Todos los gobiernos reciben críticas. Se dice o que son absolutamente
burocráticos, incompetentes, rígidos y se llega en algunos delirios a tratar de
prescindir de ellos.. Es cierto que en algunos casos, la mayoría pienso, los
gobiernos son menos eficaces que los que lo hacen dentro de los ámbitos
privados como gestionando empresas o fábricas. En definitiva la delgada línea
entre lo público y lo privado siempre ha estado y estará en discusión. Siempre
queda claro que debe existir lo público debido a que existen determinados
bienes públicos como algunos servicios y
funciones que solamente la puede realizar el Estado. En los casos de la
educación y las infraestructuras como carreteras, los puertos y el
abastecimiento de agua potable son muy importantes para que los gobiernos
prescindan de controlarlas. El problema surge cuando la intervención del Estado
es excesiva e incluso impide el desarrollo de emprendimientos privados.. Otro
aspecto básico es la regulación social, o sea la construcción de una comunidad de
valores que respete la ley y que desarrollen en la educación bases republicanas
serias. Para lograrlo se debería controlar las élites y lograr justas
redistribuciones de la riqueza. La primera medida para lograr esto fue la
igualdad jurídica para todos. Los pensadores liberales desde Locke a Hayek
siempre se mostraron escépticos frente a una redistribución obligatoria
impuesta por el Estado.
Siempre se ha discutido el modelo batllista de desarrollo
desarrollado entre 1911 y 1930 en el cual el debate entre la diversificación
productiva, proyectada y con éxitos relativos, o la construcción de un modelo urbano con
servicios y desarrollo fuerte del sector
público. Se puede afirmar que el modelo
batllista apuntaba a tres objetivos: modernizar y diversificar la estructura de
producción con énfasis en la industria y la expansión de un modelo agrícola. Se
debía, entonces, desarrollar el mercado interno generando un buen entorno de
bienestar social y nacionalizar la economía para reducir los riesgos de la dependencia
extranjera y sus crisis y euforias cíclicas. La retención de la mayoría de los
recursos del país van de la mano de que las compañías extranjeras reduzcan su
accionar siendo sustituidas por empresas del Estado. Finalmente redistribuir
los ingresos elevando el poder adquisitivo de la población y universalización
el acceso de la población a bienes y servicios.
Desde el punto de vista económico el batllismo planteaba:
1) Modernización de la ganadería y expansión de la
agricultura de forma combinada.
2) Desarrollo de la industria manufacturera nacional
sustituyendo las importaciones.
3) Expansión de servicios en las finanzas, los transportes,
comunicaciones, turismo, enseñanza y salud.
4) El incremento de la participación del Estado en los
aspectos productivos y comerciales.
5) Reforma fiscal con el objetivo de estabilizar y aumentar
la recaudación del Estado con el objetivo
de una mejor redistribución. También desconcentra la propiedad de la
tierra.(georgismo)
Siguiendo a Benjamin Nahum el Estado para el primer
batllismo tenía estos componentes: “La idea básica era que el Estado
representaba a toda la sociedad y por encontrarse por encima de todas las
clases sociales debía no solo arbitrar sus disputas, sino también impulsar su
progreso mediante un crecimiento sostenido de la economía. Esa finalidad social
era lo que daba derecho al Estado para -invadir- el campo de la actividad
económica privada, desde que - el interés general- era superior al particular
de las empresas” . El propio ministro José Serrato sostenía en 1911 que “ los
monopolios constituirán un poderoso recurso fiscal a fin de que las cargas
nuevas no contribuyan a hacer más desigual la distribución de la riqueza”
Entre 1920 y1921 el
Uruguay enfrentó la fuerte caída de los precios internacionales y en especial
el de la lana, cae la faena en los mataderos, lo que originó desocupación y
perdidas salariales, pero entre 1920 y 1930 se retornó al crecimiento económico
lo que mostró que el modelo de desarrollo del poder del Estado asignándole un rol
en el proceso económico y social era todavía viable. Fue un proceso de reforma política pacífica,
basado en el apoyo de grupos sociales interesados en contar con un gobierno
eficiente y no corrupto sostenido en la modernización mediante el crecimiento
económico, división del trabajo. La industrialización incipiente trajo la
urbanización y esta exigió mejoras en los niveles educativos y de formación
ciudadana. La consecuencia fueron nuevos actores sociales separados de la
sociedad agrícola y el desarrollo político. El problema latente será la
relación entre el desarrollo político y el fantasma del clientelismo y la
corrupción.