Luego de los cierres de órganos de prensa y de quitar la
personaría jurídica a varios sectores políticos dispuestos por Jorge Pacheco
Areco, entre los que se destacaban” Epoca” y “El Sol” y se ilegalizaba y
procesaba a los firmantes del “Acuerdo Epoca” por incitar a la violencia y
adherirse a posturas emanadas desde Cuba, el MRO( Movimiento Revolucionario
Oriental) decide crear las “Fuerzas Armadas Revolucionarias Orientales” para
formar un frente común con otros grupos armados y en acción como el MLN y la
OPR33. Los sucesos internacionales marcaban a fuego la realidad uruguaya: Estados
Unidos tenía una hegemonía absoluta en América Latina y había intervenido en la
República Dominicana y estaba buscando
el permanente apoyo de los países de la región en la contención del Comunismo para
aislar la influencia de Cuba. En la izquierda uruguaya se debatían
ardorosamente otros temas como el conflicto entre China y la URSS. Trataban de
digerir de alguna forma la intervención de la URSS en Checoslovaquia, en tanto
que en Cuba se desarrollaba la tricontinental con la conferencia OLAS y su legitimación de modelos de Guerrilla
Urbana en el Sur de Venezuela llevada adelante por MIR y la guerrilla rural
desencadenada por el Che en Bolivia. Ambos episodios y teóricos como Regis
Debray, Abraham Guillen, y Frantz Fanon van a influir notoriamente en la
guerrilla tupamara. A nivel continental, entonces, de un modo casi romántico se estaba gestando
una insurrección percibida como si fuese
“ la segunda independencia de América” y el movimiento tupamaro justificaba la
violencia en sus documentos afirmando que “(…) comprendiendo que son las
acciones revolucionarias las que precipitan las condiciones revolucionarias” No
podemos negar que el MLN consiguió adhesiones de todos los sectores de la
sociedad y que sus integrantes fueron mayoritariamente pertenecientes a
sectores medios y jóvenes. Como sabemos uno de los principales dirigentes fue
Raul Sendic, estudiante universitario, que fundó la UTAA (Unión de trabajadores
azucareros de Artigas) y proclamaban la creencia de un socialismo nacional, el
artiguismo y que la lucha armada hacia tomar conciencia a hombres y mujeres de
los problemas sociales que el Uruguay vivía. El episodio que muestra el
accionar revolucionario, con crudeza ideológica, fue la toma por espacio de 30
minutos de la Ciudad de Pando en octubre de 1969 al cumplirse un año de la
muerte del Che en Bolivia. El enfrentamiento más brutal de la lucha armada se
desarrolló el 14 de abril de 1972. La conflictividad aumentaba y el mecanismo
del Poder Ejecutivo para enfrentarla era el instrumento constitucional de la
Medias Prontas de Seguridad. Conviene recordar que este recurso estaba previsto
para casos graves de ataque exterior o conmoción interna y por el cual se suprimen
las libertades individuales y derechos fundamentales de los ciudadanos. La
prohibición a partir de 1969 de utilizar por los medios de prensa algunos
términos que aludían al MLN: célula, comando, delincuente político, delincuente
ideológico, subversivo, extremista y terrorista entre otros no se podían
utilizar. La prensa lisa y llanamente se refería a los tupamaros como “los
innombrables”. Durante los primeros meses de 1969 pareció llegar la paz entre
los sectores colorados. Hubo una gran mediación de Héctor Grauert y por
momentos se logró algunos puntos de
equilibrio entre los sectores. Tanto Zelmar Michelini como Amilcar Vasconcellos
mantenían grandes discrepancia con el Gobierno de Pacheco Areco. De las
negociaciones con el gobierno se logró que se levantaran las Medidas Prontas de
Seguridad pero se mantenía muy firme en la política económica de congelar los
precios y los salarios y sobretodo la intervención en algunos entes estatales.
En la prensa batllista Michelini afirmaba “ Es un primer paso hacia la
normalización del país(…)” Sin embargo sucesos posteriores llevaría a la
interpelación de varios ministros que contaron con el apoyo de la lista 99
batllista, y en forma simultánea comienza a recibir el Parlamento muchas
denuncias de victimas de represión y malos tratos por parte del gobierno. El
frente común que trabajosamente llevan adelante Michelini y Vasconcellos comienza
a tener fisuras. Michelini toma con mucha pasión la investigación de las
acusaciones de torturas. Había un buen ambiente entre Alba Roballo, Amilcar
Vaconcellos y el propio Michelini para buscar un foco batllista ,una suerte de
convergencia de la “izquierda batllista” Y es acá el principio del fin del
batllismo radical, unificado y trascendente cuando surge el nombre del general
Líber Seregni para comandar este nuevo sector de cara a las elecciones de 1971.
El propio Seregni afirmaba tener una buena relación con los jóvenes turcos, con
Michelini, con Flores Mora y con Vasconcellos. Según cuenta Enrique Martinez
Moreno en una entrevista citada en el
libro de Mauricio Rodríguez sobre Zelmar Michelini que al visitar con Michelini
a Seregni le plantearon: “(…)estamos tratando de formar un nuevo grupo colorado
capaz de oponerse al de Pacheco y al de Jorge(…) venimos a pedirle autorización
para hacer uso de su nombre” Como sabemos el acuerdo final no se logró porque
el Dr. Vasconcellos afirmaba que por
razones de estrategia y peso político el titular de la fórmula debería ser él
mismo. Este fracaso de la postura de Michelini y su idea de tercer polo cambió
radicalmente el futuro político del batllismo y del país. La 99 y otros se
irían. Entre noviembre y diciembre de 1970 el Comité Ejecutivo de la 99 decidió
promover en su Convención la separación
del Partido Colorado. Y el 8 de enero se constituyó el Frente del Pueblo
integrado por la lista 99 y el Partido Demócrata Cristiano y que convocaban a
otras fuerzas políticas a construir un Frente Amplio de cara a las elecciones
de 1971. En una entrevista realizada por César Di Candia a Pedro Michelini ,
hermano de Zelmar, afirmó en forma
lapidaria: “ El Frente Amplio es la consecuencia de la negativa de Vasconcellos
ante la candidatura de Seregni para la tercera fuerza batllista(…)si este
hombre negativo mil por mil no se hubiera hecho proclamar en un acto en Salto,
rompiéndose así la tercera posición del Partido. Hoy el flaco estaría con vida. Y el batllismo quién
sabe para dónde habría agarrado(…)[1]
A estos hechos debemos agregar que la ciudadanía debería expresarse sobre la
reforma del artículo 152 de la Constitución que buscaba la reelección inmediata
del Presidente de la República. El partido Colorado se presentó a los comicios con
cinco fórmulas presidenciales. Muy lejos se estaba del sistema colegiado, de la
justicia social y del batllismo que sin saberlo estaba cumpliendo uno de sus
últimos momentos como propuesta avancista social.
[1] Rodriguez,
M. Zelmar Michelini su vida, La voz de todos. Montevideo 2016. Fin de Siglo.
Página. 224.