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martes, 18 de noviembre de 2025

Julio César Grauert. Recuerdo permanente.

 

Julio César Grauert: ideario, acción y martirio.

 «No hay libertad política si no hay libertad económica. Ninguna de las libertades, por sí sola, puede subsistir si no actúa y funciona la libertad económica. Y la democracia política de nada vale si no se impregna de esta instrumentación para obtener la distribución de los bienes sociales». J.C. Grauert.

 

 


 

Julio César Grauert (1902-1933) fue uno de los líderes más prometedores del batllismo renovador y una de las primeras víctimas políticas de la dictadura de Gabriel Terra. Su vida breve, intensa y profundamente comprometida con la democracia y la justicia social lo convirtió en un símbolo del enfrentamiento entre el Uruguay reformista y el autoritarismo de los años treinta.

ORÍGENES Y FORMACIÓN
Nacido en Montevideo en 1902, Grauert se destacó desde joven como dirigente estudiantil. Participó activamente en las transformaciones universitarias inspiradas en la Reforma de Córdoba y fue

cofundador de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) en 1926. Su formación como abogado reforzó su compromiso con el derecho público, la laicidad y las libertades ciudadanas.
Grauert representó una vertiente juvenil y renovadora del batllismo. Desde su agrupación “Principismo Batllista Avanzar”, impulsó proyectos pioneros: seguro de desempleo, seguro de maternidad, vivienda obrera, seguro médico para trabajadores industriales y empleados del puerto. Su ideario combinaba la tradición reformista del batllismo con una fuerte sensibilidad social. También defendió la laicidad, coautorando el libro “Los Dogmas, la Enseñanza y el Estado”.

ACCIÓN POLÍTICA Y PERIODÍSTICA
Electo diputado en 1928 y reelecto en 1931, Grauert fue una de las voces más jóvenes del Parlamento uruguayo. A la vez, dirigió el semanario “Avanzar”, desde donde difundía ideas de renovación democrática y justicia social. Su influencia creció rápidamente, y comenzó a ser considerado una figura clave del futuro batllismo.
El 31 de marzo de 1933, el presidente Gabriel Terra disolvió el Parlamento, censuró a la prensa y estableció un régimen autoritario. Grauert se colocó en primera línea de la resistencia democrática. Su oposición frontal al régimen lo convirtió en objetivo de la represión estatal.

EL ASESINATO DE GRAUERT
El 23 de octubre de 1933, tras participar en un acto en homenaje a José Batlle y Ordóñez en Minas, su vehículo fue interceptado por la policía en la vieja carretera a Pando. Allí fue acribillado con fusiles Mauser, herido en piernas, pies y brazo, detenido sin asistencia médica y torturado. Murió el 26 de octubre por desangramiento y gangrena gaseosa. Fue el primer legislador y periodista asesinado por una dictadura en Uruguay.
El sepelio se transformó en una gigantesca manifestación popular de repudio al régimen. El féretro, llevado a pulso por multitudes, llegó destrozado al cementerio, reflejando la dimensión emocional y simbólica de su muerte
Grauert representa la síntesis del batllismo social, la juventud reformista y la lucha democrática. Su muerte marcó un punto de no retorno en la consolidación de la dictadura de Terra. Su figura permanece como símbolo de resistencia y compromiso republicano.

Luis Hierro Gambardella recordaba en 1987  en Reflexiones del Batllismo los sucesos de Pando: «Detenido el auto en la carretera de Pando, la Policía le hizo fuego con balas dun dun, con balas que se abrían al tocar el destino, lo que le produjo heridas muy graves, conjuntamente con Guichón. Pero a Grauert lo dejaron en la comisaría de Pando cubierto con una arpillera, no lo llevaron al hospital hasta que ya había contraído una septicemia, de modo que fue una muerte lenta provocada por la desidia vengativa de las fuerzas policiales…» «Los detuvieron y además los balearon. A Minelli gravemente. A Guichón lo hirieron en la cadera y a Grauert en la pierna, pero su herida fue gravemente infectada porque estuvo horas sin asistencia, a pesar de la insistencia de sus amigos y profesionales médicos. Cuando fui al hospital ya estaba con septicemia, ya al borde de la muerte». Las posiciones de Grauert y su agrupación Avanzar eran claras y continuadoras del verdadero Batllismo. Decía: «La democracia no es más que una fórmula vacía si se pretende aislarla del problema económico». Concebía la función de un partido político: «Debía… dentro de los planos de la democracia política, transformar la estructura de la sociedad uruguaya». Como luchador social, Grauert tenía claro que: «No hay libertad política si no hay libertad económica. Ninguna de las libertades, por sí sola, puede subsistir si no actúa y funciona la libertad económica. Y la democracia política de nada vale si no se impregna de esta instrumentación para obtener la distribución de los bienes sociales». Difusor del pensamiento y la obra de Pepe Batlle, trabajaba con pasión para que la sociedad fuera una gran familia sin excluidos ni marginados. Como lo expresaba su maestro: «La sociedad, como una gran familia debe asegurar a cada uno de sus miembros los medios necesarios de subsistencia… de tal modo que en todo momento, cada hombre pueda tener la fuerza, la salud y el tiempo necesario para darse una dirección en la vida sin que se vea forzado a someterse por la miseria».  

 

Ver:
- Partido Socialista del Uruguay. “Grauert y el Batllismo libertario”. 
- LR21. “Julio C. Grauert: un olvidado de la historia oficial”. 
- Memoria Viva. “Octubre de 1933: asesinato de un líder político”. 
- Historia y Docencia. “El régimen terrista (1933-1942)”. 

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