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sábado, 30 de mayo de 2015

Buscando el batllismo: Valoremos a la Convención como usina de ideas.

El peso que la Convención tuvo, y debe volver a tener, en la evolución de la praxis batllista y del Partido Colorado la encontramos en muchas de sus sesiones y debates. Hoy no tienen lugar y mucho menos cumplen el rol fermental de lucha ideológica con eje en el rol anticipatorio social y mucho menos en ser la caja de resonancia de la usina de ideas que supimos ser.
Ya hemos mencionado sesiones de la Convención del Partido Colorado relacionadas con las luchas para enfrentar al Terrismo. Ahora manejaremos un debate, polémico y fermental en su época, pero que nos permite ver hoy como funcionó el reformismo batllista y su proyección económica y social con los impuestos como imposiciones positivas para que el Estado batllista fuese el "escudo de los débiles"
En 1911 Batlle y Ordóñez y su Ministro José Serrato presentaron un nuevo proyecto para adecuar la Contribución rural. La mano derecha, o izquierda, de Don Pepe, Domingo Arena promueve en 1912 propuestas radicales en materia fiscal, llegando a sugerir la aplicación de lagunas propuestas goergistas, pero llegando a la confiscación directa. " Basta que los propietarios tomen en serio la idea de la que la expropiación les puede venir como un rayo en cualquier momento" la idea de Don Domingo no era otra que poner en jaque las resistencias conservadoras y "hacerles poner las barbas en remojo". El debate en la interna batllista se libro, como no podía ser de otro modo, en la Convención Nacional del Partido Colorado de 1925. Es en ella que se produce un interesante intercambio entre el Convencional Carlos Bellini Hernández con Batlle Pacheco y le dice: " la doctrina de George fue expuesta en 1871, en un diario titulado El Correo de San Francisco y no ha llegado tal vez a aplicarse en ninguna sociedad. El sostenía un principio de justicia que todos conocemos: el derecho de habitación. Todos, por el hecho de nacer en este mundo, tendríamos el derecho legitimo de poseer parte de él, por lo menos a vivir igual que todos los demás(...) " Y argumenta luego que un impuesto sobre la renta de la tierra sería una expropiación forzosa e injusta, que además atentaría contara el derecho al trabajo( Rilla, J. La mala cara del reformismo, Pag.104). Ante esta postura le responde Batlle Pacheco:"(...)precisamente lo que sostiene es que los hombres no han intrevenido en nada en la creación de la tierra. La tierra existe a pesar del hombre; y. en cambio las cosas que el hombre hace sobre la tierra, existen, porque el hombre las hace. Las cosas que existen, naturalmente, esas son propiedad del Estado y el Estado cobra el valor del arrendamiento, la renta; las cosas que hace cada individuo serían propiedad de ese individuo, con las mejoras de la tierra; y el proietario hace lo que mejor le parece; la arrienda o la vende" Bellini reclama con firmeza que también contribuyan todas las clases de riquezas, sin ser las tierras, como los valores inmobiliarios, las propiedades, el oro. Defiende además el impuesto a la herencia, " cuando el trabajador cesa en su existencia, esa riqueza debe pasar al Estado. Ese es el verdadero principio de justicia(...) propone suprimkir los arrendamientos y limitar la extensiones de tierra en propiedad"
Un sereno, análítico, reflexivo y calmo José Batlle y Ordóñez pide la palabra y sostiene : "Para George una de las ventajas, la gran ventaja de la expropiación de la tierra debía consistir en que todo el mayor valor de la tierra pertenecería en lo sucesivo a la sociedad o al Estado y no a los particulares. En su concepto lo que hace la enorme división que existe en el seno de las sociedades entre la riqueza y la miseria, es la propiedad. Los que la  tienen van enriqueciéndose constantemente, porque a medida que la tierra se puebla o que se puebla un país, la propiedad es más necesaria. De esto resulta que valga más; y ese valor de la propiedad, en lugar de pertenecer a la Comunidad, a la Sociedad, pertenece a un pequeño grupo de propietarios que se enriquecen cosntantemente, mientras que los que los que no tiene propiedad tienen que pagar cada vez más para servirse de ella" (García Bouzas, R. Justicia y Derecho, 2007,Pág.256) La conclusión del debate en la Convención fue que el batllismo era georgista, que era gradual no violento y progresivo. El batllismo reconocía la propiedad resultante del trabajo, proponiendo la exoneración del impuesto al trabajo( diferencia sustancial con el frentismo) tampoco admitía el ahorro agregado a la tierra sea legitimante del título de propiedad.
Debates en la Convención, ideología debatida en libertad. Se debe volver a valorar a la Convención y sus debates en libertad. "La Historia de las Asambleas es la Historia de la libertad"
Ver:
García Bouzas, R. Justicia y Derecho. Orígenes intelectuales del progresismo uruguayo. Byblos, Montevideo, 2007. Pág 251 y Siguientes.

martes, 26 de mayo de 2015

Buscando el batllismo:" "Una sola palabra es nuestra bandera: Revolución en nombre de la libertad"

"Si hay una historia que nunca se podrá escribir, es la de todos los intentos conspirativos y revolucionarios que los hombres de los partidos democráticos del país emprendieron en cuanto se dio el Golpe de Estado de 1933. Gente formada en las lides de una democracia respetuosa de todos los derechos, muy poca sabiduría podían aportar para una empresa inedita, llena de riesgos y sorpresas, y en la que el secreto era un elemento fundamental, no sólo para el éxito o el fracaso del resultado sino porque entraba a jugar el honor de cada uno, que nunca fue violado.
Conspiradores blancos y colorados los hubo desde el primer momento, y esperanzas de abatir por la acción revolucionaria el gobierno de fuerza también y -por momentos-de mucho aliento.
De todo ello no queda nada escrito, salvo a lo que se refiere el último episodio de la revolución. La Revolución de enero de 1935 que tuvo dos cronistas admirables: Zavala Muniz en su libro "La Revolución de Enero" y Paco Espínola en su carga a Vaz Ferreira desde el Cuartel de Colonia donde estuvo preso luego de Morlan y en la conferencia de la Junta Departamental de Montevideo de 1962. Pero de la "conspiración" tan romántica como frustrada, me temo que nada quede, más que la memoria, cada vez más melancólica y borrosa de los que ya hay pocos sobrevivientes. Hago este largo exordio porque hoy, a la luz de los documentos que prueban la continuidad constructiva de la labor política de los órganos democráticos del Partido, queda bien claro que si los hombres del batllismo se lanzaron, con la virilidad del caso, a los riesgos de la conspiración en busca de una revolución popular, en ningún momento abandonaron la larga marcha civilista de la oposición política: en ningún momento desesperaron del resultado final de esta acción. Es más armaron la estructura política de tal forma que ella fue el instrumento fundamental, pacífico y democrático de la reconquista de las libertades públicas, Los fracasos en el otro campo no desarmaron a aquellos hombres. Por el contrario, le dieron una autoridad innegable y hoy una innegable razón histórica.

Muy poco después de la reunión dela Convención que decretó la abstención, el Gobierno llama a lecciones de Asamblea Constituyente. Los grandes partidos democráticos se abstiene. La elección resultó viciada por la carencia de libertades, la coacción más visible, se destituyeron funcionarios públicos abstencionistas, y el ejercicio ostentoso de toda forma de fraude.
El Comité Ejecutivo convoca a la Convención. Esta se reúne el 24 de agosto. Hay 487 convencionales presentes. Alfeo Brum, preside el acto y en la secretaría está Juan F. Guichon.
Se procede a dar lectura a los informes de las departamentales. Aparte de documentar en cada texto, de objetividad impresionante las irregularidades comprobadas, las persecusiones sufridas, la verguenza de la instalación de impudicias cívicas ya superadas el Partido comprueba que su organización funciona con eficacia y combatividad en todo el país, Han dirigido la abstención y han controlado las irregularidades electorales diecinueve comités departamentales. El Dr, Pablo Minelli. hace, en nombre del Comité Ejecutivo, un sólido resumen de la información:
La Convención del Partido declara que el pretendido acto del 25 de junio de 1933 es nulo e inexistente, no solo en virtud de su origen absolutamente inconstitucional sino también porque significa el más grande atentado que puede consumarse contra la verdad del sufragio y las libertades públicas en un pueblo que había conquistado la realidad de la Democracia. La Convención del Partido señala el acto de 25 de junio como una causa de deshonor que mancha para siempre a quienes lo han organizado, y destaca que la soberanía nacional no es cómplice de la afrenta que se le ha impuesto a la República ante propios y extraños, ante quienes lo presenciaron y ante la historia. Puesta de pie la convención hace suyo el documento y cierra el acto Enrique Rodriguez Fabregat diciendo: "Una sola palabra es nuestra bandera: Revolución en nombre de la libertad"
La Constituyente nacida de esta forma  se propone elegir  candidato a la Presidencia de la República y eso resquebraja a los sectores oficialistas. Los herreristas recusan a al Dr. Demichelli, pre-candidato colorado que, vetado, porque el acuerdo necesitaba mayorías inaccesibles, renuncia. A su vez el Dr. Terra le pide al Gral. Juan Sicco de quién habla el nacionalismo como candidato que renuncie al cargo de Inspector General del Ejército. La lucha por el poder se ha instalado y solo la re elección del Dr. Terra la postergará.
El gobierno siente la presión opositora y ordena el destierro de numerosos dirigentes blancos y colorados para señalar que ellos son el enemigo común. Marchan a comer pan amargo del exilio hombres que han actuado con honor en la vida del país:  Martinez Trueba,  César Batlle, Luis Batlle, Enrique Rodriguez Fabregat y Tomás Berreta.
El CEN resuelve convocar a la Convención para conmemorar el 4to aniversario de la muerte de Batlle. (...) El presidente al declarar abierto el acto anuncia que ha pesar de estar en el destierro se oirán los discursos de Tomás Berreta, y César Batlle Pacheco. Don Tomás esta en Concordia, César Batlle en Río de Janeiro. Rogelio C. Dufour lee el discurso de don Tomás: evoca el caudillo las experiencias que el mismo ha vivido desde 1898, cuando se acercó a Batlle. Don Tomás no es universitario, ni tiene falsas pretensiones intelectuales. Pero tiene, si, una inteligencia viva y , haya leído o no muchos libros, una honda cultura, que le viene de su constanciación con su gente, la gente agraria, con las tradiciones, con los ideales que lo iluminan. Habla de la gesta civilizadora del Partido Colorad, de Batlle, de los sacrificios, las muertes. De Brum.  Parecería que, desde la lejanía, el luchador, acaricia, como si fuera una mejilla cálida, la imágen del territorio nacional con amor de campesino. Historia y destino de su profesión de fe democrática.
Guichón lee el discurso de César Batlle. Batlle Pacheco siempre fue un estoico y un idealista y desde lejos- en una de las páginas más hermosas que escribió en su vida- no evoca el país real y tangible sino a su espíritu. El espíritu de la nación es de la libertad y ante su altar el ciudadano debe ofrecer sus luchas, sus sueños, sus sacrificios. La política no es otra cosa que un ejercicio de abnegación e invocando la que todos deben tener, termina dirigiéndose al Partido y al Pueblo: "Yerguete iracundo impone tu derecho."
No es posible que uno conociera el discurso del otro. Cientos de kilómetros separaban a los dos tribunos, en el momento: y , en la vida de todos los días, ellos parecían(y eran) bien distintos: Un vital caudillo campesino y un civilista recatado sin embargo los dos discursos se entrelazaron en una síntesis perfecta: La tierra, la tradición, la lucha y los ideales eran acordes armónicos de una misma y fecunda idealidad. El batllismo mostraba a la república la profunda unidad de sus ideas. Batlle!, Batlle!, afirmaba aquella multitud con la fuerza creadora de las grandes jornadas democráticas. Eso era el 20 de octubre. El 23, continuados los actos hablaron en el teatro Escudero de Minas, Minelli, Guichón y Grauert, este, por última vez, moriría el 26 a resultas de las heridas recibidas, mientras que sus compañeros pudieron reponerse y volver a la lucha"
Ver:
Hierro Gambardella, L. La Unidad Fraterna. Opinar. Montevideo, jueves 5 de febrero de 1981. Pág.4

sábado, 23 de mayo de 2015

José Batlle y Ordóñez en La Convención, 1920: "La Política no es una doctrina, Es esfuerzo hacia el ideal"

Tomado de un artículo de Luis Hierro Gambardella.
"Cuando entró en vigencia la Constitución de 1918, Batlle se lanzó a modernizar y fortalecer la organización del Partido Colorado, no solo porque comprendió que el vigor de aquella solo se podía sustentar en el funcionamiento democrático de los Partidos Políticos, sino porque entreveía la posibilidad de unificar al Partido Colorado para lanzarlo a través de una estructura popular y democrática como no había conocido ningún Partido del país, a nuevas conquistas.
Corría el año 1920. El Partido había conocido ya las escisiones riverista y vierista; La Unión Colorada, que fue un matiz diferenciado pero no una separación definitiva, estaba a punto de retornar a filas. Pero, mientras tanto, ya se perfilaba el sosismo que anunciado como una aspiración de elvar a Julio Maria Sosa a la Presidencia de la Repúblca, señalaba ya diferencias que luego contornearían otra división.
Apenas superado el trágico episodio de Abril- el duelo con el Dr. Washington Beltran- Batlle presenta a la Convención el Proyecto de Carta Orgánica y el anuncio de la redacción del Programa de Principios del Partido Colorado. Una comisión integrada por Buero, Vicens Thievenent, Sosa, Freire y el Propio Batlle, informará artículo por artículo del extenso texto, mientras que el cuerpo debe estudiar, al mismo tiempo, los problemas del acuerdo colorado, ya que en noviembre habrá de renovarse una parte del Consejo de Administración. Para Batlle, el acuerdo era fundamental. Hay que asegurar la victoria del Partido que tiene un "programa histórico de defensa de las libertades y de oposición a las tiranías. Esos principios no se pueden comprometer con la derrota del Partido". Como se puede advertir, maneja en estos conceptos la sustancia del doble voto simultáneo. Para definir su acción expresa: " la política no es una doctrina. Es el esfuerzo sincero y sano que se efectúa en cada momento para dar un paso más hacia el ideal". El acuerdo supone la desaparición de los candidatos intransigentes, que podría ser  cualquier ciudadano votado sin atender las obligaciones acuerdistas, cuya presencia podría provocar un entendimiento entre los otros consejeros colorados y los nacionalistas, lo que sería una "verguenza contraria a la moral"( Tal vez sin preverlo, Batlle estaba señalando uno de los factores que paralizó la acción gubernamental del primer colegiado). A la vez, en las clausulas acuerdsitas se busca una fórmula de garantías recíprocas para evitar toda clase de presión de uno a otro sector.
Finalmente, y tras muy laboriosas discusiones, triunfa la formula acuerdista. La Convención, por 418 votos proclama los candidatos al primer cargo de la lista Colorada al Consejo: Batlle-Sosa. El 22 de octubre la Convención se reúne para recibir el juramento de Batlle. Sosa- especialista en ausencias- envía el suyo por escrito. El candidato electo se dirige a la Convención para formular su discurso-programa: Entiende que es previo que el Partido se aboque a la confección del Programa de Principios " en estos años de paz" Y luego señala los puntos centrales de su futura acción:
1)  Perfeccionamiento de las leyes, especialmente  el sistema electoral.(se estaba formando ya el clima político que facilitó la gran legislación de 1925)
2) Justicia Social. Debe trazarse un plan integral en la procura de las metas, por que "la libertad y la justicia en la miseria tienen muy poco valor". Se había perdido en la Cámara la votación  de la ley que establecía el salario del peón rural en $ 30.000, Batlle pensaba que el acuerdo posibilitaría la sanción de esa ley, mientras se proponía, ya, impulsar la Ley de Jubilaciones Generales.
3) El Estado debía realizar una gran política de caminos( Ya había trazado la idea de la carretera a Colonia- La ruta 1- que hoy no lleva su nombre)
4) El fortalecimiento del Ferrocarril " esos caminos que andan" engrandeciendo la órbita de los Ferrocarriles del Estado ( Como se advierte, Batlle no era enemigo de los ferrocarriles, sino de los capitales ingleses que detentaban un casi monopolio)
5) Unidad Colorada. La propia acción del candidato, en el mismo ambiente, era un programa en la materia.
6) Preocupación por los problemas de la juventud. Al formular el enunciado, poniendo término a la disertación, la Asamblea lo proclama "siempre joven".

El acto electoral del próximo noviembre consagrará la victoria de la formula encabezada por Batlle con 93 292 votos contra 85485 de los nacionalistas.
Pero la misión no había terminado, puesto que la Convención sigue estudiando los grandes temas que han convocado. Apenas realizada las elecciones y continuando el estudio de la Carta Orgánica el candidato vencedor oficia de miembro informante de la Comisión Especial de la Carta Orgánica y lanza dos propuestas:
- La conveniencia de la fusión partidaria " ya que todos los colorados, aun los riveristas, debían tener cabida en esta sala" y luego sostiene: "en mi criterio, la agrupación batllista deberá llamarse obrerista"
Mientras el estudio de la Carta Orgánica se realiza minuciosamente con la intervención constante d Batlle, culminado en la sesión del 15 de julio de 1921, se empieza percibir la inquietud, si se quiera más honda, con respecto al Programa de Principios, algunos de caracter general como el de Enrique Rodriguez Fabregat( en representación de los convencionales sosistas, pero de absoluta coincidencia, en el plano social con la tendencia batllista) el Dr. Salgado, otros, más concretos y otros que en realidad son clausulas que luego se podría incluir en el gran enunciado de carácter general, Batlle preferirá plantear punto por punto a la consideración de la Asamblea.
Están en la convención los dirigentes nacionales de la colectividad: pero a su lado, en un ejemplo de igualdad republicana hasta entonces desconocido, los convencionales representantes del pueblo. En esta misma reunión Batlle ha dicho: "Cualquier miembro de esta asamblea puede ejercerlo(se refiere al cargo de Consejero). El que se vaya al Consejo no va a ser director nuestro, por el contrario, va a ser dirigido por nuestra colectividad y contrerá el compromiso de realizar el Programa que nuestra Convención sancione"
Enre le 25 de julio y el 31  de diciembre de 1921 se realizan trece sesiones de la Convención consagradas al estudio de Programa de Principios. En todas hace presencia Batlle e interviene en todas. El secretario es Ovidio Fernandez Ríos. Hacen uso de la palabra decenas de convencionales: la mayoría no son figuras relevantes de Colectividad. Con seguridad, lo más importante de su vida política fue aquella participación estructrando el cuerpo de ideas de una gran colectividad histórica. La democracia batllista les había permitido ascender a aquella función rectora y cumplieron su misión con sobriedad y eficacia (José Martinez es un español que se hizo batllista siguiendo la prédica de El Día, Se define, en una evocación original como un colorado a lo Palleja, Y termina su discurso- como no podía ser de otra manera, oponiéndose a todo tipo de acuerdo) Batlle propone que el Programa de Principios se inicie con el enunciado de las obras realizadas, más los principios del referendum, plebiscito de iniciativa y legislación sobre la mujer. Y se establece(cosa que se ha olvidado por muchos) que "aceptan el Programa del Partido Colorado toda persona que acepte cuatro de cada cinco principios contenidos en él" Es al decir de Sosa, la "Libertad sin servidumbre"
Mientras se desarrollaban estos episodios, Batlle tenía ya más de sesenta años. Hacía 40 años que luchaba por su Partido desde los enfrentamientos con las dictaduras hasta su eminente gestión como gobernante. No había dejado un solo instante de escribir en en El Dia(...) tenía la obstinada preocupación de que la Convención, expresión directa del pueblo partidario, dirigiera a la República(...)"

Ver:
Hierro Gambardella, Luis. "Batlle en la Convención". Opinar. Jueves 22 de octubre de 1981, Página 9.


lunes, 18 de mayo de 2015

La misión de la Convención del Partido Colorado. Un vivo ejemplo de la Historia

Forjando la Armadura Por Luis Hierro Gambardella.

"No tengo dudas de clase alguna de que en el futuro, cuando se escriba la historia política de nuestro país en este siglo, los historiadores tendrán que fijar intensamente su atención en los debates y resoluciones de la Convención del Partido Colorado Batllista ya que en ella se fundamentó la acción cívica de nuestra colectividad. Soluciones políticas, construcciones legislativas y del Estado, debates ideológicos que luego gravitaron decisivamente el el destino nacional, allí nacieron recogiendo los mandatos de una ejemplar democracia interna.
Si ello es así, como no cabe duda alguna en los largos y fecundos períodos en que el Batllismo gobernó o contribuyó a gobernar, lo que es mucho más- y de manera sin embargo, casi desconocida- cuando él fue desplazado del gobierno tras el golpe de Estado de 1933. En aquellos años fueron muchos los que creyeron que el desplazamiento violento del partido supondría su muerte. Y sin embargo, el funcionamiento de la Convención, del Comité Ejecutivo Nacional, de las autoridades departamentales y seccionales fue lo que mantuvo vivo al Batllismo; porque este no fue un ejercicio mecánico, sino una intensa concentración de acción y de principios como no tuvo otro sector de la vida política del País en la época.
La Convención  se reunía  en el Teatro Royal, escenario de varietes y de justas deportivas, hoy desaparecido. Era una platea amplísima rodeada de pequeños palcos. En el escenario, donde se ubicaba el Comité Ejecutivo Nacional, cuyo presidente de turno dirigía los debates, había al lado de la mesa presidencial, una silla vacía; Era la que había ocupado Batlle en las memorables reuniones de los años veinte, donde se forjó el Programa de Principios del Partido Colorado (Batlle nunca aceptó, como es obvio la denominación de batllista; llegó incluso a sugerir que nuestra colectividad se denominara Partido Colorado Obrerista)
El primer acto de la dictadura, antes aun de darse el Golpe de Estado fue impedir la reunión de la Convención un día o dos antes del 31 de marzo, cuando se proponía ofrecer sus propias formulas ara el movimiento de reforma constitucional con que se estaba agitando el clima político del país.
Producidos los acontecimientos del 31: la clausura de la Asamblea General que no votó las medidas de seguridad pedida por el Presidente y la intervención de los Entes Autónomos, una ola de estupor paralizó al país. El Dr, Baltasar Brum se quitó la vida en un gesto que electrizó a la República.
Apenas dominada la ola pasional que era vivida por todos, era sin dudas más intensa entre quienes dirigían entonces al Partido, se cita a la Convención. El convencimiento creado por Batlle de la fuerza superior de esta Asamblea Política había hecho carne en los lideres y en sus integrantes. Es el 30 de mayo de 1933. Han corrido apenas dos meses desde los tumultuosos episodios que significaron un cambio en la historia del país.
Mientras hay una gran expectativa entre todas las fuerzas democráticas, los órganos oficialistas hacen burlas sobre la mitología batllista.
El libro de actas registra la concurrencia de convencionales. A ellos se suman las barras que pueblan los palcos, la platea alta, los corredores, el foyer, la calle.
Están presentes ochocientos cincuenta delegados. El Presidente de Turno es don Juan P. Fabini y el Secretario don Juan Francisco Guichón. Tras acordes de música solemne abre el acto don Domingo Arena, sentado, ya que su enfermedad le impide hacerlo de pie. Emocionado hasta las lágrimas, el gran tribuno evoca a Brum. Solemne, unánime, la Convención se ha puesto de pie.
El Dr. Dominguez Campora produce el informe que la fuerza impidió que la Convención conociera el 30 de marzo. La Convención tiene que estar informada, aunque los acontecimientos hayan borrado, por la violencia, los esfuerzos conciliatorios del Partido.
César Batlle se adelanta y escucha con gravedad la ovación combatida. La fuerza de su prestancia y su severidad imponente traen a la Convención recuerdos muy hondos que se expresan: Batlle, Batlle. Condena a la dictadura y alienta la fe en la libertad. Ha de iniciarse, entonces, su gran hora ciudadana.
Una moción firmada por 600 convencionales propone que los ciudadanos electos el 20 de febrero de 1932 que se mantuvieron fieles al programa del Partido y condenan al régimen dictatorial. integran el Comité Ejecutivo: Domingo Arena, Tomás Berreta César Batlle Pacheco, Juan P. Fabini, Carlos Sorin, Luis Batlle Berres y otros. El secretario será Guichón y el Tesorero Enrique Comas Nin. Y en un lujo democrático que casi asombra, entre los suplentes están ciudadanos de la talla de Lorenzo Batlle, Pablo María Minelli, Carlos Sapelli, Mateo Legnani y Alfeo Brum
Don Juan Francisco Guichon da lectura a la propuesta del Comité:
1) El Batllismo no acepta ninguna solidaridad con el gobierno de fuerza que destruyendo el imperio de la Constitución de la República ha transformado la Presidencia en una dictadura.
2) El Partido debe mantenerse en actitud de resistencia permanente durante la suspensión de las libertades públicas hasta que las circunstancias permitan su restablecimiento
3) Se repudia por absolutamente incompatible con los ideales del Batllismo con la dignidad ciudadana la actitud de quién ejerza en este gobierno de fuerza puestos de representación que le hubiere confiado el Batllismo, sea en los Entes Autónomos o en cargos efectivos o políticos o los que entraren a sustituir a los desposeídos de esos cargos, así como los que acepten funciones nuevas(Es la primera resolución abstencionistas)
La proposición es aprobada por aclamación, puesta de pie la Asamblea y entre los clásicos e inmortales  Viva Batlle!!!. Julio Céar Grauert pide la palabra. Asciende al estrado y en términos muy concretos propone:
1) El desconocimiento por parte de los futuros gobiernos legales de los empréstitos contratados por la dictadura.
2) Anulación de los cargos públicos provistos por la dictadura.
3) Autorizar al Comité Ejecutivo para decretar la huelga de impuestos.
Las propuestas del futuro mártir no solo son aprobadas por aclamación, sino que, meses después en la Conferencia Panamericana de Montevideo preocuparan(en lo que se refiere a los empréstitos) al Secretario de Estado Mr. Cordell Hull.
Cierra el acto en oración memorable Enrique Rodríguez Fabregat. La multitud se dispersó con apasionada fe combativa. Había descubierto una fuerza y una alegría: tenía conciencia que se había forjado la armadura que necesitaba para enfrentar la lucha."
Ver:
Hierro Gambardella, Luis. Opinar. Montevideo 29 de enero de 1981. Página 4.

Palmira, las ruinas del siglo II que amenaza el Estado Islámico | La Aventura de la Historia | EL MUNDO

Palmira, las ruinas del siglo II que amenaza el Estado Islámico | La Aventura de la Historia | EL MUNDO

sábado, 16 de mayo de 2015

Ante el Plebiscito de 1980: No podemos traicionar 150 años de tradición democrática.


En los días previos a la consulta sobre la Constitución proyecta por el gobierno militar un Editorial de Opinar marca con claridad la Tradición republicana, liberal y representativa de nuestro país.


" Señalamos en el editorial de la semana pasada que el proyecto de Constitución por el que habremos de pronunciarnos los uruguayos de aquí a apenas diez días, organiza o estructura el Gobierno, el Poder Ejecutivo como un Poder en el que habrán de coparticipar el poder político y el poder militar y que la preponderancia asignada a los elementos militares frente a los elementos civiles, representados éstos únicamente por el Presidente de la República, convertirá al futuro gobierno y a los futuros gobiernos en gobiernos cívicos-militares como el actual, en los que el poder militar ejercerá una supremacía notoria sobre el poder civil.
Hicimos hincapié, para ello,en la norma proyectada por el Art.79 que instituye al Consejo de Seguridad Nacional como parte integrante del Poder Ejecutivo.
No queremos omitir una breve referencia a la disposición que se proyecta en el Art. 78 porque ella complementa y agrava- si es que la agravación es posible- esa solución militarista que encierra este proyecto de Constitución.
En efecto el Art 78 establece " Es competencia directa de las Fuerzas Armadas...su intervención o representación en organismos o actividades que tengan relación con aspectos concernientes a la seguridad y a la soberanía nacionales"
Ello significa lisa y llanamente la participación militar, la participación de las Fuerzas Armadas en todos los "organismos" y en todas las actividades que tengan "relación" con  "aspectos""concernientes""a la seguridad y a la soberanía nacionales"
Como son sin duda, "organismos" relacionados con algún aspecto de la seguridad nacional la ANCAP, la UTE y ANTEL y la OSE y PLUNA y los Ferrocarriles del Estado y los Bancos del Estado y así sucesivamente, esta disposición implica que en todos y en cada uno de dichos organismos deberán tener participación como la tiene ahora, integrantes de las Fuerzas Armadas. (...) Y bien esta organización futura del gobierno, esta organización constitucional del Gobierno Militar no se le ocurrió nunca, jamas, a ninguno de los Gobiernos Militares que la República conoció a lo largo de su historia, porque esta constitucionalización del Gobierno Militar como forma normal de gobierno no se le ocurrió siquiera al Coronel Lorenzo Latorre, ni siquiera al General Máximo Santos.
Y esta solución, que actualmente rige en nuestro país, pero que es una solución de hecho, una solución de facto, una solución anómala, vendría así, a convertirse en una solución constitucional, en una solución de Derecho, en una solución que contaría con el apoyo y con la aceptación expresa de la ciudadanía. Y esta solución actual-repetimos, de hecho, de facto- que ha sido tolerada por la ciudadanía, algunos por complacencia y muchos por impotencia, no puede ser consagrada, a nuestro juicio, con nuestros votos, con nuestra decisión soberana de ciudadanos, de hombres libres, solos con nosotros mismos y con nuestra conciencia cívica y moral en el recinto secreto de la votación.
Y no podemos votarlo, no podemos consagrarlo, no podemos nosotros mismos establecerlo para nosotros y para nuestros hijos y por los hijos por venir de nuestros hijos, porque esta solución contradice veinte siglos de civilización y cultura. El gobierno de los guerreros fue el primer sistema de gobierno que surgió entre los hombres cuando los guerreros surgieron el faz de la tierra; el gobierno de los guerreros, el gobierno de los más fuertes, fue el gobierno primitivo y sigue siendo hoy a fines del siglo 20 un gobierno primitivo en las naciones que están sujetas a este tipo de gobierno.
Pero éste no es, desde hace cientos d años, el sistema de gobierno de los pueblos civilizados. Las Fuerzas Armadas  no gobiernan ni en Estados Unidos de América ni en Inglaterra, ni en Francia, ni en Italia(...)
Si es verdad - y como no va a serlo- que la soberanía en toda su plenitud existe radicalmente en la Nación, la soberanía, el pueblo soberano no puede en nuestra opinión, consagrar con su voto una solución por la cual los gobernantes ya no lo serán más aquellas personas que libremente, soberanamente elijamos la mayoría  de nosotros  cada cinco años, sino quienes desempeñen tales o cuales cargos en el escalafón de las Fuerzas Armadas.
Los demócratas, los liberales, los civilistas, colorados, no podemos votar un proyecto constitucional que desmiente ciento cincuenta años de vida independiente del país, un proyecto constitucional que no es fiel al pensamiento artiguista, que no es otra cosa que el trasplante y la adaptación a estas tierras del pensamiento de la Revolución Norteamericana y de la Revolución francesa.
Porque, y así ha sido destacado y entendido en este país desde largo tiempo atras, el artículo 18 de sus famosas Instrucciones del Año XIII a los diputados orientales-" El despotismo militar será precisamente aniquilado con trabas constitucionales que aseguren inviolable la soberanía de los pueblos"- no fue sino el eco absolutamente fiel de la fórmula que venía desde el Norte. del Art. 17 de la Constitución de Massachussets, del Art. 20 de la Declaración de Derechos de Delaware y otras que establecían que " El poder militar será tenido en completa subordinación a la autoridad civil y será gobernado por ella"
No podemos votar afirmativamente este proyecto constitucional, no podemos votar afirmativamente este régimen de gobierno militar, en síntesis final porque no podemos traicionar a Artigas, porque no podemos ser infieles a su pensamiento preclaro gracias al cual somo hoy, y desde hace un siglo y medio largo una Nación orgullosa de su esencia, de su naturaleza, de su alma republicana, democrática y representativa"(Opinar, Montevideo, jueves 20 de noviembre de 1980, Pág. 3)

La libertad no es un don del Cielo: Tarigo, Opinar y la predica periodística contra la dictadura.


El tendón de Aquiles de los regímenes autoritarios latinoamericanos fue sin dudas su falta de legitimidad para la gran mayoría de los ciudadanos. La doctrina de la seguridad nacional influyó en algunas élites pero jamás logró legitimidad y aceptación popular. La búsqueda de la legitimidad propició la emergencia de múltiples actores que por su condición de no ser políticos profesionales pudieron llevar adelante una tarea excepcional. El plebiscito de 1980 fue rechazado por los votantes uruguayos, aunque se mantuvo en el poder por cinco años más. Uno de los que se puso tremenda tarea sobre sus hombre fue el Semanario OPINAR. Vale recordar un fragmento de su primer editorial que en tiempos de censura y persecusión siempre fue un pasa más adelante de lo que el cerrojo militar permitía. El Dr. Tarigo escribió el primer editorial que marcó el proceso posterior de lucha desde la tribuna periodística primero y en complejas negociaciones políticas después el camino a recobrar la Democracia.(Gillespie, C. Negociando la Democracia, FCU, 1995, Pág. 93-94):
"Nuestro primer editorial.
(...) La República enfrenta hoy uno de sus momentos decisivos. Dentro de un mes, exactamente, la ciudadanía uruguaya se verá convocada, por primera vez luego de mueve años en lo que ha permanecido ajena a toda decisión por circunstancias de notoriedad, a resolver por sí y ante sí cual ha de ser el futuro institucional del país.
No llega a esta verdadera encrucijada en las mejores condiciones posibles.
El cronograma que plantearon hace ya tiempo las Fuerzas Armadas, y al que se han ajustado estrictamente, supuso y supone dos grandes etapas: la elaboración, redacción y sanción de una nueva Constitución, primero, y el levantamiento, de la suspensión que pesa desde hace más de siete años sobre los Partidos políticos después.
Este hecho es, a esta altura, seguramente irreversible.
Ello, sin embargo, no puede impedirnos señalar una vez más nuestra discrepancia con tal criterio cronológico, pues, a nuestro juicio, el orden lógico debió ser el de levantar primero la suspensión sobre la libre actividad político partidaria para, luego de ello abocarnos, con el concurso de todos, a la reforma constitucional.
El ordenamiento impuesto por el referido cronograma ha determinado que la ciudadanía no haya podido contar hasta ahora, no pueda hacerlo antes del plebiscito del 30 de noviembre con la ayuda y con la colaboración, imprescindible, de los Partidos Políticos.
Cada ciudadano por sí mismo, sin más ayuda de la que pueda buenamente extraer de la conversación familiar o amical, tendrá que decidir si vota por "SI"o por"NO"  el último domingo de noviembre, y será responsable, en la cuota parte que a cada uno corresponda del acierto o del error que esa decisión implique y de las consecuencias buenas o malas que de ellas se deriven.
En alguna medida, y solo en alguna, pues el periodismo no puede ser sustitutivo de los Partidos políticos, trataremos de brindar nuestra ayuda y nuestra colaboración a la ciudadanía, no para aconsejar para votar por "SI"  o votar por "NO" el proyecto constitucional, ya que no es esa la tarea que nos compete, pero sí para analizar y examinar ese proyecto y para afirmar nuestra posición personal, la de todos y cada uno de quienes nos ocupe mas de tal tema desde estas páginas, respecto a si ese texto puede ser o no el deseado instrumento que permita a nuestro país superar definitivamente esta situación política anómala, que se ha alargado en el tiempo y que no debe alargarse más.
Sin agravios para nadie, con similar respeto para todos pero con entera libertad de criterio- porque la libertad no es un don del cielo sino algo que se conquista día a día- habremos de abundar sobre este tema, que es, !qué duda cabe ¡ el tema de absoluta prioridad aquí, en el Uruguay, y hoy, octubre-noviembre de 1980."(Opinar, Número 1, Jueves 30 de octubre de 1980, página 3)
El Dr. Jorge Batlle en una entrevista realizada por Eduardo Alonso, para su libro "Clandestinos..." afirmó: "(...) O sea la sociedad genera desde sí misma, ante situaciones de este tipo, la presencia de ciudadanos que sin haber participado nunca en la política, un buen día sienten ese llamado y se ponen al frente de un movimiento tan interesante como el que Tarigo originó, lideró, presidió y lo llevó a la vicepresidencia de la República. Tarigo fue otro gran ciudadano en esa materia, sin lugar a dudas. O sea son ciudadanos clave, como es también el caso de Pons Etcheverry" (Alonso, E. Clandestinos. Blancos y Colorados frente a la dictadura. EBO, 2012, Pág.80)

viernes, 15 de mayo de 2015

Tarigo en una nota de Emiliano Cotelo.



Faltando muy poco para que se produjera la instancia plebisictaria, aparecía el primer número del Semanario Opinar bajo la dirección de Enrique Tarigo y con Luis Hierro como redactor reponsable. Fue le pergani de prensa más importante en la campaña por el NO. La figura de Tarigo y su trayectoria esta bien documentada en una extensa nota realizada por Emiliano Cotelo, de la cual tomo partes para recordar y acercarnos al momento y a l figura del Dr. Enrique Tarigo. Tarigo había trabajado en el duari El Dúa, y publicado artículos en El Telgrafo de Paysandú. En la revista semanal Noticias que dirigía Danilo Arbilla. Abandonó la publicación cuando no publicaron una nota suya sobre temas constitucionales.
"Yo era un abogado que trabajaba activamente en mi profesión, de la cual vivía, y estaba además haciendo mi carrera universitaria: era profesor agregado en la Facultad de Derecho. Estaba muy dedicado a esas dos cosas. El golpe de Estado del 73 me sacó de eso, a propósito de un problema universitario.  En dos palabras, me designaron para un cargo que no me correspondía, para sacárselo a otro profesor, que era comunista. Entonces yo no acepté el cargo, renuncié a la Facultad, presenté al Consejo de la Facultad una carta que tuvo cierta trascendencia. Esa carta se publicó en el diario El Día por pedido del doctor (Leonardo) Guzmán: yo había ido al Colegio de Abogados a explicar un poco la situación de la Facultad, leí esa carta, o la mostré, y Guzmán, que era director de El Día, me pidió para publicarla. Hubo un gran revuelo, y a partir de allí se generó todo un movimiento dentro de la Facultad, a la cual renunciaron la enorme mayoría de los profesores; al final destituyeron al decano interventor, lo sustituyeron por otro... En fin: eso produjo toda una cosa. Y como consecuencia de eso, la dirección de El Día me dijo "Pero usted escribe muy bien. ¿No quiere escribir?".Era el 74; a un año del golpe de Estado. Allí empecé a hacer periodismo en El Día. Periodismo político, que era la única manera de hacer política en aquel tiempo en que la política en sí misma estaba prohibida. De modo que a partir del 74 tuve una larga actividad en ese sentido. También en la revista Noticias
 La revista uruguaya que dirigía (Danilo) Arbilla. Era propiedad de un italiano, Paolo Savorniani, de tipo comercial, pero que desde el punto de vista periodístico estaba muy bien hecha: Arbilla se estrenaba como el buen periodista que ya era y sería después. Yo tenía una columna, una vez por semana, y cuando salieron las bases de la reforma constitucional, en mayo del 80, empecé a escribir una nota semanal sobre cada una de esas pautas. Pero se me venía encima el tiempo y no me alcanzaba el plazo, así que pedí para escribir dos notas por semana en el último período; me dijeron que sí, y empecé a publicar dos notas, una frente a la otra, sobre dos temas distintos relacionados con la reforma.

Hasta que al dueño de la revista le empezaron a surgir temores, que no le surgieron espontáneamente sino por la presión de la famosa Dirección Nacional de Relaciones Públicas, Dinarp. Entonces un día no publicaron una nota mía, yo dije que si no la publicaban no escribía más y me fui. Arbilla trató de mediar, no le hicieron caso, y también renunció. Renunció Hierro, que era uno de los periodistas de la revista, Fatorusso... en fin: mucha gente. Y quienes nos habíamos ido de allí nos quedamos con la idea de que teníamos que hacer algo, y ahí surgió la idea de Opinar, que fundamos Hierro, yo, Guntin, un montón de gente más.
Para la gente que no vivió aquella época, para poderla sintetizar en dos frases, yo diría esto: yo había hecho un análisis pormenorizado de la Constitución, tenía mil cosas horrorosas, pero por encima de todo nos negábamos a esa pretensión de constitucionalizar un régimen militar. Porque el país y todos los países habían conocido dictaduras militares (el coronel Lorenzo Latorre, el general Máximo Santos...) pero a ninguno se le había ocurrido meter a la dictadura militar en el marco de una Constitución y decir "Esto es así de ahora y para siempre, pase lo que pase, hasta que se pueda reformar esta Constitución"; y además el proyecto tenía una serie de retrancas para poderla reformar.

Era una idea absurda. Además, en las disposiciones transitorias de aquella Constitución se convalidaba o se ratificaba los llamados "Actos Institucionales", todos los actos de gobierno y administración. Es decir que se le pedía al pueblo que consintiera todas las arbitrariedades cumplidas por la dictadura durante 12 años. Una cosa absurda, que ningún ciudadano libre... Estuvimos sometidos a eso, y más o menos todos lo sufrimos; pero que lo aprobáramos en un plebiscito parecía absurdo.
 Naturalmente había un rechazo a la dictadura y contra el procedimiento de la reforma. Una Constitución hecha por los consejeros de Estado que eran designados a dedo, por los altos oficiales generales, por el presidente designado a dedo, por los ministros designados a dedo... Aquello era ridículo: que a aquello se le llamara "Asamblea Constituyente" era una cosa absurda; el mundo del revés. El poder constituyente radica esencialmente en la Nación, en toda la Nación: ni siquiera en el Poder Legislativo. Cuando hay una reforma de la Constitución, lo bueno es que haya una Asamblea Constituyente elegida especialmente para eso.

Pero, aparte de eso, había que demostrar que la Constitución era mala en sí misma. El argumento militar era "Dejemos la forma de lado, esta es una Constitución democrática y con un contenido moral", como usted recordó que había dicho Aparicio Méndez y yo no me acordaba. Ni era democrática ni tenía contenido moral. Entonces, había que desmenuzar las dos cosas: el procedimiento era espantoso, no podíamos convalidar los actos arbitrarios de la dictadura, y el contenido también era espantoso.
 La revista uruguaya que dirigía (Danilo) Arbilla.  La primera edición fue prohibida por la Policía. Se imprimía en los talleres de El País y no sé: a la una de la mañana, cuando habían tirado 1.000 o 2.000 ejemplares, cayeron dos policías de la seccional con la orden del jefe de Policía, se incautaron la edición, la guardaron bajo llave (pudimos sacar algunos, naturalmente, para la historia)... Estamos hablando del 30 de octubre. Y a la semana siguiente, después de una serie de gestiones y cosas, pudimos salir. En buena medida (en otra no) el número 1 era una repetición del número anterior. Nos proponíamos un largo plazo porque teníamos todos una muy profunda vocación periodística, pero la tarea inmediata era esa. Veníamos barajando el tema hacía tiempo, pero no había un plazo fijo. Cuando se estableció la fecha del 30 de noviembre para el plebiscito, dijimos "Tiene que ser ahora; si no ¿cuándo vamos a salir?".
Para la gente que no vivió aquella época, para poderla sintetizar en dos frases, yo diría esto: yo había hecho un análisis pormenorizado de la Constitución, tenía mil cosas horrorosas, pero por encima de todo nos negábamos a esa pretensión de constitucionalizar un régimen militar. Porque el país y todos los países habían conocido dictaduras militares (el coronel Lorenzo Latorre, el general Máximo Santos...) pero a ninguno se le había ocurrido meter a la dictadura militar en el marco de una Constitución y decir "Esto es así de ahora y para siempre, pase lo que pase, hasta que se pueda reformar esta Constitución"; y además el proyecto tenía una serie de retrancas para poderla reformar.Era una idea absurda. Además, en las disposiciones transitorias de aquella Constitución se convalidaba o se ratificaba los llamados "Actos Institucionales", todos los actos de gobierno y administración. Es decir que se le pedía al pueblo que consintiera todas las arbitrariedades cumplidas por la dictadura durante 12 años. Una cosa absurda, que ningún ciudadano libre... Estuvimos sometidos a eso, y más o menos todos lo sufrimos; pero que lo aprobáramos en un plebiscito parecía absurdo. Naturalmente había un rechazo a la dictadura y contra el procedimiento de la reforma. Una Constitución hecha por los consejeros de Estado que eran designados a dedo, por los altos oficiales generales, por el presidente designado a dedo, por los ministros designados a dedo... Aquello era ridículo: que a aquello se le llamara "Asamblea Constituyente" era una cosa absurda; el mundo del revés. El poder constituyente radica esencialmente en la Nación, en toda la Nación: ni siquiera en el Poder Legislativo. Cuando hay una reforma de la Constitución, lo bueno es que haya una Asamblea Constituyente elegida especialmente para eso.Pero, aparte de eso, había que demostrar que la Constitución era mala en sí misma. El argumento militar era "Dejemos la forma de lado, esta es una Constitución democrática y con un contenido moral", como usted recordó que había dicho Aparicio Méndez y yo no me acordaba. Ni era democrática ni tenía contenido moral. Entonces, había que desmenuzar las dos cosas: el procedimiento era espantoso, no podíamos convalidar los actos arbitrarios de la dictadura, y el contenido también era espantoso.(...)
Ver: http://www.espectador.com/text/especial/no/tarigo.htm

Metahistoria | Constantinopla 1453. El último gran asedio

Metahistoria | Constantinopla 1453. El último gran asedio

lunes, 11 de mayo de 2015

El batllismo y la ética de la responsabilidad.


El batllismo siempre tuvo una especial relación con la sociedad uruguaya. Se vio en estos tiempos duros cuando ciudadanos de otras tiendas aceptan el ser batllista, pero de ninguna manera el ser colorado. Evidentemente la salida de la dictadura, el cambio en paz y la ingeniería construida por la racionalidad y la ética responsable de los doctores Julio María Sanguinetti y Enrique Tarigo parece exigirnos otras lecturas. La amnistía por un lado y la pasión blanca por otro cargaron las tintas al Partido Colorodo vinculándolo con visiones militaristas los unos y de impunidad los otros. Evidentemente la lógica histórica de que los liderazgos colorados se construyen desde el Estado y desde el ejercicio del gobierno ha derivado en una suerte de desconcierto ideológico. La visión de liberlismo radical batllista desde el llano genera un sentimiento opuesto al buscado, soberbia y distancia de los sectores populares con la postura tradicional sobre le rol del estado, el alcance y los límites del mercado, y la cercanía a las cámaras empresariales. Desde la academia y varios sectores radicales batllistas se atacó desde adentro del propio partido a la dirigencia y el modelo propuesto de ballistización de la izquierda y en particular desde el Frente Amplio. La memoria social es fragil, fragmentaria y por momentos interesada ha mostrado un Batlle, don Pepe, liberal, socialista o reformista, lo que implicó una suerte de frivolidad de la interpretación del verdadero batllismo hasta llevarlo a la categoría de etiqueta, en términos modernos de redes sociales, vacío de contenido. La vieja tesis batllista de creador de su tiempo al decir de Milton Vanger o de fundador de la democracia uruguaya según  Lindhal, ha sido mbien manejada por la izquierda diluyendo el progresismo reformista del batllismo en la prpuesta política que llevó al Dr. Tabaré Vazquez a la presidencia. El último trabajo del Dr. Sanguinetti sobre Luis Batlle marcó con claridad el Uruguay del optimismo, e n una forma de retorno a las fuentes clásicas del batllsimo, aquello de como el Uruguay no hay. En realidad supo interpretar claramente  los fenómenos sociales y los cambios vertiginosos del mundo post Guerra Fría y los intereses hemisféricos de los Estados Unidos y el crecimiento acelerado que le pedía a América Latina en forma de contener al comunismo. Una interpretación liberal-democratica del mundo, una revolución ordenada. Enfrentado a la gran derrota electoral de 1958, desde el llano, el batllismo se enfrentó al desafío de una sociedad en un proceso d cambio virulento, radical y con episodios de violencia creciente. La muerte d eLuis agregó divisiones al Partido que recieén del proceso dictatorial Sanguinetti y Tarigo llegaron a formalizar nuevamente la centralidad ideológica, mesurada, racional y responsable del batllismo en tiempos muy duros. El propio Dr. Sanguinetti en una entrevista realizada por Eduardo Alonso sostuvo: " Obviamente en aquel momento, cuando hablamos ya del 69 y el 70, estaba subordinado a un clima muy violento del país. Esto era el Estad contra la guerrilla, todo lo demás no existía. Esa era la verdad de la historia. Era un clima de tensión permanente, de huelgas cosntantes, de conflictos liceales permanentes. La gente no estaba preocupada por los partidos, la gente vivía el conflicto(...)para nostros lo fundamental era lograr la supervivencia de los partidos como tales"(Alonso, E. Clandestinos. EBO 2012, pag.106-108) En una situación muy dificil, Sanguinetti demostró capacidad para manejar los reclamos militarees que se oponían a los juicios por violaciones a los derechos humanos y la economía en una fase crítica. La priorida fundamental del Partido Colorado era asegurar la democracia, la del Frente Amplio su crecimiento electoral. La ética de la responsabilidad y los costos electorales que todavía paga el batllismo lo puede resumir con la pluma del historiador nacionalista Lincoln Maiztegui que en el final de capítulo referente al gobierno del Dr. Jorge Batlle, sostuvo: " El 1 de marzo de 2005 el presidente que terminaba su mandato, el Dr. Jorge Batlle Ibañez, pasó la banda presidencial a su sucesor democraticametne lecto, el Dr. Tabaré Vazquez. La fiesta cívica fue lamentablemente manchada por un puñado de individuos con mentalidad fascista que se dedicaron a insultar en los terminos más soeces a Batlle, en cabal demostración que no tenían la menor idea de lo que significa el libre juego del sistema democrático. Batlle se marchó para su casa luego de cinco años particularmente intensos y dramáticos, en los cuales tuvo grandes aciertos y grandes errores, pero a pesar del cúmulo de factores adversos que condicionaron su mandato e impidieron de hecho la concreción de su programa, dejaba un país organizado y en pleno crecimiento, lo que algún día la historia terminará por reconocerle y agradecerle(...)"Maiztegui, L. Orientales 5. Planeta, 2010. Pag. 661.
El Partido Colorado esta vivo en su historia y en su accionar. La responsabilidad en tiempos duros permite augurar un retorno vigoroso al panorama político nacional.

sábado, 2 de mayo de 2015

Segunda Guerra Mundial En Color-La Historia Italiana 1/2

Buscando al batllismo como ideología y modelo a seguir.

 La discusión entre ser Colorado o ser batllista resulta interminable y por momentos decepcionante. Para Don Pepe el tema nunca fue un problema, nunca acepto que se pudiera ser batllista sin ser colorado y siempre se sitio depositario de las tradiciones de Don Frutos, de la Defensa, de Flores y puso un fuerte énfasis sobre estos puntos luego de la derrota del batllismo en 1916. Sin embargo cada vez que ocurre un cisma o una lucha interna se marca claramente las diferencias por ejemplo Manini Ríos y su Partido Colorado General Fructuoso Rivera o Feliciano Viera con el Partido Colorado Radical o Julio María Sosa con el Partido Colorado por la Tradición y Muchos que se consideraban batllistas y no colorados como Grauert, Michellini y Alba Roballo. Desde el punto de vista histórico es imposible comprender la evolución del batllismo sin vincularlo con los hechos y personajes que construyeron la tradición partidaria desde el Siglo XIX. Comenzaremos a buscar las raíces filosóficas con el espiritualismo eclectico.

La corriente filosófica del espiritualismo sostiene que el mundo se encuentra integrado en su fondo último por lo espiritual lo que que le da certezas  le permite reflexionar sobre lo inmaterial. En tanto el eclecticismo como doctrina toma lo mejor de las doctrinas que lo preceden. El espiritualismo ecléctico combina ambos pensamientos. En nuestro país fue introdicudo por el francés Victor Cousin mediante los textos de Eugene Geruzez.
Victor Cousin(1792-1867) parisino, concibió la historia como fases o etapas del espíritu y su conformación se logra a través de la historia de la filosofía. Era el filosofo oficial de Luis Felipe y logró una gran influencia en la evolución filosófica francesa del siglo XIX.
Esta corriente fue difundida en nuestro país por la Universidad de Montevideo que había sido establecida en 1849, y siguió las líneas del pensamiento imperante en toda latinoamérica. José Luis de la Peña fue el catedrático de filosofía que llevó adelante esta cátedra, el texto que utilizaron los jóvenes estudiantes de la época fue el Curso de Filosófía de E. Geruzez, que era el mismo que Francia utilizaba durante el período de auge de Victor Cousin. Este manual se encontraba organizado en: psicología, lógica, moral y teodicea, como era muy claro en sus conceptos fue un éxito en los ambientes intelectuales tanto franceses como uruguayos.
El representante académico más importante del espiritualismo en el Uruguay fue el Dr. Plácido Ellauri, hermano de de José  y ejerció su cargo hasta que 1877 fue destituido por el Coronel Lorenzo Latorre, su producción se basó en tareas de aula, sin embargo quedó como producción material un manual cuyo título era: Gramática general y retórica. Según Ardao este manual sostenía, no de un modo original que "el espiritualismo como doctrina reconocía en el espiritu tanto las ideas, el pensamiento, como un poder activo, libre y personal creador de la materia y el mundo" En la moral consideraba, Ellauri, al eclecticismo como la corriente que era capaz de servirse de todos los sistemas de pensamiento anteriores para sacar de ellos lo más importante. El propio Ardao sostiene como influyó en la política nacional: "El pricipismo uruguayo no hubiera sido seguramente posible, con los perfiles históricos que asumió en el terreno de la acción cívica, sin la concepción del universo y de la vida proporcionada por la filosofía espiritualista de la época, sin su absolutismo ético, basado a priori en la metafísica de Dios y el libre albedrio que daba un imperioso sentido trascendente a la personalidad humana. Nuestra grandilocuencia principista estuvo presidida por la figura de Victor Cousin(...) y difundida por Plácido Ellauri"(Ardao,A. Espiritualismo y positivismo pág,39-41. Esta corriente se vinculó con el racionalismo, que fue el origen del libre pensamiento y la tendencia antidogmática que se va a desarrollar `posteriormente. La consecuencia fue generar un espíritu cristiano que niega la Iglesia Católica como dueña hegemónica de la espiritualidad. El racionalismo metafísico fue la bandera contra la Iglesia. Esta, además, influye directametne en el laicismo, cuyo protagonista fue la Sociedad de Amigos de la Educación Popular y el antecedente directo fue el Club Universitario de tendencia espiritualista.
En la década de 1870 todavía era un corriente muy fuerte, hasta la década de 1880 tiene su momento de auge el positivismo generandose durísmos debates que involucran a Mariano Soler, Julio Herrera y Obes y Prudencio Vázquez y Vega. Julio Herrera y Obes publica "Crisis de la filosofía" siendo la suya una de las defensas más fuertes del espiritualismo realizadas en El Ateneo. Pofr supuesto que cuando asume la presidencia a partir de 1890 genera un retorno del espiritualismo a la Universidad en época de apogeo del positivismo. Julio Herrera y Obes fue el último defensor de esta corriente desde la política.
Prudencio Vázquez y Vega con la publicación de una serie de artículos titulados "La base de la moral emana de la ley eterna del deber". Lo más trascendente dsesde el punto de vista filosófico lo encontramos en su " Crítica de la Moral Evolucionista" conferencia dictada en El Ateneo el 24 de diciembre de 1881 y sostuvo:"(...) toda definición y toda teoría de la moral, entraña, con especialidad, la idea de un propósito o de un fin al que deben tender las acciones humanas(...)El imperativo categórico de la conciencia, he ahí el sentimiento más extraordinario e importante del orden moral(...)paralelamente a la corriente positivista que se ha producido entre nosotros, se ha desarrollado una corriente egoísta y utilitaria que es necesario combatir" Estos conceptos marcaron a la generación de la cual era integrante el jóven José Batlle y Ordóñez.
La tradición del Partido Colorado es de libertad y de justicia. Sustento estos principios en la Defensa; combatió por ellos, con Venancio Flores, contra los enemigos de adentro y de afuera, fueron sus hombres los que más rudamente atacaron las tiranías. La constante adaptación a las necesidades de cada momento de la vida nacional; la continua renovación de sus valores históricos e ideológicos, completan su tradición. Esta podría definirse así: adaptación incesante del concepto tradicional - libertad y justicia- a las necesidades de cada época.
El batllismo, que es el verdadero Partido Colorado, tiene, pues, esa tradición. Nació luchando por la libertad, y su gran obra realizada y sus propósitos bien definidos del presente se apoyan en aquellas tendencias tradicionales para establecer el nuevo régimen en el que, total y definitivamente triunfen la libertad y la justicia.
Es el batllismo quien mantiene firmemente la tradición colorada porque, obedeciendo a la ley histórica del Partido, realiza una revisión completa de los valores para establecer la libertad de los oprimidos y la justicia para todos, acomodando su acción política a los reclamos de la hora presente.
La tradición de libertad y justicia vincula, pues, a todos los batllistas, ya que la acción del Partido- como lo dice su programa- se apoya en esas tendencias históricas, en general. No puede originar divisiones, por lo tanto, aquellos que debe ser razón de estrecha solidaridad. Cada afiliado está en el perfecto derecho de criticar uno o más hechos históricos del Partido, si a su juicio ellos contrariaron la justicia o la libertad. Más aún; siempre que un afiliado se apoye en los principios tradicionales de libertad y justicia puede atacar casi totalmente el pasado del Partido. Demostrará  ser así más tradicionalista que los que aceptaren en toda su integridad aquel pasado, sin haberlo sometido a examen.(...)Batlle que es el que más ha hecho en la República por la libertad y la justicia es por eso el más tradicionalista de los Colorados. Y las generaciones venideras que inspirándose en Batlle y siguiendo su ejemplo den termino a la obra por él comenzada serán la síntesis misma de la tradición del Partido Colorado, implantando un régimen social en el que reinarán sin trabas la libertad y la justicia : " Sostener que un pueblo debe luchar por establecer la justicia y la libertad entre los elementos componentes y sostener que no debe luchar y prepararse para luchar en defensa de esa misma justicia y de esa misma libertad, es sencillamente absurdo" EStos puntos entre otros más que pore spacio nop odemos desarrollar aquí resulta evidente que el batllismo surge de fuentes de larga duración tomando aspectos y mecanismos de un forma de hacer política, una concepción estatalista de promover la legislación y por extensión a la nación.
Los pasos reformistas.
La Reforma Constitucional, verdadera transformación institucional de forma y entraña cuyo planteamiento Batlle renueva en seguida de asumir por segunda vez el gobierno, inaugura un intenso período de lucha. La lucha cobra de inmediato violencia, pero sobretodo calidad. Batlle no es un reformador de trastienda de los que elaboran Constituciones ocasionales. No ofrece panaceas reformistas de aquellas que traen un articulo transitorio en beneficio del reformador.La Constitución que Batlle proyecta es, acaso, la primer Constitución hispanoamericana original, no proviene ni de comentaristas ni de teorizantes. Batlle vio y estudió "en el lugar" los diferentes regímenes de Europa. Hasta entonces, eran las instituciones inglesas las que cautivaban a los ensayistas, conjuntamente con el modelo norteamericano.Para Batlle las instituciones inglesas eran adaptables al Imperio británico y eran un poco alejadas para nuestra realidad. El parlamentarismo francés tampoco lo deslumbró debido más que nada a los problemas de las Tercera República. Lo obsesiona cuanto signifique en lo teórico o en lo práctico la disminución de las facultades del poder central. Desde Suiza le escribe a Domingo Arena: "Imagínese que aquí nadie sabe quién es el gobierno". Las Constituciones latinoamericanas tienen como propósito robustecer el Poder Central. Así fue también en los Estados Unidos.
Planteada la reforma electoral Batlle propone:

A) Democracia Política.- Supresión de la Presidencia de la República, Institución del Gobierno Colegiado. Parlamento que si se quiere puede ser bicameral. Autonomía de las comunas. Voto directo, Voto secreto. Representación proporcional.

B) Democracia Económica.-Potestad superior del Estado sobre la actividad social. Creación y ampliación del dominio industrial del Estado. Organización autónoma de los Cuerpos Técnicos de dirección para las actividades técnicas. Intervencionismo del Estado sobre aprovechamiento individual o de empresa de los rendimientos del trabajo. Lucha anti imperialista, Nacionalización de todos los servicios públicos de interés social. Plan estatal de colonización. Régimen bancario del Estado. Sustitución de las concesiones al capital financiero internacional por Monopolios del Estado.

C) Democracia Social.- Leyes obreras. Seguros de trabajo e invalidez. Enseñanza Secundaria , Preparatoria y superior gratuita en todos sus grados. Organización de la Universidad del Trabajo y funcionamiento de las Escuelas Industriales en las diferentes regiones del país. Leyes sociales. Divorcio. Igualdad absoluta de derechos entre hijos legítimos y naturales. Respeto de los Derechos del Niño. Acceso de la mujer a las carreras liberales, a las funciones públicas, a los cargos políticos. Voto de la mujer. Seguro de la vejez. Salario Mínimo. Estado laico. Separación de la Iglesia y del Estado. Absoluta libertad de cultos y de ideas.

Batlle se opone de este modo a la liberal -democracia vacía e individualista, poniendo al Estado como regulador. En definitiva la reforma de un Estado Económico que para Batlle significaba alcanzar unEstado Moderno. La pregunta es de  que modo se puede honrar al batllismo hoy sin convertirlo en una etiqueta vacia de contenido.

Ver:
Rodriguez Fabregat, E. "Batlle yOrdóñez: El Reformador". Editorial Claridad, Buenos Aires 1942. Pág. 394 a 397.

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Malvinas: José Alberto Tulis - Canal Encuentro HD

viernes, 1 de mayo de 2015

Abril de Vietnam en el Año del Gato (Santiago Álvarez, 1975)

L'internationale (version française avec les paroles)

El retorno democrático: La Presidencia del Dr. Sanguinetti. El batllismo y el cambio en Paz.

El nuevo gobierno democrático liderado por los doctores Julio María Sanguinetti y Enrique Tarigo, electos por el voto popular y un Parlamento  también totalmente libre, tenía por delante muchos problemas y una asignatura pendiente compleja y difícil: restablecimiento de la paz, vigencia total y absoluta de los Derechos Humanos y reparar  todas las situaciones injustas llevadas adelante por la administración militar con más de una década de  avasallamiento del estado de derecho.
El discurso electoral, devenido en un aspecto cuasi filosófico de salida de la dictadura: "El cambio en paz" se materializa  en el informe enviado a la Asamblea General el 15 de febrero de 1990 a modo de balance del gobierno realizado:
" A lo largo de este periodo la paz ha sido para el gobierno su más constante proyecto, como sustento imprescindible de la reconstrucción democrática. Esta no era posible en el enfrentamiento: hubiera naufragado si en la sociedad hubiera comenzado el empleo de la violencia o bien la confrontación hubiera amenazado los márgenes imprescindibles de la gobernabilidad. Naturalmente, en este propósito el gobierno ha estado acompañado por el propio pueblo. Solo un consenso muy generalizado ha permitido esta convivencia. En el Uruguay vivimos estos años (1985-1990) todos quienes participamos en las confrontaciones del pasado, sea del medio político, sindical, militar o subversivo, a título personal, salió a ejercer la venganza o a satisfacer violentamente un ánimo revanchista"
La primera presidencia del Dr. Sanguinetti tiene algunos aspectos destacables:
1) Plena restauración de las libertades democráticas.
2) Libertad a los presos políticos.
3) Política de favorecer el retorno de exiliados.
4) Recomposición de las carreras laborales de los Funcionarios Públicos.
5) La compleja ley denominada " Ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado"
6) La plena vigencia de la Constitución de 1967.
7) La opción del MLN-Tupamaros en la acción política integrada al Frente Amplio.

Las tareas a realizar eran muy complejas debido a la propio naturaleza de la transición inacabada, que obligaba a resolver cuestiones políticas difíciles: presos políticos, amnistía, delitos militares y sobretodo violaciones a los Derechos Humanos, y la reincorporación del funcionariado publico perseguido por su accionar político. El momento más difícil y dramático del Gobierno del Dr. Sanguineti, fue sin dudas cuando los jueces comienzan a citar a los distintos tribunales a los militares acusados de violaciones a los Derechos Humanos.. El Gobierno envía al Parlamento un proyecto de ley que buscaba la amnistía a los delitos cometidos por los militares, pero no prosperó debido a posturas políticas y a la posición de los militares que sostenían y sostienen haber cometido delitos que merezcan ser amnistiados. Luego de muchas discusiones e interpretaciones surge la sanción, con muy ásperos debates dentro y fuera de los partidos políticos de la Ley d Caducidad de la Pretensión punitiva del Estado, en el mes de diciembre de 1987. Esta norma  comunmente llamada ley de impunidad cercenaba la independencia del Poder Judicial y transfería al Poder Ejecutivo la decisión de investigar las denuncias presentadas. El día posterior a su sanción se creó la Comisión Nacional Pro Referedum integrado por la izquierda y algunos sectores del Partido Nacional. La consulta popular se  el 16 de abril de 1989 quedado ratificada la Ley y dando inicio a una serie de practicas de democracia directa que se realizarían durante los últimos 30 años.

La amnistía: el 8 de marzo  de 1985 fue promulgada la ley de amnistía que posibilitaba la inmediata libertad de todos los presos políticos o por delitos conexos y también de presos comunes. Esta amnistía incluyó también a los ex-guerrilleros que cometieron asesinatos durante el periodo de desarrollo de la guerra interna pero que nunca habían sido encarcelados por esta fuera del país. El propio Dr. Julio María Sanguinetti, el 4 de marzo de 1985, clausuró por gracia los diferentes expedientes desarrollados por la Justicia Militar contra el lider nacionalista Wilson Ferreira Aldunate, Líber Seregni del Frente Amplio restituyéndosele su grado militar y su carrera castrense. También a los nacionalistas Homar Murduch, Carminillo Medero, Walter Malan y Juan Raúl Ferreira.

Se promovió el retorno a las negociaciones tripartitas salariales restaurando los Consejos de Salarios según la ley de 1943. Se logró un descenso inflacionario pero continuó alta, en el entorno de 30% y mejoró notablemente la mortalidad infantil. En marzo de 1988 fallece Wilson Ferreira Aldunate. El Dr. Sanguinetti declaró al periodista Néber Araújo; " Wilson Ferreira Aldunate fue un puntal en la forja de esta estabilidad institucionalidad. Aun razonando de un modo muy diferente al nuestro, me daba a mi la certeza y la tranquilidad de que en los momentos cruciales él iba a estar, y estuvo siempre(...)Hoy lo perdemos pero él deja un legado al país y a sus correligionarios. Sentía al país a su estilo con una mezcla de gentleman inglés y de caballero español..."( Maiztegui, L. Orientales 5, 2010 Pág. 93)

El 28 de febrero de 1990 el Dr. Sanguinetti a modo de despedida sostenía en Cadena de radio y televisión; " Hemos  hecho todo el bien que pudimos. Nunca procuramos el mal de nadie, aunque podamos habernos equivocado muchas veces; pero sobretodo hemos evitado muchos males(...) Les digo especialmente a los jóvenes que vivan la emoción de este cambio en paz, tan distinto a la sangre que han tenido que regar los jóvenes de Europa del Este para salir de las dictaduras marxistas-leninistas(...) Me despido, sin nostalgia ni cansancio, me despido, pero no me voy"( Maiztegui, L. Orientales 5, 2010 Pág. 150)

Historias de la Revolución

Triple Alianza: viejas y nuevas interpretaciones | América Latina | DW.DE | 01.05.2015

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