La Primera Guerra Mundial puso un punto de quiebre en el funcionamiento económico tanto en lo nacional como en lo internacional. El funcionamiento de la economía se había articulado mediante el patrón oro. Era el paradigma que se basaba en la convertibilidad a oro de las principales monedas. Al mismo tiempo aseguraba el libre flujo de oro entre las naciones. Este sistema era respetado rigurosamente y articulaba las transacciones económicas mundiales casi sin intervenciones estatales.