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lunes, 30 de abril de 2018

Batllismo y Estado: Debate impostergable.






Gran parte de la economía depende de las diferentes acciones del Estado o del gobierno. Sin embargo hay una amplia gama de opiniones sobre el papel que le corresponde desempeñar al Estado. Desde el extremo liberal y librecambista que propone un Estado mínimo que solo se preocupe de la defensa militar, los derechos de la propiedad y las obras de infraestructura hasta la visión marxista que sostiene que los mercado deben ser secundarios o eliminados directamente y que la economía debe ser manejada en su conjunto mediante la estricta planificación estatal. Si avanzamos en el análisis histórico la visión contractualista sostenía que el Estado no puede estar por encima del individuo. Hoy la mayoría de los economistas creen en la postura de que puede ni debe existir una autoridad que sea superior a los individuos. Por lo tanto esto se inicia con la teoría del “contrato social” entre los individuos actuando soberanamente, o sea el Estado puede actuar cuando el individuo le da su consentimiento.

 Es el pensamiento del filósofo político inglés del siglo XVII Thomas Hobbes que en su libro “El Leviatan” de 1651 en el cual presupone un estado natural en el que los individuos terminan enfrentándose todos contra todos y para solucionar este problema los individuos voluntariamente aceptan algunas restricciones a su libertad transfiriendolas a un gobierno para poder alcanzar la paz social. Hobbes justificaba así el Estado Absolutista, muchos siglos después el economista ganador del Premio Nobel de Economía en 1986 interpreta las ideas de Hobbes para fundamentar la presencia de un estado mínimo. Es más para él, y varios antibatllistas me atrevo a decir, el Estado es como un gran monstruo que debe domar y mantener controlado. Cosa que Hobbes no pretendía. Eran tiempos de Ronald Reagan que resume esta postura con un comentario citado permanentemente: “ El gobierno existe para protegernos los unos de los otros. El gobierno ha ideo más allá de sus límites al decidir protegernos de nosotros mismos”. Siguiendo con esta línea de pensamiento las únicas acciones que se podrían justificar del gobierno serían el mantenimiento de la Ley y el Orden, la defensa nacional y las obras públicas. Cualquier cosa que excediera estas posturas como ser un estado de bienestar o de proteccionismo arancelario se consideraría una violación de la soberanía de los individuos y el primer paso al “camino de la servidumbre” como sostiene Friedrich von Hayek en 1944. Sin embargo debemos tener precaución al pensar que el Esyado esta por encima de los individuos, el mundo tiene muchos ejemplos de patologías de este pensamiento, desde la izquierda como el caso Pol Pot o Stalin y por la derecha Hitler o Pinochet. El debate entre economistas sobre la soberanía del individuo y las fallas de los mercados cuando se producen monopolios u oligopolios recién fue bautizada en el período neoclásico con el nombre de competencia imperfecta. La creciente desconfianza hacia la política a favorecido algunas posturas de economistas que proclaman el libre mercado sosteniendo que cuanto menos haga el gobierno en intervención económica mejor le irá al país. Es innegable que el Estado es la mejor tecnología organizativa y a su vez la más poderosa que ha desarrollado la humanidad, es claro que es imposible alcanzar grandes cambios económicos sin el Estado.


 Batlle y Ordóñez sostenía al asumir su segunda presidencia en 1911 con respecto al rol de las empresas del Estado que: “ La gran ventaja de las empresas del Estado y lo que debe asegurar su marcha triunfal es que no tienen que entregar sus utilidades a los capitalistas, como las empresas particulares, y como pueden aplicar cuanto producen a su perfeccionamiento, baratura de sus servicios y mejor retribución de quienes les sirven; pero si el Estado se sustituyen al capitalista para aplicar a otros fines las utilidades, apropiándoselas con tanta avidez como este, y con un interés menos vivo y previsor que el que asegura a las empresas particulares su marchar regular, esa ventaja desaparece y quedan solo para aquellas empresas los peligros que llevan consigo las conductas más altruistas, de ser arrastradas a la ruina en su oposición con los intereses amorales” El Día setiembre de 1919.


Posteriormente Luis Batlle en otro entorno económico pero con la misma visión del Estado como motor del desarrollo y la justicia social sostenía: “ en dos discursos Luis Batlle define la política económica y redefine los mecanismos para hacer frente al déficit fiscal que se agrandaba día a día: “ El capitalista tiene el derecho  a los beneficios de su capital invertido, pero el obrero tiene el derecho de su capital-trabajo, que es igualmente o más respetable que el capital-dinero, porque al fin capital-trabajo es sudor, es desgaste, es esfuerzo personal y permanente y es lo único que tiene los hombres para poder ir atendiendo y resolviendo sus problemas diarios...” Pero luego agregaba Luis Batlle: “ En materia de seguridad social también nos encontramos con el déficit y con la crisis, perturbando y poniendo en peligro servicios de interés general que afectan de manera profunda y directa a la sociedad y especialmente a sus clases laboriosas(...) nos embarcaremos en el desarrollo y en la ampliación de nuevos beneficios en el orden de la pasividad hasta que(...) los patrimonios y las rentas han recuperados los niveles adecuados” En realidad nunca más recuperaron sus niveles adecuados y  60 años después podemos decir que el batllismo en ese rubro finalizo en aquél período”



Hoy el debate sobre las empresas públicas, el rol del Estado, y la postura económica del batllismo no es tema de agenda. Quizás por eso mismo nunca estuvo el batllismo tan lejos de tener presencia contundente en las urnas.

domingo, 29 de abril de 2018

El batllismo: los obreros y el Estado


El batllismo los obreros y el Estado.


“La propiedad, en realidad, no debe ser de nadie, o más bien dicho debe ser de todos: y la entidad que representa a todos es la sociedad. Hay un escaso número de personas que son dueñas de tierras, y hay una multitud infinita que no posee un metro cuadrado de ella. ¿ Podría la sociedad decirles: -bueno, ahora pienso de otra manera y les quito a ustedes la tierra?- No se podría hacer eso, no sería justo, la que tiene que responder de eso es la sociedad misma. Todos tienen que contribuir con su pequeño sacrificio a que la tierra no sea un privilegio. Yo no sostengo que lo que digo debe aplicarse de inmediato, sino que debe ir aplicándose paulatinamente para no producir el hambre, la guerra y toda clase de calamidades….” En este discurso que realiza Don Pepe ante la Convención batllista en 1925 comienza a aclarar lo que confunden absolutamente los que se dicen batllistas. El Estado será el instrumento nivelador que se encargaría de alcanzar una igualdad natural entre  los ciudadanos. El Estado debe ser el representante de la totalidad de la sociedad, la línea de fuego contra la injusticia y dejar de lado su papel de juez y gendarme que los liberales actuales quieren volver a desarrollar con el concepto de que la libertad del individuo está por encima del grupo social, por supuesto dejando abandonados a muchos compatriotas que por diversas razones no pueden integrar el desarrollo individual en forma justa. La lucha de clases la elimina conceptualmente sin tocar la propiedad privada de los medios de producción, anticipándose siempre a las necesidades de los trabajadores o postergados por la legislación social del Estado.


 Domingo Arena sostuvo en 1905 que “ El Estado de bienestar es aquel en que todos ayudamos para lograr el mismo fin, el capital y el trabajo unido se dedicará al aumento de la producción, cuanto mayor sea el capital, mayor será el salario…”.
Luego de la revolución saravista la ideología del Batlle muy influenciado por Arena se dedican a incluir en el programa el tema de las demandas obreras, el resultado fue el Estado social uruguayo anticipatorio de muchos modelos europeos que tenía el mismo objetivo. Historiadores socialistas como Barran y Nahum en distintos trabajos analizan esta postura. Batlle había visto directamente en Europa las luchas por los derechos sociales y no quería ese mismo escenario en nuestro país propone entonces “ que había que anticiparse al estallido social mediante la intervención del Estado, arbitro y componedor de las disputas sociales. Pero enfocado hacia los más débiles: el obrero plateando una jornada laboral de 8 horas, el anciano proponiendo y logrando las pensiones a la vejez, los niños con la extención educativa, los enfermos con el desarrollo de la salud pública que sería universal, laica y gratuita y la mujer otorgándole el divorcio por su sola voluntad. Del mismo modo desarrollar la industria para disminuir la dependencia del comercio exterior y poder estabilizar la economía.” En las vísperas de otro primero de mayo vale la pena recordar nuevamente la postura de Don Domingo Arena en relación a la lucha de clases en un artículo publicado en El Día el 16 de junio de 1905: “ Se alega que las huelgas son el fruto de la presión de los menos sobre los más, que son el fruto de la propaganda de los obreros exaltados sobre los obreros tímidos, etc, etc. Pues no hay nada de eso. Las huelgas son, sencillamente, el fruto de lo mal que se paga el trabajo del obrero y los esfuerzos que realiza aquél para conseguir que se pague un mejor precio por su sudor y sus afanes. Conviene hacer notar que en esta lucha entre obreros y patrones no debe verse una verdadera lucha de clases, como algunos parecen entenderlo, examinando superficialmente las cosas. No es raro que un obrero, por su esfuerzo constante y ayudado por la fortuna se transforme en patrón y tenga que seguir la corriente de todos los patrones, ni es imposible que un patrón o alguno de sus hijos, concluya en ser obrero. De manera que, en el fondo, no hay razón alguna para que patrones y obreros se traten como adversarios y mucho menos como adversarios irreconciliables. Todos deberían esforzarse por arreglar un mal que viene de muy lejos, en el cual no sería muy fácil descubrir al culpable”. El sociólogo Filgueira resumió en cuatro grandes líneas el desarrollo del Estado Social batllista y lo encara tomado como base el año 1919 cuando se crea la asistencia pública que apuntala todo el proceso de desarrollo de la educación reformulando la educación universitaria y la instalación de liceos en todo el territorio nacional: “ la educación buscaba integrar la sociedad y sobre todo a los inmigrantes que del mismo modo era un mecanismo de control social” El punto más fuerte son las leyes obreras y el desarrollo de la seguridad social, ya en 1904 se crea la Caja Civil para los funcionarios públicos y en 1919 la La Caja de Industria y Comercio. El desarrollo cultural era el pilar fundamental para la realización de todo el proyecto. Nahum lo define claramente sosteniendo que todo este proceso es “ un postura filosófica sobre la sociedad y el hombre, que pudo llamarse solidarismo social o socialismo de Estado en Europa y que en el Uruguay se llamó batllismo incluyendo en su ideología muchos no colorados, blancos, socialistas, anarquistas y católicos”.


 Terminando esta breve aproximación dos días antes del 1 de mayo de 2018 lo cierro con un frase de un editorial del Diario El Día del 3 de enero de 1896: “…he ahí los débiles que se hacen fuertes y que, después de haber implorado justicia, la exigen”

sábado, 28 de abril de 2018

Jorge Batlle y la Infidencia.


Jorge Batlle: Como el Cid sigue vivo y luchando.


“Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad” Arthur Conan Doyle

Breve entorno político y social del Uruguay a fines de los 60.
A fines de 1967 y comienzos de 1968 los problemas generales del Uruguay se agravaban. El presidente Jorge Pacheco Areco mantenía silencio, estilo que marcaría su gestión. El problema mayor por su incidencia en todos los aspectos políticos económicos y sociales era la inflación. Los precios de venta la público aumentaron 135,9% y seguía en aumento a comienzos de 1968. La relación del gobierno con los funcionarios públicos, los estudiantes y los gremios se complicaba cada día un poco más. El sector empresarial manifestaba también disconformidad. Comienza una espiral de desorden en las calles y en los centros de enseñanza así como también en las oficinas públicas y además surge el primer flujo de emigración de jóvenes al exterior.
Luego de un virulento festejo del 1 de mayo con fuertes críticas al gobierno y al Imperialismo Yankee por parte de los sindicatos, el gobierno el día 2 de mayo sorprendió a los analistas con una gran reestructura ministerial en la cual sustituyó a políticos por empresarios y representantes de los grandes intereses económicos pero sin antecedentes de participación política y/o partidaria. Esto tenía antecedentes en la administración Gestido que había abierto la participación a personas vinculadas al capital y a visiones consideradas conservadoras y de derecha por la intelectualidad de la izquierda. Entre ellos César Charlone que hasta 1970 fue ministro de Economía y Finanzas, Horacio Abadie Santos, Carlos Manini Ríos y Walter Pintos Risso. En 1968 se suman al elenco Jorge Peirano Facio, Carlos Frick Davies, Eduardo Jimenez de Aréchaga, el Ing. José Serrato y posteriormente Juan María Bordaberry y Jorge Sapelli, estos últimos conformarían la fórmula presidencial que ganaría en las elecciones de 1971.La lógica de este gabinete fue técnica buscando soluciones desde la teoría fría y sin consultas a sectores sociales, gremiales e incluso políticos partidarios. Apenas la comunicación fluía, sin mucha vehemencia, con sectores empresariales y las cámaras que los representaban. El primer objetivo era reducir la inflación y controlar la volatilidad de la moneda nacional. Existió una suerte de ambiguedad técnica en la que convivió el liberalismo aperturista de los mercados cambiarios con el congelamiento universal de precios y salarios. Para el desarrollo de esta política se crea la DINACOPRIN (Dirección Nacional Comisión de Precios e Ingresos) que incluía  representantes de empleados y asalariados pero prevalecía la opinión del Poder Ejecutivo. El congelamiento de precios y salarios se inicia el 28 de junio de 1968 por decreto y con nuevas condiciones políticas e institucionales: el 13 de junio se habían establecido las Medidas Prontas de Seguridad, instituto de excepción previsto en la constitución que comenzó a aplicarse con continuidad y permanencia que superaba el espíritu previsto en la legislación. Con la aplicación de las Medidas Prontas de Seguridad se limitaban los derechos de reunión, de asociación, libre comunicación del pensamiento e influía en la libre contratación y el trabajo. En un análisis proyectivo este mecanismo con diferentes formas va  a existir en forma intermitente hasta el 1 de marzo de 1986. El Poder Legislativo se vio avasallado y dubitativo para enfrentar esto, lo que sumado a la guerrilla urbana y a la inseguridad general, marcó el preámbulo de descaecimiento de valores republicanos y democráticos que llevaran lentamente al país a la perdida de sus punto de referencia históricos.
Según Henry Finch "La orientación económica del gobierno de Pacheco Areco fue notablemente exitosa no solo en lo que respecta a la desaceleración de un proceso inflacionario extremadamente rápido sino también en el logro de la elevación de la tasa de crecimiento que llegó a alcanzar niveles sin precedentes desde mediados de la década de 1950"(...)"Los precios aumentaron un 125% en 1968 pero en 1969 el aumento llegó a un 21% y en 1970 a un 16%. El crecimiento del PBI, es decir el valor de los bienes y servicios obtenidos en un período determinado, en términos reales fue del 5.1% en 1967, bajando al 1.4% en 1968, pero subiendo  por encima del 5% en los años subsiguientes"(...)"El éxito de debió en primer lugar a que el sector exportador respondió muy vigorosamente al alza de los precios de la devaluación. El valor de los productos se vio fortalecido por el alza de los precios mundiales en 1969 y 1970, los resultados por exportaciones fueron los más altos desde la década de 1950 y un 47% mayores que en 1967(...) en segundo lugar la orientación pachequsita significó una clara ruptura con las formas anteriores de dirección económica ante la cual el sector privado respondió con inusual confianza"
Se deba agregar la creación del Fondo Nacional de Viviendas en diciembre de 1968, un amplio plan de obras públicas y la declaración de las 200 millas de soberanía en el mar territorial. Este programa económico se fue complicando en la medida que se acercan las elecciones de diciembre de 1971, la CNT pide un aumento del 25% en los salarios y el gobierno concedió, para sombro de todos, un 27.2% de aumento. Sin embargo la acumulación de poder en torno a las Medidas Prontas de Seguridad hizo que la oposición política enmarcar su gestión en un marco de autoritarismo creciente que curiosamente el primer paso había sido la nueva constitución  que entró en vigencia en 1967. Sin embargo, la reforma constitucional pensada para prevenir la posibilidad de golpe de estado, hizo posible la independencia del Poder Ejecutivo a las presiones delo partidos políticos. pensamos, sin embargo, que la causa fundamental de la concentración de poder en el Poder Ejecutivo se debió al creciente clima de Inseguridad que vivía el país en relación a los conflictos obreros y estudiantiles y el aumento del accionar de los grupos subversivos y al interés de la sociedad en la gestión de un gobierno fuerte. En este entorno se produce el episodio denominado “La Infidencia” que toma un giro inesperado con la publicación del libro de Raul Ronzoni “El Infidente” (Fin de Siglo, 2018) en el que aporta finalmente la autoría del infidente que no fue precisamente el Dr. Jorge Batlle.
Una aproximación.
La muerte del Presidente Gestido a las 5 y 20 de la mañana del 6 de diciembre de 1967 lleva a la presidencia a Jorge Pacheco Areco. El año culmina con una inflación record e histórica cercana al 137%. El Ministro de Hacienda era el Dr. César Charlone con casi 90 años edad. Su gestión se estima que fue influenciada fuertemente por el director de  la OPP,( Oficina de Planeamiento y Presupuesto). El tipo de cambio salta de 200 a 250 pesos por U$S pero se necesitaba una solución definitiva a este problema y en dos actos uno iniciado en La Casa de Gobierno y el otro en la casa del Cr. Enrique Iglesias que era presidente del Banco Central el sábado 28 de abril. La falta de confianza de la población en la estabilidad de nuestra moneda origina una compra desesperada de billetes norteamericanos. Se abre así lo que la historiografía denominó “ semana negra” de abril de 1968. Siguiendo a Lincoln Maiztegui ( Historia de los Orientales, tomo 3, página463 y Ss). El viernes 27 de abril la compra de U$S fue todavía mayor a pesar de todas las jugarretas que hacía el BROU, únic entidad que comercializaba la divisa norteamericana abriendo una sola caja y con varias colas y horas de espera para poder acceder a comprar los ansiados billetes norteamericanos.

 El sábado 28, como mencioné anteriormente, se reúnen las autoridades económicas, César Charlone, Aquiles Lanza y el vicepresidente del  Banco Central José Guntín en la residencia de Suárez con el Presidente Jorge Pacheco Areco, las diferentes crónicas sostienen que allí se decide la devaluación pero no el monto de la misma. Posteriormente se reúnen en la casa de Enrique Iglesias y de modo casual se integra al reunión el Dr. Batlle que se dirigía a realizar un planteamiento particular a Iglesias. La reunión se extendió hasta altas horas de la noche ante la inerrogante realizada al Dr. Batlle si se habló de la devaluación sostuvo “ estando yo allí no se habló para nada de devaluación(…). En la investigación parlamentaria tanto Laffitte como Lanza, integrantes de la reunión dijeron que sí se había conversado de la devaluación.
El domingo 29 de abril de 1968, Alberto Astesiano que era periodista del diario BP Color publica un título sensacional: “ Desde mañana lunes, el dólar oficial se cotizará a $250 “ y eso fue lo que ocurrió. “!Qué horror! Ha habido una infidencia”. Quizás, tal cual sostiene Bernardo Wolloch en “Jorge Batlle: el profeta liberal. Fin de Siglo, 2017 página 92. Si Charlone hubiese utilizado otra palabra en lugar de “infidencia” la historia posterior hubiese sido diferente. El propio Jorge se refirió a esto  en una nota de Búsqueda del año 2016: “ Me dolió mucho que la gente pudiera pensar que a esa altura de mi vida pudiera utilizar el gobierno para un beneficio personal cuando había estado desde joven dentro de él(…).El excelente libro de Ronzoni relata el final de este largo proceso moral y ético que caía sobre las espaldas del Dr. Batlle el cual recomiendo leer: Astesiano un periodista con una gran capacidad para conseguir información y que poseía muchos contactos se reúne con uno de ellos, una importante fuente política y a su vez integrante del sistema financiero, como relata Ronzoni se reunieron en el desaparecido Bar del Rex en Julio Herrera y Obes y 18 de Julio, y frente a la presión sobre su contacto sostuvo finalmente que se había reunido con el escribano Felisberto Carámbula, director del Banco República: Raul Ronzoni, El Infidente, Fin de Siglo 2018 página 36.

El Dr. Jorge Batlle pidió en los términos más fuertes que se investigase a fondo todo, nunca se pudo comprobar nada, y este libro de Ronzoni parece poner fin a una de las tantas calumnias que se han construido sobre figuras políticas de todos los partidos políticos de nuestro país.


lunes, 23 de abril de 2018

El Primer Batllismo y Montevideo. Sueños y realidades


El batllismo y Montevideo.

Las grandes transformaciones de Montevideo se aceleraron durante el período de bonanza económica de comienzos del siglo XX. Entre 1908 y 1912 se inauguraron los hospitales Español, Pereira Rosell, las Facultades de Qúimica, de Medicina y de Agronomía, el Edificio de la Universidad de la República y del IAVA, el Colegio Militar, el Parque Hotel, el Hotel del Prado, el Hotel Pocitos la modernización del puerto de Montevideo. La Cárcel de Punta Carretas, la Rural del Prado. La población se había triplicado en dos décadas y la venta de terrenos en cuotas había comenzad en las década del 90 del siglo XIX dando origen a nuevos barrios y a grandes especulaciones inmobiliarias. Muchas de las sociedades  tenían vinculaciones con Bancos, el caso más famoso es el Banco Nacional y la construcción de los barrios Reus al norte y al sur. Ya en el siglo XX siguieron esa línea el Banco La Caja Obrera y el Banco Popular con preatamos a plazos de hasta 30 años. El negocio era financiar la venta de terrenos y luego la construcción de viviendas. El estatal Banco Hipotecario participó activamente en este proceso incluyendo al funcionariado público en las facilidades de prestamos mediante la denomina Ley Serrato de 1921. A mediados de 1920 se creó la Sociedad de Propietarios de Bienes Raíces del Uruguay. La llegada del tranvía a los barrios multiplicó por 10 el precio de los terrenos. El censo de 1908 sostenía que el 67% de la población de Montevideo era inquilina y que el 64% de las viviendas estaban alquiladas. Los permisos de construcción entre 1911 y 1930 equivalía a 242 millones de pesos aproximadamente dos veces y media las exportaciones de 1930. Por otro lado lo invertido en 1930 equivalía al 17% de lo exportado ese año.

El financiamiento de las obras públicas en la capital tuvo aportes del gobierno central pero la mayoría de la inversión correspondió al Municipio de Montevideo. La expansión de las áreas de esparcimiento de la ciudad se integraban a la ideología del Modelo Batllista de Desarrollo en el cual el desarrollo del bienestar social, la higiene y la salud pública tenía un rol primordial. En lo que responde al Estado a partir de 1901 se comienza la construcción del Parque Urbano, luego Rodó a partir de terrenos recibidos como forma de pago por el quebrado Banco Nacional. En 1912 el Estado invirtió 2,500.000 pesos en tierras para parques y ampliaciones de los existentes: Rodó, Prado, Central, del Cerro y Carrasco. El Parque Rodó se extendió hasta Punta Carretas. El Municipio compra el Parque Hotel y las obras del Hotel Carrasco que se inaugura en 1921.
Desde la primera presidencia de Don Pepe comienzan una serie de proyectos para rodear la capital de un gran paseo marítimo: La Rambla. Una parte se realiza en 1915 y otra en los años 30.


 La Rambla Sur desde el puerto Hasta la Playa Ramírez y una sucesión de ramblas hacia el Este uniendo Carrasco con la ciudad. La otra parte inconclusa pero proyectada pensa llegar hacia el oeste hasta Santiago Vázquez.. Al final de la década del 1920 se comienza la construcción de la Avenida Agraciada que comunicaría el centro de la ciudad con el gran edificio verdadero paradigma del batllismo el Palacio Legislativo, un verdadero lujo para tan pequeño país..

 En 1930 se inauguró el Obelisco a los Constituyentes donde se levantaría en las cercanías el Estadio Centenario y luego el Hospital de Clínicas. Por otro lado Montevideo se sentía orgullosa de tener el edificio más alto de esta región el Palacio Salvo inaugurado en 1928.

Muchas de estas obras son únicas y marcaron un periodo de grandes realizaciones que aun en la actualidad disfrutamos. El saneamiento urbano se convirtió en un servicio básico que esta en función del rápido crecimiento de Montevideo y llegaba en 1930 al 50% de la población, el objetivo batllista era convertir a la capital en un destino turístico importante. En definitiva un proyecto que se cumplió con aciertos y con metas de participación del Estado devolviendo en obras todos los impuestos generados. Otros tiempos.

sábado, 21 de abril de 2018

El primer batllismo y la educación. Motor del reformismo.


El batllismo y la educación. El éxito de un modelo.


Desde los últimos 25 años del siglo XIX venía dándose un importante cambio en la concepción de los fines de la acción estatal. Se abandona definitivamente el concepto de “ Estado Juez y Gendarme” y el nuevo paradigma permite evolucionar hacia ideas que tendían a pensar entre los fines del Estado la atención de necesidades básicas de la población y tender hacia una mejor calidad de vida. Los servicios sociales irremediablemente, sean públicos o privados, necesitan del protagonismo del Estado para que realmente incidan en mejorar la calidad de vida de la población y por extensión en un un estrado de bienestar. Los ejemplos típicos son la educación, la salud y la situación de las persona al llegar al final de su vida laboral, a su jubilación.
La educación era el principal objetivo,  partiendo desde la función de alfabetización y socialización y logrando desarrollar capacidades habilidades y destrezas hasta llegar a un individuo apto para desempeñarse en oficios o en rol profesional era y es el vehículo de progreso colectivo e individual.

En las tres primeras décadas del siglo XX la educación primaria había crecido de un 30% a comienzos del siglo hasta un 45% al final del primer batllismo. La enseñanza secundaria cuatriplicó la matricula en 1930, en tanto que la Universitaria se ubicaba en un magro 1% de la población. Estos números nos ponían conjuntamente con Argentina en la vanguardia de la Educación en América Latina. Pero ya estábamos un 50% atrasados en el promedio con el mundo desarrollado. Entre 1900 y 1930 el número de escuelas creció de 912 a 1541 según datos del anuario estadístico de la DGE, los maestros de 2055 a 4800 y los alumnos de 73605 a 178264. La inversión en educación vino del sector público y partía de la visión que el Modelo Batllista de Desarrollo le daba a la formación de la población para lograr las metas planteadas por el Reformismo. El batllismo multiplicó por 5 la inversión en educación entre 1901 y 1930. Hubo un perído de retroces como consecuencia de la Primera Guerra Mundial ente 1913 y 1918 que no afecto el promedio de crecimiento general en el período. Uruguay mejoró su tasa de alfabetización, por ejemplo en 1930 Argentina tenía un 75%, Brasil 39% y Uruguay 76%.
 La Enseñanza Secundaria fue el aspecto más destacable del primer batllismo y tuvo al Estado como el protagonista principal. La creación de los Liceos Departamentales en 1912, la puesta en funcionamiento de la sección femenina en 1913, la eliminación del pago de matrícula y de exámenes en 1914 y la apertura de varios liceos en Montevideo marcaron con claridad esa política. La Enseñanza secundaria funcionó bajo las directicas de la Universidad de la República hasta 1935. Hubo una verdadera explosión en la matrícula de la educación secundaria entre 1910 y 1930 y en el interior del país marcó los porcentajes mayores derivados de los liceos que se instalaron. La Sección Femenina en Montevideo respondió a las necesidades de ofrecer opciones exclusivas para las niñas de las familias más conservadoras para que no les impidiera continuar sus estudios. El Mensaje del poder ejecutivo justificaba la creación de esta sección por la escasa concurrencia de niñas a los centros de estudios de nivel secundario debido más que nada a prejuicios que “ deben combatirse mediante la fundación de una Sección especial que abra a la mujer nuevos horizontes”. Hasta 1915 la enseñanza técnica en el área pública se limitaba a la Escuela de Artes y Oficios que tenía más forma de “reformatorio” que de instituto de enseñanza.



 Se crean entonces las Escuelas Industriales organizada en la Dirección de Enseñanza Industrial. El proyecto de Ley de creación de la enseñanza industrial lo eleva el Poder Ejecutivo al Parlamento en febrero de 1916 en el cual Batlle y Ordóñez destacaba: “ la carencia de instituciones adecuadas para la formación de personal técnicamente capaz, con la instrucción científica que la explotación  industrial moderna exige” Sin embargo en 1930 la matricula en estas especialidades solo alcanzaba un 25% del total de la matricula.
La Enseñanza Universitaria estaba marcada en el imaginario popular como “Mi hijo el Doctor”, y en ese perfil fue totalmente conducida por el Estado. Entre 1900 y 1930 la matricula se multiplicó por cinco- Llegando a tener 120 estudiantes universitarios por cada 100 mil habitantes uno de los mejores guarismos en latinoamérica. En 1911 la Universidad de la República tenía tres facultades: Derecho con las carreras de abogacía y notariado, Medicina con las carreras de Medicina, Odontología y Obstetricia y Matemática con las carreras de Ingeniería, Agrimensura y Arquitectura. Durante la presidencia de Claudio Williman, entre ambas presidencias de Don Pepe se reorganizó la Universidad tomándose el modelo francés.


Entre 1911 y 1920 los cambios institucionales fueron la creación de las facultades de Arquitectura en 1915, Agronomía en 1925 y Odotología, Química y Farmacia en 1929. Las carreras universitarias fueron el indicador de la mentalidad dominante en los sectores altos y medio alto de la sociedad.
El éxito de un modelo de país, austero, trabajador y con niveles superiores en educción fue planificado y desarrollado durante el prime batllismo. Muchos de esos éxitos aun los seguimos disfrutando.