El siglo XX: antecedentes de la Primera Guerra Mundial.

 

Existen múltiples orígenes de la Primera Guerra Mundial. Algunas causas son inmediatas y circunstanciales y las podemos enumerar de un modo simple y cronológico. La guerra, que se inicia en agosto de 1914 se inicia con la crisis diplomática que se desarrolló a partir del 28 de junio de 1914 en el atentado de Sarajevo. En definitiva el asesinato del archiduque Francisco Fernando dio origen a una crisis militar y diplomática que ya existía de un modo latente. Esas causas latentes nos llevan más atrás en la historia y desde variados puntos de vista, el primero debe ser que el inicio de la Guerra no fue exclusivamente de una voluntad beligerante exclusiva del gobierno alemán. Es cierto que Alemania estaba en plena expansión económica y el desarrollo continuo era muy importante. Había realizado grandes inversiones en la industria y en la dinámica del capitalismo industrial debía amortizarlas. Por lo tanto era indispensable conquistar nuevos mercados exteriores. Esta política le hace entrar en competencia directa con Gran Bretaña. El desarrollo económico británico no estaba basado en la guerra, por el contrario todo su desarrollo se había llevado a cabo en el marco de un liberalismo recíproco de intercambios. En 1846  Inglaterra había renunciado al proteccionismo económico y abolió en 1849 en Acta de Navegación. Alemania tenía un enfoque mixto, similar al británico en comercio exterior y de cerrado proteccionismo en el mercado interno. Desde este punto de vista la guerra surgió directamente del imperialismo económico y será la tesis clásica del marxismo-leninismo. Sin embargo el historiador francés Pierre Renouvin sostuvo que esta explicación era muy reduccionista debido a que la economía alemana no presentaba problemas ni dificultades, no es cierto, entonces que la evolución económica alemana condujese al guerra. Varios estados europeos si tenían problemas; Rusia que esta convulsionada desde la derrota de Tsushima y la revolución de 1905, Austria-Hungría con grandes problemas internos derivados de reclamos nacionalistas. Este fenómeno es medular y será determinante para el desarrollo de la guerra: el movimiento de las nacionalidades, aspiraciones de independencia nacional, búsqueda de unidad o separatismo según los casos. Entonces los nacionalismo son uno de los motores del inicio de la Primera Guerra Mundial. Hay que sumarle la búsqueda de mercados internacionales. En el caso de Alemania se abandona la política bismarckiana iniciada en 1871 y que ciertamente había dado paz y estabilidad en Europa. Con la llegada al poder de Guillermo II se pasó de una política de equilibrio europeo a la política de expansión, esta sí portadora de gérmenes de guerra. La política internacional a partir de 1900 recibe el nombre de "paz armada" que asocia dos elementos, sistema de alianzas y carrera armamentista. Francia sale de un aislamiento cunado en 1892 se acerca a Rusia. Esta política lleva a la convivencia de dos grandes alianzas : Francia, Gran Bretaña y Rusia por un lado y Alemania y Austria-Hungría por otro. Por otro lado se promueven leyes que llevan adelante mayores presupuestos militares, alargan los periodos del servicio militar obligatorio, se desarrollan nuevas tecnologías militares, en resumen todos se preparan para una guerra que nadie quiere. En realidad desde 1905 hubo crisis cada año y las alianzas entraron en permanente tensión: Tánger en 1905, Bosnia Herzegovina en 1908, Marruecos en 1911, los Balcanes en 1911 y en 1913. La realidad era que bastaba algún incidente para el estallido de una guerra generalizada, y esto ocurrió con el atentado que determinó el asesinato del archiduque Francisco Fernando. La guerra desatada en agosto de 1914 no tiene antecedentes cercanos, es más, habría que remontarse hasta la guerras napoleónicas para tener un parámetro similar de larga duración. Si hubo guerras fuera de Europa, por ejemplo la guerra de los Boers que enfrentó a los británicos con los boers que querían su independencia, o la Guerra de Secesión que fue una guerra civil en los Estados Unidos y que duró  de abril de 1861 a abril de 1865. En la Europa de 1914 todos pensaban que sería una guerra corta y que todos los soldados estaría de vuelta para navidad. En base a este principio se estableció claramente una guerra de movimientos, así lo muestra claramente el plan alemán de un ataque envolvente por Bélgica. No ocurrió así, durante los primeros meses ningún beligerante pudo lograr una ventaja decisiva: los alemanes son detenidos el la batalla del Marne, los rusos en Prusia Oriental en la batalla de Tannenberg. A partir de estos hechos las potencias beligerantes se ven obligadas a nuevos planteos y los frentes se inmovilizan, se pasa de una guerra de movimientos a a una guerra de posiciones.

Ver:

Remond, R. El siglo XX. Vicens Vives, Barcelona. 1983.