El peso de los impuestos directos fue muy bajo desde 1870
hasta 1980 y oscilaron en un 25% de la
recaudación total. Con la creación del IRP en 1982 alcanzó el 30% y se
mantiene en ese porcentaje hasta la actualidad. La estructura tributaria
marcó siempre la propuesta y la agenda de los partidos políticos y los
gobiernos de turno. El debate fue y es entre quienes quieren modificar los
impuestos para gravar más el capital y
la renta y los dueños del capital que prefieren que los mismos caigan sobre el
consumo y los salarios. Los consensos se
lograron en tres periodos de nuestra historia: durante el primer batllismo,
durante el primer Colegiado blanco y el último a partir del 2007 durante el
gobierno del Frente Amplio.
Desde 1970