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jueves, 6 de agosto de 2015

Buscando el Batllismo: Juan José Amézaga, la restauración democrática. 1943-1946.

Amézaga, la restauración democrática. 1943-1946.

Los días 24 y 25 de julio de 1938 hubo en Montevideo una gran manifestación popular en la que, según la prensa de la época, se congregaron unas 200 mil personas que reclamaban pacíficamente pero a viva voz una nueva constitución. En las elecciones realizada en 1938 nuevamente el batllismo y los nacionalistas independientes volvieron a abstenerse. Igualmente el triunfo correspondió al Partido Colorado resultando electo el general arquitecto Alfredo Baldomir. Debemos recordar que la novedad política fue que las mujeres ejercieron por primera vez su derecho al sufragio participando en las elecciones nacionales. La presión por cambios llevó al Presidente Baldomir a buscar alianzas con los batllistas y también con los nacionalistas independientes para llevar adelante un proceso que permita cambiar la Constitución. El resultado fue un golpe de Estado en el mes de febrero de 1942 que va a pasar a la historia con el nombre de "golpe bueno". Este golpe tenía como objetivo reformar la Constitución y tuvo como principal, e importante, diferencia con el desarrollado en 1933 que no ocurrieron arrestos ni represión política. Si fue similar la total indiferencia de la población frente a los hechos que se estaban desarrollando. A fines de 1942 se realizó un plebiscito conjuntamente con las elecciones para legitimar su vigencia. El resultado fue determinante en lo político, ahora los desplazados de cargos e influencia en el poder son los sectores terristas y los herreristas. De entrada la nueva constitución elimina el senado del "medio y medio". El batllismo retorna al poder de la mano de Juan José de Amézaga, que su trayectoria política había tenido su punto más alto como miembro de la comisión de consulta para la Reforma Constitucional. Su compañero de fórmula fue don Alberto Guani, diplomático de brillante actuación en el relacionamiento con los Imperios dominantes, tanto en la negociación de los empréstitos como en las variables  políticas  tan necesarias a un país tan pequeño como el Uruguay. Fue un actor principal del panamericanismo siguiendo con inteligencia  el nuevo liderazgo de los Estados Unidos. La fórmula buscó llegar a la mayoría del electorado que quería democracia y los presentaba como ganadores. El comité electoral de la candidatura lo llevaba adelante el Ingeniero José Serrato con la idea “formula nacional”, “Amézaga, candidato de la Democracia”. En el nacionalismo siguen los enfrentamientos, aunque Luis Alberto de Herrera recorría el país en ferrocarril haciendo actos en todas las estaciones con el lema: “cerremos el paso al batllismo”.  Los años de dictadura alimentaron la necesidad de democracia, parecía que el libre juego democrático se estaba desarrollando en forma fluida y todos los candidatos  más menos se presentaban como “campeones de la democracia y la libertad”. Se forma un “comité antinazi” dentro del oficialismo lo que obliga al herrerismo, con muchos simpatizantes en sus filas a los sistemas italianos y alemanes, a declararse oficialmente “pro británicos”. La mujer que ocupaba un importante rol también formaron un “comité femenino de unidad nacional” presidido por Clotilde Luisi y Alba Roballo.
El 29 de noviembre se dirige nuevamente al país hacia la democracia y la reforma constitucional era promulgada con el apoyo del 77% de los votantes. Los Partidos Tradicionales alcanzaron el 91% del electorado, en tanto en la izquierda el Partido Comunista creció un 140% y el Partido Socialista cae un 34%. Dentro del Partido Colorado triunfó el batllismo con el 52% de los votos. Una vez que Baldomir entregó el mando a Amézaga, fue designado integrante del Directorio del Banco de la República, al igual que Gabriel Terra en 1938.
El trabajo principal de Amézaga era volver a  la democracia sin olvidar los postulados históricos del batllismo de transformaciones sociales y económicas con redistribución de la riqueza que permitieran la estabilidad social. Hay que cumplir con la plataforma  política de Amázaga que sostenía: “ Qué continúa el capitalismo individual para el progreso mientras no llegue a la injusticia” “Qué el Estado asegure a las masas, protagonistas de la producción de la sociedad industrial, su puesto en la participación de los beneficios”(AGN Caja 279, folio 109) pero lo que define el accionar del Gobierno de Amézaga es cunado en su discurso de asunción de mando cunado sustuvo “(…) industria, trabajo y economía con visión nacional representan intereses asociados y solidarios” El rol solidario correspondería al Estado que debería mediar en la solución de conflictos y se integraba, mediante múltiples comisiones a los distintos actores sociales, entre ellas la Comisión pro vivienda popular, la de exportaciones e importaciones. El Estado continuará con el rol de gran  empleador realizando infinidad de obras públicas, carreteras, aeropuertos y mejoras en las trasmisiones hidroeléctricas. Pero el principal logro por su trayectoria y proyección hasta la actualidad fue la creación de los Consejos de Salarios en noviembre de 1943. Que además de aplicar la teoría sistémica de Dunlop extendía los beneficios de licencia anual, salarios mínimos y la fijación del horario comercial en las 8 horas y más allá de esto horas extras. Los Industriales y Ganaderos no vieron bien este proceso. En 1945 se llevó adelante el Primer Congreso Nacional de Colonización organizado por la Comisión Nacional de Fomento Rural cuyo presidente era el batllista César Mayo Gutiérrez sostenía: “Haremos todo lo que podamos hacer en el sentido de levantar los índices de nuestra producción y logar colocarla de forma segura y más  con una justa remuneración y distribución de los beneficios, se basa en el supuesto de que no se estrangulará el intercambio internacional” En 1946 se promulga la ley que equiparaba los derechos civiles de la mujer a los del hombre incluyendo la administración de los bienes de la mujer casada y la patria potestad. No olvidemos que  es la continuación de los proyectos de Baltasar Brum y Enrique Rodriguez Fabregat. Los impulsos reformistas del primer batllismo continúan  ahora de la mano de Amézaga preparando el camino a Don Tomás Berreta caudillo tropero de Canelones que llegará de la mano del batllismo  a la presidencia de la República.
Ver:
Caetano, G., Rilla,J. Historia Contemporánea del Uruguay, Claeh-Fin de Siglo, 2005, Montevideo, Páginas 237 y siguientes.

Frega,A., Maronna, M, Trochon, Y. Baldomir y la restauración democrática.EBO 1987. Páginas 133 y siguientes.

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