El tema siempre gira en torno a la prosperidad de las naciones. En forma ineludible partimos siempre del análisis que realizó Adam Smith en su texto "La riqueza de las naciones" publicado en 1776 el que se considera como el punto de partida de la economía moderna. La crítica al Mercantilismo, que era la escuela económica que predominaba en Europa durante el Renacimiento y que incluía un desarrollo industrial incipiente. Como sabemos los mercantilistas manejaban la teoría del desarrollo comercial o sea aumento de las exportaciones de mercancías para obtener oro que era el motor de enriquecer los estados acumulado metales preciosos. Desde la perspectiva moderna queda claro que disponer un gran stock de oro en una bóveda no proporciona mejores niveles de vida. En términos actuales la verdadera
riqueza de una nación está dada por el nivel de vida que se le puede brindar a sus ciudadanos. Es imprescindible, entonces, aumentar la productividad, realizar inversiones en infraestructuras y en maquinarias. En el siglo actual hay que agregar el conocimiento que sumado a lo anterior debe llevar al pleno empleo. En forma contemporánea a los escritos de Smith el patrimonio de Gran Bretaña era la posesión de colonias importantes y la explotación de las riquezas que poseían. Para Smith eso no era relevante, lo que era importante era el papel de la industria y el comercio y las ventajas de poseer grandes mercados. Es evidente que hay una parte no manejada en este análisis que se refiere al escaso o nulo papel que tenía el estudio, los avances tecnológicos y su desarrollo en la economía del siglo XVIII. En forma paralela aunque con décadas de diferencia otros pensadores como Thomas Malthus y David Ricardo analizan el impacto del crecimiento poblacional en los salarios y en los niveles de subsistencia. La realidad fue que los salarios se limitaban a , casi, niveles de subsistencia. Los avances en ciencia y tecnología posteriores y los cambios en la organización social política y económica durante la Ilustración llevaron a un aumento de la producción que llevó, a su vez, a un aumento poblacional derivada de mejoras en la higiene y salud pública. Los saltos productivos implicaron un rápido desarrollo del comercio internacional que determinó el ingreso de nuevas regiones a la economía mundial capitalista. La síntesis de revoluciones denominada Revolución Industrial se sostuvo en una evolución de la legislación inglesa, la revolución agrícola y el desarrollo de los transportes, primero con el desarrollo del ferrocarril, luego los buques a vapor y finalmente con el desarrollo del motor de combustión interna los camiones y los automóviles. Entre 1860 y 1875 se consolida un sistema de intercambio de capital, trabajo y mercaderías casi sin restricciones. Durante la primera fase del proceso, o sea en la primera mitad del siglo XIX hubo políticas proteccionistas con altos aranceles en las aduanas y limitación de comercializar productos que compitiesen con las industria nacional. En la segunda mitad se elimina en gran medida estas medidas proteccionistas lo que implicó un gran intercambio comercial y tecnológico a nivel mundial. Esto inmediatamente determinó que los países industrializados consiguieron los mejores privilegios: importaban alimentos y materias primas como algodón, hierro, cobre y exportaban productos manufacturados como textiles y productos industriales de mayor valor agregado.Para muchos autores económicos el principal promotor del librecambio fue Gran Bretaña. Esto se debió a la reacción a las duras condiciones de bloqueo económico originado durante las guerras napoleónicas entre 1802 y 1815. A esta situación le debemos sumar los textos de Smith y de Ricardo que sostenían entre otras cosas que el crecimiento económico va de la mano de la división del trabajo, dentro de cada país y entre naciones. Esto generaba producciones con mayores ventajas competitivas y con menores costos de producción. Se dinamizaría el comercio y eso mejora las economías nacionales. Pero todo este marco teórico tenía como principal beneficiario a Gran Bretaña, reina de los mares desde la firma del Acta de Navegación durante el gobierno de Cronwell. El modelo de integración y articulación de la economía mundial se diagramo en torno a un sistema monetario y de comercio denominado "patrón oro". Era un sistema de cambios fijos mediante el cual los países ataban sus monedas a un precio oficial fijo del oro logrando que a través de un Banco Central o Nacional la libre convertibilidad de la moneda en oro. El sistema tenía estas principales características:
1) Libre flujo de oro entre personas y países.
2) Compromiso de los gobiernos en mantener los valores fijos de las monedas con referencia al oro.
3) Compromiso, también, de mantener la relación de la circulación interna de billetes con las reservas de oro.
4) Sistema de precios flexible, utilizando la disminución de precios en lugar de la devaluación.
5) Régimen de conversión mediante el cual todo papel moneda podía y debía ser convertido a su equivalente en oro por el agente emisor en cualquier momento y a sola voluntad del poseedor de los billetes.
Este modelo permitió que las economía mundiales estuviesen en equilibrio durante un largo tiempo desarrollando un solo esquema de comercio mundial libre en los pagos y en los intercambios.
Ver:
Stiglitz, J,E. Capitalismo progresista. Taurus 2019.
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