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domingo, 4 de diciembre de 2022

Luis Batlle Berres un debate ideológico imprescindible.


"Un héroe al que se recuerda sin andar por los caminos que él señala, es un héroe muerto" Luis Batlle Berres.


En 1951 había una gran conflictividad sindical. Esto se sumaba a la lucha plebiscitaria por la reforma constitucional. El antecedente cercano de esta realidad la encontramos en la lucha electoral durante las elecciones de 1950. El Partido Colorado disputa tres candidaturas con grandes diferencias ideológicas e incluso disputas familiares. La lista 14 con César Mayo Gutiérrez y Lorenzo Batlle, en tanto que la lista 15 con la formula Andrés Martínez Trueba y Alfeo Brum y finalmente los independientes que promovían adelante a Eduardo Blanco Acevedo. El Partido Colorado ganó con 52% de los votos y la lista 15 en la interna por 10000 votos. Martínez Trueba comienza un acercamiento con el herrerismo que culmina con un acuerdo para poder llevar adelante la reforma constitucional con el objetivo de llevar adelante el proyecto colegiado. La postura de don Luis fue sostener que el " Colegiado es algo sentido por la gran mayoría de la ciudadanía" pero exige que que contengan leyes de avances sociales y económicos. Los hermanos Batlle Pacheco comienzan a poner todo el poder del el diario El Día para cerrar la posibilidad de que don Luis alcance la segunda presidencia. En verdad nunca quedó del todo claro si todo este episodio fue un ataque a la posibilidad de crecimiento político de don Luis o el reconocimiento final a los famosos apuntes de don Pepe sobre el modelo colegiado. El primer colegiado fue complejo por varias razones, la economía entró en un proceso de deterioro que en 1955 entra en estado terminal. Los partidos tradicionales comienzan a manifestar grandes diferencias y para complicar más las cosas la agitación sindical y social llevó a grandes enfrentamientos callejeros.  Es el momento en que Luis incia la campaña con la frase "Todo o nada" que deja entreve que no está dispuesto a realizar alianzas para llegar al poder. El resultado electoral determinó el retorno potente del quincismo al poder con el concepto de "Renovación y Reforma" y el ingreso al parlamento de una camada importante de políticos jóvenes que harán historia posteriormente: Alberto Abdala, Zelmar Michelini, Teófilo Collazo, Guzmán Acosta y Lara entre otros. Lo primero que hace Batlle Berres es ir a Estados Unidos en el mes de diciembre de 1955 para aplicar su modelo económico en pleno delirio keynesiano y con la aplicación del Plan Marshall de reconstrucción económica europea. La idea de don Luis era que los Estados Unidos invierta en Uruguay, pensando que la habitual amistad entre los dos países durante la guerra permitiría llegar a acuerdos,  era una idea muy idealista. Don Luis ya había sostenido su visión en un extenso editorial "(...)en las actuales lucas sociales se busca, como es natural y respetable, el predominio de las ideas, pero es claro que las formas de la violencia y la coacción no pueden ser admitidas. nadie tiene más fuerza que el Poder Público, pero para ser prestigioso quiere y tiene necesidad de respetar, e igual deber tiene todos los hombres, individual y colectivamente considerados. Las formas de violencia para imponer ideas filosóficas de regresión o de acción evolutiva(...) La violencia del capital para imponer su quietismo en todo lo que ha conquistado, no puede tolerarse; El empleo de tales formas supone el imperio del más fuerte o del más malo, no el triunfo de la justicia. dentro del orden, todas las discusiones y todas las soluciones que destruyan injusticias y hagan la felicidad del pueblo son convenientes para el progreso y la unidad social." El legado de don Luis fue mostrar la vigencia del batllismo hasta bien entrados los años sesenta. Promovió jóvenes, mostró el idealismo político, creyó en el Estado y consolidó nuestro ADN de estado de bienestar y extendió la visión de don pepe de redistribución de la riqueza a través del Estado, la industrialización y la educación. La ortodoxia económica keynesiana no le favoreció y a mi entender lo convirtió en uno de los dirigentes más citados y menos reconocidos. Y como frase final para marcar las diferencias que debemos tener si nos definimos como batllistas su visión frente al capital extranjero; "No soy tampoco un débil frente al capital extranjero, mi tradición es clara, y mi abolengo muy puro, Milito en un partido que ha luchado siempre contra la instalación del capital extranjero en nuestro país(...) esperamos seguir cumpliendo con nuestro deber para favorecer el progreso del país, la riqueza del país y las libertades del país" El mundo cambió mucho, la economía también, el batllismo debe evolucionar en esa dirección sin perder sus fundamentos iniciales, la justicia y el desarrollo social.

Ver:

Batlle, L. Discursos y artículos seleccionados por Santiago Rompani. Alfa Montevideo, 1965.

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