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lunes, 1 de junio de 2020

La polarización en las coaliciones. Una aproximación.


La polarización en las coaliciones. Una aproximación.



“…Ha de pensarse que la segunda vuelta [es una] oportunidad de reflexionar y elegir por familia ideológica…”. Julio María Sanguinetti, “Hacia la reforma política”, extracto de artículo publicado en el semanario La Prensa, 03.11.1995.


 En 1904 con la muerte de Aparicio Saravia, y la posterior desarticulación del sistema de reparto de departamentos que no respondían al Estado, sino al caudillo partidario se dieron las condiciones para las tres décadas de transformaciones que irían a fundamentar la creación del Uruguay batllista.
Este período signado por el proyecto reformista tendrá un freno con la crisis del 29. El Golpe de 1933 fue liderado por Gabriel Terra, electo por el Batllismo y con el apoyo de Luis Alberto de Herrera. El neo-batllismo, en este marco lanza otra serie de políticas de bienestar social, lideradas esta vez por los Consejos de Salarios de 1943 (Finch, 1989). En lo político el Partido Colorado se organizó en torno al liderazgo de Luis Batlle Berres, a la vez que el Partido Nacional  con perfiles conservadores. Se crea  en 1951 la Liga Federal de Acción Ruralista de tendencia conservadora, liderada por Benito Nardone. En definitiva, el crecimiento de este grupo le daría la victoria al Partido Nacional en 1958, donde al ruralismo le cupo la mitad de los puestos de la mayoría del Consejo Nacional de Gobierno.
En el primer período de Gobierno Colegiado  comienza un traslado de riquezas hacia el sector agrario y una desarticulación de los mecanismos intervencionistas del Estado. Las elecciones de 1962, vuelven a dar la victoria al Partido Nacional, pero esta vez a una nueva mayoría, integrada por la UBD y el herrerismo ortodoxo, liderado por Eduardo V. Haedo. Acabado el modelo neobatllista, y fracasado su alternativa ruralista, el perfil de este segundo gobierno nacionalista, que predicaba fundamentalmente limitaciones al intervencionismo estatal, pasó por el intento de buscar fórmulas técnicas que permitieran al país salir de la crisis. En lo político se dio una mayor fraccionalización al interior de los partidos. En el Partido Nacional, luego de la muerte de Herrera, el herrerismo se quiebra en dos alas: una más ligada el ruralismo, liderada por Martín Echegoyen, y la otra, conocida como herrerismo ortodoxo, liderada, por Eduardo V. Haedo. Este sector, a su vez, se alió para las elecciones de 1962 con la única intención de detener a "Chico-Tazo". La alianza electoral se realizó con la Unión Blanca Democrática (UBD), fundada en 1956, por tres vertientes nacionalistas: el Movimiento Popular Nacionalista (MPN), "Reconstrucción Blanca" y Partido Nacional Independiente. El triunfo de 1962 fue para los liderados por Daniel Fernández Crespo, conocidos como la ubedoxia. La muerte de Fernández Crespo, sin embargo, vuelve a facilitar los desgarramientos: el MPN se alía con los herrero-ruralistas en la "Alianza Nacionalista"; en tanto los nacionalistas independientes y "Reforma Blanca" se unen al Movimiento de Rocha (fundado en 1964) integrando el "Movimiento Reforma y Desarrollo".


En el Partido Colorado en 1958 concurrieron tres listas batllistas: el quincismo; el catorcismo ; y la minoritaria lista 16. Fuera del lema se presentaron algunos terristas, reunidos al amparo de la Unión Demócrata Reformista. Para 1962 se logran rearticular los sectores riveristas, terristas, baldomiristas y blancoacevedistas; pero surge el sublema "Por el Gobierno del Pueblo", provisto de dirigentes de la 15 (Michelini, Batalla, Lanza) y de la 14 (Renán Rodríguez, Enrique Martínez Moreno). La 14, por su lado, conformaría la "Unión Colorada y Batllista". Tras la muerte de Batlle Berres, sin embargo, vuelven a sucederse nuevos recortes. Jorge Batlle logra "ganar la interna" del sector y funda "Unidad y Reforma". Los disidentes se reunirán en torno a la "315". Así se llega a 1966 con cinco fórmulas presidenciales: la que se impuso (Oscar Gestido y Pacheco); seguida de Batlle-Lacarte Muró; Vasconcellos-R.Rodríguez; Michelini-Lanza; y la lista encabezada por Justino Jiménez de Aréchaga, de poca significación.
En efecto, los años sesenta también marcaron importantes hitos en los partidos menores: cívicos, socialistas y comunistas. La Unión Cívica, empieza a mostrar signos de decadencia en lo programático, lo que motivara el surgimiento de jóvenes demócrata cristianos y un "Movimiento Social Cristiano" que levantarían banderas progresistas en lo socio-económico, inspirados en el éxito de otras democracias cristianas en Europa y América, fundamentalmente el caso chileno. El complicado proceso de gestación del PDC, tiene importantes avances en los años 1963, 64 y 65. Por su lado, el Partido Socialista, que venía de una polémica interna entre una concepción más social-demócrata de Frugoni, con otra más ideologizada llevada adelante por Vivian Trias, concreta con otras fuerzas acuerdos electorales que dan origen a la Unión Popular, de escaso impacto electoral. Mientras tanto el Partido Comunista, conforma sus propias alianzas, fundando el Frente Izquierda de Liberación (Fidel) que lograría más de 40 mil votos en las elecciones de 1962, y casi 70.000 en 1966.
En este marco las elecciones de 1966, en medio de un bipartidismo fragmentado, volvían a proponer nuevas vías de solución a la crisis. Se plebiscitaría entonces una Reforma Constitucional por la cual se vuelve a un régimen presidencialista para darle mayor ejecutividad al gobierno. Gestido ganaría entonces las elecciones, pero al fallecer, asume el  Sr. Jorge Pacheco Areco, quien accede a la postulación después de haberse negado Michelini, Luisi y Lacarte Muró.
 El Frente Amplio como coalición empieza a manifestarse  luego del llamado que hace el PDC en Junio de 1968 a adelantar las elecciones de acuerdo con las normas constitucionales; y a conformar un frente de partidos y fracciones opuestos a la orientación política, social y económica del gobierno. En Febrero de 1971 se constituye entonces el FA con la participación de la democracia cristiana, la 99, el Movimiento Blanco Popular y Progresista, el Fidel, el Partido Comunista, los socialistas, el movimiento socialista, y la lista 58 del Partido Nacional.
Luego de las elecciones del 71, que son ganadas por el  pachequismo, a través de la presidencia de Bordaberry, se desarrollan duros años que manifiestan una alta polarización política, y un fuerte enfrentamiento entre los poderes legislativos y ejecutivo; lo que termina con la disolución de las Cámaras el 27 de Junio de 1973. El sistema comienza a cambiar a partir de 1971. Efectivamente en 1971 aparece el FA y logra un 18% a nivel nacional, y un 31% en Montevideo, desplazando al PN al tercer lugar en la capital del país. Los resultados de 1984 posdictadura confirman el nuevo formato con una votación a nivel nacional de la izquierda del 21% y del 33% en Montevideo. Se registra un nuevo cambio en 1989, con el surgimiento de un cuarto actor el Nuevo Espacio. El FA repite el 21% pero logra un 36% en la capital, obteniendo así la intendencia Municipal de Montevideo. El Nuevo Espacio, por su lado, llega a un 9% a nivel nacional.
El presidente desde 1995, Julio María Sanguinetti, articuló la coalición entre partidos tradicionales con 30 meses de duración sin inconvenientes y que realmente se mantuvo durante todo el período. La coalición se sostuvo en realizar un ajuste fiscal, una ley que  endurecía las penas a determinados delitos, la reforma de la seguridad social, la desmonopolización del sector del alcohol y la aprobación de las rendiciones de cuentas de 1996 y 1997, entre otras medidas. La más importante fue la reforma electoral que instaló el balotaje, medida acompañada también por el Frente Amplio.
En una entrevista el Dr.Sanguinetti sostuvo que “en ese momento funcionó una real coalición, en la cual el presidente del Directorio del Partido Nacional formalmente actuó como un socio sustantivo”, que incluyó la conformación de acuerdos parlamentarios, la integración en el gabinete de ministros, el diseño de políticas y la consulta constante al presidente del directorio blanco, Alberto Volonté.
Para los  herreristas  en palabras de Luis Lacalle Herrera, “Volonté no fue lo suficientemente exigente para con el gobierno. No hizo valer el peso el peso en cosas trascendentes”. Sin embargo, ubicó a Juan Chiruchi, caudillo herrerista del departamento de San José, como Ministro de Vivienda en los dos primeros años de ese gobierno.
El sector blanco de Volonté, “Manos a la Obra”, primera fuerza del partido tras las elecciones de 1994, pagó el desgaste político y desapareció del mapa político luego de las internas de 1999, que ganó Luis Alberto Lacalle, quien representó a todos los blancos en las elecciones que ganó Jorge Batlle.
Durante la presidencia del Dr. Batlle el 21 de junio de 2000 la Cámara de Representantes aprobó, con los votos a favor del PC y el PN, una ley de "urgencia" que contenía una serie de medidas para aliviar los efectos de la recesión generada por la devaluación del real brasileño. La ley estableció rebajas tributarias para el sector agropecuario, pilar de las exportaciones, así como medidas de fomento de la inversión y el empleo en el sector industrial no primario, consistentes principalmente en la reducción de los impuestos a las actividades económicas. También, se autorizó al capital privado la adquisición de tierras y establecimientos comerciales de titularidad pública con acciones al portador y a través de sociedades anónimas.  Un año después se  flexibilizó la legislación  laboral y nuevas medidas fiscales para reestructurar la deuda de los productores agrícolas y disminuir las cargas de los empresarios. Cuando la inflación alcanzaba el 26%, Batlle recibió un fuerte golpe político con la declaración del Dr.Lacalle que sostenía el error de que el PN hubiera apoyado al Partido Colorado en la segunda vuelta de las presidenciales de 1999, anuncio al que siguió la retirada del Ejecutivo de los cinco ministros blancos. Era el final de la coalición. El Dr. Sanguinetti fue uno de los primeros en expresarse públicamente, en mayo de 2019, a favor de la formación de una coalición política para competir en las elecciones generales, que en su opinión debía incluir al PC, el PN y el PI. Existieron discrepancias respecto a cómo debía integrarse la coalición, influenciadas en gran medida por la irrupción de CA, una nueva fuerza política que obtuvo un importante apoyo electoral en las internas. A principios de septiembre de 2019, el entonces candidato por el Dr. Lacalle Pou expresó ante empresarios argentinos que en Uruguay se estaba gestando una alternancia en el poder en la que tendría que existir un acuerdo entre "cuatro o cinco partidos de oposición", al que posteriormente se refirió como "coalición multicolor". Cosa que ocurrió.
Fernandez, N; Machin, H. Una Democracia única, tomos I y II. Fin de Siglo.
Reniu, J y Otros. Los gobiernos de coalición y su incidencia en los partidos políticos latinoamericanos.




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