflexiones del Batllismo, Número 4. marzo de 1987. Páginas 15 a 18.
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