En Italia desde la unificación en 1861 existió un modelo de gobierno parlamentario y plural. Eso no significa que lo podamos llamar democrático debido a que los niveles de participación eran muy reducidos. Por lo tanto la lucha política evolucionó hacia un enfrentamiento entre facciones y con una lógica de corrupción manejada por un pequeño grupo oligárquico de nobles con pensamiento liberal. En 1912 se produce un una reforma en los derechos refrentes al sufragio que triplicó el volumen de personas habilitadas para ejercer el voto. En números redondos se pasó de 3 millones a 9 millones de votantes. Si bien fue muy auspicioso este avance no fue acompañado por reformas estructurales el gobierno. Poco después dio comienzo la Gran Guerra, en la cual de un modo muy traumático Italia entra en la misma a partir de 1915. Luego de la guerra se logró la universalidad del voto masculino en
Italia como recompensa a los combatientes en la guerra. La realidad que el esta acción abrió la puerta a una gran parte de la ciudadanía de manifestar sus críticas al viejo modelo oligárquico liberal italiano. La mayoría de los votantes le dio apoyo a un novel partido llamo Partido Popular Italiano integrado por seguidores del catolicismo, muy fuerte en Italia en esa época, y de los socialistas cuyo programa de principios sostenía que su objetivo era " la conquista violenta del poder político en nombre de los trabajadores y establecer una dictadura del proletariado" Los socialistas italianos habían declarado su vinculación a la Internacional Comunista que había fundado Lenin en 1919. El resultado fue que en noviembre de 1919 triplicaron sus escaños en la Cámara de Diputados y los Populares las cuadruplicaron. En el sur de Italia, fundamentalmente agrícola y más atrasada en su evolución económica siguió teniendo un peso fuerte la vieja política clientelística. Queda claro, entonces, que se produce una profunda fragmentación política y en realidad esas luchas políticas llevaron a una suerte de parálisis en el gobierno. Para los industriales esto encendió luces rojas, aparentemente Italia estaba en el borde de una revolución comunista. Si miramos los datos del período encontramos que en el sector empresarial e industrial hubo huelgas permanentes alrededor de 1500 en un año, ocupaciones de fábricas, manifestaciones en las calles con saqueos y enfrentamientos violentos. En la Italia sureña los trabajadores rurales se suman a los movimientos. El gobierno no pudo o no supo como controlar los desbordes sociales y los miedos de los industriales al avance del comunismo. El sistema de partidos tampoco daba soluciones y como ocurre en estos casos empiezan a configurase nuevas fuerzas. Entre ellas los fascistas. Las palabra fascismo deriva de "fascio" que visual e históricamente alude al poder imperial romano de autoridad presente en las legiones romanas. Surge como movimiento político en 1919 en el norte de Italia con la figura principal de Benito Mussolini como actor principal, entre muchos otros. La realidad fue que en el medio del caos social y político comienzan a surgir en Italia movimientos paramilitares pequeños, en su mayoría que se llamaban a si mismos "Fasci" o grupos que integraban a militares desmovilizados y a jóvenes estudiantes. Lo común era la juventud de la mayoría de los integrantes, un sentimiento nacionalista radical, valora la guerra como factor de dignidad del pueblo y considerar como enemigo principal al modelo parlamentario vigente. O sea lo que ofrecen estos grupos eran modernizar Italia bajo una visión radical y violenta para modificar el Estado. Para entender el fascismo es imprescindible entender que el nacionalismo radical propuesto era en definitiva una reacción contra el iluminismo liberal o sea reformular los resultados de las revoluciones norteamericana de 1776, francesa de 1789, o sea a todo ese ciclo revolucionario que comienza en Virginia y culmina en La Habana en 1898, el definitiva el fascismo fue una visión contrarrevolucionaria a los logros alcanzados en representación y libertades políticas, sociales, económicas y sobre todo a la tolerancia y a la igualdad. Nunca se opusieron al modelo económico de libre mercado y al contrario construyen un modelo corporativo para potencial el desarrollo capitalista. Es acá donde surge su visión antibolchevique aprovechando el temor a la expansión del mismo en los sectores industriales y económicos italianos. Benito Mussolini, antiguo editor del periódico de Partido Socialista Italiano, ya había discrepado con el Partido Socialista por defender ardientemente la participación de Italia en la Gran Guerra. Hubo muchos "fasci" en Italia, pero Mussolini hizo propuestas más radicales que las de la propia izquierda: sufragio universal, eliminación de los títulos nobiliarios, libertad de opinión, educación universal y abierta a todos los italianos, salud pública integral, jornada laboral de 8 horas, organización de los trabajadores en sistemas cooperativos con reparto de los beneficios, eliminación de la monarquía y fundar una nueva república italiana con administraciones regionales autónomas y un poder ejecutivo descentralizado y en sus propias palabras " transformación radical de los fundamentos políticos y económicos de la vida colectiva. Eran propuestas seductoras, pero más adelante el propio Mussolini cambiaría su visión sobre estos objetivos argumentado que aquellos postulados eran simples aspiraciones y también en sus propias palabras el fascismo "no se nutrió de una doctrina elaborada de antemano, teóricamente, nació de una necesidad de acción desde el principio, fue algo práctico, no teórico" O sea y en resumen y como mejor lección para los tiempos que corren el programa propuesto en Milán podía ser obviado, pasado por alto, ignorado o adaptado según las necesidades de coyuntura política.Ver:
Finchelstein, F. Del Fascismo al Populismo, Taurus, Buenos Aires 2018.
Kershaw, I Descenso a los Infiernos, Crítica, Buenos Aires, 2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.