En Italia desde la unificación en 1861 existió un modelo de gobierno parlamentario y plural. Eso no significa que lo podamos llamar democrático debido a que los niveles de participación eran muy reducidos. Por lo tanto la lucha política evolucionó hacia un enfrentamiento entre facciones y con una lógica de corrupción manejada por un pequeño grupo oligárquico de nobles con pensamiento liberal. En 1912 se produce un una reforma en los derechos refrentes al sufragio que triplicó el volumen de personas habilitadas para ejercer el voto. En números redondos se pasó de 3 millones a 9 millones de votantes. Si bien fue muy auspicioso este avance no fue acompañado por reformas estructurales el gobierno. Poco después dio comienzo la Gran Guerra, en la cual de un modo muy traumático Italia entra en la misma a partir de 1915. Luego de la guerra se logró la universalidad del voto masculino en