Según Carlos Marx, el capitalismo moderno se dirigía sin
remedio a una crisis final que el denominaba “superproducción” en la cual el
capitalismo salvaje y el uso de nuevas tecnologías quitaría el excedente del
trabajo del proletariado y lo convertiría en la riqueza del capitalista y en la
pobreza del proletario trabajador. El problema se agudiza, según Marx, cuando
la burguesía no puede consumir los excedentes de producción y los trabajadores
empobrecidos no podía comprarlos. Esto originaría un grave déficit de la
demanda y el sistema caería. La solución propuesta era la revolución que le
daría el poder político al proletario y así se redistribuirían los frutos del
sistema capitalista. Sin embargo en la ruta hacia la revolución una serie de
acontecimientos modificaron ese camino tortuoso pero lineal propuesto por Marx.
En términos económicos los ingresos generados por el trabajo comienzan a
elevarse, esto se debió a un gran crecimiento económico de la mano de la
migración del trabajo agrario al fabril y cuando el excedente de brazos se
agotó, los salarios y el costo de la mano de obra subió. Por otro lado los
países emergentes con Estados Unidos a la cabeza comienzan a desarrollar
sistemas de educación pública universal, en nuestro país de la mano de la
reforma vareliana y los impulsos posteriores del primer batllismo. En realidad
no era un proceso filantrópico o de generosidad estatal, los nuevos negocios,
las industrias y el desarrollo de los negocios comienzan a necesitar personal
calificado, ya sean ingenieros, contadores, abogados y trabajadores
alfabetizados. Además se mejoran las leyes electorales, se amplía el derecho al
voto que legitima la participación política de los sectores obreros. Comienza
la legalización y legitimación de los sindicatos, la legislación laboral y el
lento camino a una visión de estado de bienestar sostenido en el rol del Estado
paternalista. Este desarrollo en el marco de la evolución capitalista
dependiente del Imperio informal británico también se recorrió en el Uruguay, y
el Modelo Batllista de Desarrollo durante el denominado primer batllismo marcó
pautas claras en ese sentido. La excepcionalidad uruguaya se puede definir como
el desarrollo del batllismo a comienzos del siglo XX, otras regiones
latinoamericanas no fueron tan afortunadas y mantuvieron la grande y pesada
herencia de desigualdades marcadas por el estancamiento económico y la
dependencia. La sociedad mayoritariamente de clases medias se define por
algunos indicadores como la ocupación, el nivel educativo y la posesión de
algunos bienes, una clase media con estas características tiene posibilidades
de crecer y a eso apuntó el batllismo. De la mano de un dirigismo estatal con
el claro objetivo de nivelación social favoreciendo una distribución
igualitaria de los ingresos el Uruguay logró niveles de bienestar comparables a
países desarrollados. En el caso del mal denominado neo batllismo mejorar el
nivel de vida no solo era un apoyo al desarrollo industrial, para Luisito (Luis
Batlle Berres) era el mecanismo fundamental para lograr la actividad política.
Para Don Pepe (José Batlle y Ordóñez) el debate era entre la reforma o la
revolución. En los 50 para el batllismo el debate era entre la evolucíón y la
revolución. En esa línea Luis Batlle procura adelantarse a los reclamos
populares con su famosa afirmación “ apresurarse a ser justos es luchar por el
orden y es asegurar el orden”. En los tiempos que corren de gobiernos
populistas, neo populistas e incluso de visiones socializantes de base estatal
asumen reformas realizadas a comienzos del siglo XX como propias y poniendo en
grave riesgo el sentir republicano que las modeló a lo largo del siglo XX.
Debemos destacar ahora los logros en materia social y laboral del batllismo que
permitió por algunas décadas estar a la vanguardia social de la región:
Por ley de 1933 se establece la licencia anual obligatoria y
paga para empleados del comercio y a los administrativos de la industria.
La Constitución de 1934 reconoció por primera vez el derecho
de huelga en la actividad privada.
En 1934 el Código del Niño prohibe el trabajo infantil y
establece licencia por maternidad paga con el 50% del sueldo.
En 1941 se amplía el sistema de reparaciones por accidentes
laborales y las enfermedades profesionales derivadas.
En 1943 se establecen los Consejos de Salarios.
En 1944 se desarrolló la indemnización por despido a todas
las ramas de la actividad.
En 1945 se establece del derecho de licencia anual paga.
En 1948 se establece el Estatuto del Peón Rural con pautas
salariales condiciones laborales y protección familiar.
En 1950 fue creado el Consejo de Asignaciones Familiares y
los Centros Materno Infantiles.
En 1958 se estableció el salario por maternidad a madres
trabajadoras que deberán cesar su trabajo seis semanas antes y seis semanas
después del parto.
Tan lejos del populismo como tan cerca de los problemas
sociales y como reflexión final sobre la construcción de un país con base en la
clase media cito el discurso de Luis Batlle Berres el 14 de agosto de 1947:
“Nosotros, los que fuimos formados en los últimos aleteos de
la filosofía liberal del siglo pasado y dimos los primeros pasos hacia la
socialización de ciertas actividades del organismo social, comprendemos que
tenemos que continuar ese ritmo para encauzarlo por las vías normales.
Apresurarse a ser justo, es asegurar la tranquilidad, es brindarle al ciudadano
los elementos principales y básicos para que tenga la felicidad de vivir y
lleguen hasta él los beneficios del progreso y de la riqueza. Apresurarse a ser
justos es luchar por el el orden y es asegurarse el orden”
El futuro de la democracia debe retomar ciertos principios
un tanto abandonados a comienzos del siglo XXI: Educación, trabajo, respeto
republicano y la seguridad que garantiza el orden imprescindible para el
desarrollo.
Ver:
Fukuyama, F. Orden y decadencia de la política. Deusto,
Barcelona 2015. Pp 286 y Ss.
Arteaga, J.J. y otros. Historia del Uruguay. Barreiro y
Ramos, Montevideo 1994.
Berna, L y otros, Historia económica y social del Uruguay
1870-2000. Santillana, Mdeo.2015.