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jueves, 2 de noviembre de 2017

Los diputados batllistas en la década del 60: Tiempos complejos.




A fines de los años 50 nuestro país se enfrenta al final de una coyuntura externa muy favorable que había posibilitado el crecimiento del desarrollo industrial y una cierta mejora de los sectores asalariados y la clase media. Los efectos de la crisis se perciben cuando se agota el crecimiento de la industria protegida que funcionó claramente hasta que las economía europea comienza a desarrollarse, también con el profundo estancamiento del sector agropecuario y el inicio de la especulación en distintos actores sociales. Inmediatamente repercute en las tensiones sociales lo que convierte a la crisis en un proceso más profundo que incluía todos los aspectos estructurales del país. El segundo Gobierno Colegiado se enfrenta al proceso eleccionario con desprestigio y con cuestiones desde varios sectores, incluso desde el mismo batllismo. Muchos de los críticos se había enriquecido con la política redistributiva que alentaban y que en momentos de campaña electoral denigraban. Los más críticos, entonces, eran los industriales, los obreros y la clase media. En verdad, como sostiene el Dr. Caetano, una respuesta que la sociedad buscó fue la victoria de os nacionalistas que van a asumir el gobierno el 1 de marzo de 1959 con mayoría de seis integrantes de la alianza “ herrerista/ruralista” por la minoría dos batllistas de la lista 15 y uno de la lista 14. Inmediatamente comienzan profundos cambios en a dirección económica con el objetivo de desbatllistizar la política. En el mes de diciembre de 1959 se aprueba la Ley de Reforma Cambiaria y Monetaria con el objetivo de eliminar los controles a las importaciones y el sistema de cambios múltiples. Se devaluó el peso, se elimina subsidios a la producción y al consumo y se determinan detracciones a las exportaciones de los productos principales como la lana, carne y cueros. También se inician relaciones con el FMI. 

En resumen se pone un punto final al dirigismo estatal y el inicio de un modelo liberal. Era una alternativa al modelo batllista. El 20 de julio de 1960 apuntalando a sus compañeros de sector, los diputados batllistas Glauco Segovia y Luis Hierro Gambardella, Zelmar Michelini se pronunció con la visión del batllismo con referencia al FMI y a los cambios en la redistribución de la riqueza:
“Cada vez que el FMI ha tenido que acudir a América Latina, ha tenido en cuenta estos cuatro puntos: primero, la transferencia del sector agropecuario- en este caso del Uruguay fundamentalmente al sector ganadero, carnes y lanas- de una mayor porción del ingreso nacional mediante el aumento de los precios de los productos agropecuarios, el encarecimiento de ls productos de importación, la liberalización de los controles de precios y la congelación de salarios. Segundo, un amplio concurso al capital extranjero bajo la forma de empréstitos, comenzados generalmente con los institutos internacionales. Tercero, una política desinflacionaria tendiente a comprimir el actual nivel de ocupación y a transferir mano de obra. Y, cuarto, eliminación de los cauces laterales en el comercio exterior con miras a la adopción de una multilateralidad limitada”( Parlamento del Uruguay, Diarios de sesiones de la Cámara de Representantes, 20 de julio de 1960, p.p. 317-326 en Zelmar Michelini, Planeta 2017, pág.205).

Los diputados batllistas intentan demostrar que la política dependiente del FMI al poner el foco de la crisis en el exceso de dinero circulante, dentro de un proceso de estancamiento productivo no solo impedía una justa redistribución sino que transfería el capital hacia los grandes ganaderos y tenedores de tierras. Para los batllistas era imperioso defender al pequeño industrial que significa en definitiva defender a los sectores medios de la sociedad. En definitiva aquellos debates los podemos vivenciar posteriormente este modelo económico apuntaba a desmantelar el sistema proteccionista y junto con él a la industria nacional, lo que traducido en lo social al desempleo. “La paz, la fortuna de la paz nos ha provocado algún trastorno económico. Durante la guerra, nosotros tuvimos que proveernos a nosotros mismos y proveer al mundo comprador. En nuestro país tnemos casi 200mil obreros industriales y en la industria de la lana, tejidos y tops, tendremos unas 20 mil persona. I nos pusieramos a vender lana sucia, lana virgen, tendríamos que cerrar todas esas industrias” (Nahum, B. Historia del Uruguay, tomo 11).


Las protestas en las calles no se hicieron esperar y el batllismo en los sesenta existía preocupación sobre los excesos en el empleo de la violencia y al procesamiento de los dirigentes sindicales en pleno auge de la guerra fría, viendo al “enemigo” comunista en todas partes, el propio Michelini sostenía que el conflicto era la crisis económica que afectaba a los asalariados de ingresos fijos: “ En circunstancias en que el país atraviesa la crisis económica más grande de su historia; en circunstancias en que el pueblo tiene hambre(...) creemos que es totalmente absurdo, arbitrario y peligroso, que conspira contra la paz social, que se busque por medidas disciplinarias reprimir al movimiento sindical.( Parlamento del Uruguay, 5 de mayo de 1960)
Hoy tenemos varios “batllismos” en el Partido Colorado, quizás el discurso más cercano a las posturas históricas, desde perspectivas diferentes, las tengan los actuales diputados Fernando Amado y Tabaré Viera. Sin embargo todavía, el discurso y la acción no se han acercado a la comprensión del votante batllista.

sábado, 28 de octubre de 2017

Zelmar Michelini y su visión del batllismo.


El batllismo que fue y no será. La 99 batllista y su visión del Uruguay en la crisis de los 60.


Cuando entramos en el debate, desgastante e inútil, del batllismo en los tiempos que corren no podemos dejar de lado a corrientes de pensamiento claves en su conformación. Hemos avanzado en profundidad sobre las realidades y utopías de Domingo Arena (Arca,2010). Sobre la libertad como Revolución de Enrique Rodríguez Fabregat (Ponencia en UCU,Cátedra de Judaísmo, sobre la creación del Estado de Israel,2017) y la monumental figura del Dr. Enrique Tarigo y sus muchas razones (Planeta 2015 con Esteban Leonís) Sin embargo nunca logramos que el debate prenda en los líderes partidarios excepto con el Prof. Yamandú Fau que siempre nos apoyó. Pues bien estamos ahora incursionando nuevamente en la figura de Zelmar Michelini, ya lo hicimos en tres artículos en el blog profelagrotta,blogspot.com. Y contamos con el apoyo del Prof. Jorge Genta. Y me propongo continuar ahora con una serie de documentos que me ha proporcionado generosamente el Diputado Tabaré Viera y con las últimas publicaciones coordinadas por mi profesor en el Claeh, Dr. Gerardo Caetano..
En un artículo publicado el 21 de enero de 1964( Zelmar Michelini, razones de una conducta. Acción y pensamiento, Planeta,2017) titulado: “Por nuestro propio camino” comenzamos a trabajar con la vigencia real y absoluta del radicalismo liberal y progresista de Don Pepe.


“ Nuestro punto de partida es la igualdad en el ámbito de la libertad, no aceptamos otra base para las relaciones de los hombres entre si. Rechazamos todas las discriminaciones sociales que se fundamentan en los privilegios, originados en la fortuna, en la familia, en la religión, en la raza o en el partido. Sostenemos como base de la arquitectura social el principio de la dignidad humana. Y no hay dignidad posible para el hombre si carece de libertad o si no se siente igual entre iguales. No aceptamos, no podemos aceptar, que haya un orden democrático y justo allí donde los hombres se reconocen súbditos de otros, en razón de privilegios azules de familias elegidas por principios aristocráticos, por imposiciones dictatoriales o por interese oligárquicos. No aceptamos, no podemos aceptar, que se se pretenda imponer una sujeción económica y una subordinación financiera, una calificación de nacionalidades en superiores o inferiores, de pueblos a pueblos, de gobierno a gobiernos, porque unos sean poderosos y otros seamos débiles e incipientes. Menos podemos aceptar aun que quienes invocan defender la Justicia Social. Arrasen los derechos naturales del hombre y los políticos del ciudadano allí donde mandan, y se proclamen reivindicadores de esos mismos derechos allí donde pretenden llegar a mandar. No queremos ideologías importadas ni aceptamos servilismos económicos ni dependencias de pueblos o intereses foráneos. Luchamos por una estructura económica que suprima el latifundio asfixiante, la propiedad improductiva y la tenencia sin fundamentos de los bienes colectivos; por una estructura social que asegure iguales puntos de partida para todos y metas para cada uno, de acuerdo a los talentos, esfuerzos, virtudes y rendimientos personales. Por una estructura política que permita la libre y cabal expresión de todos los sectores que componen la voluntad popular sin las cortapisas que los intereses particulares de personas o grupos imponen. Por una estructura jurídica que sea el escudo del derecho de los débiles y muralla contra la prepotencia de los fuertes. Luchamos por la justicia integral, como única fórmula para la convivencia digna de los hombres.(...)Los conservadores que están apegados a una posición privilegiada, y quienes sin tenerla la ambicionan, se afanan por mantener la sociedad actual tal como está, no quieren cambios ni modificaciones estructurales, las reformas los asustan y los descontrolan. Los resentidos sociales, de ambos extremos, predican en cambio por la ruptura, por la violencia del orden actual. El procedimiento es conocido y pudo ser válido para otros pueblos y para otras épocas, no lo aceptaremos para nosotros. La violencia es sangre fraterna derramada, destrucción, muerte, ruina y trae como secuela natural la entronización de los gobiernos fuertes y autoritarios que imponen la supresión de las libertades. Unos y otros conspiran contra el progreso.(...) La evolución democrática de nuestro país, impulsada-en un momento histórico- por José Batlle y Ordóñez al frente del Partido Colorado, fue acelerada y ejemplar.(...) Es necesario seguir avanzando para no perecer(...) (Planeta,2017. Pág 63)
Estos conceptos en la dura confrontación en la década del 60 muestra claramente el reformismo batllista y su republicanismo radical en la pluma de Zelmar Michelini.

Estamos en un momento crucial para el batllismo, que oscila entre una etiqueta que sirve a casi cualquier interpretación y sus fuentes genuinas, muy alejado de la interpretación del votante que hace mucho se fue a buscar estos principios en otros sitios. Hay temas que no se deben dejar de debatir y ser claros con los militantes batllistas: 1) flexibilidad laboral, 2) renta básica, 3) Estado y sus empresas, 4) propuestas en educación claras y contundentes. Pero respetando esos principios que sostenía Zelmar Michelini, batllista.

domingo, 17 de septiembre de 2017

Batllismo: Debates pendientes.

Batllismo: Empresas Públicas, debate pendiente.

El debate pendiente del batllismo se refiere al rol estratégico de las Empresas Públicas. Tratamos de iniciar un debate hablando con representantes partidarios y planteando una serie de notas en el blog  www.profelarotta blogspot.com, alguna de las cuales han sido publicadas en Opinar y otras citadas en alguna nota periodística. Sin embargo el economista Carlos Steneri lo planteó directamente en su columna de Economía&Mercado del matutino nacionalista El País el lunes 11 de septiembre de 2017  en la página 3. Habla con claridad de la existencia de pre conceptos ideológicos en este tema que impiden ver la importancia que tienen las Empresas Públicas tanto en la vida como en la estructura productiva y el consumo del pueblo liso y llano. 

Poco después de la elección del Presidente Julio María Sanguinetti, en el mes de febrero de 1985, pero días antes de que se produzca su toma de posesión Economistas que representaban a los principales partidos políticos elaboraron un documento con las líneas principales de la política económica a desarrollarse y sostenían que para diferenciarse rotundamente de la desarrollada durante el período militar: “ debía diferenciarse claramente la política anterior y aparejaría un activo rol del Estado con el uso de instrumentos políticos para alcanzar un proceso de recuperación selectivo y planificado a través de la definición de objetivos a alcanzarse y prioridades a perseguirse. Este nuevo rol implica un cuestionamiento y rechazo del significado central del neoliberalismo que ha sido dominante en los años recientes: la subordinación del sector productivo al financiero(…) recuperar el control nacional del proceso económico y colocar el sistema financiero al servicio de la producción y de las necesidades de la población como un todo” (Búsqueda, 24 de febrero de 1985). Luego del proceso llevado adelante por el Herrista Luis Alberto Lacalle, cuya principal obsesión era un programa de privatización de las Empresas Públicas argumentando que varias empresas estarían en manos privadas, entre ellas Pluna y Antel.


 El rechazo contundente a esta política parte del sector que lideraba el ex presidente Sanguinetti afirmando que estaba a favor de la reforma del sector público y habiendo votado como un todo la Ley en 1991 el sector Foro Batllista  ahora apoyaba el referéndum para derogar parte de la Ley de Privatizaciones. La votación alcanzó un 72,5% a favor de derogar la Ley. El Uruguay batllista sin darse cuenta había girado casi sin retorno al voto de la gente que posteriormente votaría la izquierda. En 1995 Sanguinetti y el batllismo retornan al poder con una propuesta seria y segura de centro y la propuesta de campaña no era ni más ni menos legitimar el Estado batllista en el cual la libertad va de la mano de la solidaridad social, sin embargo las Bases de dialogo para la búsqueda de un Gobierno Nacional lleva adelante un proceso de reforma tanto política, electoral, de educación y del Estado que incluía: “ Mejorar la gestión del Estado, descentralización de decisiones y de la gestión, reducción del peso del Estado, privatizaciones, desmonopolizaciones y la desregulación de las actividades privadas”( Búsqueda, enero 1995) Esencialmente las privatizaciones no deberían extenderse a actividades que afectaran la seguridad nacional o la soberanía y sobretodo no convertir un monopolio público en un monopolio privado y la premisa era: “la idea de que toda privatización es buena  y por eso permanecen en el Estado un conjunto de empresas que represente recursos importantes para mantener el equilibrio fiscal”( Búsqueda 5 de marzo de 1998, página 5) El propio Dr. Julio María Sanguinetti hablando en el Foro Económico Mundial sostenía: “ Se va avanzando de un modo acompasado, seguro, preciso, con debates que el país debe procesar con serenidad, porque en Uruguay no hay una situación de desprestigio de las Empresas del Estado como en otros países. Son prestigiosas, nosotros queremos que, además de prestigiosas, sean eficientes” (San Pablo, 20 de junio de 1995). Los plebiscitos de la década del 90 fueron contrarios a reformas parciales y dejaron de lado el debate profundo sobre el rol de las Empresas del Estado, en diversos aspectos como: Cometidos, criterios estratégicos,, administración y forma de gestión. Tema que sigue siendo clave puesto que funciona en modo monopólico que disimulan las mediciones de gestión de cualquier empresa. 



Hoy se debe debatir, algo propuso el Cr. Ricardo Lombardo en los coloquios para una nueva Agenda del Partido Colorado( Casa del Partido Colorado, 3 de setiembre de 2017), cuál será el rol de las Empresas del Estado frente a los cambios tecnológicos que son múltiples e inminentes. El otro tema es el de los monopolios, que lentamente han perdido niveles de calidad y de gestión, pero que siguen siendo estratégicos. 

 "ANCAP debía importar combustible refinado hasta que instalara su refinería y obtener el suministro de crudo del exterior a partir de ese momento. Ante la hostilidad de las petroleras se llegó a un acuerdo para el suministro de crudo con la empresa soviética Luyamtorg, que aceptaba productos uruguayos como parte de pago. En los siguientes años ANCAP hizo efectivo el monopolio sobre el alcohol con la instalación de la primera destilería y comenzó la elaboración de varias bebidas alcohólicas. En 1937 se inauguró la refinería. El golpe de Estado de 1933 protagonizado por el presidente en ejercicio Gabriel Terra, significó el fin del impulso estatista."  ( http://profelagrotta.blogspot.com.uy/2017/08/batllismo-rol-del-estado-empresas.html )



Pero no olvidemos que este sistema le permite a Ancap vender su producto muy por encima de sus costos, en una época contribuía al desarrollo del País, y hoy esta en otra realidad. Retomando el análisis del Economista Steneri sostuvo en la nota citada: "Las tarifas de las Empresas Públicas son un instrumento para-fiscal potente para financiar cuentas públicas y no necesitan aprobación parlamentaria y que se encuentra en niveles extremos" El batllismo tiene mucho que aportar en estos temas teniendo en cuenta el rol estratégico, la gestión y su rol dirigido a una justa redistribución de la riqueza.


domingo, 10 de septiembre de 2017

Batllismo: republicanismo radical y liberalismo progresista.

Batllismo: republicanismo radical y  liberalismo progresista



El triunfo del batllismo en las elecciones de 1950 fue por un margen estrecho. Como siempre había ocurrido, sus políticas y proyectos habían despertado duros adversarios dentro del coloradismo conservador. Las negociaciones con el Partido Nacional para obtener mayorías parlamentarias se hicieron indispensables. Acá comienza a pensarse una estrategia para que Luis Batlle Berres no siguiera un camino, que parecía claro, a una segunda presidencia. Estas negociaciones dieron pie al fundamento de la reforma constitucional que daría orogen a la Constitución de 1952. Pero la terca realidad del elector hizo que en las elecciones nacionales de 1954 llevaran al triunfo a la lista 15 y por supuesto a Batlle Berres.



 En este momento la situación del país no era la misma, y a pesar de seguir con el modelo neobatllista de dirigismo e industrialización con un sistema de cambios múltiples los efectos de un estancamiento y crisis económica no se hizo esperar. Las manufacturas uruguayas dejaron de ser competitivas en el exterior y los esfuerzos por mantener las mejoras laborales y salarios no dan resultados. El Estado se convierte en el gran empleador dentro de un mercado muy pequeño que impedía el desarrollo industrial. La burocracia fue cada vez más fuerte y sus derivados lógicos, el clientelismo y la corrupción comienzan a predominar en la segunda mitad de la década de 1950. Comienza un gran desprestigio de los sectores políticos y allí surge una figura muy particular y de gran arraigo popular, Benito Nardone fruto de un ruralismo de matriz gremial conservadora. En realidad su actuación había comenzado en 1953 y posteriormente a través de sus audiciones en Radio Rural con el seudónimo de “chicotazo” con un perfil popular y marcadamente anticomunista a partir de 1957. Bautizó a la 15 y a sus seguidores como seguidores de un “comunismo chapa 15”.


 De tanto machacar sobre el fin del Partido Colorado como el Partido de Gobierno, la agitación de los sindicatos y las disputadas en la calle por la Reforma Universitaria marcaron final duro para el gobierno batllista. La sanción casi al final del período de leyes muy importantes reclamadas por los sectores sociales no revirtieron el resultado electoral que daría el triunfo a los nacionalistas como mayoría en el gobierno colegiado. En el segundo semestre de 1958 la situación que precedió a la sanción de la Ley Orgánica de la Universidad era considerada por los sectores conservadores como una experiencia, como una praxis comunista. Argumentaban que el reclamo estudiantil era justo en su origen pero que había sido asumido por la agitación comunista. Esta visión se generaliza en determinados grupos anticomunistas como sectores conservadores católicos. Otro de los factores de temor era la acción del movimiento sindical que a juicio de las derechas sus numerosas movilizaciones y medidas de lucha con paros, huelgas y ocupaciones eran acciones del comunismo soviético. Como en el resto de América Latina la crisis mundial de 1929 había desencadenado un fuerte proceso de industrialización. El Partido Colorado lideró el esfuerzo de capear el temporal económico y que se va a intensificar durante la segunda mitad de los años 50 con el liderazgo de Luis Batlle. Paralelamente en la CEPAL, Raul Prebitsch comienza a difundir sus ideas desarrollistas. El desarrollismo neobatllista alcanzó su punto alto antes de que las ideas y las estructuras del desarrollismo hubiesen encarnado en nuestro país. Fue el Cr. Luis Faroppa en la Facultad de Ciencias Económicas el que empieza a difundir las ideas cepalinas en nuestro país.  Estamos enfrascados en la década del 60, en la época del fin del batllismo para algunos y en el despegue de un Partido Colorado moderno, post dictadura para otros. El resultado demuestra lo primero, aunque lo segundo, excepto por la soberbia de algunos fue trascendente.
El 30 de noviembre de 1958 con una mezcla de sorpresa y expectativa los blancos alcanzan el poder gracias al sistema colegiado de gobierno. Su anterior experiencia había sido en el lejano 1868 cuando Atanasio Aguirre había comandado el Poder Ejecutivo. Llegaron al gobierno de la mano de un gran deterioro económico y el sentir de la gente, más allá de los números que lo aseguraban, era que cada vez se exportaba menos y nuestros productos perdían constantemente valor en los mercados. El proyecto industrializador que había creado un excelente stado de bienestar bajo el denominado Neobatllismo tenía ahora la gran contra del despegue de los precios de los insumos industriales. Había un gran desequlibrio en el comercio exterior y que se solucionaba con la pérdida de reservas y con el fantasma por entonces corporizado, de la inflación que había subido un 20% entre los años 1957 y 1958. La política de Industrialización por Sustitución de Importaciones estaba llegando a su fin debido a que el instrumento del control de cambios a través del Sistema de Cambios Múltiples  no podía seguir transfiriendo el capital del  agro a la industria.
A comienzos de los 60 el Uruguay tenía como características predominantes en materia social ser rutinario, pacífico y con unos sectores medios conformistas y mayoritariamente urbanos. La efervescencia estaba en el movimiento estudiantil que reclamaba la Reforma de la Carta Orgánica de la Universidad de la República. es el momento de los primeros enfrentamientos de la Policía y los estudiantes en las calles de Montevideo. Desde el punto de vista político la novedad era la trascendencia del ruralismo que se había aliado con los blancos para alcanzar el poder. Luis Alberto de Herrera luego de logrado el objetivo y con la frase de que se había infiltrado  dentro del Partido Nacional una “ comadreja colorada” rompe con la alianza con Benito Nardone y se fractura el sector mayoritario que había logrado la mayoría en el gobierno. En tanto el sector minoritario que era la UBD ( Unión Blanca Democrática) había sido relegada por alrededor de 10.000 votos. Lo primero que deciden enfrentar con una doble aspiración era la crisis económica y desballistizar la política nacional. La campaña electoral fue en base a la crisis económica y el eje era limitar el poder del Estado. Por lo tanto entra en escena el Fondo Monetario Internacional que desde 1947 el Uruguay estaba afiliado pero nunca , hasta ese momento, había aceptado sus recetas. Lo que proponía el FMI por ese  entonces era el librecambismo y una apertura comercial que explicaba la inflación como exceso de demanda de los asalariados. Era la referencia permanente en el debate político y económico del momento. Surge el instrumento económico y político del gobierno colegiado blanco que fue la Reforma Cambiaria y Monetaria llevada adelante por el Cr. Juan Eduardo Azzini que incluía un conjunto de normas que incluían la fijación de normas monetarias, la liberalización de importaciones y  exportaciones. En definitiva le daba al Poder Ejecutivo la facultad de hacer reformas económicas sin consultar al parlamento.
Esta política tuvo muchos problemas a las que se debe sumar  una serie de fenómenos naturales como las grandes inundaciones de 1959, la sequía profunda de 1960 que trajo como consecuencia pérdidas agropecuarias muy grandes y el colapso de la producción de energía hidroeléctrica. Nada es gratis y estas penurias inician la reacción de diversos sectores sociales a los cuales la Suiza de América se  alegaba en forma inexorable de sus bolsillos y del estado de bienestar superior generado durante el neobatllismo. La respuesta fue el inicio de la búsqueda de la unidad sindical por un lado y tendencias conservadoras extremistas de perfil macartista por otro que incluía ambos fenómenos a sectores de los Partidos Tradicionales que comulgaban con una u otra opción. En los sectores populares y de la izquierda tradicional el problema mayor era la existencia de dirigencias y visiones diferentes, los anarquistas, los socialistas y los comunistas formaron y desarrollaron sus propios sindicatos y hasta este momento todos los intentos de unidad había fracasado. Había también subgrupos derivados de cada postura..


 Evidentemente la solidaridad se había complicado por el desarrollo radicalizado de la Guerra Fria. La temperatura política sube cuando nos visita  Fidel Castro en 1959 y siguiendo el juego de ajedrez ideológico en 1960 el presidente norteamericano Dwight Eisenhower. Hubo incidentes con estudiantes de la Facultad de Agronomía y frente a la Universidad cuando pasa la comitiva por 18 de Julio. En este momento podemos ver el fin de la Suiza de América, la fragmentación del Partido Colorado y el fin , además de la unidad ideológica del batllismo.  Los partidos políticos sintieron la crisis económica y para las elecciones de 1962 los cambian: EL Partido Comunista, el Partido Socialista y la Unión Cívica  desaparecen siendo sustituídos por diferentes alianzas entre las que se destacan la Unión Popular, el FIDEL y el Partido Demócrata Cristiano comienzan a jugar un partido que posteriormente conformaran el Frente Amplio. También el Herrerismo se dividió en sectores comandados por Martín Echegoyen del eje ruralista y Eduardo Víctor Haedo representado al Herrerismo ortodoxo. Comienzan, además, lentamente los movimientos guerrilleros. La tormenta con forma de pérdida de los valores democráticos se estaba formando lentamente sobre la otrora Suiza de América.


El Partido Colorado dividido entre la 15 dirigida primero por Luis Batlle y luego por Jorge Batlle. La 14 dirigida por César Batlle Pacheco que va a fallecer en 1966 y la 99 ahora escindida de la 15 dirigida por Zelmar Michelini. Por otro lado  de la 15 tambíen se fue Amilcar Vasconcellos que funda su propio sector y un grupo de senadores entre ellos, Carrere Sapriza, Alba Roballo, Glauco Segovia que pasan a apoyar a Oscar Gestido en la Unión Colorada y Batllista. El panorama para el batllismo era oscuro. Y de hecho quizás allí fue su último accionar. En 1966, el batllismo como tal deja de existir para iniciarse, al decir de Yamandú Fau una batllidad. O sea seguidores de diferentes  parcialidades  e interpretaciones sobre el ser batllista que inexorablemente llevaran a la descomposición del Partido Colorado devenido en sectores ultraconservadores y otras apreciaciones de sectores nostálgicos del Uruguay que había sido un laboratorio social.
En realidad la confusión sobre ser o no batllistas, cual es el rol del mismo, donde se lo ubica es un debate nacional. Incluso a nivel de politólogos.


 En relación a eso me permito tomar textualmente el final de una aclaración que le realizara el Cr. Ricardo Lombardo al Politólogo Oscar Botinelli  que realizar en el diario El Observador: “A tres meses de instalado el gobierno de Gestido en 1967, Jorge Batlle desde su radio Ariel emitió fuertes críticas porque estimó que no se estaban encarando las reformas económicas necesarias, que él pensaba debían orientarse hacia liberalizar los mercados sumamente cerrados por esos tiempos. Eso significó un rompimiento de la 15 con Gestido a tal punto que renunciaron los ministros que ocupaban cargos en su nombre. Y significó una profunda división en el Batllismo que tendría fuertes repercusiones electorales en el futuro.
El gobierno en su primeros meses, había justamente buscado instrumentar medidas desarrollistas y fundamentalmente procuró alcanzar entendimientos sociales, acordando con sindicatos y empresarios en una sociedad que estaba fuertemente convulsionada.
Jorge Batlle reaccionó contra eso y propuso un fuerte cambio de timón hacia políticas más liberales que sacaran a la economía de su encierro.
Esta confusión de Botinelli, extraña en un hombre serio y conocedor como él, sin embargo demuestra las dificultades que tiene mucha gente, incluidos muchos dirigentes políticos, en interpretar lo que es el batllismo.
Creen que su esencia se limita en identificar las políticas económicas que se utilicen en tal o cual momento según las circunstancias determinantes. No entienden que cualesquiera que sean los instrumentos que se empleen, hay una raigambre común a todos los batllistas a lo largo de la historia: el republicanismo radical y el liberalismo progresista.”



viernes, 25 de agosto de 2017

La evolución de la política económica del batllismo.





Nuestro país asume tempranamente conciencia sobre la matriz productiva y desde a comienzos del siglo XX el Estado asume diferentes iniciativas con el objetivo de atacar las bases económicas, sociales y políticas de la misma diseñando diversos instrumentos para transformar la producción agraria e industrial. La crisis de 1929 y la consiguiente gran depresión fueron fuertes estímulos para encarar la revalorización de algunos instrumentos y para diseñar nuevos. La segunda guerra mundial generó las rupturas indispensables para desarrollar en sector secundario de la economía. La guerra y la inmediata posguerra generaron una protección natural sobre el sector manufacturero, incluso con las dificultades para obtener los insumos y las materias primas necesarias en los merados internacionales. En los años cincuenta esta bonanza cambia y pone a nuestro país en una situación difícil. Los responsables del desarrollo del modelo industrialista motivados por las necesidades de la posguerra que fueron creando grandes desequilibrios en la balanza comercial y por el propio modelo desarrollado por el denominado neo batllismo no se buscó salidas al modelo de Industrialización pos sustitución de importaciones. Por el contrario el modelo económico evolucionó ampliando diversos estímulos para continuar con la evolución del modelo. La ley 10000 de “contralor de importaciones y exportaciones”  y el complejo sistema de cambios múltiples se constituyeron el el paradigma del modelo. Estas políticas por su propia filosofía dependían en exceso de recursos externos que no eran en definitiva resultado de las políticas internas de generación de valor, por el contrario dependiente de rentas originadas en el extranjero. La baja del comercio internacional llevó al deterioro de los términos de intercambio y el modelo entra en una etapa de estancamiento.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, la transición política, las transformaciones económicas promovieron un sentimiento de restauración del modelo batllista. En realidad este proceso había comenzado durante las administraciones de Baldomir (Paysandú, 27 de agosto de 1884 - Montevideo, 24 de febrero de 1948) militar,arquitecto y político uruguayo. Presidente entre 1938 y 1942, fue el autor del golpe de estado de 1942 que restableció derechos suprimidos en la Dictadura de Terra)y de Amézaga (Montevideo, 28 de enero de 1881 - Montevideo, 20 de agosto de 1956). Presidente Constitucional de Uruguay desde el 1 de marzo de 1943 al 1 de marzo de 1947. Incluso con grandes influencias del batllismo durante la gestión de Amézaga. La prosperidad económica, el sentimiento triunfante de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, un creciente sentimiento pro norteamericano, la fe en la matriz liberal, el Estado fortalecido con su rol componedor y arbitro social, sumado al crecimiento de la producción industrial que se destacaba sobre el estancamiento de la ganadería, y en definitiva la evolución social urbana fueron estímulos al renacer batllista y reconstrucción de un nuevo Partido Colorado con un sentimiento general de optimismo.
El Imperio británico en retirada con un ocaso sostenido marcaba el fin de su hegemonía dentro del sistema capitalista nos encontraba como acreedores de la metrópoli y con la cual seríamos profundamente generosos en momentos de negociar los pagos de la duda aceptando el criterio inglés que era de canjearla por vetustas y obsoletas empresas británicas de ferrocarriles, tranvías y aguas corrientes.


El avance de la industrialización fue el motor del nuevo reformismo batllista, denominado también Neobatllismo. Ciertamente las condiciones internacionales van a favorecer el desarrollo del nuevo proceso reformista dentro de un década muy importante llamada gloriosa entre 1945 y 1955. En ese período la economía uruguaya creció en el eje del 8% unos trs puntos sobre el promedio mundial. El problema más serio era la ganadería que muestra en este período un fuerte estancamiento derivado de una inexistente inversión tecnológica que generaba por consiguiente baja rentabilidad y muy poco eficiencia. Esta será la causa del fracaso del modelo puesto que todo el desarrollo industrial descansa en las divisas generadas por las exportaciones agropecuarias.
El desarrollo más importante de la restauración batllista se dio con la Presidencia de Luis Batlle Berres(Montevideo, 26 de noviembre de 1897 - Montevideo, 15 de julio de 1964  político y periodista uruguayo. Presidente en ejercicio del Poder Ejecutivo entre el 2 de agosto de 1947 y el 1 de marzo de 1951. Es conocido por ser el líder del denominado por algunos historiadores, Neobatllismo), vicepresidente de la fórmula victoriosa  en las elecciones de 1946, que llevó a la presidencia de la república a don Tomás Berreta, que al fallecer lo catapulta a la presidencia. la simbología era muy fuerte, un Batlle de nuevo en el poder y al mando del viejo partido del Estado .
En la década de 1950 se habían reconfigurado las hegemonías mundiales del mundo capitalista y la inserción mundial del Uruguay no será la misma que la que se llevó adelante durante el período del primer batllismo liderado por Don Pepe. Sin embargo las semejanzas del discurso son múltiples: la afirmación liberal con proyección social y socializante, un Estado reformista, que no sustituyera la iniciativa privada pero que permitiera articular los intereses del capital y del trabajo; las políticas públicas anticipatorias de las necesidades sociales y que cortaran de raíz cualquier trasnochada revolucionaria y por sobretodas las cosas la promoción del desarrollo industrial como factor estratégico de desarrollo económico para lograr el ideal batllista de la justa redistribución de la riqueza.

El Estado vio consolidada su participación directa en la economía monopolizando casi todos los servicios públicos. En 1948 se crea el Instituto Nacional de Colonización con una fuerte oposición de los ganaderos. En resumen generó una prosperidad económica con una visión del "sueño uruguayo" con un fuerte incremento del Estado que se convierte en el gran empleador y con políticas sociales muy audaces para su tiempo. Es claro que se acusa al crecimiento estatal de clientelismo, sin embargo la reflexión debería ser que al pasar a controlar las viejas empresas británicas, todos esos funcionarios privados a partir de ese instantes serían funcionarios públicos. Es innegable que luego de este período la sociedad uruguaya no fue más optimista.

El batllismo, ya como proyecto a largo plazo, se convirtió en una síntesis política de diversos sectores sociales. La legislación laboral fue determinante para conciliar las diferentes clases sociales, desde el proletariado industrial naciente, el desplazamiento de la mano de obra rural y  además se sumaba el interés del capitalista industrial que necesitaba orden, estabilidad y legalidad. El proyecto reformista incluyó un fuerte dirigismo que durante el neobatllismo logró un gran impulso al nivel de vida. El rol estratégico de las empresas públicas era y es para el batllismo la búsqueda de nivelación destinada a favorecer una distribución más igualitaria de los ingresos: “apresurarse a ser justos es luchar por el orden y asegurar el orden”.



 No es nuevo y sin ánimo de aburrir podemos analizar algunos puntos de la evolución histórica sobre el rol del Estado como regulador social ya en la visión de  San  Agustin observamos un cambio radical: el Estado como un medio  y  no  un  fin  en  si  mismo;  para  él  el  hombre  trasciende  al  Estado.  En esta línea de pensamiento  afirmamos  que  el  Estado  existe  para  el  hombre.  Complementado  con  Tomás  de  Aquino,  quien  reconoce  que  el  fin  del  Estado  es  el  bien  común  podemos concluir que en la Edad Media se logra combinar el Estado como medio  pero también con objeto social.. Para Locke el poder debía estar limitado, dividido. Él apreciaba derechos  naturales que anteceden al Estado y que ni en el estado de naturaleza se podían  negar. El  gran  teórico  de  la  división  de  poderes  es  Montesquieu,  que  en  una  clasificación tripartita aportó la idea del poder judicial encargado de resolver las  controversias y también la idea de un bicameralismo en el poder legislativo.  No sería hasta Rousseau que se aclararía que el titular de la soberanía no  puede ser otro que el pueblo, el defendería la soberanía popular  y  resaltaría la  realización de la voluntad general como el fin último del Estado. Para  Hegel  y  su  método  dialéctico  lo  importante  sería  el  Estado  y  el  individuo tendría un papel insignificante, poco de lo que dijo es justificable hoy;  su principal aportación se encuentra en que fue ayudaría a otros a percibir que el  Estado  ha  cambiado  con  el  tiempo.  Marx  apoyado  en  esto  sostendría  que  el  Estado ni siquiera ha existido siempre y que eventualmente deberá desaparecer  pues es sólo producto de la lucha de clases, instrumento de opresión de una clase  por otra. De Lenin podemos destacar su intento por utilizar la  fuerza de grupos  sociales  que  no  estaban  concientizados  políticamente  y  de  cierta  manera  involucrarlos en el Estado.


 Para Weber  el  Estado  es  una  relación  de  dominación de la burocracia.  El Estado es el gran protagonista del batllismo como agente económico y como regulador. Las políticas sectoriales tuvieron un rol trascendente. Se puso el eje en las políticas sociales y en los derechos de los trabajadores promoviendo el intervencionismo cuyo ejemplo más concreto fue la política de nacionalizaciones y estatizaciones. Para el siglo XXI el desafío del batllismo es ser fiel a sus principios  de que una idea genera otra  y una reforma antecede a otra buscando adelantarse a los requerimientos de la sociedad y del progreso.



Hoy tenemos como el principal adversario del batllismo y también de otros sectores progresistas que creen en Estado como regulador de las diferencias al liberalismo descarnado.

sábado, 19 de agosto de 2017

Informe especial. El Crac del 29 y la Gran Depresión – Descubrir la Historia

Informe especial. El Crac del 29 y la Gran Depresión – Descubrir la Historia

Batllismo: rol del Estado, Empresas Públicas y la redistribución de la riqueza.



Es interesante buscar en las fuentes lo que el batllismo realizó en materia económica y como su modelo impactó en nuestra sociedad. Estamos en un debate interesante en el Partido Colorado dentro del cual se discuten varias posturas que pasan desde un liberalismo económico muy fuerte hasta posturas que oscilan en un proceso de intervención radical. Pues bien trabajando con fuentes disponibles en la WEB y con materiales muy serios desde la perspectiva académica y desde visiones políticas de coyuntura me dedico a meterle el diente a estos temas con la esperanza, nuevamente, que surjan debates profundos sobre la visión batllista dentro del Partido Colorado con referencia al rol de las Empresas Públicas, el Estado y la redistribución de la riqueza.
Comienzo quieren las cosas.


“La compra por parte del Estado de los ferrocarriles británicos era una aspiración que no pudo concretarse en el período del denominado primer batllismo. En esa dirección, el Estado comenzó la construcción o adquisición de ferrocarriles. Ya en 1912 durante la segunda presidencia de Don Pepe  se estableció un fondo permanente para la construcción de ferrocarriles y en los años siguientes el Estado construyó o adquirió otras líneas de poca extensión. Ninguna de ellas entraba a Montevideo, y el control del sistema ferroviario siguió estando en manos del Ferrocarril Central, la más importante de las dos compañías británicas que actuaban en el país. Como dato en el momento de la máxima extensión del sistema ferroviario en 1930 las líneas explotadas por empresas privadas tenían una extensión de 2.457 kilómetros y las del Estado sólo 288 kilómetros. El otro punto sensible era el control de los puntos de entrada y salida de nuestra producción cuando se inauguró el puerto de Montevideo en 1909 se creó una comisión administradora que ejerció el monopolio del servicio hasta la creación en 1916 de la Administración Nacional del Puerto de Montevideo. Bajo el terrismo en 1933 se  extendió sus atribuciones a todos los puertos de país, constituyéndose la Administración Nacional de Puertos (ANP). Antes de la construcción del puerto las operaciones de embarque y desembarque y traslado de mercaderías estaban en manos privados en régimen de competencia. Entre 1928 y 1933 se produce una radicalización de las políticas reformistas, que fue denominado  “segundo impulso batllista”. Ante la crisis de 1929 se toman diversas medidas de protección a la industria, se establece el control de cambios, y en el plano que nos ocupa, se expande el Estado empresario con la creación del Frigorífico Nacional en 1928, el  monopolio portuario de la ANP (1933) y el monopolio telefónico para UTE. Pero la obra más significativa fue la creación de ANCAP, el “ente industrial del Estado” como se le llamó. La ley fundacional le asignaba la misión de intervenir en tres ámbitos estratégicos. Respecto a los combustibles, establecía el monopolio estatal de la importación y refinación del petróleo crudo y, a partir de la producción del 50% de la nafta consumida en el país, tendría el monopolio de la importación y exportación de todo tipo de carburante. En cuanto a los alcoholes, establecía el monopolio sobre la importación, exportación y fabricación de alcohol y de las bebidas alcohólicas destiladas. Finalmente, se autorizaba la instalación de fábricas de portland para abastecer las necesidades de las obras públicas. La empresa debió enfrentar desde su creación la oposición de empresarios nacionales que se veían afectados por el monopolio del alcohol y al trust internacional del petróleo que suministraba al país los subproductos y que eran apoyados por sus embajadas.


 ANCAP debía importar combustible refinado hasta que instalara su refinería y obtener el suministro de crudo del exterior a partir de ese momento. Ante la hostilidad de las petroleras se llegó a un acuerdo para el suministro de crudo con la empresa soviética Luyamtorg, que aceptaba productos uruguayos como parte de pago. En los siguientes años ANCAP hizo efectivo el monopolio sobre el alcohol con la instalación de la primera destilería y comenzó la elaboración de varias bebidas alcohólicas. En 1937 se inauguró la refinería. El golpe de Estado de 1933 protagonizado por el presidente en ejercicio Gabriel Terra, significó el fin del impulso estatista.  




  En setiembre de 1931, el Dr Gabriel Terra comenzó una gira por el interior del país, donde se dedicó a criticar la Constitución, el trabajo desarrollado por el CNA y marcó principios generales de reformas a relizar. En tanto los herreristas y los riveristas se unieron políticamente al plan de reforma constitucional del Presidente de la República en las elecciones de 1932. El Dr. Terra con la excusa de los comicios reaunuda las giras por el interior presentando un plan concreto de Reforma Constitucional, todo esta hace presumir la inminencia de un golpe de Estado. Las ideas del Dr. Terra se dirigen a un sistema más parlamentarista con mayor autoridad de los Ministros y responsables ante el Parlamento y trataba de encontrar soluciones a la política finaciera del Gobierno. Argumentaba que el plebiscito como manifestación de la soberanía nacional estaba por encima d elos procedimientos que estabeciía la propia Constitución para su reforma. La Campaña por la reforma constitucional se aceleró. El 8 de abril de 1933, que era la fecha prevista para la mussoliniana marcha sobre Montevideo, tuvo lugar una manifestación callejera en Montevideo en tanto el Presidente realizaba  una emisión radial. El golpe se había realizado de un modo expeditivo e incruento. Terra había acusado a la oposición de instigar al caos público. "El Día" y "El Ideal" realizan denuncias y Terra realiza censura a la prensa. El 30 de marzo se produce una declaración de estudiantes batllistas que acusa a Terra de " estar preparando el motin más vergonzoso de nuestra historia". Tras las medidas dispuestas por Terra al manifiesto estudiantil, la Asamblea General desconoce su fundamento y las deja sin efecto. Se inicia una lucha de poderes que al canza su punto culminate en la madrugada del 31 cunado Terra decreta desde el Cuartel de Bomberos la disolución de las Cámaras y del CNA poniendo fin a la Constitución de 1919. Solo el hecho heroico y solitario del resistente Baltasar Brum llenó, al decir de Juan Oddone, el vacío de la resistencia. 


 Durante el período terrista que llega hasta 1938, se advierte que, sin que se produjera un cambio radical respecto al proceso estatista, este se debilita, lo que es congruente con las tendencias antiestatistas que predominaban en el régimen dictatorial. Esto se evidencia en las trabas puestas a la implementación del monopolio por parte de ANCAP y en la forma organizativa privada que adoptó CONAPROLE, la otra importante empresa industrial creada por iniciativa estatal en el período. El auge del Estado empresario La etapa de culminación del intervencionismo estatal y del Estado empresario, coincide con el período de industrialización por sustitución de importaciones (ISI) en Uruguay, entre la Segunda Guerra Mundial y los inicios de la década del setenta. Con la particularidad que en este país el éxito de la industrialización referida tuvo corta duración y desde los últimos años cincuenta se entró en un largo estancamiento económico, desocupación y deterioro del Estado de bienestar construido en los años anteriores, y también de sus empresas públicas. El Estado empresario en los primeros años exitosos de la ISI tuvo una gran expansión debido al crecimiento de la cobertura y de las funciones de UTE y de ANCAP, así como al aumento del número de empresas principalmente por la estatización de las empresas británicas de servicios , el pasaje de la línea aérea PLUNA de empresa privada a empresa mixta en 1944 y a empresa estatal en 1952, y la fundación del SOYP, que en 1976 pasó a denominarse ILPE. En 1947 UTE logra el monopolio eléctrico en todo el país. En el mismo año  estableció una estructura de tarifas única nacional, con independencia de los costos de producción del servicio, lo que significó una importante rebaja para el Interior. El mayor destino de la electricidad fue el industrial y comercial, pero el uso residencial registró un fuerte crecimiento, en el marco de caída persistente y significativa de las tarifas reales. Otra característica fue la importancia de las inversiones, entre 1945 y 1960 se construyen las dos primeras represas hidroeléctricas del país y se amplió significativamente la principal central térmica del sistema mixto. Obras financiadas a través de los primeros préstamos internacionales que toma la empresa, principalmente con el BIRF. La expansión de ANCAP fue muy importante en la posguerra luego de la situación crítica vivida durante la Segunda Guerra Mundial. Para 1940 comercializaba casi la mitad del combustible líquido consumido en el país y había impulsado la baja de las tarifas. Mediante sucesivas remodelaciones de la refinería de La Teja estuvo en condiciones desde 1947 de suministrar la totalidad de los combustibles líquidos requeridos por la demanda doméstica y de producir el fuel Oil necesario para el desarrollo industrial que estaba viviendo el país. Los cincuenta fueron años de gran expansión e inversiones, construyéndose una nueva refinería inaugurada en 1961. La ampliación de la capacidad de las destilerías de alcohol permitió hacia 1949 satisfacer la demanda interna de alcohol y bebidas. Paralelamente ANCAP promovía los cultivos de maíz y cebada para la producción de alcohol, así como el cultivo del azúcar de caña en las tierras adquiridas en El Espinillar, inaugurándose el ingenio en 1952. En estos años también se construyó una planta de portland, inaugurada en 1956. En 1948, aprovechando que el Estado tenía congeladas en Inglaterra 17 millones de libras provenientes de los suministros efectuados durante la Segunda Guerra Mundial, se compraron a las empresas británicas los ferrocarriles por 7,15 millones de libras, fundándose AFE en 1952. Desde la segunda posguerra, los ferrocarriles dieron pérdidas en diversas regiones y países,  y además presentaban atraso en las inversiones. Las propias leyes de creación de las primeras empresas públicas determinaron la asignación de las utilidades que produjeran. La filosofía de la empresa pública batllista sostenía que las utilidades debían quedar en las empresas. En el caso de UTE, por ejemplo, su ley de creación de 1912 estableció que se formara un fondo de reserva con el 10% de sus utilidades y que con el resto se bajaran tarifas y se ampliaran las instalaciones. No obstante, la propuesta de no utilizar los beneficios de las empresas públicas con fines fiscales, fue rápidamente matizada frente a los apremios fiscales que impuso la Primera Guerra Mundial.  Así, por ejemplo UTE  y con la asistencia del Banco de la República fue convocada a contribuir en dicha situación, aportando incluso por encima de sus utilidades entre 1916 y 1919. En 1931 y 1932, debido al impacto de la crisis de 1929, se deciden contribuciones extraordinarias de las empresas públicas.  En 1934, bajo la dictadura de Terra, aumentaron en dos ocasiones los aportes, llegando a 80% sobre utilidades, lo cual triplicó lo aportado por las empresas públicas en 1935 respecto a 1931. Estas nuevas contribuciones, si bien se planteaban como transitorias, quedaron en aplicación hasta el final del gobierno de Terra (1938). Nuevamente se establecieron contribuciones extraordinarias de varias empresas públicas frente a los apremios fiscales durante la Segunda Guerra Mundial, a partir de leyes de 1942 y 1944 y su renovación hasta 1946.”
¿Cuál fue entonces el lugar y el rol del primer batllismo (1903-1916) que el sentido común de los uruguayos, alimentado a lo largo del ciclo de enseñanza escolar y liceal, tiende persistentemente a identificar como un momento casi rupturista y a la vez fundacional del Uruguay moderno y del Estado empresario y social? Con él, la expansión del Estado encontró un momento de culminación en el proceso que vengo describiendo. El Estado intervencionista en lo económico y lo social no germinó con José Batlle y Ordóñez pero sí se afirmó y expandió bajo sus gobiernos. El aporte específico de este primer batllismo fue el de profundizar ese intervencionismo ya existente y darle una orientación preferencial hacia los sectores populares urbanos de aquel Uruguay de principios de siglo. Con el batllismo no nació el Estado intervencionista sino el Estado deliberadamente interventor y popular (Barrán – Nahum 1984).


Sin embargo y como conclusión la visión de Luis Batlle va a marcar con claridad el rol del Estado en el Uruguay.  Hoy el debate pasa por la búsqueda de nuevos paradigmas económicos, pero si realmente queremos volver a ser un partido de masas debemos transitar la adecuación económica a los tiempos actuales pero sin perder de vista la esencia del batllismo de justicia social y justa redistribución de la riqueza.


"El discurso de Luis Batlle se entronca con la tradición liberal, tal como había sido reinterpretada por el batllismo de Don Pepe. Luis Batlle hizo frecuentes invocaciones a la justicia social, con un énfasis claro del papel tutelar del Estado para proteger a los más necesitados de la sociedad. También Luisito atacó a los que consideraba demasiado ricos a los que consideraba enemigos de la sociedad pero lejos de considerse un discurso que presentase a la sociedad enfrentada en lucha de clases. Para Batlle Berres los demasiado ricos y los necesitados era casos límite de una sociedad en la cual la mayoría de la población estaba bajo el amigable paraguas del Estado batllista. Por esta razón el  neobatllismo tuvo un gran apoyo en la clase obrera, pero con un discurso no clasista presentándose como una alternativa a una postura de lucha de clases. Los trabajadores participaban en la vida política no en cuanto tales, sino en cuanto ciudadanos del Estado Batllista( y clientes de la maquinaria política del Partido Colorado) El hecho de que el orden social fuera libre y en armonía y sin antagonismos sociales no obedecía a un orden natural preestablecido, por le contrario al resultado directo de la estategia anticipatoria de los gobiernos batllistas. Más claro que el primer batllismo, la visión neobatllista es la mediación entre los distintos sectores sociales a través de la tutela estatal" Ver Panizza, Francisco."Uruguay, batllismo y después" EBO MVD 1990. Pág 96..
Ver.
 Varios autores : “CIEN AÑOS DE EMPRESAS PÚBLICAS EN URUGUAY: EVOLUCIÓN Y DESEMPEÑO” Revista de Gestión Pública | Volumen II, Número 1 | Enero-Junio 2013 | issn 0719-1820 pp. 25-66
Barran, J.P., Nahum, B. Batlle los estancieros y el Imperio Británico.
 Panizza, Francisco."Uruguay, batllismo y después" EBO MVD 1990. Pág 96


domingo, 6 de agosto de 2017

El batllismo y la justicia redistributiva. Otros tiempos, otros batllistas.

El Batllismo y la Justicia distributiva. En estos momentos de traiciones y reorganización las fuentes nos deben iluminar.


En momento de elaboración del programa partidario que la Comisión de Programa debía presentar a la Convención Batlle y Ordóñez había sido muy claro en el alcance y la conceptualización a presentar:
“ En el concepto de la Comisión de programa, deben figurar  en el programa del Partido todas aquellas aspiraciones que están llamadas a encontrar resistencias y que requieren lucha para imponerlas, y no deben figurar en nuestro programa aquellos principios que todos comparten, porque ellos no van a encerrar grandes dificultades en su realización. Hay conveniencia en no incluir en el programa sino lo que importa lucha, porque si enumeráramos todo lo que queremos hacer, los verdaderos principios importantes, aquellos que requieren un gran esfuerzo, quedaría perdidos entre otros principios que todo el mundo acepta y que no es necesario hacer un esfuerzo para realizarlas” J.By O, Actas, II, 337


Los Convencionales que actuaron con mayor celo en la elaboración de las propuestas en relación a la nueva política fiscal fueron: José Batlle y Ordóñez, Domingo Arena, Lorenzo Batlle Pacheco, Eduardo Acevedo Alvarez Baltasar Brum,  Enrique Rodriguez Fabregat. Las posturas batllistas varían radicalmente de las visiones de los vieristas y los oribistas y van a llevar la discusión hacia las posturas más radicales desde el punto de vista jurídico. Las diferencias conceptuales presentan el  enfrentamiento entre la República Conservadora instaurada a partir del alto de Viera y la visión de República Solidaria por la que trabajaba desde la oposición el batllismo construyendo bases éticas y jurídicas. En resumen el concepto que primaba en estos convencionales era el de “avanzar”. Avanzar en aplicar criterios de justicia en un ambiente de reacción conservadora. El batllismo tiene sus particularidades de lenguaje y difusión en materia política. Está marcado claramente por aguerridos debates desde las tribunas periodísticas que en ese momento lo va aplicar en la discusión de la legislación sobre la política redistributiva en 1925.
Los debates comienzan sobre el impuesto a la propiedad de la tierra y se discutía en profundidad si era allí donde se debía cargar los recursos para crear el Estado de bienestar. En todo el debate se tuvo en cuenta la Historia del batllismo, siempre con una vuelta a las fuentes de reafirmación de identidad social obrerista de su programa, hoy olvidado totalmente. El principio era alcanzar  la mayor felicidad para la mayoría y el menor dolor para la minoría al aplicarse estos conceptos. El propio Don Pepe lo fundamenta:
“ Cuando se proyecta una mejora, una obra cualquiera, y, como es natural, se requieren recursos para realizarla, se echa mano de lo primero que se presenta a la imaginación, y, desgraciadamente, con frecuencia, se busca el recurso necesario, no en las fuentes más abundantes y donde podría obtenerse con más facilidad y con menos dolor para los que tiene que abonar, sino en las fuentes escasas y gravando a menudo a los necesitados. La herencia, la tierra, son gravadas con dificultad. Es más fácil establecer un impuesto a la aduana que indefectiblemente afecta a todos, mucho más fácil establecer un impuesto al trabajo, que establecer un impuesto a la tierra o un impuesto a la herencia” J.By O Actas, II, 83
Y también enfoca el tema de los recursos de los más pudientes en relación a la defensa de sus derechos:
“…los propietarios de la tierra y los que han de percibir o han de dejar grandes herencias, son personas relacionadas con los que hacen las leyes, y que pueden hacerse oir, por tanto sus razones. Con frecuencia, además, los grandes terratenientes, los grandes propietarios tienen sus abogados en el seno del cuerpo legislativo que aparentan defender el interés general como diputados, pero que en realidad suelen defender, como abogados u hombres de negocios, el interés de aquél que lo ha encargado de los suyos” J.ByO Actas,II,84
El batllismo desde su origen había proclamado cuales eran los factores generadores de la injustica social, en particular la propiedad de los estancieros y la herencia. La defensa de estos principios generaba audacia y precaución en los debates legislativos. Siguiendo a Henry George el concepto fundamental será marcar con claridad todo lo que el ciudadano merece por consecuencia de su trabajo, sea por el esfuerzo y por su calidad. Para el batllismo la justicia redistributiva es el progresismo y  esta fue la visión de José Batlle y Ordóñez:
“ El progreso consiste en mejorar cada vez más la vida y hacer que todos la pasen mejor, en rodear de garantías y de comodidades a los habitantes del país y nada de esto se consigue sin emplear medios pecuniarios. Lejos  de consistir el progreso en disminuir el presupuesto, consiste en aumentarlo. No para hacer gastos innecesarios, porque eso es digno de gobiernos corruptores y de partidos que no tengan la noción de su deber, pero sí para emplear esos gastos cada vez mejor en la satisfacción de las necesidades públicas y en impulsar el país hacia adelante” J.B y O. Actas, II, 352
Entre tantos ataques a las instituciones republicanas, entre debates oscilando entre Maduro, Sendic y Amaro, parece por lo menos saludable recordar y revivir el proceso de contrucción del páis modelo que supimos tener y destruir.
Ver:

García Bouzas, Raquel. Estudios de historia conceptual del pensamiento político. UDELAR, 2014