viernes, 5 de agosto de 2011
lunes, 1 de agosto de 2011
Homenaje al Gral. Melchor Pacheco y Obes y al Dr. Juan Carlos Gómez. 28 de Mayo de 1949.
Historia del Partido Colorado. 2
Por Enrique Rodriguez Fabregat (hijo)
Por primera vez en muchos años, lo que no estça de acuerdo con nuestro fervor tradicionalista, los ciudadanos militantes en el Partido Colorado hemos resuelto rodear las tumbas del Dr. Don Juan Carlos Gómez y del General Don Melchor Pacheco y Obes -fallecidos en Buenos Aires el 25 de Mayo de 1884 y el 21 de Mayo de 1855 respectivamente- llevados por un impulso noble de reconocimiento inextinguible o más que nada por la necesidad de nutrirnos, en estas horas con el ejemplo que irradian ambos patricios, cumbres morales de la República y austeros servidores de sus instituciones. Estamos esta tarde aquí, como hace unos meses ante el túmulo de los Mártires de Quinteros, encarnado una sola voluntad, proclamando a los vientos de la fe y la esperanza nuestra adhesión a los principios rectores que sustenta y mantiene en vigencia la colectividad nacida en un impulso genial de Fructuoso Rivera; colectividad política y social cada día más pura, cada día más gloriosa, cada día más llena de anhelos redentores. Hemos venido aquí hoy, no en caravana dolorosa y acongojada sino entonando himnos marciales de triunfo para tributar un homenaje que no se ceñirá formalmente a lo protocolar finalizando apenas termine su discurso el último orador. En manera alguna; la presencia nuestra en el Panteón Nacional, responde ahora a otros móviles, a nuevas decisiones o a mejores propósitos.
Cuando llegamos aquí a honrar a Gómez y a Pacheco y Obes, nos honramos nosotros mismos, tejiendo su elogio, prestigiamos el ideario que sirvieron y en él que actuamos con indeclinable voluntad: el reactualizar las hazañas de uno y las virtudes del otro(...) No nos avergonzamos del ayer sería absurdo que tal cosa ocurrriera. El Partido Colorado es un partido de ideas, de principios, de realizaciones. Si algún extranjero recién llegado deseara saber el por qué de nuestra evolución en cualquier sentido, le bastaría preguntar:
¿Quién levantó el nivel de vida? ¿Quién canalizó ríos, fomentó industrias, levantó talleres? ¿Quién otorgó libertades, sancionó a derechos, liberó a las multitudes, dio trabajo a los humildes, defendió el pan de los viejos, igualó la condición de los hijos, implantó el voto secreto? ¿Quién abrió escuelas, creo liceos, edificó facultades, educó a las muchedumbres, nacionalizó servicios, dio un sentido digno a la existencia, atacó las injusticias?
¿Quién estuvo alerta desde la Independencia hasta ahora en defensa de la soberanía? ¿Quié la defendió cunando fue atacada? Quién defendió a la mujer y tuteló la infancia? ¿Quién embistió contra todas las tiranías y fue adalid de la libertad en toda época?
Y tendría como respuesta única: el Partido Colorado: es Rivera ensanchando los límites patrios, Suárez defendiendolos desde la ciudad sitiada, el Flores, es Díaz contribuyendo a la caída del régimen federal, es Batlle junto a Gomensoro encarnado la legalidad frente al candombe y es Tajes poniendo su espada al servicio del Derecho, es Batlle y Ordóñez asentando el civilismo y es Galarza respaldándolo desde la línea de fuego de Tupambaé(...)
Melchor Pacheco y Obes, el brazo fuerte de la Defensa de Montevideo, el abogado de los derechos orientales en los tribunales de Francia, el poeta silencioso y mustio que solía escribir sus versos en los comentarios a la luz de la luna, el orador fogoso hasta el punto de compararlo con un tribuno del 89 o un senador de la la Roma egregia.(...) Melchor el gallardo sanducero que no conoció el miedo porque tenía hecho un pacto con la valentía y con la adversidad, debe vivir permanentemente en el alma nacional.
Romántico y soñador, poeta y periodista, abnegado hasta el sacrificio, Juan Carlos Gómez vivió constantemente dedicado al bien social, protegiendo con su frase los supremos intereses de la República.
"Nací en el año 1820, el de las montoneras y las independencias" exclamó cierta vez en que debió defenderse de un torpe ataque, y agregaba " Y moriré amando a mi patria pese a la incomprensión que en ella he recogido" Decía esto mientras Chile le dispensaba honores nacionales y la Argentina le ofrecía nada menos qiue elrectorado de la Universidad a cambio de adoptar la ciudadanía en la otra orilla del Plata. Fue diputado.
Cuando murió Gómez un ilustre argentino - el general Mitre- dijo que su estatua debería ser hecha con tipos de imprenta, ya que había sido un "jornalero del pensamiento". Como en el caso de Pacheco y Obes y de tantos otros, le falta aún la consagración definitiva(...)
Ver: Homenaje al Gral. Melchor Pacheco y Obes y al Dr. Juan Carlos Gómez. Folleto Talleres Gráficos 33. 28 de mayo de 1949. Biblioteca Nacional. Montevideo.
Por Enrique Rodriguez Fabregat (hijo)
Por primera vez en muchos años, lo que no estça de acuerdo con nuestro fervor tradicionalista, los ciudadanos militantes en el Partido Colorado hemos resuelto rodear las tumbas del Dr. Don Juan Carlos Gómez y del General Don Melchor Pacheco y Obes -fallecidos en Buenos Aires el 25 de Mayo de 1884 y el 21 de Mayo de 1855 respectivamente- llevados por un impulso noble de reconocimiento inextinguible o más que nada por la necesidad de nutrirnos, en estas horas con el ejemplo que irradian ambos patricios, cumbres morales de la República y austeros servidores de sus instituciones. Estamos esta tarde aquí, como hace unos meses ante el túmulo de los Mártires de Quinteros, encarnado una sola voluntad, proclamando a los vientos de la fe y la esperanza nuestra adhesión a los principios rectores que sustenta y mantiene en vigencia la colectividad nacida en un impulso genial de Fructuoso Rivera; colectividad política y social cada día más pura, cada día más gloriosa, cada día más llena de anhelos redentores. Hemos venido aquí hoy, no en caravana dolorosa y acongojada sino entonando himnos marciales de triunfo para tributar un homenaje que no se ceñirá formalmente a lo protocolar finalizando apenas termine su discurso el último orador. En manera alguna; la presencia nuestra en el Panteón Nacional, responde ahora a otros móviles, a nuevas decisiones o a mejores propósitos.
Cuando llegamos aquí a honrar a Gómez y a Pacheco y Obes, nos honramos nosotros mismos, tejiendo su elogio, prestigiamos el ideario que sirvieron y en él que actuamos con indeclinable voluntad: el reactualizar las hazañas de uno y las virtudes del otro(...) No nos avergonzamos del ayer sería absurdo que tal cosa ocurrriera. El Partido Colorado es un partido de ideas, de principios, de realizaciones. Si algún extranjero recién llegado deseara saber el por qué de nuestra evolución en cualquier sentido, le bastaría preguntar:
¿Quién levantó el nivel de vida? ¿Quién canalizó ríos, fomentó industrias, levantó talleres? ¿Quién otorgó libertades, sancionó a derechos, liberó a las multitudes, dio trabajo a los humildes, defendió el pan de los viejos, igualó la condición de los hijos, implantó el voto secreto? ¿Quién abrió escuelas, creo liceos, edificó facultades, educó a las muchedumbres, nacionalizó servicios, dio un sentido digno a la existencia, atacó las injusticias?
¿Quién estuvo alerta desde la Independencia hasta ahora en defensa de la soberanía? ¿Quié la defendió cunando fue atacada? Quién defendió a la mujer y tuteló la infancia? ¿Quién embistió contra todas las tiranías y fue adalid de la libertad en toda época?
Y tendría como respuesta única: el Partido Colorado: es Rivera ensanchando los límites patrios, Suárez defendiendolos desde la ciudad sitiada, el Flores, es Díaz contribuyendo a la caída del régimen federal, es Batlle junto a Gomensoro encarnado la legalidad frente al candombe y es Tajes poniendo su espada al servicio del Derecho, es Batlle y Ordóñez asentando el civilismo y es Galarza respaldándolo desde la línea de fuego de Tupambaé(...)
Melchor Pacheco y Obes, el brazo fuerte de la Defensa de Montevideo, el abogado de los derechos orientales en los tribunales de Francia, el poeta silencioso y mustio que solía escribir sus versos en los comentarios a la luz de la luna, el orador fogoso hasta el punto de compararlo con un tribuno del 89 o un senador de la la Roma egregia.(...) Melchor el gallardo sanducero que no conoció el miedo porque tenía hecho un pacto con la valentía y con la adversidad, debe vivir permanentemente en el alma nacional.
Romántico y soñador, poeta y periodista, abnegado hasta el sacrificio, Juan Carlos Gómez vivió constantemente dedicado al bien social, protegiendo con su frase los supremos intereses de la República.
"Nací en el año 1820, el de las montoneras y las independencias" exclamó cierta vez en que debió defenderse de un torpe ataque, y agregaba " Y moriré amando a mi patria pese a la incomprensión que en ella he recogido" Decía esto mientras Chile le dispensaba honores nacionales y la Argentina le ofrecía nada menos qiue elrectorado de la Universidad a cambio de adoptar la ciudadanía en la otra orilla del Plata. Fue diputado.
Cuando murió Gómez un ilustre argentino - el general Mitre- dijo que su estatua debería ser hecha con tipos de imprenta, ya que había sido un "jornalero del pensamiento". Como en el caso de Pacheco y Obes y de tantos otros, le falta aún la consagración definitiva(...)
Ver: Homenaje al Gral. Melchor Pacheco y Obes y al Dr. Juan Carlos Gómez. Folleto Talleres Gráficos 33. 28 de mayo de 1949. Biblioteca Nacional. Montevideo.
jueves, 28 de julio de 2011
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