El
batllismo entre 1964 y 1973: ideología y economía en crisis
Contexto
general
Tras la muerte de Luis Batlle Berres (1964), el batllismo perdió a su último caudillo unificador. El Partido Colorado entró en una etapa de fragmentación interna en la que convivieron tendencias luisistas debilitadas, sectores “riveristas” más conservadores y nuevos liderazgos (Jorge Batlle, Zelmar Michelini, Amílcar Vasconcellos). El marco fue el Uruguay en recesión relativa, con caída de
exportaciones, inflación y creciente conflictividad social que desembocó en el autoritarismo.La
ideología batllista en transformación
-
Cuestionamiento del colegiado: tras el fracaso del Ejecutivo colegiado en 1966,
el batllismo acompañó la reforma constitucional que restableció la presidencia
unipersonal. Con ello se distanció de una de las banderas de José Batlle y
Ordóñez.
- Giro hacia un pragmatismo económico: figuras como Jorge Batlle defendieron la
apertura al capital extranjero y la flexibilización del estatismo clásico.
- Batllismo progresista vs. batllismo liberal: coexistieron corrientes.
Michelini y Vasconcellos buscaban renovar el reformismo; Jorge Batlle tendió
hacia un liberalismo económico incipiente.
El año 1966
era un año de elecciones por lo tanto un año de debates políticos. Era clave el
debate sobre la reforma constitucional, concretamente, en el tema de la organización del Poder
Ejecutivo. Este tema se disparó luego de las elecciones internas de la Lista
15. En aquel debate intervinieron , además, sectores como como el sindical, el militar
que ya presentaba, internamente, dos líneas enfrentadas, entre golpistas y
constitucionalistas. En este año la vieja 15 había dejado, virtualmente de
existir. Se encontraba fragmentada en tres sectores. El quincismo se dividió en Unidad y Reforma
encabezado por Abdala y Jorge Batlle Ibáñez; el grupo “Por la ruta de Luis
Batlle”, dirigido por el consejero Amilcar Vasconcellos y un nuevo grupo
llamado “Frente Colorado de Unidad” que agrupaba al “grupo de los Senadores” y
al diputado Flores Mora que tenía a su vez un grupo denominado “Unidad y
Presidencia”. Vasconcellos se oponía ferozmente a la reforma constitucional y
comenzó a actuar denunciando que otros dirigentes quincistas habían olvidado la
postura de Luis Batlle que priorizaba la Victoria electoral contra los
nacionalistas por sobre la reforma constitucional. El grupo de “los senadores” veían la política desde otro ángulo
alejándose de la estrategia de los “clubes” que la interpretaban como “expresión
de un tiempo que se terminaba”(Sanguinetti, 2024). Interesante es la visión
sobre estos hechos de Manuel Flores
Silva que afirmó “el Frente Colorado de Unidad se había formado para que Jorge
no ganara, en el entendido de que la derecha no ganara el Partido”(Rodríguez
Mitral, 2024). La Verdad era la convicción de que la posición de Jorge Batlle
se acercaba a la visión de los empresarios y que aceptaba, en parte, la Reforma
Cambiaria y Monetaria que había llevado Adelante el Cr. Juan Eduardo Azzini
durante el primer colegiado nacionalista. La posición más novedosa de la 15 fue
con referencia a la Economía. En la campana política Jorge Batlle definió el
rol del Estado y afirmó en un discurso frente a la Convención que “el Estado,
en fines no reproductivos, compromete la mayor parte de los recursos nacionales”
era evidente que planteaba una reforma del Estado al que acusaba de padecer una
“enfermedad burocrática” y que había evolucionado desde haber sido el sostén de la Sociedad a un peso
tal, que lo comparó con “una lápida que
está sostenida por la Sociedad”. Avanzó más en su visión económica sosteniendo “el
Estado tiene que intervenir pero no para sustituir la actividad privada, sino
para coordinar su esfuerzo”
La
economía batllista en crisis
-
Estancamiento estructural: la sustitución de importaciones alcanzó sus límites
a fines de los 50. Entre 1965 y 1973 la economía se caracterizó por inflación
crónica, caída de los términos de intercambio y déficit fiscal persistente.
- Políticas de ajuste y represión salarial: los gobiernos colorados de Óscar
Gestido (1967) y Jorge Pacheco Areco (1967-1972) aplicaron políticas de
estabilización ortodoxas.
- Corporativización y emergencia sindical: la represión salarial estimuló la
unificación sindical (Convención Nacional de Trabajadores, 1966).
- Deslegitimación del Estado benefactor: la inflación y el estancamiento
minaron la capacidad del Estado para sostener el “pacto batllista”.
Del
reformismo al autoritarismo
Entre 1964
y 1973, el batllismo transitó de un reformismo debilitado a una posición
crecientemente defensiva frente a la crisis. Con la presidencia de Pacheco
Areco se instaló un régimen de “medidas prontas de seguridad” casi permanente.
El golpe de Estado de 1973 encontró al batllismo dividido y con una identidad
ideológica diluida.
Conclusiones
El período
muestra cómo el batllismo:
1. Abandonó la defensa del colegiado y aceptó la vuelta al presidencialismo.
2. Pasó de un reformismo redistributivo a políticas de estabilización.
3. Quedó desbordado por nuevas fuerzas y perdió su papel de columna vertebral.
En suma, el batllismo entre 1964 y 1973 transitó desde la crisis de su
ideología fundante hasta su eclipse político en el contexto del quiebre
democrático. Los votantes comenzaron a buscar el “escudo de los débiles” en
otras opciones.
Bibliografía
complementaria
Finch, H.
(2005). Historia económica del Uruguay contemporáneo: Desde Batlle hasta la
crisis actual. Montevideo: Fin de Siglo.
Nahum, B. (1996). Historia del Uruguay contemporáneo (1942–1967), Tomo 1.
Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental.
Oddone, G. (2008). Instituciones, políticas y declive económico en Uruguay en
el siglo XX. Montevideo: Asociación Uruguaya de Historia Económica.
Real de Azúa, C. (1964). El impulso y su freno: Tres décadas de batllismo y las
raíces de la crisis uruguaya. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental.
Real de Azúa, C. (1971). Política, poder y partidos en el Uruguay de hoy.
Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental.
Caetano, G., & Rilla, J. (1987). Historia contemporánea del Uruguay. De la
Colonia al Mercosur. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental.

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