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domingo, 17 de septiembre de 2017

Batllismo: Debates pendientes.

Batllismo: Empresas Públicas, debate pendiente.

El debate pendiente del batllismo se refiere al rol estratégico de las Empresas Públicas. Tratamos de iniciar un debate hablando con representantes partidarios y planteando una serie de notas en el blog  www.profelarotta blogspot.com, alguna de las cuales han sido publicadas en Opinar y otras citadas en alguna nota periodística. Sin embargo el economista Carlos Steneri lo planteó directamente en su columna de Economía&Mercado del matutino nacionalista El País el lunes 11 de septiembre de 2017  en la página 3. Habla con claridad de la existencia de pre conceptos ideológicos en este tema que impiden ver la importancia que tienen las Empresas Públicas tanto en la vida como en la estructura productiva y el consumo del pueblo liso y llano. 

Poco después de la elección del Presidente Julio María Sanguinetti, en el mes de febrero de 1985, pero días antes de que se produzca su toma de posesión Economistas que representaban a los principales partidos políticos elaboraron un documento con las líneas principales de la política económica a desarrollarse y sostenían que para diferenciarse rotundamente de la desarrollada durante el período militar: “ debía diferenciarse claramente la política anterior y aparejaría un activo rol del Estado con el uso de instrumentos políticos para alcanzar un proceso de recuperación selectivo y planificado a través de la definición de objetivos a alcanzarse y prioridades a perseguirse. Este nuevo rol implica un cuestionamiento y rechazo del significado central del neoliberalismo que ha sido dominante en los años recientes: la subordinación del sector productivo al financiero(…) recuperar el control nacional del proceso económico y colocar el sistema financiero al servicio de la producción y de las necesidades de la población como un todo” (Búsqueda, 24 de febrero de 1985). Luego del proceso llevado adelante por el Herrista Luis Alberto Lacalle, cuya principal obsesión era un programa de privatización de las Empresas Públicas argumentando que varias empresas estarían en manos privadas, entre ellas Pluna y Antel.


 El rechazo contundente a esta política parte del sector que lideraba el ex presidente Sanguinetti afirmando que estaba a favor de la reforma del sector público y habiendo votado como un todo la Ley en 1991 el sector Foro Batllista  ahora apoyaba el referéndum para derogar parte de la Ley de Privatizaciones. La votación alcanzó un 72,5% a favor de derogar la Ley. El Uruguay batllista sin darse cuenta había girado casi sin retorno al voto de la gente que posteriormente votaría la izquierda. En 1995 Sanguinetti y el batllismo retornan al poder con una propuesta seria y segura de centro y la propuesta de campaña no era ni más ni menos legitimar el Estado batllista en el cual la libertad va de la mano de la solidaridad social, sin embargo las Bases de dialogo para la búsqueda de un Gobierno Nacional lleva adelante un proceso de reforma tanto política, electoral, de educación y del Estado que incluía: “ Mejorar la gestión del Estado, descentralización de decisiones y de la gestión, reducción del peso del Estado, privatizaciones, desmonopolizaciones y la desregulación de las actividades privadas”( Búsqueda, enero 1995) Esencialmente las privatizaciones no deberían extenderse a actividades que afectaran la seguridad nacional o la soberanía y sobretodo no convertir un monopolio público en un monopolio privado y la premisa era: “la idea de que toda privatización es buena  y por eso permanecen en el Estado un conjunto de empresas que represente recursos importantes para mantener el equilibrio fiscal”( Búsqueda 5 de marzo de 1998, página 5) El propio Dr. Julio María Sanguinetti hablando en el Foro Económico Mundial sostenía: “ Se va avanzando de un modo acompasado, seguro, preciso, con debates que el país debe procesar con serenidad, porque en Uruguay no hay una situación de desprestigio de las Empresas del Estado como en otros países. Son prestigiosas, nosotros queremos que, además de prestigiosas, sean eficientes” (San Pablo, 20 de junio de 1995). Los plebiscitos de la década del 90 fueron contrarios a reformas parciales y dejaron de lado el debate profundo sobre el rol de las Empresas del Estado, en diversos aspectos como: Cometidos, criterios estratégicos,, administración y forma de gestión. Tema que sigue siendo clave puesto que funciona en modo monopólico que disimulan las mediciones de gestión de cualquier empresa. 



Hoy se debe debatir, algo propuso el Cr. Ricardo Lombardo en los coloquios para una nueva Agenda del Partido Colorado( Casa del Partido Colorado, 3 de setiembre de 2017), cuál será el rol de las Empresas del Estado frente a los cambios tecnológicos que son múltiples e inminentes. El otro tema es el de los monopolios, que lentamente han perdido niveles de calidad y de gestión, pero que siguen siendo estratégicos. 

 "ANCAP debía importar combustible refinado hasta que instalara su refinería y obtener el suministro de crudo del exterior a partir de ese momento. Ante la hostilidad de las petroleras se llegó a un acuerdo para el suministro de crudo con la empresa soviética Luyamtorg, que aceptaba productos uruguayos como parte de pago. En los siguientes años ANCAP hizo efectivo el monopolio sobre el alcohol con la instalación de la primera destilería y comenzó la elaboración de varias bebidas alcohólicas. En 1937 se inauguró la refinería. El golpe de Estado de 1933 protagonizado por el presidente en ejercicio Gabriel Terra, significó el fin del impulso estatista."  ( http://profelagrotta.blogspot.com.uy/2017/08/batllismo-rol-del-estado-empresas.html )



Pero no olvidemos que este sistema le permite a Ancap vender su producto muy por encima de sus costos, en una época contribuía al desarrollo del País, y hoy esta en otra realidad. Retomando el análisis del Economista Steneri sostuvo en la nota citada: "Las tarifas de las Empresas Públicas son un instrumento para-fiscal potente para financiar cuentas públicas y no necesitan aprobación parlamentaria y que se encuentra en niveles extremos" El batllismo tiene mucho que aportar en estos temas teniendo en cuenta el rol estratégico, la gestión y su rol dirigido a una justa redistribución de la riqueza.


domingo, 10 de septiembre de 2017

Batllismo: republicanismo radical y liberalismo progresista.

Batllismo: republicanismo radical y  liberalismo progresista



El triunfo del batllismo en las elecciones de 1950 fue por un margen estrecho. Como siempre había ocurrido, sus políticas y proyectos habían despertado duros adversarios dentro del coloradismo conservador. Las negociaciones con el Partido Nacional para obtener mayorías parlamentarias se hicieron indispensables. Acá comienza a pensarse una estrategia para que Luis Batlle Berres no siguiera un camino, que parecía claro, a una segunda presidencia. Estas negociaciones dieron pie al fundamento de la reforma constitucional que daría orogen a la Constitución de 1952. Pero la terca realidad del elector hizo que en las elecciones nacionales de 1954 llevaran al triunfo a la lista 15 y por supuesto a Batlle Berres.



 En este momento la situación del país no era la misma, y a pesar de seguir con el modelo neobatllista de dirigismo e industrialización con un sistema de cambios múltiples los efectos de un estancamiento y crisis económica no se hizo esperar. Las manufacturas uruguayas dejaron de ser competitivas en el exterior y los esfuerzos por mantener las mejoras laborales y salarios no dan resultados. El Estado se convierte en el gran empleador dentro de un mercado muy pequeño que impedía el desarrollo industrial. La burocracia fue cada vez más fuerte y sus derivados lógicos, el clientelismo y la corrupción comienzan a predominar en la segunda mitad de la década de 1950. Comienza un gran desprestigio de los sectores políticos y allí surge una figura muy particular y de gran arraigo popular, Benito Nardone fruto de un ruralismo de matriz gremial conservadora. En realidad su actuación había comenzado en 1953 y posteriormente a través de sus audiciones en Radio Rural con el seudónimo de “chicotazo” con un perfil popular y marcadamente anticomunista a partir de 1957. Bautizó a la 15 y a sus seguidores como seguidores de un “comunismo chapa 15”.


 De tanto machacar sobre el fin del Partido Colorado como el Partido de Gobierno, la agitación de los sindicatos y las disputadas en la calle por la Reforma Universitaria marcaron final duro para el gobierno batllista. La sanción casi al final del período de leyes muy importantes reclamadas por los sectores sociales no revirtieron el resultado electoral que daría el triunfo a los nacionalistas como mayoría en el gobierno colegiado. En el segundo semestre de 1958 la situación que precedió a la sanción de la Ley Orgánica de la Universidad era considerada por los sectores conservadores como una experiencia, como una praxis comunista. Argumentaban que el reclamo estudiantil era justo en su origen pero que había sido asumido por la agitación comunista. Esta visión se generaliza en determinados grupos anticomunistas como sectores conservadores católicos. Otro de los factores de temor era la acción del movimiento sindical que a juicio de las derechas sus numerosas movilizaciones y medidas de lucha con paros, huelgas y ocupaciones eran acciones del comunismo soviético. Como en el resto de América Latina la crisis mundial de 1929 había desencadenado un fuerte proceso de industrialización. El Partido Colorado lideró el esfuerzo de capear el temporal económico y que se va a intensificar durante la segunda mitad de los años 50 con el liderazgo de Luis Batlle. Paralelamente en la CEPAL, Raul Prebitsch comienza a difundir sus ideas desarrollistas. El desarrollismo neobatllista alcanzó su punto alto antes de que las ideas y las estructuras del desarrollismo hubiesen encarnado en nuestro país. Fue el Cr. Luis Faroppa en la Facultad de Ciencias Económicas el que empieza a difundir las ideas cepalinas en nuestro país.  Estamos enfrascados en la década del 60, en la época del fin del batllismo para algunos y en el despegue de un Partido Colorado moderno, post dictadura para otros. El resultado demuestra lo primero, aunque lo segundo, excepto por la soberbia de algunos fue trascendente.
El 30 de noviembre de 1958 con una mezcla de sorpresa y expectativa los blancos alcanzan el poder gracias al sistema colegiado de gobierno. Su anterior experiencia había sido en el lejano 1868 cuando Atanasio Aguirre había comandado el Poder Ejecutivo. Llegaron al gobierno de la mano de un gran deterioro económico y el sentir de la gente, más allá de los números que lo aseguraban, era que cada vez se exportaba menos y nuestros productos perdían constantemente valor en los mercados. El proyecto industrializador que había creado un excelente stado de bienestar bajo el denominado Neobatllismo tenía ahora la gran contra del despegue de los precios de los insumos industriales. Había un gran desequlibrio en el comercio exterior y que se solucionaba con la pérdida de reservas y con el fantasma por entonces corporizado, de la inflación que había subido un 20% entre los años 1957 y 1958. La política de Industrialización por Sustitución de Importaciones estaba llegando a su fin debido a que el instrumento del control de cambios a través del Sistema de Cambios Múltiples  no podía seguir transfiriendo el capital del  agro a la industria.
A comienzos de los 60 el Uruguay tenía como características predominantes en materia social ser rutinario, pacífico y con unos sectores medios conformistas y mayoritariamente urbanos. La efervescencia estaba en el movimiento estudiantil que reclamaba la Reforma de la Carta Orgánica de la Universidad de la República. es el momento de los primeros enfrentamientos de la Policía y los estudiantes en las calles de Montevideo. Desde el punto de vista político la novedad era la trascendencia del ruralismo que se había aliado con los blancos para alcanzar el poder. Luis Alberto de Herrera luego de logrado el objetivo y con la frase de que se había infiltrado  dentro del Partido Nacional una “ comadreja colorada” rompe con la alianza con Benito Nardone y se fractura el sector mayoritario que había logrado la mayoría en el gobierno. En tanto el sector minoritario que era la UBD ( Unión Blanca Democrática) había sido relegada por alrededor de 10.000 votos. Lo primero que deciden enfrentar con una doble aspiración era la crisis económica y desballistizar la política nacional. La campaña electoral fue en base a la crisis económica y el eje era limitar el poder del Estado. Por lo tanto entra en escena el Fondo Monetario Internacional que desde 1947 el Uruguay estaba afiliado pero nunca , hasta ese momento, había aceptado sus recetas. Lo que proponía el FMI por ese  entonces era el librecambismo y una apertura comercial que explicaba la inflación como exceso de demanda de los asalariados. Era la referencia permanente en el debate político y económico del momento. Surge el instrumento económico y político del gobierno colegiado blanco que fue la Reforma Cambiaria y Monetaria llevada adelante por el Cr. Juan Eduardo Azzini que incluía un conjunto de normas que incluían la fijación de normas monetarias, la liberalización de importaciones y  exportaciones. En definitiva le daba al Poder Ejecutivo la facultad de hacer reformas económicas sin consultar al parlamento.
Esta política tuvo muchos problemas a las que se debe sumar  una serie de fenómenos naturales como las grandes inundaciones de 1959, la sequía profunda de 1960 que trajo como consecuencia pérdidas agropecuarias muy grandes y el colapso de la producción de energía hidroeléctrica. Nada es gratis y estas penurias inician la reacción de diversos sectores sociales a los cuales la Suiza de América se  alegaba en forma inexorable de sus bolsillos y del estado de bienestar superior generado durante el neobatllismo. La respuesta fue el inicio de la búsqueda de la unidad sindical por un lado y tendencias conservadoras extremistas de perfil macartista por otro que incluía ambos fenómenos a sectores de los Partidos Tradicionales que comulgaban con una u otra opción. En los sectores populares y de la izquierda tradicional el problema mayor era la existencia de dirigencias y visiones diferentes, los anarquistas, los socialistas y los comunistas formaron y desarrollaron sus propios sindicatos y hasta este momento todos los intentos de unidad había fracasado. Había también subgrupos derivados de cada postura..


 Evidentemente la solidaridad se había complicado por el desarrollo radicalizado de la Guerra Fria. La temperatura política sube cuando nos visita  Fidel Castro en 1959 y siguiendo el juego de ajedrez ideológico en 1960 el presidente norteamericano Dwight Eisenhower. Hubo incidentes con estudiantes de la Facultad de Agronomía y frente a la Universidad cuando pasa la comitiva por 18 de Julio. En este momento podemos ver el fin de la Suiza de América, la fragmentación del Partido Colorado y el fin , además de la unidad ideológica del batllismo.  Los partidos políticos sintieron la crisis económica y para las elecciones de 1962 los cambian: EL Partido Comunista, el Partido Socialista y la Unión Cívica  desaparecen siendo sustituídos por diferentes alianzas entre las que se destacan la Unión Popular, el FIDEL y el Partido Demócrata Cristiano comienzan a jugar un partido que posteriormente conformaran el Frente Amplio. También el Herrerismo se dividió en sectores comandados por Martín Echegoyen del eje ruralista y Eduardo Víctor Haedo representado al Herrerismo ortodoxo. Comienzan, además, lentamente los movimientos guerrilleros. La tormenta con forma de pérdida de los valores democráticos se estaba formando lentamente sobre la otrora Suiza de América.


El Partido Colorado dividido entre la 15 dirigida primero por Luis Batlle y luego por Jorge Batlle. La 14 dirigida por César Batlle Pacheco que va a fallecer en 1966 y la 99 ahora escindida de la 15 dirigida por Zelmar Michelini. Por otro lado  de la 15 tambíen se fue Amilcar Vasconcellos que funda su propio sector y un grupo de senadores entre ellos, Carrere Sapriza, Alba Roballo, Glauco Segovia que pasan a apoyar a Oscar Gestido en la Unión Colorada y Batllista. El panorama para el batllismo era oscuro. Y de hecho quizás allí fue su último accionar. En 1966, el batllismo como tal deja de existir para iniciarse, al decir de Yamandú Fau una batllidad. O sea seguidores de diferentes  parcialidades  e interpretaciones sobre el ser batllista que inexorablemente llevaran a la descomposición del Partido Colorado devenido en sectores ultraconservadores y otras apreciaciones de sectores nostálgicos del Uruguay que había sido un laboratorio social.
En realidad la confusión sobre ser o no batllistas, cual es el rol del mismo, donde se lo ubica es un debate nacional. Incluso a nivel de politólogos.


 En relación a eso me permito tomar textualmente el final de una aclaración que le realizara el Cr. Ricardo Lombardo al Politólogo Oscar Botinelli  que realizar en el diario El Observador: “A tres meses de instalado el gobierno de Gestido en 1967, Jorge Batlle desde su radio Ariel emitió fuertes críticas porque estimó que no se estaban encarando las reformas económicas necesarias, que él pensaba debían orientarse hacia liberalizar los mercados sumamente cerrados por esos tiempos. Eso significó un rompimiento de la 15 con Gestido a tal punto que renunciaron los ministros que ocupaban cargos en su nombre. Y significó una profunda división en el Batllismo que tendría fuertes repercusiones electorales en el futuro.
El gobierno en su primeros meses, había justamente buscado instrumentar medidas desarrollistas y fundamentalmente procuró alcanzar entendimientos sociales, acordando con sindicatos y empresarios en una sociedad que estaba fuertemente convulsionada.
Jorge Batlle reaccionó contra eso y propuso un fuerte cambio de timón hacia políticas más liberales que sacaran a la economía de su encierro.
Esta confusión de Botinelli, extraña en un hombre serio y conocedor como él, sin embargo demuestra las dificultades que tiene mucha gente, incluidos muchos dirigentes políticos, en interpretar lo que es el batllismo.
Creen que su esencia se limita en identificar las políticas económicas que se utilicen en tal o cual momento según las circunstancias determinantes. No entienden que cualesquiera que sean los instrumentos que se empleen, hay una raigambre común a todos los batllistas a lo largo de la historia: el republicanismo radical y el liberalismo progresista.”