Hasta el inicio de la Gran Guerra en 1914, el funcionamiento económico tanto nacional como internacional se instrumentaba mediante el patrón oro. La esencia del patrón oro se basaba en la convertibilidad a oro de las principales monedas, y también del libre flujo del oro entre las naciones. Por lo tanto para las naciones ricas o pobres este modelo tenía precedencia sobre todos los demás aspectos de la política económica. En realidad cuando una nación exportaba más bienes o servicios de los que importaba significaba en ingreso de oro al país. Si este ingreso originaba un desequilibrio en el balance de pagos se resolvía exportando oro. De esta manera el comercio internacional se regulaba en forma