Amézaga, la restauración democrática. 1943-1946.
Los días 24 y 25 de julio de 1938 hubo en Montevideo una
gran manifestación popular en la que, según la prensa de la época, se
congregaron unas 200 mil personas que reclamaban pacíficamente pero a viva voz
una nueva constitución. En las elecciones realizada en 1938 nuevamente el
batllismo y los nacionalistas independientes volvieron a abstenerse. Igualmente
el triunfo correspondió al Partido Colorado resultando electo el general
arquitecto Alfredo Baldomir. Debemos recordar que la novedad política fue que
las mujeres ejercieron por primera vez su derecho al sufragio participando en
las elecciones nacionales. La presión por cambios llevó al Presidente Baldomir
a buscar alianzas con los batllistas y también con los nacionalistas
independientes para llevar adelante un proceso que permita cambiar la
Constitución. El resultado fue un golpe de Estado en el mes de febrero de 1942
que va a pasar a la historia con el nombre de "golpe bueno". Este golpe
tenía como objetivo reformar la Constitución y tuvo como principal, e
importante, diferencia con el desarrollado en 1933 que no ocurrieron arrestos
ni represión política. Si fue similar la total indiferencia de la población
frente a los hechos que se estaban desarrollando. A fines de 1942 se realizó un
plebiscito conjuntamente con las elecciones para legitimar su vigencia. El
resultado fue determinante en lo político, ahora los desplazados de cargos e
influencia en el poder son los sectores terristas y los herreristas. De entrada
la nueva constitución elimina el senado del "medio y medio". El
batllismo retorna al poder de la mano de Juan José de Amézaga, que su
trayectoria política había tenido su punto más alto como miembro de la comisión
de consulta para la Reforma Constitucional. Su compañero de fórmula fue don Alberto
Guani, diplomático de brillante actuación en el relacionamiento con los
Imperios dominantes, tanto en la negociación de los empréstitos como en las
variables políticas tan necesarias a un país tan pequeño como el
Uruguay. Fue un actor principal del panamericanismo siguiendo con
inteligencia el nuevo liderazgo de los
Estados Unidos. La fórmula buscó llegar a la mayoría del electorado que quería
democracia y los presentaba como ganadores. El comité electoral de la
candidatura lo llevaba adelante el Ingeniero José Serrato con la idea “formula
nacional”, “Amézaga, candidato de la Democracia”. En el nacionalismo siguen los
enfrentamientos, aunque Luis Alberto de Herrera recorría el país en ferrocarril
haciendo actos en todas las estaciones con el lema: “cerremos el paso al
batllismo”. Los años de dictadura
alimentaron la necesidad de democracia, parecía que el libre juego democrático
se estaba desarrollando en forma fluida y todos los candidatos más menos se presentaban como “campeones de
la democracia y la libertad”. Se forma un “comité antinazi” dentro del
oficialismo lo que obliga al herrerismo, con muchos simpatizantes en sus filas
a los sistemas italianos y alemanes, a declararse oficialmente “pro británicos”.
La mujer que ocupaba un importante rol también formaron un “comité femenino de
unidad nacional” presidido por Clotilde Luisi y Alba Roballo.
El 29 de noviembre se dirige nuevamente al país hacia la
democracia y la reforma constitucional era promulgada con el apoyo del 77% de
los votantes. Los Partidos Tradicionales alcanzaron el 91% del electorado, en
tanto en la izquierda el Partido Comunista creció un 140% y el Partido
Socialista cae un 34%. Dentro del Partido Colorado triunfó el batllismo con el
52% de los votos. Una vez que Baldomir entregó el mando a Amézaga, fue
designado integrante del Directorio del Banco de la República, al igual que
Gabriel Terra en 1938.
El trabajo principal de Amézaga
era volver a la democracia sin olvidar
los postulados históricos del batllismo de transformaciones sociales y
económicas con redistribución de la riqueza que permitieran la estabilidad
social. Hay que cumplir con la plataforma
política de Amázaga que sostenía: “ Qué continúa el capitalismo individual
para el progreso mientras no llegue a la injusticia” “Qué el Estado asegure a
las masas, protagonistas de la producción de la sociedad industrial, su puesto
en la participación de los beneficios”(AGN Caja 279, folio 109) pero lo que
define el accionar del Gobierno de Amézaga es cunado en su discurso de asunción
de mando cunado sustuvo “(…) industria, trabajo y economía con visión nacional
representan intereses asociados y solidarios” El rol solidario correspondería
al Estado que debería mediar en la solución de conflictos y se integraba,
mediante múltiples comisiones a los distintos actores sociales, entre ellas la
Comisión pro vivienda popular, la de exportaciones e importaciones. El Estado
continuará con el rol de gran empleador realizando
infinidad de obras públicas, carreteras, aeropuertos y mejoras en las
trasmisiones hidroeléctricas. Pero el principal logro por su trayectoria y
proyección hasta la actualidad fue la creación de los Consejos de Salarios en
noviembre de 1943. Que además de aplicar la teoría sistémica de Dunlop extendía
los beneficios de licencia anual, salarios mínimos y la fijación del horario
comercial en las 8 horas y más allá de esto horas extras. Los Industriales y Ganaderos
no vieron bien este proceso. En 1945 se llevó adelante el Primer Congreso
Nacional de Colonización organizado por la Comisión Nacional de Fomento Rural
cuyo presidente era el batllista César Mayo Gutiérrez sostenía: “Haremos todo
lo que podamos hacer en el sentido de levantar los índices de nuestra
producción y logar colocarla de forma segura y más con una justa remuneración y distribución de
los beneficios, se basa en el supuesto de que no se estrangulará el intercambio
internacional” En 1946 se promulga la ley que equiparaba los derechos civiles
de la mujer a los del hombre incluyendo la administración de los bienes de la
mujer casada y la patria potestad. No olvidemos que es la continuación de los proyectos de
Baltasar Brum y Enrique Rodriguez Fabregat. Los impulsos reformistas del primer
batllismo continúan ahora de la mano de
Amézaga preparando el camino a Don Tomás Berreta caudillo tropero de Canelones
que llegará de la mano del batllismo a
la presidencia de la República.
Ver:
Caetano, G., Rilla,J. Historia
Contemporánea del Uruguay, Claeh-Fin de Siglo, 2005, Montevideo, Páginas 237 y
siguientes.
Frega,A., Maronna, M, Trochon, Y.
Baldomir y la restauración democrática.EBO 1987. Páginas 133 y siguientes.
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