El desarrollo político es el cambio que tienen las
instituciones políticas a lo largo de los años. No es igual a los cambios
ocurridos en la política y en las normas. Los integrantes del elenco político
como ministros legisladores y presidentes van y vienen, las leyes pueden
modificarse pero la esencia de las normas con las cuales se organizan las
sociedades definen el orden político. La Constitución de 1967 restableció la
Presidencia de la República dándole más fortaleza a su rol creando la
posibilidad de tratar proyectos de carácter urgente y por otro lado se
eliminaron ciertos privilegios a los legisladores en materia de vehículos y
jubilaciones.
El objetivo, mediante la creación de nuevos ministerios, era
resolver lo complejo del gobierno en tiempos de guerrilla, crisis económica y
dependencia de mercados extranjeros. Dentro de las medidas se crea del BPS y el
Banco Central del Uruguay y la enseñanza se hace obligatoria hasta el nivel
básico de Enseñanza Secundaria. El candidato colorado Oscar D. Gestido vence en
las elecciones por un margen muy alto de 100000 votos. Se veía en él al hombre
fuerte que pusiese en orden al país. Su muerte el 7 de diciembre de 1967, trajo
al hombre fuerte que buscaba la sociedad en la figura de un casi desconocido
para la generalidad de los uruguayos, don Jorge Pacheco Areco. Casi en los
albores de 1968 el nuevo gobierno se deberá enfrentar a lo que en la historia
significó el 68 tanto a nivel nacional como internacional.
1968 fue el año de la rebelión estudiantil de mayo en Paris
que se extendió como un reguero de pólvora a todo el mundo occidental. Si le
sumamos el empantanamiento de los Estados Unidos en Vietnam, y la exportación
de la Revolución Cubana por América Latina, la crítica social de los hippies,
la modernidad de la Iglesia Católica a partir del Concilio Vaticano II y en el
lejano oriente Mao y su “libro rojo”, nuestro país no era ajeno a esta
efervescencia.
En nuestro páis 1968 marcó a los sectores sociales de
ingresos fijos, la clase media, mayoría de la sociedad la cual estaba groggy
por una inflación descontrolada. Se esfumaba el “estado de bienestar” batllista
y con él el Uruguay liberal hiperintegrado de décadas anteriores. Muchos
ciudadanos pusieron demasiadas esperanzas en la reforma constitucional. Sin
embargo la crisis pasaba por el sistema de partidos políticos. La crisis de los
partidos políticos fue la crisis del liberalismo político, además la
Constitución de 1967 ponía énfasis en concentrar poder en el Ejecutivo. La
agitación de 1968 comienza con la cuarta marcha de los cañeros de Artigas en
febrero y marzo de ese año hacia Montevideo. Era un movimiento gremial pero con
grandes vinculaciones con el MLN-T que asedia desde la propaganda y acción al
estado definido por ellos como burgués y vende patria. La inflación hace que el
U$S se dispare de $200 a $250 en el medio de acusaciones de infidencias y
manejos dolosos. El boleto urbano aumentó y originó grandes manifestaciones
sindicales y estudiantiles con atentados a omnibus e instituciones bancarias.
La crisis política del Partido Colorado gobernante se
manifestó claramente en la rotación permanente de Ministros , entre noviembre
de 1967 y noviembre de 1971 hubo 46 ministros. Se buscaba un línea política no
definida con claridad con aquellos sucesivos cambios.
A partir de mayo de 1968 grandes discrepancias entre
ministros de diferentes orígenes, como Alba Roballo, Flores Mora, Queraltó,
Serrato, Peirano Facio, Frick Davie y Eduardo Jimenez de Arechaga, hacen
que el gobierno de Pacheco Areco pierda
la mayoría en las Cámaras en un momento complejo social y económico. El grado
máximo lo marcó la huelga bancaria que determinó la implementación de las
Medidas Prontas de Seguridad el 13 de junio que estaban consagradas
constitucionalmente para “ casos graves e imprevistos de ataque exterior o
conmoción interior” Los manifestantes por la Avenida 18 de Julio gritaban “
Gobierno Gorila, abajo las medidas”. La consecuencia de las medidas del 13 de
junio fue una nueva crisis ministerial, renunciando a sus cargos Carlos Queraltó,
Alba Roballo y luego de firmar el decreto de Medidas Prontas de Seguridad,
Manuel Flores Mora. Varios sectores del Partido Colorado pasaron a la oposición
parlamentaria( lista 99,lista 315) , algunos dentro del mismo y otros camino a
vincularse a la izquierda dentro del FA posteriormente. El apoyo al gobierno
fue de la lista 15 sector Unidad y
Reforma liderada por el Dr. Jorge Batlle y luego se vincula el sector
nacionalista del Dr . Echegoyen. Los lideragos a partir de ese momento caen en
la figura del presidente Pacheco Areco y el opositor nacionalista Wilson
Ferreira Aldunate.
En el aspecto económico, la búsqueda de la estabilidad era
frenar la inflación y el remarque de precios practicamente diario, la postura
dominante del FMI en ese entonces sostenía que la inflación provenía de un
exceso de demanda provocada por la expansión del crédito y salarios altos
enfrentados a una reducida oferta. El 28 de junio de 1968 se decretó la
congelación de precios y salarios. Con esta medida se produce una nueva
redistribución de la renta, tiró por la borda los aumentos de salarios
alcanzados en los Consejos de Salarios que entrarían en vigencia dos días
después cuando los precios ya habían subido, cayendo el peso de la crisis en
los trabajadores. El salario real cae un 12% pero los sectores agropecuarios y
empresariales se aseguraron una gran rentabilidad debido a que la tasa de
intereses y los precios de los productos de exportación no fueron afectados por
el mecanismo de la congelación. Meses más tarde los Consejos de Salarios fueron
sustituídos por la Comisión de Productividad, Precios e Ingresos. En la
izquierda esta situación los lleva a zanjar diferencias y buscar mecanismos de
unidad más profundos, cosa que logrará en 1971 con la creación del FA bajo el lema
Partido Demócrata Cristiano.
Las instituciones del Estado concentran el poder y permiten
a la comunidad hacer uso de ese poder para imponer el cumplimiento de las
leyes, mantener la paz, etc. El principio de legalidad y los mecanismos de
responsabilidad, en cambio, van en otra dirección, limitan el poder del Estado.
El problema en el 68 uruguayo era alcanzar un orden político, a la vez, fuerte
y competente y que actuara dentro de los parámetros legales impuestos por la
elección democrática que lo habían llevado al poder.