Para la izquierda latinoamericana, la democracia nunca fue un asunto fácil, ha insistido siempre su compromiso con la misma, pero al mismo tiempo la ha violado. Durante décadas del siglo XX despreció tajantemente a la democracia y la consideró como una imposición, como una burocracia que tenía como objetivo postergar a la sociedad. Pues bien, dos hechos, devenido en fuertes mitos, enlazan la historia de América Latina con nuestra historia. Ambos nos llevaron a una escalada de violencia y de dictaduras posteriores.
El inicio del mito. El ejército boliviano cometió el único error de campaña una vez lograda la captura del máximo trofeo de la Guerra Fría en América Latina. La captura de Ernesto “che” Guevara fue transformada, la imagen de indigente, de un revolucionario abandonado por todos, vencido sin remedio y envuelto en trapos fue preparado para mostrarlo a la prensa. Lo colocaron en una lápida de concreto, le quitaron las cuerdas con que venía agarrado del helicóptero que lo había trasladado desde La Higuera, y le pidieron a una enfermera que lo lavara, lo afeitara para cuando un enjambre de periodistas y fotógrafos lo vieran. Fue captado para la posteridad por Freddy Alborta y el general Gary Prado Salmón uno de sus más tenaces perseguidores escribió en su informe:
“ Lo lavaron, lo vistieron, lo acomodaron, bajo instrucciones del médico forense. Porque había que mostrar la identidad, mostrarle al mundo que el Che habías sido derrotado; le hemos ganado a éste. No era cuestión de mostrar como se mostraba siempre a los guerrilleros, que impactaban muchísimo, unas caras así retorcidas. Esa fue una de las cosas que me llevó a ponerle el pañuelo en la mándibula al Che, para que no se deforme, precisamente. Instintivamente, todos lo que querían era mostrar que éste era el Che; poder decir; Aquí está, hemos ganado. Ese era el sentimiento que había en las Fuerzas Armadas de Bolivia, que habíamos ganado la Guerra. Que no quedara duda de su identidad, porque si le poníamos tal como estaba, así, sucio, andrajoso, despeinado y todo eso hubiera quedado la duda”