El fin de los mandatos y la creación del Estado de
Israel: la voz latinoamericana en la ONU
La creación del Estado de Israel en 1948 fue el resultado de una compleja convergencia entre la lucha armada judía contra el Mandato británico, la diplomacia internacional en la ONU y el apoyo decisivo de países latinoamericanos como Uruguay y Guatemala. A casi ocho décadas de aquellos hechos, las figuras de Enrique Rodríguez Fabregat y Jorge García Granados emergen como protagonistas de un
capítulo en el que las naciones pequeñas tuvieron un peso simbólico y político inesperado.
“Enrique Rodríguez Fabregat nunca había soñado actuar en el
ámbito de la diplomacia y menos en convertirse en la figura central de un
acontecimiento que sigue generando amplias repercusiones en el mundo. Pero, el
día que, en Nueva York -residía en Estados Unidos desde hacía siete años y
pensaba continuar allí, donde se desempeñaba como catedrático de posgrados y
doctorados sobre El Siglo de Oro de las literatura española y las corrientes
literarias latinoamericanas- recibió una llamada del presidente Luis Batlle,
-con el que tenía una entrañable amistad, compartían ideales y habían trabajado
juntos en política-, todo cambió, porque ante su sorpresa le hizo el
ofrecimiento para ser el representante permanente(…) aceptó la difícil misión
porque significaba no solo apoyar al gobierno que encabezaba aquél, sino
contribuir a mantener el prestigio del que gozaba Uruguay como democracia
ejemplar y forjar relaciones pacíficas entre los pueblos…” (Sion: Rebelión y cumplimiento,
Prólogo, 2025)
El fin de los mandatos en Medio Oriente
Tras la Primera Guerra Mundial, la Sociedad de Naciones
otorgó a Reino Unido el mandato sobre Palestina. La Declaración Balfour (1917)
había prometido un “hogar nacional judío”, pero las tensiones entre árabes y
judíos se intensificaron en las décadas siguientes.
La Segunda Guerra Mundial y el Holocausto aceleraron la urgencia del movimiento
sionista. Exhausto, el Reino Unido anunció en 1947 que abandonaría Palestina,
dejando la cuestión en manos de la recién creada Organización de las Naciones
Unidas.
La ONU y la Resolución 181
El Comité Especial para Palestina (UNSCOP), integrado por
países neutrales, recomendó la partición del territorio en dos Estados: uno
judío y otro árabe, con Jerusalén bajo administración internacional.
El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General aprobó la Resolución 181 con 33
votos a favor, 13 en contra y 10 abstenciones. Fue la primera gran decisión de
la ONU en materia de paz y seguridad.
Uruguay y Guatemala: voces latinoamericanas
Uruguay y Guatemala se destacaron en el proceso. Enrique Rodríguez Fabregat, delegado uruguayo en el UNSCOP, defendió con vehemencia la causa sionista. “La creación de un Estado judío es una reparación histórica tras el Holocausto”, afirmó en sus intervenciones. Su postura influyó en otros países latinoamericanos y consolidó el voto favorable de Uruguay. Jorge García Granados, representante de Guatemala, relató en su libro Así nació Israel cómo las visitas a Palestina y las negociaciones en la ONU lo convencieron de apoyar la partición. Guatemala fue el primer país en reconocer oficialmente a Israel en 1948. Ambos diplomáticos demostraron que América Latina podía jugar un papel decisivo en la política internacional, inclinando la balanza en una votación histórica.
Mientras tanto, en Palestina, la resistencia armada contra
los británicos se intensificaba. En La Rebelión, Menachem Begin, líder
del Irgun, narró episodios como el atentado al Hotel King David en 1946 y la
fuga de prisioneros de Acre. Para Begin, la violencia era un medio legítimo de
liberación nacional.
Su relato muestra la cara más dura del proceso: la guerra civil entre judíos y
árabes, la masacre de Deir Yassin y la convicción de que, sin la presión
armada, los británicos no habrían abandonado Palestina.
El contraste entre los testimonios de Begin y Granados revela la doble estrategia que dio origen a Israel: La resistencia armada, que debilitó la posición británica. La diplomacia internacional, que otorgó legitimidad al nuevo Estado.
Sin la violencia, difícilmente se habría forzado la retirada
británica. Sin la ONU, Israel habría nacido aislado y vulnerable.
La creación del Estado de Israel fue el resultado de un
proceso global en el que confluyeron tragedia, lucha y diplomacia. Uruguay y
Guatemala, a través de Rodríguez Fabregat y García Granados, demostraron que
las naciones pequeñas podían tener un impacto decisivo en la historia mundial.
Sus voces, junto con la resistencia narrada por Begin, siguen siendo testimonio
de un momento fundacional que aún resuena en el presente. “El profesor Fabregat
fue un fiel defensor del plan de partición porque creía que el establecimiento
de un Estado Judío significaba un triunfo sobre el racismo y la discriminación,
a la vez que una solución definitiva al problema judío. Desde su perspectiva la
Resolución de la Asamblea General venía a refrendar el hogar nacional concedido
por la Declaración Balfour y les concedía a las víctimas del holocausto la
merecida oportunidad de vivir entre sus iguales. Su concepción incluía dos
Estados que estarían unidos económicamente y que cooperarían en su desarrollo,
acercando a dos pueblos enfrentados. Visión muy bien intencionada, pero quizás
un tanto idealista, teniendo en cuenta que no cabía duda del pronto estallido
de un enfrentamiento militar entre las partes en pugna. No en vano el gobierno
mandatario aplicaba medidas extremas en el mantenimiento del orden y gastaba
30% de sus ingresos en fuerzas policiales y militares. Una solución que no
contaba con el respaldo del Reino Unido y de los árabes estaba condenada de
antemano a un sangriento fracaso” (Ruiz, D. 2025, Obra citada. Conclusiones)
Bibliografía
- Begin,
Menachem. La Rebelión. Jerusalén, 1951.
- García
Granados, Jorge. Así nació Israel. México, 1948.
- ONU.
Resolución 181 de la Asamblea General. 29 de noviembre de 1947.
- Shlaim,
Avi. The Iron Wall: Israel and the Arab World. Penguin, 2000.
- Morris, Benny. 1948: A History of
the First Arab-Israeli War. Yale University Press, 2008.
- Pappé,
Ilan. The Making of the Arab-Israeli Conflict, 1947–1951. I.B. Taurus,
1992.

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