Hijo de inmigrantes
italianos, padre calabrés y madre siciliana, se formó, al decir del Dr.
Sanguinetti en la Escuela pública y en el mundo del trabajo, hombre del barrio
que lo vio nacer y del cuadro de sus amores Liverpool Fútbol Club. ingresó al
batllismo con un ideal de vida mucho más que partiendo de un enfoque
ideológico, fue a la escuela del barrio, luego fue al Bauzá y luego al IAVA. Su
desarrollo político comienza en forma paralela al crecimiento de la figura del
General Oscar Gestido, que adquirió un gran prestigio durante las inundaciones
de 1959, comenzaba una escisión dentro del batllismo. Gestido buscaba un
acuerdo electoral, político, entre todos los sectores del Partido Colorado con
el objetivo de buscar una lista única
partidaria. Visión opuesta era la de Luis Batlle Berres que golpeado duramente
por la derrota electoral reciente
mantenía en todo su potencial la maquinaria electoral. En 1961 se fueron
conformando dos grupos, la Unión Colorada y Batllista que llevaría la
candidatura del General Gestido e incluía a la lista 14, riveristas y contaba
con el apoyo del diario “El Día” que era dirigido por ese entonces por Jorge
Pacheco Areco. También tenían el apoyo de “ La Mañana”. El otro grupo era la
Lista 15 de Luis Batlle Berres con el apoyo del diario “Acción” y la radio
“Ariel”. En 1962 se realizó en el desaparecido cine Coventry una asamblea en el
que se establece una comisión “Pro Unión del Partido Colorado”. Desavenecias
entre las visiones de Gestido y Batlle van a dificultar el proceso al que se le
debe sumar el abandono de la lista 15 al promisorio político joven que se veía
como el sucesor de Luisito, Zelmar Michelini en ese entonces de 38 años. El
detonante de esta decisión fue una arenga en un mitin partidario en el Cerro
cuando Michelini critica el funcionamiento de la 15 .En 1962 los oradores en ese acto eran
Aquiles Lanza, Hugo Batalla y Zelmar Michelini, y Batalla señala errores del
Partido Nacional que era el partido de gobierno pero señala errores del Partido
Colorado también. "Nos sentimos responsables del fracaso del Partido
Colorado y responsables por la incapacidad", dijo. Esto enojó muchísimo a
Luis Batlle Berres. Este camino de cambios y decisiones fuertes arranca a
principios del 60.y generó una dura respuesta de Batlle Berres “ No se puede
atacarnos desde la propia lista 15”. Fue tan duro el encontronazo que ni
siquiera se pudo utilizar la lista 515 que ya habían utilizado en 1958 y surge
la lista 99 con el lema “ Por el bienestar del Pueblo” es aquí que comienza el
análisis de uno de sus seguidores en aquél momento: Hugo Batalla.
Con motivo de la
presentación de un libro biografico sobre su figura el Dr Gerardo Caetano
sostuvo sobre el Dr Batalla : “tuvo un coraje, nada menor, sobre todo en la
política uruguaya, tuvo mucho coraje para ejercer el derecho de cambiar. Él, en
el error o en el acierto, de acuerdo a sus convicciones, cambió. Cambió cuando
pensaba que debía cambiar. Y eso en la política uruguaya no se perdona. Por eso
yo creo que la historia política cuando de alguna manera pueda construirse más
sólidamente respecto a estos últimos años le va a deparar un lugar mucho más
destacado a Hugo Batalla, y creo que este libro en más de un aspecto es como un
anticipo de ese lugar mayor que la historia política le reservará a esta
figura.” Continúa el Dr. Caetano: “ El
doctor Batalla fue factótum de decisiones políticas extraordinariamente
relevantes que lo tuvieron como protagonista líder en momentos muy difíciles.
Por ejemplo, pocos saben que Batalla lideró en más de un sentido la salida de
la lista 99 del Partido Colorado. Batalla afirmó incluso antes que Michelini la
necesidad de que la 99 no podía quedarse en aquel Partido Colorado de finales
de los 60 dominado por la figura de Pacheco Areco”
Hugo Batalla se inició en la vieja Lista 15 de Luis Batlle
Berres, donde obtuvo su primer cargo electivo, como presidente de la Junta
Electoral de Montevideo en el período 1955 - 1959 . Existe la anécdota muy manejada de su
vinculación al batllismo y está citada en varias publicaciones: “Le llega una
carta a Matilde Ibañez, de la parte de mujeres de los obreros sindicalizados en
Ferrosmalt, que estaban ocupando. Ahí llega Luis Batlle Berres y manda a su
hijo Jorge Batlle Ibañez a hablar con los sindicalistas que estaban ocupando.
El presidente mandando a su hijo a hablar con los ocupantes de una fábrica
tomada. Ahí se encuentra con Hugo Batalla. Jorge Batlle, luego presidente, era
un poco menor que Hugo Batalla pero habían coincidido en el Bauzá primero y en
la Facultad de Derecho después. "Hugo, ¿qué estás haciendo acá?".
Hugo estaba lleno de polvo, muy sucio luego de tres días de ocupación.
"Jorge, yo acá laburo". "Vení vos y dos o tres más, vamos al
Palacio Estévez y vamos a arreglar con papá, que se soluciona". Los mete a
todos en el Ford y ahí lo va hablando y cuando Jorge Batlle los presenta a su
padre pone especial énfasis en Hugo Batalla. "Acá está especialmente el
amigo Hugo, que tiene las cosas muy claras", y se ve que las tenía
realmente claras porque tanto lo impresionó a Luis Batlle Berres que lo
incorporó a sus filas del batllismo”.
Luego fue miembro del
Consejo Nacional de Subsistencias, pero además funcionario municipal. Fue, además,
dirigente sindical municipal. Ocupaba un cargo alto en la Intendencia,
al frente del Departamento de Organización y Métodos, y hubo una huelga contra
la única administración municipal blanca del departamento de Montevideo . Al
fin de esa huelga quedaron siete funcionarios destituidos, entre otros Hugo
Batalla. Ese fue un tema de gran enfrentamiento entre el oficialismo municipal
blanco y la oposición batllista, que frenó muchos acuerdos, hasta que la
administración municipal dio marcha atrás. El nombre de Batalla quedó ahí muy
ligado a lo municipal finalmente en 1966 fue el candidato a la Intendencia por
la Lista 99.
Cuando se fundó la 99 él fue de los primeros en acompañar a
Zelmar Michelini. La lista 99 fue una confluencia de las listas 15 y 14. Desde
la 14 detrás de Renán Rodríguez se alineaban Carlos Cassina y Yamandú Fau; y
desde la lista 15 Batalla fue de los pocos que siguieron a Zelmar Michelini.
En este primer período la 99, tenía
dos senadores y siete diputados, Batalla marca una de sus actitudes
independientes. La 99 se embarca en el proceso de la reforma constitucional
presidencialista que da lugar a la carta de 1967. Esa reforma ( papeleta
"naranja" con que se diferenció de los otros tres proyectos) Batalla
fue el único legislador de la 99 que no la votó en el Parlamento. Y aquí hay
que anotar uno de sus rasgos: Batalla fue
caricaturizado como un hombre un hombre dubitativo, que no sabía para dónde
iba. La vida de Batalla marca exactamente lo opuesto: tomó decisiones muy
difíciles el abandono del Partido Colorado junto a Michelini, luego el abandono
del Frente Amplio para construir un espacio propio, y luego de hacerlo dar el
paso de acordar con el Partido Colorado y por último volver a ese Partido.
Hay etapas en su vida
como dirigente político: La primera
detrás del liderazgo de Michelini en la lista 99 co-liderada en principio
por Zelmar Michelini y Renán Rodríguez, Michelini deviene en líder único
después del retiro de Renan Rodríguez como consecuencia de la reforma
constitucional del 66, y Batalla se convierte en la segunda figura, que no
significó ser segundón. No llamó la atención
que tanto Zelmar Michelini y Hugo
Batalla fuesen los dos firmantes por la 99 del acta de constitución del
Frente Amplio.
Las Palabras del Presidente de la República, Julio María
Sanguinetti, en el Sepelio del Vicepresidente de la República, Dr. Hugo Batalla
en el Panteón Nacional del Cementerio Central, octubre 4 de 1998, resumen mejor que cualquier análisis la
figura del Dr. Batalla y tomo un breve fragmento de las mismas:
“Por eso en la vida política —y hoy lo comenzamos recién a
mirar en perspectiva— podemos decir que fue un constante innovador. Nunca
aceptó el convencionalismo, nunca lo ataron las reglas triviales de la vida
política, nunca se dejó llevar ni por el grito airado ni por el aplauso fácil,
y así siempre estuvo en una corriente que era innovación, que era cambio, que
era novedad. Así lo fue en los viejos tiempos de la antigua 15 de Luis Batlle,
en la cual nos formamos los de nuestra generación. Así lo fue cuando dentro del
Partido Colorado fundan la 99, así lo es cuando da el paso de poner ese
conglomerado batllista en la estructura naciente del Frente Amplio, así es
cuando se retira de él y busca la definición de un espacio nuevo y distinto.
Así lo es cuando logramos hacer un nuevo acuerdo político y una propuesta de
cambio político que sintetizamos en aquella fórmula que hicimos juntos y en la
cual puso todo su cariño, todo su empeño y toda su convicción.
Esa inquietud, constante de él, lo llevaba siempre a la búsqueda
del proyecto político nuevo, de mantener al país siempre en la vanguardia. Era
en ese sentido, un batllista sustancial que sentía de Don Pepe el mandato de
estar en todo momento adelante de los acontecimientos sociales para tratar de
encauzarlos —a veces— las más quizás, enfrentando la incomprensión con un
singular coraje cívico. Ayer en el Parlamento, cuando de él se hablaba, comenzó
a advertirse esto en toda su dimensión. Fue en esta hora de balance, cuando se
empiezan a recordar aquellos episodios en los cuales él enfrenta la corriente.
Recuerdo aquel día en el Palacio Peñarol en que él, que
venía envuelto en toda la lucha contra la dictadura, sale a apoyar la
designación que estábamos haciendo del Teniente General Medina en el
Ministerio. Porque sentía que había allí prenda de paz, porque sentía que allí
estaba la búsqueda de paz. Hugo sí sentía entrañablemente que sólo en la paz
florecen los derechos, que sólo en la paz se pueden garantizar las libertades
de todos, que sólo en la paz podemos decir que los derechos humanos no son sólo
una propuesta, sino una realidad que se vive en la jornada tranquila de cada
familia.
Siempre asumió actitudes que por ello aparecieron envueltas
en la polémica, muchas veces incomprendidas y para muchos de sus compañeros
incomprensibles. El tiempo, sin embargo, muestra una línea vertical y
permanente. Siempre el cambio, siempre la inquietud de la novedad y siempre la
búsqueda de instrumentos para luchar con un profundo compromiso social por los
que más lo necesitaban.”
El propio Hugo Batalla aclaró una y mil veces su búsqueda
constante de instrumentos donde poder desarrollar sus ideas: “ Cuando nos dicen
en sentido ofensivo que somos un grupo de nómades, yo digo que somos nómadas en
la medida en que hemos estado buscando permanentemente un instrumento. Nunca
hemos sido nómades en las ideas.” (Sanguinetti, 171)