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viernes, 27 de marzo de 2015

Las Internas del 82. La ratificación de la democracia.

En marzo de 1981 declaraciones del Comandante Gral. Luis Vicente Queirolo mostraron la necesidad de la normalización política del país. Y a eso se suma el relevo presidencial de facto para el 1 de setiembre de 1981. En realidad hubo muchos cambios, algunos inesperados, en los mandos militares siendo relevados el General Ballestrino, el General Núñez que era el Ministro del Interior fue sustituido por el General Yamandú Trinidad. También se sustituyó al Coronel Arregui, Jefe de Policía de Montevideo por el Coronel Washington Varela. La interna militar estaba en una innegable puja y reacomodo de poderes. En forma paralela en Madrid Juan Carlos Onetti recibe el premio Cervantes de manos del Rey de España, Juan Carlos. Muy importante fue el 28 de mayo cuando se aprueba la Ley de Asociaciones Profesionales que va a permitir con ciertas dificultades el funcionamiento de los sindicatos. En el plano económico las luces rojas son encendidas por la Federación Rural que muestra una gran crisis en el sector y desde el sistema bancario se argumenta la volatilidad de la plaza.

Las primeras desproscripciones.

El 7 de julio se inician las conversaciones con los partidos políticos y surgen los primeros políticos en ser habilitados todos de un segundo orden y en criterio gradualista segurían los principales dirigentes. En el ámbito militar, el 1 de setiembre, se elige al General Gregorio Alvarez como presidente de la transición prevista para el año 1985.

Wilson Ferreira Aldunate en Brasil.

En el mes de setiembre se realiza en Porto Alegre, Río Grande del Sur, Brasil muy cerca del Uruguay un simposio sobre Formas de Gobierno y Sistemas Electorales.  Aprovechó esta circunstancia para reunirse en una suerte de Cónclave nacionalista al que asistieron miembros del triunvirato que eran las autoridades provisorias del Partido Nacional (Carlos Julio Pereyra, Dardo Ortiz, Jorge Silveira Zabala) y otros importantes dirigentes como Alembert Vaz, Fernando Oliú, Alberto Zumaran y Juan Pivel Devoto. En ese circunstancia Wilson fue entrevistado por la Televisión Española y declaró: " Yo no estoy dispuesto a volver a mi país, a pesar de que es una tragedia vivir fuera de la Patria, si para ello tengo que pagar un precio que no está a mí alcance; es el precio de abdicar de mi total e irrestricta posibilidad de dirigir mi partido político y de expresar mis opiniones. Volver al Uruguay condicionalmente, volver con limitaciones en cuanto a las posibilidades de expresar mi opinión sobre los sucesos políticos o las actitudes del gobierno, sobre mi libertad absoluta de hacer política, bueno, no. Volver en el pleno ejercicio de mis derechos ciudadanos, sí, Hoy" (Maiztegui, L.2008.608)

En octubre de 1981 los partidos políticos entregaron sus propuestas a la COMASPO con el objetivo de que sus ideas fuesen tenidas en cuenta para el futuro desenlace de la actividad política. El 30 de noviembre el pueblo sale a la calle para recordar el aniversario del Plebiscito lo que generó una dura advertencia del Ministro del Interior, General Yamandú Trinidad.
En el mes de diciembre los Partidos Políticos fueron citados a la COMASPO para expedirse sobre el estatuto de los partidos políticos que sería enviado al Consejo de Estado  el 31 de diciembre.
En el mes de abril de 1982 se negó la posibilidad de realizar el acto del primero de mayo y el General Alvarez rechazó cualquier mecanismo de revisionismo del régimen militar.
Mientras tanto la  publicación nacionalista "La Democracia" reproduce todos los discursos realizados por el lider blanco Wilson Ferreira Aldunate. La consecuencia fue el secuestro de la edición y la clausura del mismo por las cuatro ediciones siguientes. Enrique Tarigo desde "Opinar" defiende a su colega nacionalista con los siguientes conceptos: " Obviamente ningún artículo de La Democracia atribuyó propósitos dictatoriales al Poder Ejecutivo, entre otras cosas porque cada quién, en este país, ha juzgado, a solas con su conciencia, los hechos de aquella época. Contra lo que afirma el decreto de clausura, pensamos que lo que puede comprender -el espíritu de conciliación nacional que ha de primar principalmente en el presente período, en este período de transición hacia la democracia- no son tanto los comentarios de prensa, sino la clausura de los órganos toda vez que ellos molesten o incomoden al gobierno (Opinar, 1982)

En octubre de 1982 se funda la ASCEEP sigla de asociación social y cultural de estudiantes de la enseñanza pública. El 26 de noviembre quién esto escribe se vio envuelto en la crisis de la "tablita" siendo un joven cadete de una empresa importadora de fertilizantes cuando en el medio de una gestión bancaria el U$S pasa de 13 $ a 39$, estabilizándose recien en enero en  24 $, a partir de allí en un sistema de flotación libre. Esa crisis ocurrió a pesar de las garantías dadas por el Ministro de Economía Cr. Valentin Arismendi y por el Propio general Alvarez que definió como "marcianos" a los que sospecharan de una inminente devaluación.

Así las cosas se llega a las elecciones internas cuyos resultados fueron nuevamente adversos al gobierno al triunfar todas las líneas opositoras, y el batllismo claramente triunfador dentro del Partido Colorado.

jueves, 19 de marzo de 2015

Camino a las elecciones internas de 1982: entre la racionalidad y la confrontación.


Luego de años de tratamiento totalitario con la sociedad uruguaya y con el sistema político el intento de legitimar el poder con el apoyo popular parecía muy difícil. En realidad con todo el apoyo del aparato estatal, algunos medios de prensa y sectores políticos, sumado al control absoluto de los recurso del Estado, sumado al convencimiento de que al eliminar la subversión y tener al país en paz, las Fuerzas Armadas creían  legitimar el poder con el voto popular. La realidad vista desde la perspectiva actual nos hace preguntarnos: ¿Cómo volver a la democracia con miles, se consideran 15000, políticos proscriptos? y con la sociedad sometida a una vigilancia extrema. La propuesta de la Constitución proyectada por el gobierno cívico militar fue llevada a plebiscito, y como ya hemos dicho en notas anteriores era contraria a todas las tradiciones políticas y de respeto a normas republicanas en materia de Derecho constitucional. Es cierto que la propuesta militar contó con el apoyo de algunos lideres de los partidos tradicionales como Jorge Pacheco Areco y Alberto Gallinal, entre otros. Hubo una muy fuerte campaña publicitaria a favor del SI en los diferentes medios de comunicación. En tanto que para los opositores al proyecto se debió manejar desde el simple, y peligroso en aquél momento, boca a boca y los semanarios opositores como "Opinar" y "Correo de los Viernes"  tendrían luego un gran papel en la restauración de los valores democráticos. Los militares estaban convencidos del apoyo popular en la instancia plebiscitaria, sin embargo confundían el silencio de la población como una manifestación positiva que en realidad era la respuesta posible en la situación de control  extremo que existía por entonces. El resultado de negar el proyecto fue sorpresivo para los militares y para el mundo entero que no lograban comprender como, en medio de una dictadura, se lograba respetar el acto electoral y el resultado adverso al dictador. El triunfo del NO se festejó por la oposición dentro y fuera de las fronteras del país. En abril de 1980 se había conformado en la capital de Estados Unidos, la "Convergencia Democrática" que era una alianza entre sectores de izquierda y el sector Wilsonista del Partido Nacional para formar un frente común para enfrentarse a la dictadura.
El resultado del Plebiscito Constitucional de 1980 marcó estos resultados:
Total de inscriptos: 1.944.951  Votos emitidos: 1.689.424 (86.8%) SI: 707.118 (42%) NO: 945.176(57.2%) En blanco: 10.980 Anulados: 26150.

El triunfo del NO tuvo consecuencias.

Determinó la suspensión del proyecto político vigente y la elaboración de otro, marcó con claridad la perdida de legitimidad del gobierno militar y reforzó, si cabe, la fuerte tradición electoral como ejercicio del sistema democrático de la ciudadanía uruguaya. La realidad fue que por unos días se percibió una suerte de parálisis en el gobierno cívico-militar hasta que realizan un nuevo cronograma político que preveía  la realización de elecciones internas para el año 1982 para que los partidos políticos eligiera autoridades para presentarse en elecciones nacionales en 1984. Quedaba claro para todos los involucrados politicamente que sería un proceso con Partido y políticos proscriptos pero resultaba claro que las Fuerzas Armadas aparecen disminuidas al tener que negociar con el sistema político. El 3 de diciembre se conoció, finalmente, la posición oficial del gobierno con referencia al resultado del plebiscito mediante un comunicado de prensa firmado por el Presidente de la República y los Comandantes en Jefe de las tres armas cuya frase final dejó un cierto sentimiento de dudas: "(...) el proceso continuará  en base al régimen vigente" Un largo paréntesis que se extendió hasta el otoño se abre sin que la dictadura aclarase cuales serían los pasos a seguir. En el sector político comienzan a delinearse algunas posturas claras y enfrentadas en la visión estratégica de la salida  del proceso militar: la del Partido Colorado era cauta y meditada con posibilidades de avances paulatinos hacia el objetivo de alcanzar las libertades. En tanto que el Partido Nacional muestra una posición radical y confrontativa, sera esta disputa la que precipitará después una salida Sui Generis cuyos coletazos vivimos hoy día.
El 3 de diciembre el triunvirato blanco le propone al Partido Colorado la realización de una declaración conjunta en la cual se exigiera al gobierno un rápida definición de los pasos a seguir para la culminación del proceso que habían iniciado. La respuesta del Partido Colorado fue racional y mesurada sosteniendo que necesitaban una semana para tomar la decisión para no precipitarse. No hubo respuesta y 15 días después  la dirección del Partido Nacional acerca a los colorados un borrador del documento redactado por Fernando Oliú y Gozalo Aguirre, ante el borrador el partido Colorado se niega a realizar la estrategia que proponía el Partido Nacional. El Dr. Julio María Sanguinetti en un reportaje concedido tiempo después en 1992 a Diego Achard sostenía: " (...)Era importante la victoria política que habíamos ganado, pero tampoco desconocíamos que había grupos que ha partir de allí, iban a decir que ahora no había ningún cronograma, que no había nada, que se cerraba hasta ver quién aguantaba más. Ese era el riesgo" (Achard, 1992). El Dr. Jorge Batlle sostenía : "Quedamos con el cordón umbilical cortado. El gobierno peleado con todos nosotros, porque les ganamos la elección. Volvíamos a estar al revés de vuelta a no tener contacto" ( Maiztegui, L. 2008) Lo cierto es que el plebiscito de 1980 marcó el final del ciclo expansivo del proyecto militar iniciándose definitivamente la transición a la democracia plena.

"Opinar"

El 4 de diciembre el Dr. Enrique Tarigo, con un respetuoso y moderado sentimiento triunfal, realiza un análisis de los resultados del plebiscito en el que pedía un rápido retorno a las negociaciones entre políticos y militares. Pero incluye una reflexión que marcará definitivamente el derrotero de salida y las estrategias de los Partidos Tradicionales a partir de allí: (hablando de las autoridades partidarias)" Estas comisiones provisorias de uno y otro de los dos grandes partidos, la Comisión de los Diez del partido Nacional y la Comisión de los Seis del Partido Colorado, pueden ser hoy, como pudieron haberlo sido antes, los interlocutores válidos para, con su concurso, con su consulta permanente, abocarse al gobierno a la tarea inmediata de estructurar las disposiciones legales para ordenar y regular el funcionamiento normal de los Partidos" (Opinar, diciembre 4, 1980)
Wilson Ferreira Aldunate no estuvo de acuerdo en la intromisión en en la interna blanca y fiel a su estilo respondio en una carta enviada a Carlos Julio Pereyra:(...) es lo que faltaba. Preocúpese el Dr. Tarigo de poner su casa en orden, y no se ponga a elegir representantes del Partido Nacional, que no necesita de su concurso para designarlos" (Maiztegui, L. 2008)
Este desencuentro marcó con claridad las diferentes estrategias de salida para Tarigo y el Partido Colorado antidictatorial era preferible la Comisión de los Diez, más racional y negociador que el triunvirato que se había decidido a un enfrentamiento directo con la dictadura.

The 'Wind of Change': British Decolonisation in Africa, 1957-65 | History Today

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A Secret History of African Decolonisation | History Today

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sábado, 7 de marzo de 2015

martes, 3 de marzo de 2015

Tiempo de Debates, 1980: Es una Constitución totalitaria apta para un Partido Fascista o un Partido Comunista.

El lider batllista de Canelones Felisberto Carambula dirigía desde el 30 de noviembre de 1979 la revista “La Plaza” desde la ciudad de Las Piedras. En esta publicación escribieron importantes dirigentes partidarios como Hierro Gambardella, Flores Mora y Alberto Zumaran, también intelectuales de izquierda como Vivian Trias y Hugo Alfaro y varios sacerdotes como Juan Martín Posadas y Luis Pérez Aguirrre.
En el medio radial la figura era  José Germán Araujo que dirigía CX 30 “La Radio”, sin embargo lo que va a concitar más la tención de la ciudadanía fue el comienzo de una serie de debates televisados entre partidarios del SI y del NO. El primero de estos debates se ralizó por Canal 12 el 13 de noviembre de 1980 y confrontaron tres posturas , por el SI  el Coronel Dr. Néstor Bolentini y el Dr. Enrique Viana Reyes.  Por el voto el blanco Alvaro Pacheco Seré y por el NO , Máximo Gúrmendez. Sin embargo el más recordado por el peso que tuvo en la opinión pública fue el realizado el 14 de noviembre de 1980, no fue en directo, fue grabado por Canal 4 en el marco de un programa periodístico de renombre “En Profundidad” dirigido por Carlos Giacosa que era a su vez el director periodístico del informativo de mayor audiencia en esos días: Telenoche 4.
La conducción del debate fue realizada por el propio Giacosa acompañado por el periodista político Asadur Vaneskaian. Por el NO confrontaron Enrique Tarigo y Eduardo Pons Etcheverry, en tanto que `por el SI lo hicieron Nestor Bolentini y Viana Reyes. Se trasmitió el 14 de noviembre, el mismo día que el Dr. Sanguinetti publicaba un artículo titulado “Hasta el 30, un NO”.
 Luego de siete años de silencio y con distintos niveles de censura, sumado las proscripciones políticas estos debates fueron música celestial en los oídos de la sociedad uruguaya acostumbrada a discutir incluso el pronóstico del tiempo. Los debates marcan un antes y un después en el imaginario social reavivando la gravitación y las ansias de libertad en el proceso político del país.
En el primer debate el representante del No recordaba la imagen de la figura del guerrillero Ernesto “che” Guevara en la Universidad de la República apoyando su visión de que estos hechos no sucedería más si se apoyaba el proyecto constitucional. El problema más serio en estos debates era a quién designar, los políticos conocidos estaban proscriptos y de lso más jóvenes no se sabía con claridad la capacidad y el conocimiento para desarrollar tan importante episodio. La condición puesta por los militares era que este debate fuese grabado y luego de observarlo se decidiría si emitirlo  o no. Luego de realizado el programa fue analizado y visto varias veces por los delegados del gobierno. La producción del programa y en especial sus conductores dijeron que aceptaban esta postura pero que no aceptaban recortes parciales, o sale o no sale. El 12 de noviembre, como dijimos, se grabó el programa en horas de la mañana y se emitió el viernes 14 en horario central nocturno. La duración fue de 1 hora y 54 minutos. La DINARP aceptó el programa pero se adosó una pauta publcitaria de unos 20 minutos antes del programa donde resaltaban los logros del gobierno en los últimos años. El debate fue realizado con la tecnología de la época, o sea en blanco y negro, se permitía fumar y la imagen era  muy particular rodeados los panelistas de un humo espeso. Los fumadores eran Tarigo, Giacosa y Pons Etcheverry. El propio Dr. Tarigo  contaría más tarde al periodista Antonio Ladra: “ Parecía una caverna aquello, lleno de humo. Bolentini había ido con dos guardaespaldas y cuando terminó el programa, caminando por un corredor hacia la salida conversando con el Conductor Giacosa, de repente, uno de los tiras me agarra del brazo, me quedé duro y me dice al oído :Doctor no se preocupe le dieron un pesto(…)( Ladra, A. Latitud 30/35, 20 de diciembre de 2000). El debate que se encuentra completo en la web, tiene partes memorables y con mi lógica parcialidad recuerdo algunas:
Bolentini- (…) Yo debo hacer un raconto de los hechos, por que esta Constitución no viene de la luna, no fue hecha por ningún iluminado.
Tarigo: (interrumpiendo) Eso parece claro…
Pons Etcheverry-(…) O sea, que vamos a tener todo el cronograma cumplido:el COSENA, el presidente militar, todo militar. Por eso yo me refiero a que este va a ser un gobierno militar, ya esun gobierno militar de hecho. Pero va a ser un gobierno militar de derecho y por eso yo voto en contra(…) No va a haber nunca un divorcio entre las Fuerzas Armadas y los civiles porque siempre hay civiles que aceptan la supremacía(…) O sea, recordando la pieza de teatro de Ionesco siempre hay rinocerontes, siempre.
Bolentini- Con todo el respeto que Ud. Me merece y dentro de la relatividad con que hemos mantenido los calificativos dentro de nuestra posición, yo digo que me resisto a admitir el calificativo de rinoceronte para todos los civiles que han entendido que su función patriótica era colaborar con las Fuerzas Armadas(…)
Tarigo- Si los políticos son corruptos, los colaboradores pueden ser rinocerontes. Coronel no hay que enojarse por eso….
Tarigo- Esta es una Constitución totalitaria, esta es una Constitución apta o para un partido fascista o para un partido comunista. No me sirve a mí que soy colorado, que soy demócrata y que soy liberal y por eso voy a votar por NO(…)

Al decir de Hugo Alfaro: “ Fue Tarigo protagonista de aquél debate televisivo(…) los opositires sumaban gol  tras gol, sin que nadie pudiera parar aquello(…)( Alfaro, H. Brecha, 30 de diciembre de 1990)

1980 desde setiembre a noviembre: La pequeña luz comienza a vencer un período muy oscuro del Uruguay.


Meses antes de la consulta popular sobre la reforma constitucional propuesta por el régimen militar comenzó a desarrollarse una campaña publicitaria desproporcionada en favor del SI. Los partidarios del NO no tenían el control de los medios ni tampoco un volumen grande de dinero para invertir en una campaña planteada de esta forma. La DINARP (Dirección Nacional de Relaciones Públicas) pautaba en todos los medios disponibles las bondades de la nueva constitución, enfocando el tema hacia otro aspecto, la seguridad y la gran cantidad de obras de infraestructura realizada por el gobierno militar. Días previos a la consulta se emitieron avisos destinados a explicar el alcance jurídico de la propuesta y se publica en la prensa un documento titulado: "La nueva Constitución, ¿por qué?, ¿para qué?" (...) La presente Constitución, que se tacha de militarista, es, por el contrario, un intento del Gobierno y las Fuerzas Armadas, de resolver por el Derecho lo que en el pasado crítico hubo que defender por las armas. Es la adecuación de las normas constitucionales a los problemas que debe enfrentar el Uruguay de hoy. Es la forma de evitar que algún día las Fuerzas Armadas tengas que volver a intervenir para resolver los graves problemas que genera el desgobierno; los graves problemas que genera la actitud omisa de los responsables de conducir los destinos del país" (DINARP, noviembre de 1980). Los jerarcas civiles del gobierno de facto, casi todos integrantes del Consejo de Estado participaron haciendo campaña en todo el país a favor del SI, en Montevideo hicieron una presentación, lejana, técnica y sin debate de la propuesta constitucional. Para los militares los votantes del NO eran sencillamente terroristas, marxistas, gente que no quería al país (Bendaham, R. Brigadier,12 de noviembre de 1980). Otro argumento fue mencionar con frecuencia que el triunfo del NO detendría el proceso de salida iniciado. Utilizaron la cadena nacional en varias oportunidades saturando a la opinión pública. Lo positivo fue que el gobierno autorizó a que la oposición volviera a hacerse escuchar. Los Partidos  Políticos asumen el rol de comandar a la opinión públca por un breve lapso. Pero solo los dirigentes políticos habilitados. El 6 de noviembre de 1980 sale a la calle  el semanario "Opinar" dirgido por Enrique Tarigo y con  Luis Antonio Hierro como redactor responsable. En el diario El Día hubo posiciones ambiguas, en general se presenta crítico al proyecto constitucional pero la mayoría pachequista en el mismo llevó a algunos editoriales de apoyo al SI. El Dr. Tarigo, entre otros, comenzó una serie de análisis profundos sobre la reforma constitucional y sostenía en un discurso a la juventud colorada en el mes de setiembre de 1980: "(...)La Constitución no es un tema que competa al Gobierno; la Constitución es el tema por excelencia que compete al Poder Constituyente. Y el Poder Constituyente lo forma, en la democracia, el cuerpo electoral, la ciudadanía toda que, por medio de sus representantes elegidos a ese  efecto, se abocará directamente a la tarea de redactar y aprobar la Constitución. La ratificación plebiscitaria no puede sustituir, por sí sola, esa primera etapa de elaboración del nuevo texto constitucional por parte de los representantes elegidos a ese efecto por el pueblo soberano(...) Una Constitución y, menos todavía, una Constitución que no es una mera reforma de organización o de determinados aspectos de la organización política, sino una Constitución que pretende innovar en profundidad con respecto a los textos precedentes, no puede ser realizada únicamente por el Gobierno y sus asesores- COMASPO y el Poder Ejecutivo, Ministros, COSENA , Consejo de Estado y el Consejo de la Nación-(...) La gran mayoría del Partido Colorado y la gran  mayoría del Partido Nacional, es decir la mayoría de la ciudadanía se halla en oposición a este gobierno o a los varios gobiernos que se han sucedido a partir del 27 de junio de 1973(...) Luchemos por la libertad, trabajemos por la democracia, laboremos sin pausa para que la democracia y la libertad puedan ser plenamente consagradas en la que habrá de ser nuestra Constitución, que será ésta que se proyecta o que será otra, pero sabiendo que si la Constitución, nuestra Constitución de uruguayos, no consagra, sin cortapisas, la libertad y la democracia, ella no deberá ser, ella no deberá contar ni con nuestro voto ni con el voto de ninguno de los hombres buenos y de fuerte voluntad que son la enorme mayoría ¡qué duda cabe¡,en este bendito país, que es el nuestro" (Tarigo, E. Setiembre de 1980)

lunes, 2 de marzo de 2015

Un socialismo para el mañana | Marx desde Cero

Un socialismo para el mañana | Marx desde Cero

La hora de Enrique Tarigo: " Queremos la restauración de la Democracia y La libertad"


El viernes 14 de noviembre a las 20 horas se produce el acto convocado por distintos sectores del Partido Nacional, en el cual se dio lectura a una declaración conjunta con el Partido Colorado. Mientras adentro se gritaba "Wilson vuelve" afuera comienza una fuerte represión policial que ingresa al hall del Cine Cordón a caballo. El 15 de noviembre el partido Nacional emite un comunicado titulado "salvaje represión de un acto opositor" (Maiztegui, L. pp 206). En este marco de escalada represivas surge una nueva agrupación en el Partido Colorado, la Corriente Batllista Independiente, presentándose en un acto con la presencia de unos 150 jóvenes el 13 de noviembre de 1980 en el Club Residentes de Río Negro y en el acta de creación declaraba su oposición a la nueva constitución: "(...)Se presentó este proyecto de Constitución, como la única salida posible del régimen de excepción que desde hace siete años impera en la República. Afirmamos que la salida ofrecida no es tal y que el texto proyectado no ofrece más que la insitucionalización del actual estado de Cosas" (Corbo, D. El plebiscito constitucional pp 176) Esta declaración estaba firmada entre otros por Manuel Flores Silva, Roberto Asiaín, Ope Pasquet, Washington Abdala, Miguel Manzi y su priemra acción fue un acto por el NO en el cine Arizona. Un par de meses antes habìa inicado desde la Coordinadora de la Juventud del Partido Colorado reflexiones sobre  la democracia, el liberalismo y el compromiso de buscar la plena vigencia de la institucionalidad, el Dr. Enrique  Tarigo sosteniendo: "(...)¿ qué somos los jóvenes uruguayos hoy? ¿en qué creemos? ¿Cuáles son nuestras convicciones?
Y bien. Somos, en primer lugar, demócratas.
No hagamos grandes frases ni acudamos a las definiciones de la doctrina, que nada de ello resultará necesario. Somos demócratas porque creemos en el pueblo y no en una clase social determinada o en un sector o en una casta cualquiera que ella sea, reside la soberanía.
La soberanía en toda su plenitud existe radicalmente en la Nación, dice desde siempre, la Carta de los uruguayos todos, y la Nación somos todos, sin exclusiones, sin discriminaciones, sin proscripciones de ningún tipo o especie. Porque somos demócratas, y los uruguayos somos demócratas por parte de padre y de madre, somos demócratas desde nuestros abuelos y nuestros bisabuelos, desde nuestros abuelos cuartos y quintos, somos demócratas desde Artigas, somos demócratas antes aun de ser uruguayos, porque somos demócratas, sabemos, con esa convicción profunda que solo nos puede dar la fe, sin necesidad de acudir a la demostración racionalista, aunque sabiendo que ella confirma nuestra convicción, que tenemos el, antes que nada, sagrado derecho al autogobierno, el derecho a gobernarnos por nosotros mismos, el derecho de elegir libremente a nuestros gobernantes, que no son ni pueden ser otra cosa que nuestros representantes en el gobierno.(...) Pero, además de demócratas, en el mismo plano que demócratas, tanto como demócratas somos liberales.(...) Somos liberales porque creemos por encima de todo en la libertad; porque amamos la libertad, porque sabemos que sin la libertad la vida no vale la pena de ser vivida. Porque la libertad es tan necesaria, tan imprescindible espiritualmente, como fisicamente nos son necesarios e imprescindibles el aire y la luz del sol(...) Somos demócratas y somos liberales y somos además colorados. Es decir pertenecemos, nos sentimos parte, de un partido polìtico nacido en los albores mismos de nuestra vida de Nación independiente, que de manera intuitiva, como expresión de sentimiento más que de razonamiento adoptó para sí, como atributo de su esencia y de su razón de ser, los principios de la libertad y la democracia(...) Y muchos de nosotros somos, además, de demócratas y de liberales y de colorados, batllistas.
Y ser batllista significa, además de todo lo anterior, tener una conciencia social muy viva, muy a flor de piel, sentir que la democracia no se agota con la libertad ni, tampoco, con la igualdad de derechos, sino que precisa también de la fraternidad, de la solidaridad y - no tengamos temor o pudor a las palabras- de verdadero amor entre los hombres, en especial por los más necesitados,(...)
Qué queremos: la restauración de la democracia y la restauración de la libertad." (Tarigo, E. articulos por el No. Pp 11-17.)

domingo, 1 de marzo de 2015

La reconstrucción del ser nacional: El camino al plebiscito de 1980.

A mediados de 1980 las dirigencias de los Partidos Tradicionales tenían en común el rechazo absoluto al proceso dictatorial y los mecanismos de salida que se vislumbraban los obligan a actuar en conjunto. No olvidemos que pesaba sobre la gran mayoría de los dirigente la prohibición de actuación política como consecuencia del Acto Institucional número 4. En el mes de mayo de 1980 se considera imprescindible comenzar un acercamiento con las autoridades militares, sobretodo teniendo en cuenta que se había anunciado una convocatoria popular para ratificar la constitución proyectada. El restoran Morini, hoy desaparecido, se convirtió en el punto de reunión de las dirigencias de los Partidos Tradicionales y el  7 de mayo se produce la reunión realizada en forma abierta surgiendo de la misma una declaración conjunta: " Las autoridades de emergencia del Partido Nacional y del Partido Colorado reiteran la permanencia del compromiso que los liga inexorablemente con el destino del país. En consecuencia reafirman su decisión de bregar por el restablecimiento de una institucionalidad que asegure el retorno a una democracia autentica, representativa y pluralista, basada en el sistema de separación de Poderes, con plena vigencia de la libertad, la igualdad y la justicia, únicos pilares sobre los que pueden asentarse la seguridad, la paz y la tranquilidad social en forma duradera. Partícipes naturales de esta tarea, proclaman su derecho en tal sentido, que implica asimismo un deber irrenunciable, por imperativo del derecho y de la historia. En el cumplimiento de ese compromiso no escatimarán esfuerzos, actuando con la sola preocupación por los altos principios enunciados, por encima de los intereses personales o de ventajas partidarias. Montevideo, 7 de mayo de 1980" Sobre este hecho el Dr. Jorge Batlle afirmó "(...)fue el momento en donde todos planteábamos la necesidad de empezar a conversar para buscar soluciones a la luz de lo que se había anunciado que iba a ser la convocatoria del plebiscito para ese año(...) (Achard,D. 1995)
El 9 de mayo el Dr. Batlle se comunica con el general Núñez para hablar de temas políticos siendo recibido recién el día 16 de mayo. En una nota que le realiza CX20 Batlle sostuvo que fue a esa reunión a título personal y que entre otras cosas le dijo al general Núñez que iban a perder el plebiscito y que el Partido Colorado iba a votar en contra del mismo. Con una lógica muy clara Batlle le dijo: " si hay que buscar que las instituciones que se consagren a través de un plebiscito de la Constitución tenga el apoyo masivo del pueblo.(...) es necesario que en su elaboración participe el pueblo (...) El Día, 12 de junio de 1980.
A nivel militar se produce un fuerte debate viendo en el accionar del Dr Batlle como el vocero de una negociación que no sería apropiada en ese momento. Luego de esa conversación no hubo respuesta del sector militar. En una declaración pública el Dr Batlle apostó fuerte y dijo en una entrevista y posteriormente se publicó en La Semana de El Día. " no una Constitución impuesta, sino una Constitución que refleje el sentir de todo el pueblo de la República, que quiere un entendimiento nacional para que la Constitución sea el cimiento de una democracia estable y duradera"El Día, 12 de agosto de 1980. Suplemento La Semana.

Ver,Corbo, D. El Plebiscito Constitucional de 1980. Ediciones Puerta del Sur. Montevideo. Pág.58-61

La tolerancia como fundamento nacional. La interpretación ideológica del Dr. Julio María Sanguinetti.


Durante las duras negociaciones de la salida del proceso dictatorial los distintos actores políticos realizaron fervientes alegatos sobre la democracia, la tolerancia y el ser nacional. Importante refrescar conceptos del que fuera el primer presidente constitucional luego de la dictadura: Dr. Julio María Sanguinetti.


"Uruguay, como nación-aun antes de ser un Estado-se configuró en torno a un conjunto de valores espirituales emanados de la doctrina humanista del liberalismo. La esencia de la revolución artiguista fue esa y en torno a ese núcleo ideológico se configuró nuestra nacionalidad. No fue un sueño nacionalista exagerado el que alentó esa formación en un pueblo cuyo caudillo, acendradamente federalista, persistió toda su vida en la creencia de que la independencia de los orientales debía conducirlos a la hermandad con el resto de las provincias, desgajadas del tronco virreinal hispánico. No se hizo la emancipación para sustituir la dominación española por la de una oligarquía criolla como ocurrió en otras comarcas.(...) Nuestra nacionalidad se asienta en un espíritu de tolerancia. La libertad civil y religiosa que proclamaban las Instrucciones llega a ser una realidad y a su influjo llegan al país torrentes inmigratorios que se amalgaman con la población original, asumiendo intimamente sus mismos valores. Los hijos de italianos y españoles, armenios, valdenses y judíos coexisten en un país de tolerancia. Hombres y mujeres de orígenes históricos diversos, religiones distintas, situaciones sociales diferentes, se sienten parte de una misma empresa, a la que empiezan a integrarse desde los bancos de una escuela igualitaria, laica y gratuita, que constituye el núcleo central de su doctrina. De ese modo, termina de perfilarse el espíritu nacional. La libertad individual, la tolerancia filosófica-religiosa, la aspiración permanente al igualitarismo social, afirma el ser nacional. No se cultiva un nacionalismo asentado en el poderío material ni en la vocación expansionista ni la ambición de riquezas. Uruguay asumirá como conciencia existencial que su detino no es el de ser una potencia. Su orgullo de país se asentará en el prestigio de sus instituciones, el espíritu cívico de sus gentes, su libre y justiciera voluntad de trabajo y creación. Así fuimos aquello que en un tiempo se llamó la Suiza de América".
Sanguinetti, Julio M. Correo de los Viernes , Contratapa (fragmento) 5 de agosto de 1983.

Discurso presidencial de Julio María Sanguinetti, 1º de marzo de 1985

Señor Presidente: La declaración de fidelidad constitucional que acabamos de prestar el Vice Presidente y el que habla, constituyen sin duda para nosotros el más alto, elevado y solemne compromiso que un ciudadano puede asumir en la República. Nada hoy más honroso que asumir ese compromiso porque ningún destino hay más elevado y alto para un republicano que el velar y cuidar esa Constitución. 


Sin embargo, no sentimos que esa fidelidad deba ser simplemente una actitud pasiva; no basta simplemente con comprometernos a no agredir la Constitución; se trata de que la constitucionalidad sea una voluntad que desarrollemos activamente. Nada nos compromete más que ello. Todos los pasos, toda nuestra voluntad, toda nuestra energía va a estar volcada a ese supremo y superior objetivo.

Esta República que nació para la democracia ha vivido once años de gobierno de facto y ello no ocurrirá más no sólo porque el Presidente respetará la Constitución, sino porque todos los uruguayos las vamos a defender y haremos de ello un haz de voluntad y energía, que hará de ello una gran causa nacional, la gran causa que nos convoca desde el día en que nació este país.

Para el Uruguay la democracia no es simplemente una institucionalidad, no es simplemente un conjunto armonioso de instituciones jurídicas, no es simplemente una arquitectura política. Ortega decía: Hay verdades del destino y hay verdades teóricas. Las verdades teóricas nacen de la discusión, nacen de la razón, se nutren de ella, viven de la discusión, se vigorizan con la discusión. Hay otras verdades que son verdades de destino, esas no se discuten; se asumen porque esa es la identidad propia, eso se es o no se es y eso está antes de lo que se discute. Y para nosotros los Uruguayos la democracia es una verdad de destino, es un destino irrenunciable, es algo que se asume o no se asume y que si no se asume es el riesgo de la falsificación, y si se asume es el único modo de poder decir que se es ciudadano de esta República, de esta República que antes de ser un estado que antes de tener una frontera, que antes de tener un pabellón nacional, ya era una democracia. Porque aquel pueblo artiguista en los campamentos, aquel pueblo artiguista siguiendo al éxodo de resonancias épicas, aquel pueblo artiguista que era una expresión de democracia que decía aquellas cosas con las cuales nos hemos criado y educado, aquel pueblo ya fue una democracia en marcha, ya fue una democracia espontánea y ya fue una democracia asentada antes de que existiera mismo nuestro estado.

Para nosotros la democracia entonces, no es un sistema político, es nuestro país mismo, es nuestra razón de ser, es nuestra filosofía de vida, es nuestra razón de existir, es el sentido de nuestra lucha y a ella volcaremos todo nuestro esfuerzo.

Son cinco años difíciles, todos lo sabemos; cinco años muy duros en los cuales tendremos muchas veces encuentros y desencuentros, discusiones, contradicciones y todas las acechanzas que siempre amenazan a esta democracia, que tiene en su debilidad su fortaleza y en su fortaleza su propia debilidad.

Sí; sin ninguna duda tendremos años duros, pero el objetivo siempre deberá estar allí. Y esta Asamblea, cuando más de una vez pueda no entender mis pasos o los actos de Gobierno, sienta y sepa que siempre estarán inspirados en ese objetivo y en ese superior propósito. Deseamos hacer lo más que podamos en todos los terrenos del desarrollo económico y de la justicia social; pero por encima de todo, siempre ubicaremos la prioridad constitucional y democrática a la que trataremos de servir con devoción fanática, porque ese es el único dogma que puede tolerar la democracia o sea el dogma de ella misma, la creencia en ella misma, la fe en ella misma.

Naturalmente, sabemos bien que hoy estamos rescatando la forma, que estamos rescatando la arquitectura jurídica en la cual se asienta la democracia; pero también sabemos que viene ahora, mañana mismo, el desafío de los contenidos. En la democracia las formas son importantes porque su garantía radica en ellas, y esas formas son, en definitiva, la sustancia de la democracia; pero también sabemos que el reclamo de los contenidos empieza mañana mismo, porque la democracia no se puede detener en la formalidad jurídica sino que también se debe proyectar al terreno social. Si bien debemos luchar por la libertad política, también debemos hacerlo por una sociedad más justa, que sea a la vez el asiento y el sostén mismo de la libertad.

Por supuesto, todo eso lo haremos y lo tendremos que hacer. No es tarea del Gobierno ni tarea exclusiva del Presidente alcanzar estos objetivos; eso tendremos que hacerlo entre todos, y lo tiene que hacer el país entero, y lo tiene que hacer la armoniosa relación entre los Poderes de Gobierno. Estoy seguro que esta Asamblea General tendrá el espíritu de comprensión necesario, para que nuestras disensiones nunca lleguen al punto en que puedan comprometer o debilitar las instituciones, sino que se detengan en el momento mismo en que sea necesario afianzarlas, porque aquellas son la expresión de este pluralismo que tiene que existir, porque no hay democracia en la unanimidad. Esta misma Asamblea General es reflejo fiel a esa diversidad de opiniones a la que aludo. ¡Pobre país y pobre democracia si no existiera esa diversidad!. Pero esa diversidad y ese pluralismo los tenemos que conjugar en una armoniosa relación entre los Poderes, que tienen que marchar juntos en los que sea la defensa de la institucionalidad y la superación de una crisis muy honda como la que vivimos.

Todos sabemos que América está atravesando la crisis más profunda de este siglo. Hasta hace un tiempo ello podía discutirse, pero hoy sabemos que la crisis del 29 no es comparable a ésta que ésta es más profunda y que en la particularidad de nuestro país, además, es mucho más profunda aún.

La República está atravesando por una situación dramática desde el punto de vista económico y de ninguna manera se puede endulzar esa realidad. Sabemos que en los tres últimos años, este país ha perdido el 15% de su Producto; que el Estado central paga más por interese que por sueldos, que si este país pagara hoy los compromisos de vencimiento de su deuda externa y los intereses que tiene que abonar en 1985, gastaría el 90% de lo que percibiría por sus exportaciones. Con el 10% restante no tendría siquiera la posibilidad de adquirir el petróleo que necesita para apenas empezar a andar y por supuesto, estaría muy lejos la posibilidad de adquirir materias primas que precisa para su sustento.

Todo esto nos marca los límites y las carencias materiales que tenemos por delante. A su vez, nuestro país viene pagando el enorme precio de un ajuste en los tres últimos años que tiene tremendas consecuencias. Sabemos que ello tiene una consecuencia social que se traduce en una reducción de salarios, que unos podrán estimar entre un 35% y un 38% y otros en un 50%, pero que en todo caso es una profunda herida en el ingreso nacional. Si sumamos a ello el fenómeno de la desocupación, tenemos en los tres últimos años la masa global de salarios que paga el país, se redujo en un 45%.

¡Cuántos límites, señores! ¡Cuántas asechanzas entonces para la democracia!. ¡Cuántas carencias¡ todo esto lo tendremos que enfrentar juntos. Naturalmente que no será posible lograr un milagro, pero debemos comprometer el esfuerzo. Debemos ser muy conscientes de todos los límites y carencias que tenemos por delante, para no dejarnos ganar por optimismos fáciles; pero, a la vez, también debemos asumir y medir la magnitud de nuestros compromisos. Son límites y carencias muy grandes y eso va a requerir un enorme esfuerzo de todo el país que no puede enfrentar esa situación con el retroceso económico, de un país que sólo puede encontrar la posibilidad de avanzar en un crecimiento justo.

No es posible pagar la deuda externa sobre la base de un reajuste recesivo o aún mantener la economía en niveles de estancamiento. Esto se ve muy claramente por los números que acabo de señalar, que son algunos de los tantos que podríamos proporcionar para medir la magnitud de la crisis. Si tenemos en cuenta esos números, no es posible pensar en pagar la deuda externa sino a través del crecimiento de una economía que se tiene que empezar a reactivar. Por supuesto, esto es siempre difícil de lograr.

Todos sabemos muy bien que estabilizar sin el riesgo de la recesión o que reactivar sin el riesgo de la inflación, en definitiva es quizás el nudo sin el cual no habría doctrinas económicas, porque sería muy sencillo manejar esos fenómenos si tuviéramos la fórmula para administrarlos. Entonces, tendremos que lanzarnos a la reactivación tratando de administrar una inflación para que ella nos se transforme en un mal económico ni en el mal social que es y, en definitiva, en sea semilla perversa que empieza a desgastar las instituciones al crear el desasosiego general y una pugna distributiva que luego se hace muy difícil de administrar.

Quizá allí esté lo más difícil de nuestro desafío, quizá allí estén las mayores carencias del país; pero allí es, también, donde tendremos que demostrar la disciplina social y la imaginación para salir adelante y para que este país pueda lograr un esquema económico que lo permita alcanzar un desarrollo más justo.

Para ello nuestra República no sólo requiere del esfuerzo de sus hijos sino también de la comprensión del mundo. Este país que fundamentalmente ha crecido, siempre, a lo largo de su historia, através de sus exportaciones y de su búsqueda de mercados internacionales -eso es lo que ha ocurrido en el siglo y medio de su vida independiente-, debe volver a hacerlo ahora con redobladas energías. Y aspira a hacerlo en amistad, cooperación y desarrollo con todos los pueblos y estados del mundo sin exclusiones ideológicas ni restricciones de ningún tipo. Piensa y quiere hacerlo buscando la cooperación donde ella esté con espíritu de solidaridad y sin condicionamientos.

Por supuesto, nuestro accionar primero se debe dirigir aquí, a nuestra América, a nuestro hemisferio, a nuestra cultura, a nuestra América Latina que exporta once mil millones de dólares de alimentos e importa veintiún mil millones de dólares por el mismo concepto: que exporta cuarenta y ocho mil millones de dólares de petróleo e importa veintiséis mil millones de dólares de petróleo. En estas cuatro cifras que acabo de citar, América Latina muestra cuáles son sus desencuentros; estamos comprando lo que estamos exportando, estamos adquiriendo afuera lo que estamos produciendo aquí, en un comercio que es responsabilidad nuestra no haber sabido organizar en condiciones más justas para tener más independencia. Y si muchas veces no lo hemos podido hacer por los intereses de afuera también fue por nuestra debilidad de adentro. Las asechanzas de los intereses de afuera no las ‘podemos administrar, pero sí tenemos que administrar nuestra voluntad política. Y es sólo por falta de voluntad política que, en definitiva, no hayamos podido lograr que todos nuestros alimentos y todo nuestro petróleo – que los tenemos a nuestro alcance- estén organizados para un comercio más justo.

Naturalmente que haya una política latinoamericanista no es, por cierto, pensar en términos excluyentes para el resto del mundo. Todo lo contrario. Estos países que somos hijos y atributarios de las culturas europeas, sentimos por ellas siempre el mismo fraternal espíritu porque los sentimos en nuestras raíces, en nuestra cultura, en nuestro modo de ser y en nuestros hábitos; y de todos ellos precisamos tecnología, ciencia, pero por encima de todo precisamos comprensión, para que se entienda que este pequeño país, que hizo mucho en el pasado aspira a hacer mucho también en el futuro; y que este país aspira a hacerlo, no con sueños de potencia, sino simplemente con una voluntad de justicia, tratando de dar más a sus hijos, de luchar por más paz y de crear el ámbito para que estos pueblos de América, que tantos infortunios han sufrido, puedas caminar por senderos más luminosos y serenos. Aspiramos a que todo esto se emprenda y a toda esa comunidad internacional le señalamos ahora nuestro problema para que piense en él.

Hoy también tenemos – y creo que con esto interpreto el sentimiento de todos los uruguayos- que agradecer a esa comunidad internacional lo que ha sido su conducta y su actitud en estos años, así como su permanente solidaridad par con nosotros y para con la causa de la democracia uruguaya.

A todos, nuestro agradecimiento y nuestro reconocimiento por esa solidaridad que fue importante para nosotros en horas de deseencuentro, en horas difíciles y duras. Hoy estamos en otro momento, en el que, junto a ese agradecimiento y reconocimiento, está también nuestro planeamiento, nuestro reclamo, que no es de una dádiva, sino simplemente expresión de una realidad, para que si nos hermanan los ideales democráticos también nos pueda hermanar una voluntad de cooperación para desarrollarnos y para que, en definitiva, podamos luchar por constituir un mundo más justo, que es la aspiración y la ambición de todos nuestros pueblos sin excepción.

En ésta, sin duda, una vasta empresa; es ésta, sin duda, una empresa dura y difícil. Tendremos que luchar con muchas fuerzas en el mundo y con muchas fuerzas adentro, porque la democracia tiene también dentro de sí, en su diversidad y en su pluralismo, las debilidades de los humanos, de ese ser humano que tiene tantas posibilidades creativas y también tantas debilidades que proyecta hacia el conjunto de la sociedad que nada refleja tanto como la propia democracia, que es la síntesis de lo que son los sueños, las ambiciones, las realidades, las debilidades y fortalezas de los seres humanos, con su misma fuerza, pero también con sus mismas debilidades y flaquezas.

Por todo ello tendremos que luchar a partir de un país unido, de un país unido en la diversidad, de una país que vuelve a reencontrarse consigo mismo.

Este país ha atravesado once años de dictadura y dos décadas de desecuentros. Es la hora de que busquemos no sólo la superación de la situación de dictadura -que estamos superando en este mismo instante-, sino de que luchemos, también por esos tiempos de reencuentro que tienen que venir y que son nuestra única arma y nuestra única fortaleza.

Dentro de pocos instantes enviaré a este Parlamento un proyecto de ley que hemos titulado de Pacificación Nacional, en el que se incluyen la ratificación de la Convención de San José de Costa Rica sobre Derechos Humanos, en el que reconocemos la internacionalidad de los derecho humanos y la jurisdicción internacional al respecto, en el que hacemos una propuesta sobre una amnistía que entendemos debe ser tan generosa como necesaria para el país, en el que proponemos algunas modificaciones del Derecho Penal Común y en que proponemos la creación de la Comisión del Reencuentro y de la Repatriación para que se dedique a ese tema tan vital para todo el reencuentro de la familia uruguaya.

Podremos tener diferencias de matices, pero no es ésta la ocasión ni el momento para discutirlas. Simplemente digo que ésa es una expresión honesta de nuestra voluntad de pacificación y de nuestra convicción de que el país precisa una amnistía. Ella tendrá que llegar hasta donde, en definitiva, decidamos que debe llegar, pero debe ser rápida y oportuna para que cumpla su efecto pacificados; y, fundamentalmente, siendo un problema ético de la sociedad, no debe ser el objeto de la explotación política ni de la especulación política de nadie porque siempre, necesariamente, en estas cosas, puede surgir esa tentación y todos, por igual, debemos preservarnos de ella para encontrar, con espíritu fraterno, un camino de solidaridad que a todos nos reencuentre y que sea el primer paso, el primer mojón, el primer cimiento de un Uruguay reencontrado, en el cual el pueblo empiece a sentir vibrar en su ser la unidad nacional a través de la unidad de sus dirigentes, en la discusión, en la controversia, pero también en la búsqueda de la solución inteligente que sume todos nuestro esfuerzos.

Señor Presidente: dentro de pocos minutos también asumiré el Comando Supremo de las Fuerzas Armadas, y ello importa un compromiso muy solemne, un compromiso que asumo con toda la cabalidad de la responsabilidad que ello supone, pero también con alegría de espíritu, sin enojos ni rencores para nadie. Puedo decir a este Parlamento que esas Fuerzas Armadas van a ser conducidas para la defensa constante de la Constitución. Esas Fuerzas Armadas tendrán que vivir, naturalmente, el proceso siempre difícil, que no podemos ignorar del pasaje de un gobierno de facto en el cual han ejercido todo el poder, a un gobierno democrático en el cual estarán subordinadas a los poderes legales.

Quiero decirles que ejerceré ese Comando con serenidad de espíritu, sin espíritu de revancha con respeto para una institución que por ser una institución del Estado debe tener toda la dignidad del caso pero cuya dimensión de dignidad se alcanza en lo que es la superior virtud del soldado, que es la defensa de la soberanía nacional y de la Constitución, sin la cual las armas pierden su sentido. Tengo la certeza de que voy a contar, y de que la democracia uruguaya va a contar, con la lealtad de los oficiales de los institutos armados y de los institutos policiales.

Muchas veces tendremos que discutir estos temas. Creo que todos los tendremos que discutir sin prejuicios y mirando hacia adelante, con una gran honradez de espíritu. Les digo, entonces, que en el ejercicio de ese Comando Supremo vamos actuar con toda la serenidad y con toda la firmeza que el mando republicano supone, sin estridencias innecesarias, pero con la firmeza suficiente como para que el país pase de una etapa de autoritarismo a una etapa en la cual todos sintamos que podemos volver a vivir con tranquilidad, porque allí está -diría- la clave en la que se asentará todo.

Tenemos que desterrar el temor, tenemos que desterrar el miedo, tenemos que desterrar ese sentimiento que es el que más corrompe el espíritu humano y que tanto hemos experimentado estos años.

Tenemos que desterrar el temor y para ello hay que desterrar también su paternidad que es la violencia esté donde esté y salga de donde salga. Para que no haya temor no deber haber violencia, y cuando hablamos de violencia no nos estamos refiriendo solo a la bomba o a la metralleta, sino a las mil expresiones de violencia que existen, de esa violencia que a veces se tiñe de matices ideológicos y que puede desembocar en la coacción o, simplemente, en el irrespeto de alguien por la opinión de otro o en el irrespeto del ciudadano por la conducta del otro. Solo en esa actitud de respeto y matando así esa semilla, es que podremos construir una sociedad sin temores como tradicionalmente fue esta sociedad uruguaya.

¿Qué es lo que más nos perfiló y distinguió? ¿Qué es lo que nos hizo sentir mas uruguayos en los tiempos en los cuales forjamos nuestra personalidad todos los que estamos aquí? Ese sentimiento que a veces la nueva generación que hoy se aproxima a la vida no entiende cuando nos oye hablar, que no nos comprende cuando nos referimos a un Uruguay que a ellos les cuesta entender, aun Uruguay sin temor, sin autoritarismo, en el que cualquiera podía entrar a cualquier lugar sin sentir que el adversario político era un enemigo personal, sin sentir que el que pensaba distinto era alguien con quien había necesariamente que enfrentarse.

Ese fue el mejor perfil, el perfil sustancial de este país que ha nacido para la tolerancia, que es hijo de ella y que le va en ello su identidad nacional ¿Qué es esta República sino la

Confluencia de la inmigración? ¿Qué es esta República sino la raíz hispánica mezclada luego con la aluvión italiano? Qué es este país sino a través de esas dobles identidades latinas la hermandad con pueblos con los que hoy tenemos fronteras, pero que un día no las tuvimos porque éramos exactamente los mismos en aquella América aluvional que emergía a la independencia hace un siglo y medio. Quizá nadie lo pueda decir mejor que nosotros que fuimos una frontera seca, manzana de discordia en la lucha entre los dos grandes imperios que crearon la cultura de América del Sur. ¿Qué fuimos nosotros sino una manzana de discordia, una pugna constante entre el imperio portugués y el español? Fuimos un pueblo de frontera; quizás por eso mismo fuimos también un pueblo de tolerancia.

Por eso aquella España y aquella Italia que vino más tarde pudieron un día acoger a hombres y mujeres de todos los horizontes del mundo que están en nuestra sangre, en nuestra cultura y que vinieron buscando aquí libertad religiosa o espiritual, tolerancia o simplemente un lugar donde vivir y trabajar. Y así vinieron los suizos, los valdenses, los franceses, los armenios, los judíos, y todos quienes fueron configurando este ser nacional que no se basó en la raza ni tampoco en una expresión geográfica que le estableciera su configuración. Un país de limites como fue esto no podía serlo.

La identidad nacional para nosotros fue un valor cultural, un valor político y cultural. Los uruguayos fuimos eso, una expresión de democracia dentro del Río de la Plata. Esa también es nuestra definición internacional.

Somos uruguayos porque creemos en la libertad, en el igualitarismo y en la tolerancia civil y religiosa, somos uruguayos porque creemos que nadie es más que nadie ante la Ley; somos uruguayos porque no tenemos viejos sueños aristocráticos; somos uruguayos en nombre de esa identidad. Nunca han sido sueños de potencia ni de grandeza material los que puedan haber envenenado, el espíritu de nuestro pueblo en el cual jamas fructificó la semilla de odio, porque a todos quisimos siempre Nuestros vecinos, con los cuales fuimos parte del mismo ser, saben que en este país existe un siglo y medio de existencia pacifica identificada con ellos y que hoy se quiere identificar aún más para consolidar para constituir nuevamente el mismo ser nacional que fuimos más allá de lo que sean nuestras respectivas soberanías. Sabemos que tenemos que desarrollarnos en la única potencialidad liberadora que nos hará grandes, en una soberanía no entendida en el viejo marco estrecho de límites detrás de los cuales se mira al del otro lado como un enemigo, sino como una soberanía colectiva que a través de una integración económica nos perita dar más justicia a nuestro pueblo y nos haga más grandes.

Esta es la identidad del Uruguay. Nuestro país es eso o no es nada. Por esa razón durante estos años sentimos el gobierno de facto y los riesgos de su salida, como un problema de subsistencia nacional.

Los países con mayor potencialidad geográfica y económica quizá puedan observar esto con simples accidentes en una larga historia política; países pequeños como el nuestro, cuando tenemos una quiebra de este tipo que compromete valores tan profundos, no estamos ante un tema simplemente político, ante un accidente en el camino, sino ante un problema que hace a la propia sobrevivencia del país, a su identidad porque toda nuestra fuerza está allí.

Por eso decimos que somos uruguayos, en la misma condición que también somos rioplatenses, porque es nuestra cultura. Del mismo modo, que decimos que somos sudamericanos, porque es nuestro hemisferio; del mismo modo que decimos que somos americanos, porque los sueños de libertad de nuestros héroes siguen en el espíritu de nuestra gente; del mismo modo que decimos que somos occidentales y lo somos no porque ello suponga ningún alineamiento automático a ninguna potencia, sino que lo somos porque en definitiva el espíritu de Occidente es un credo de libertad que nació en los albores de nuestra civilización de aquella civilización judeocristiana-helénica que nos ha inspirado a todos, así como también a esta democracia liberal. De aquellas fuentes, de aquellos manantiales, es que se forma esto que hoy estamos viviendo. ¿Qué es esto sino el espíritu de religiosidad individualista que nace en aquel mare nostrum? ¿Qué es esto, sino Occidente y la latinidad a nuestro modo de entenderlo? Somos todo eso porque somos todo eso es que miramos el futuro con confianza pese a las inmensas asechanzas que aparecen por todos los horizontes; Pese a las enormes limitaciones materiales que apenas he esbozado; pese a los desgarramientos que aún tienen heridas abiertas que tendremos que tratar de cicatrizar con paciencia, con tolerancia y con espíritu de comprensión.

De aquellas fuentes de aquellos manantiales, es que se forma esto que hoy estamos viviendo. ¿Qué es esto sino el espíritu de religiosidad individualista que nace en aquel “mare nostrum?” ¿Qué es esto sino el espíritu de la democracia de los pueblos mediterráneos? ¿Qué es esto, sino Occidente y la latinidad a nuestro modo de entenderlo?. Somos todo eso porque somos todo eso es que miramos el futuro con confianza pese a las inmensas asechanzas que aparecen por todos los horizontes; Pese a las enormes limitaciones materiales que apenas he esbozado; pese a los desgarramientos que aún tienen heridas abiertas que tendremos que tratar de cicatrizar con paciencia, con tolerancia y con espíritu de comprensión.

No me siento solo, sin embargo en esta tarea tan difícil; siento la solidaridad de esta Asamblea porque todos emanamos del voto popular; siento la solidaridad del pueblo que nos ha votado.

Tengo la tranquilidad de haber podido jurar hoy acompañado por un Vicepresidente que no sólo competen estos mismos propósitos, sino que es prenda de garantía moral para toda la ciudadanía, porque él sigue siendo la misma voz que se levantó en 1980, en aquel plebiscito, cuando todos nosotros o casi todos no podíamos hablar. Entonces él fue una de las pocas voces que pudo levantarse.

Siento la tranquilidad de que todo eso hace el marco imprescindible para que podamos salir victoriosos de esta empresa.

No, era mi mayor ambición llegar este día aquí. Si se quiere, ésta es la culminación de un sueño compartido por todos nosotros; mi mayor ambición empieza hoy; mi mayor ambición es la de estar el 1o. de marzo de 1990 entregando el mando a un nuevo Presidente constitucional electo por el pueble.

Solo ese día podremos decir que nos cumplido; que he cumplido yo mi misión y que todos hemos cumplido nuestra misión.

Empieza una nueva etapa en el país. Importa entonces que la asumamos con la conciencia de la solemnidad de un momento histórico.

Señor Presidente este país ha vivido la soledad, por un lado, en su ser nacional, el desencuentro, cuando no la opresión en la individualidad de las personas que la componen. Hoy atravesado ya todos los laberintos de la soledad, nos encaminamos hacia una nueva etapa de cooperación y de solidaridad con todos los pueblos del mundo ahora aquí representados por tan dignos mandatarios y tan elevados estadistas que este día nos hacen el honor de acompañarnos y a quien el Uruguay recoge con tanta simpatía y cariño.

Hemos atravesado todos los laberintos de la soledad. Estamos en una nueva etapa de cooperación, estamos en una nueva etapa de solidaridad. Los desencuentros que hubo entre nosotros, hoy también tienen que quedar atrás. Para adelante, solo la libertad y el cambio de opiniones, la soledad y el desencuentro detrás.

Tenemos lo más grande; nos tenemos a nosotros mismos.