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miércoles, 16 de febrero de 2011

El hombre de Batlle -Entrevista a Milton Vanger de Historia prof Juan Martín Sánchez

El hombre de Batlle -Entrevista a Milton Vanger


Todo trabajo historiográfico sobre el batllismo cita obligadamente a Milton Vanger. Ocurre que, además de elaborar tesis propias sobre el tema, fue casi el único investigador al que se le permitió acceder a los papeles de Batlle y Ordóñez; el otro fue Juan Pivel Devoto, pero no escribió sobre ello. Vanger, en cambio, hizo del primer batllismo su principal tema de estudio. A casi sesenta años de su primera visita a Uruguay -en la que conoció a su actual esposa, Elsa, hija del poeta y académico Emilio Oribe- y tras haber publicado dos libros de referencia, acaba de aparecer en Estados Unidos y en nuestro país José Batlle y Ordóñez, 1915-1917. Desde su residencia en Cambridge (Massachusetts, Estados Unidos), Vanger contestó telefónicamente algunas preguntas.

-¿Cómo llegó a estudiar el batllismo?
-Mi tutor de tesis en la Universidad de Harvard, CH Haring, me llamó la atención sobre Uruguay, que parecía ser un país que había anticipado las políticas sociales del New Deal [del presidente estadounidense FD Roosevelt]. En 1950 obtuve una beca y fui a Uruguay, pero en ese momento no sabía que iba a seguir relacionado con el tema por sesenta años.
-¿Después de tanto tiempo se mantiene el interés?
-Sí, claro. Todavía tengo material para publicar. Ocurre que tengo 84 años y no sé cuánto más podré escribir. Tal vez publique algún artículo corto sobre los últimos años de Batlle, pero no lo sé.
-Usted gozó de privilegios especiales, ya que tuvo acceso a los archivos de José Batlle y Ordóñez, que hasta el día de hoy custodian celosamente sus herederos. ¿Cómo los convenció de que lo dejaran acercarse a esos papeles?
-No fue exactamente fácil. Tal vez hoy a ustedes no les diga nada, pero hace sesenta años César, Rafael y Lorenzo Batlle Pacheco eran muy activos políticamente. El Partido Colorado estaba dividido entre ellos y su primo, Luis Batlle Berres, que había vivido en la casa familiar hasta que se casó. Por eso los Batlle Pacheco tenían muchas reservas, pero por suerte intervino un amigo mío, Próspero Fernández Prando, que estaba interesado en estudiar a Prudencio Vázquez y Vega, compañero de Batlle y Ordóñez en sus estudios de Filosofía. Mi amigo creía que en los archivos de la familia podría haber algo, y además él trabajaba en el periódico El Día; también fue encargado de la biblioteca del Palacio Legislativo. Yo era un recién llegado, pero él convenció a César y al final no fue tan complicado.

Fichero
José Batlle y Ordóñez, 1915-1917: “Humanizando el capitalismo”. Uruguay y el Colegiado. Traducción de Ana Nahum. Banda Oriental, Montevideo, 2009. 268 páginas.
-¿Que usted fuera extranjero facilitó ese acceso?
-No me sorprendería. Les dije que era un historiador, no un activista político. Pero, y esto lo digo en una de las notas al pie de mi último libro, ellos nunca restringieron mi acceso al archivo ni me exigieron ver mi trabajo antes de que lo publicara. No quiero que se piense que ellos influyeron en mis escritos. Luego leyeron los libros y creo que les gustaron. Con los años hice amistad con la esposa (luego viuda) de Rafael, así como con sus hijas y nietos. Cuando El Día organizó un foro para el 75º aniversario de la muerte de Batlle, ella insistió en que yo fuera invitado a dar una charla. Los considero amigos.
-En los 50 a Uruguay se le decía “la Suiza de América”. ¿Era una visión acertada?
-En la época del segundo colegiado lo que me impresionó es que era un país muy libre; todo el mundo podía decir lo que quisiese, no había ninguna de las restricciones que padecíamos en Estados Unidos por esos tiempos, dominados por el macartismo, en los que se acusaba a la gente de ser comunista. En ese sentido, la respuesta es sí. También en el aspecto económico las cosas funcionaban bastante bien, pero porque el gobierno tenía una cantidad increíble de dinero proveniente del alto valor de las exportaciones. Cuando eso cambió, empezaron los problemas. También estaba la frase “como el Uruguay no hay”, que no sé si se usa allí hoy...
-Ahora es más bien irónica. Desde la escritura de Batlle, el creador de su época, en 1963, y El país modelo, en 1980, ¿cambió su visión del país?
-Me gustaría creer que no. En general, creo que traté de no pasarme de una escuela de pensamiento a otra, sino de ser consistente. Es decir, no creo haber cambiado conscientemente. Pero si se mira este último libro, uno de los temas es que muchos no tenían claro cuál era la relación de Batlle con la clase media; las mismas ideas vuelven pero de manera algo diferente. Ahora argumento que en campañas electorales él nunca hizo mención a la clase media, pero desde otras fuentes. En el epílogo refiero a Jiménez de Aréchaga, que por 1920 o 1921 dijo en el Senado que todos eran miembros de la clase media, excepto Gallinal. Es decir, era un tema que se venía, pero no es de la época más activa de Batlle.
-Hoy políticos de varios partidos se proclaman batllistas para explicitar que defienden a la clase media.
-No conozco mucho de lo que pasa hoy porque hace diez años que no voy a Uruguay, sólo estoy al tanto de lo que me cuentan amigos y leo en los diarios. Pero por 1929 [Justino] Zavala Muniz ya hablaba de la clase media y la clase trabajadora. Es decir que eso estaba ahí, pero Batlle mismo nunca empujó la idea de la clase media, desde mi punto de vista, porque creo que tenía temor de que si dividía a la clase media y a la clase trabajadora, esta última quedaría en un nivel social más bajo, y su meta era la equidad social.
-¿Qué hay de nuevo en este último libro, que lleva por subtítulo “Humanizando el capitalismo”?
-Cuando Batlle y Ordóñez murió, Baltasar Brum escribió un elogio diciendo que él había humanizado el capitalismo. Si se lee el libro aparecen muchas indicaciones al respecto. Hay ejemplos obvios, como la jornada laboral de ocho horas, la idea de educación gratuita desde primaria a la universidad, etcétera.
-Pero el libro también podría haberse subtitulado “El alto de Viera”, en referencia a ese período en que se frenó el impulso progresista.
-Sí. El alto de Viera fue el resultado de la derrota del colegiado, el 13 de julio, y, de hecho, en la segunda mitad del libro analizo lo que pasó después de esa derrota y cómo Batlle se las arregló para “rescatar”, si se quiere, parte de su programa.
-¿Cree que el mito de Uruguay como país diferente se acabó con la dictadura de 1973, o...?
-No, no lo creo. Yo más bien diría que cuando la situación económica se vino abajo hacia el final de la guerra de Corea y bajó el precio de la lana, que por entonces era la principal exportación, empezó a desintegrarse gradualmente eso de que “como el Uruguay no hay”. No le pondría una fecha precisa, pero obviamente entre 1960 y 1973 las cosas empeoraron.
-¿Pero cree que luego de la restauración democrática de 1985 reaparecieron algunos viejos valores?
-Como dije, no he estado en Uruguay desde hace tiempo y no me siento cómodo opinando sobre la actualidad del país. Además, mis amigos me dicen cosas diferentes, así que prefiero hablar sobre lo que me parece que sé y no sobre lo que me parece que no sé.
-Sin embargo, hacia el final del libro introduce una cita en la que se afirma que el Frente Amplio es el heredero político del batllismo.
-Sí, pero uso palabras de un periodista de El País.
-¿Es posible el batllismo fuera del Partido Colorado?
-Bueno, Batlle no pensaba así. Claramente creía que para ser exitoso el batllismo tenía que ser parte del Partido Colorado, porque creía en el poder del partido. Las generaciones actuales no tienen mucho interés en esto, pero el hecho es que, por ejemplo, en la guerra civil de 1904 en el interior a los colorados todavía se les decía “los salvajes”, algo que venía de la Guerra Grande. Ser colorado era un sentimiento muy profundo y salirse del partido era prácticamente desaparecer. En la época de Batlle a los socialistas y los comunistas les iba muy mal, nunca pasaron de uno o dos diputados y un senador. Creo que un tema interesante es averiguar por qué el electorado uruguayo se decidió a cambiar sus filiaciones políticas. No era así en el 900, en los 10 o en los 20, cuando muy pocos blancos se hacían colorados o viceversa; lo que hacían era cambiar de ala dentro del partido al que pertenecían. Ahora vivimos en tiempos en que la gente cambia.
-Justamente, el próximo presidente muy posiblemente sea José Mujica, que comenzó militando en el Partido Nacional y como herrerista.
-No sé de ningún colorado o blanco que en tiempos de Batlle y Ordóñez se haya cambiado. Había algunos, como Martín C Martínez y Juan Andrés Ramírez, que no habían sido colorados sino constitucionalistas. Pero, en general, tendían a moverse a la derecha; nadie rompía con Batlle para irse a la izquierda. [Pedro] Manini Ríos es un buen ejemplo. Pero, vuelvo, lo fascinante es que en el siglo XIX blancos y colorados estaban dispuestos a matarse entre sí, tal cual hoy los musulmanes sunitas y chiitas, y hoy eso ya no es así.
-Tal vez el cambio tenga que ver con que los partidos avanzaron hacia una mayor coherencia ideológica interna. ¿Lo ve como una señal de progreso?
-Probablemente. Era una esperanza que ya tenían Batlle y Herrera, y tuvieron éxito en su época. Como se ve en el libro, Batlle estaba injertando ideas nuevas en el tronco del Partido Colorado. Es interesante comparar el éxito de Batlle con los fracasos en Perú, que ocurrieron por la misma época, cuando quienes intentaron hacer grandes reformas fueron barridos del gobierno.
Jaime Yaffé José Gabriel Lagos




    

    Elsa Oribe y Milton Vanger

    CLASICOS DEL MARXISMO-LENINISMO: El 18 brumario de Luis Bonaparte (1851-1852), KARL...

    CLASICOS DEL MARXISMO-LENINISMO: El 18 brumario de Luis Bonaparte (1851-1852), KARL...: "ENLACE DE DESCARGA: http://www.edu.mec.gub.uy/biblioteca%20digital/libros/M/Marx,%20Karl%20-%20Brumario%20de%20Luis%20Bonaparte,%20El%2018.p..."

    Conmemoración del Bicentenario de la República Oriental del Uruguay, 1811-2011.

    Conmemoración del Bicentenario de la República Oriental del Uruguay, 1811-2011.

    Fidel Castro is sworn in as Prime Minister of Cuba - Timelines.com

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    Apuntes de clase 1516-1808.Desde Solis al inicio de la emancipación.

    El actual territorio del Uruguay inicia su historia en 1516 cuando Juan Díaz de Solís, descubre el Río de la Plata buscando un pasaje hacia el Oriente.
     Se conformó un espacio muy grande que se va a llamar: Banda Oriental del Río Uruguay, con el límite oriental del océano Atlántico y la línea de Tordesillas, fijada por España y Portugal en 1494.

    Posteriormente a  la expedición de Solís y de su muerte en la costa uruguaya a manos de los tupí-guaraníes, llegó al Río de la Plata la expedición de Magallanes-Elcano (1520) . La que logra concretar la misión de llegar a las islas de las especias por América  y circunvalar el mundo.
    El veneciano Sebastián Gaboto, sucesor de Solís en el oficio de piloto mayor del reino, recibió capitulación de Carlos V en 1526 para ir a Oriente por el estrecho magallánico y sin tocar tierras portuguesas. Pero Gaboto decidió entonces explorar el Río de la Plata y buscar el camino  a las riquezas que se argumentaba existían río arriba.
    Con la misma ambición, un grupo de comerciantes  envió una expedición al mando de Diego García, que llegó al río de Solís en 1528, y en la navegación por el Paraná se encontró con Gaboto. García era uno de los sobrevivientes de la expedición de Solís.
    Ambas expediciones fracasaron en su principal objetivo pero a ellas se deben los primeros intentos de poblamiento en la Banda Oriental y la adopción del nombre de Río de la Plata, para llamar al estuario que hasta entonces se conocía como Mar Dulce o río de Solís.
    Quedaba una idea y sentimiento de fracaso. El espacio platense no era atractivo en sí mismo, sino como un camino hacia las riquezas mineras del Alto Perú.
    Al regresar Gaboto a España en diciembre de 1529 finalizaba el ciclo explorador en el Río de la Plata y se inicia el periodo de, conquista del territorio y fundaciones muchas de ellas efímeras.
    La conquista  comenzó con la expedición de Pedro de Mendoza, que en 1536 funda Buenos Aires (abandonada en 1541y refundada en 1580). La fundación de Asunción en 1537 y la de otras ciudades, como Santa Fe, Corrientes y Santa Cruz en el Alto Perú marcan la línea de penetración hacia el interior del continente, hacia los tesoros  de la Sierra de la Plata, que prosiguió a favor de los españoles, Pizarro mediante su invasión por la zona andina del Pacífico a través de Panamá, hasta alcanzar la riqueza del Potosí. Esto va a determinar que nuestra región sea considerada como de ningún provecho al no tener riqueza en oro y plata.
    Establecido el gran centro del Perú, éste determinó que el eje del dominio político y económico de España en América del Sur se vertebrará hacia la vertiente del Pacífico, con Lima como centro administrativo.
    En este sentido, el área platense, despoblado y muy cercano a la línea fronteriza con Portugal había que defender y promover su desarrollo.
    Da comienzo al establecimiento de una zona estratégica y defensiva en el marco de la lucha entre los imperios español y portugués.
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    La segunda particularidad de la colonización de la Banda Oriental es que el ganado precede al hombre. Fue   esta riqueza que se desarrolló casi naturalmente y sin ningún control  lo que dio interés a este territorio, considerado por los conquistadores “sin ningún valor” y que se va a transformar en una “mina de cuero” a fines del siglo XVII.
    El ganado en la Banda Oriental tuvo por origen, por un lado, las introducciones realizadas en 1611por Hernando Arias de Saavedra(Hernandarias, gobernador de Asunción, y por otro lado, las misiones jesuíticas.
    Los jesuitas comenzaron su labor misionera en el Río de la Plata desde Paraguay, estableciendo reducciones con indios desde 1610, alejándose de las ciudades españolas y penetrando en regiones alejadas al este del río Paraná.
    .Por otro lado desde San Pablo se originan las bandeiras,  que eran
    expediciones  que recorrían miles de kilómetros con el objetivo de esclavizar indios para venderlos como mano de obra barata en las plantaciones del noreste brasileño. Tuvieron las bandeiras su período de auge durante la unión de las dos coronas (1580-1640), en el que la frontera  estaba unificada.
    El proceso evangelizador de los jesuitas continúa y entre 1628 y 1634 establecieron 12 reducciones , entre la margen oriental del río Uruguay y el océano Atlántico, a la altura de la Laguna de los Patos. El ganado introducido en 1634 por los jesuitas para el sustento de estos pueblos fue el origen de la “Vaquería del Mar”, volcada sobre el litoral Atlántico.
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    Esta primera etapa de las Misiones Orientales fue el origen de los siete pueblos de las Misiones Orientales, muy importantes en el inicio demográfico, económico y político de la historia del Uruguay cumpliendo un papel trascendente en la conformación de la “banda-frontera”, región fronteriza  hispánica con el reino de Portugal.
     La libre reproducción del ganado, sin intervención humana, convirtió el territorio de zona ignorada y sin interés en la “banda-vaquería”. Rebosante de carne y cuero, esta nueva riqueza despertó el interés económico del europeo de variada calaña: faeneros, bandeirantes o piratas.
     Esto obliga a los portugueses a avanzar sobre el territorio y  fundan la Nova Colonia do Sacramento en1680, en una pequeña bahía del Río de la Plata frente a Buenos Aires, lo que obliga  a España a  desarrollar el poblamiento  de la Banda Oriental.
    De la interacción entre la pradera, el ganado y el contrabando, surge en la pradera  el gaucho. Individuo resultante del hábitat sui generis donde conviven vagabundos, marineros, mal entretenidos, perseguidos por la ley, mestizos, indios , todos sin jefes y sin familia, surgiendo el gaucho, hombre de a caballo, individualista y valiente, que conforma una característica nacional.
    Tan antiguos como el descubrimiento que hicieron los españoles del Río de la Plata, fueron los reclamos de los portugueses, respecto a la pertenencia de su margen septentrional. El Siglo XVI y el siguiente transcurrieron sin que ninguna de las dos naciones conquistadoras llegase a afirmar el dominio sobre este territorio. La fiereza y rebeldía charrúa se opusieron a toda tentativa de posesión estable y las expediciones fracasaron. Los feraces campos del Uruguay ya  poblados por numerosas cabezas de ganado eran presa codiciada por los portugueses, los corsarios ingleses, franceses y holandeses, los misioneros jesuitas que extendían sus estancias hasta Paysandú y también de los vecinos del sur para hacer acopio de cueros y leña.
    Fueron los españoles los descubridores del Plata y de las costas adyacentes y los primeros que, si bien de un modo efímero, se adueñaron de estas tierras. Portugal consideraba que este territorio le pertenecía legalmente por el Tratado de Tordesillas y mientras por tierra hacía atacar las Misiones Jesuíticas del Paraguay, por mar alistaba una escuadra que llegaría a nuestras costas. En las costas de la actual Colonia el jefe portugués Maestre de Campo Manuel Lobo fundó la ciudad de Colonia del Sacramento, la cual artilló y puso en estado de defensa. El arribo ulterior de familias dio motivo a la construcción de viviendas, al reparto de solares y al comienzo de plantíos. Comienza acá una serie de conquistas y reconquistas de esta ciudad.
    La controversia entre España y Portugal no se había planteado en términos de derecho, la cuestión doctrinaria no se planteó en los hechos  quedando como una disputa permanente de intereses entre las dos grandes potencias colonizadoras de América.
    El 11 de noviembre de 1716 los portugueses ocupan nuevamente la Colonia, en forma paralela el se ordena desde la metrópoli la mayor vigilancia, sin permitir a los portugueses que en las ensenadas y puertos de Montevideo y Maldonado se realizaran fortificaciones ni cualquier acto de posesión.
    En lo referente al Río de la Plata se considera la necesidad de afirmar el dominio y se envía a un gran militar: Bruno Mauricio de Zabala. Sus instrucciones eran precisas y se referían a  ratificar lo antes expresado a García Ros y se establece “ procurar también la providencia necesaria para que ni Portugal ni otra nación alguna se apoderasen y fortificasen en los parajes de Maldonado y de Montevideo, solicitando poblarlos y fortificarlos en la forma que pudiesen”. Es esta la primera vez que la documentación examinada se expresa el pensamiento de establecer una población en Montevideo. Zabala se hace cargo de la Gobernación el 11 de julio de 1717.

    Hispanoamérica y la Banda Oriental en el Siglo XVIII.

    Ilustración, como Renacimiento o Reforma, es una de esas palabras que nos sirven a la vez para denominar una determinada actitud del espíritu humano, una corriente de ideas y una época en la Historia de la Cultura.
    La ilustración abarca los  Siglos XVII y XVIII, sobretodo este último. Su foco inicial se encuentra en Inglaterra, en la obra de los pensadores como John Locke. Pero los que difundieron los principios de la ilustración en todo el ámbito de la civilización occidental fueron escritores franceses. Bajo la dirección de Diderot y D’Alembert se publicó una vasta obra en 28 volúmenes: La Enciclopedia, que aspiraba reunir todos los conocimientos humanos en sus diversas ramas. El contenido ideológico de la Ilustración implica una profunda revolución en las ideas y en la actitud vital de los hombres. “ Nuevas Ideas” se llama habitualmente a las del movimiento iluminista para diferenciarlas de las concepciones arraigadas del Antiguo Régimen.. Las ideas económicas de la ilustración participan de los mismos caracteres de sus ideas políticas y sociales. También en el orden económico se proclama como postulado primordial el de la “libertad”. El ejercicio de esta libertas significaba eliminar todas las restricciones que trababan la iniciativa individual, la libre acción de los empresarios, que en el Antiguo Régimen se hallaba limitada por los municipios y las reglamentaciones del Estado, por los privilegios de los gremios de artesanos y por formas de propiedad feudal y eclesiástica hostiles a la libre empresa. Naturalmente, la “libertad” favorecía exclusivamente a un determinado sector social, la capas adinerada de la burguesía, compuesta por comerciantes, banqueros e industriales, que anhelaban abrir a sus negocios una perspectiva ilimitada. La alianza de los reyes con la burguesía tuvo aspectos políticos y económicos. La política mercantilista con sus reglamentaciones y su proteccionismo fue útil a las industrias nacionales. En el Siglo XVIII tanto en Gran Bretaña, como en Francia, donde se gestan las doctrinas del liberalismo, la gran industria y el gran comercio han llegada a la mayoría de edad. El Estado divino no podía convivir con el desarrollo del capitalismo moderno. Es así que los economistas liberales rechazan las viejas concepciones mercantilistas sobre la necesidad de la intervención del Estado en la vida económica y propugnan una economía basada en la libertad de empresa: la iniciativa individual de los empresarios, el libre juego de la competencia entre ellos producirías naturalmente beneficios a toda la sociedad, aparejando la prosperidad general.
    Estos principios fueron sostenidos por las dos principales escuelas del pensamiento económico del Siglo XVIII, la fisiocracia francesa que tuvo como jefe a Quesnay  y la liberal británica fundada por Adam Smith, escocés , llamada “ La Riqueza de las Naciones”. Ambas teorías rechazan el mercantilismo acerca de los metales preciosos como clave o fundamento de la riqueza nacional. Por el contrario, tanto los fisiocratas como los discípulos de Adam Smith buscan el fundamento de esa riqueza en el incremento de la producción, estimulada por el libre comercio. Tiene sin embargo algunas discrepancias. Para los fisiocratas solo las industrias extractivas ( agricultura, minería, ganadería) cumplen operaciones necesarias, pero no añaden “valor” a los objetos. Adam Smith introduce una noción completamente nueva y revolucionaria, basando el valor de las mercancías en la cantidad de trabajo humano depositado en ellas.
    En España, el despotismo ilustrado se manifiesta bajo la dinastía borbónica, encarnándose principalmente en Carlos III. Durante su largo reinado 1759-1788 una serie de ministros enérgicos y reformadores como Aranda, Floridablanca y Campomanes desarrollaron las denominadas reformas borbónicas que afectaron profundamente a América.




    Los Borbones en España


    El reinado de los Habsburgos coincidió con la gran crisis española del Siglo XVIII, agravada por el mal gobierno de estos monarcas, que entregaron las riendas del Estado en manos de favoritos incapaces. La paralización de la vida económica, la corrupción administrativa, caracterizan este período de la historia de España. El último rey de la Casa de Austria fue Carlos II el Hechizado. Así se inicia la dinastía borbónica que salvo algunas interrupciones va a durar hasta hoy.  Durante el Siglo XVIII, los cuatro principales reyes de la Casa de Borbón fueron los siguientes: Felipe V (1700-1746),Fernando VI 1746-1749, Carlos III 1759-1788 y Carlos IV 1788-1808.
    La política reformista contribuyó al renacimiento general de la vida española. La Nación supera la decadencia producida bajo el reinado de los últimos Austria y junto con la recuperación de la producción y el comercio, reflorecen las artes, las letras y las ciencias. Los borbones trasplantan a España el afán centralizador que caracterizó al reinado de Luis XIV. Pero bajo Carlos III se hizo sentir la influencia del espíritu del Siglo. Diversas medidas fueron adoptadas para reanimar la  producción y el comercio. Las reformas agrarias muestran claramente ese propósito. Se tendía a eliminar toda forma de propiedad no individual, a la vez que promovía la división y el cultivo de los grandes fundos. Para ellos se abolió el mayorazgo, se expropiaron tierras de la Iglesia y de los municipios que fueron repartidas y vendidas.

    El Reformismo en América


     La política reformista de los borbones se extendió a América, donde se producen múltiples cambios. En el orden político-administrativo tenemos varias reformas que procuraban concentrar en manos del Poder Central, del Rey, todos los resortes del gobierno y de la administración. El Consejo de Indias perdió casi todos los poderes, quedando reducido a órgano de consulta, mientras el gobierno efectivo de América pasaba a la Secretaría de Despachos Universal de Indias, creada en 1717 por Felipe V. El territorio del Virreinato del Río de la Plata se dividió en ocho intendencias(Buenos Aires, Córdoba del Tucumán, Salta, Paraguay, Cochabamba, Charcas, Potosí y La Paz) y cuatro Gobernaciones(Montevideo, Misiones, Moxos y Chiquitos). El centralismo de los Borbones acentuó la exclusión de los criollos de los cargos públicos importantes.
     Como directa consecuencia empieza a tener importancia la zona rioplatense con los puertos de Buenos Aires y Montevideo, que se convirtieron en activos centros de intercambios. La supresión del régimen de flotas y galeones, la concentración de todo el tráfico en dos flotas era una de las mayores trabas para el comercio de las Indias. En 1740 se cambia por navíos de registro que podían elegir libremente su ruta y la fecha del viaje. Este sistema agilitó considerablemente las relaciones comerciales. Se habilitaron nuevos puertos. Se autoriza el tráfico intercolonial a partir de 1765 se establece la libertad de comercio de las colonias entre sí. Se autoriza el comercio entre Perú y Nueva Granada, que se extiende a México en 1774 y al Río de la Plata en 1776. Reglamento de Libre Comercio de 1778. El comercio con el extranjero fue relativo, no alcanzó a eliminar el monopolio colonial; hasta el fin del coloniaje subsistió la prohibición de comerciar con el extranjero. El mantenimiento del Monopolio español fue una de las principales causas de la emancipación americana. Las franquicias borbónicas otorgadas al comercio en vez de aquietar a los colonos e inducirlos a permanecer bajo el dominio español, tuvieron efecto contrario. Las reformas despertaron en los colonos el anhelo de libertad de comercio de los cueros, en el caso del río de la Plata, para ser comerciados con el Inglés.

    Revolución Hispanoamericana

    Los antecedentes se remontan a la época de los conquistadores, desde el momento inicial de la Conquista se producen rebeliones en América. La más famosa y que no vamos a desarrollar por cuestiones de tiempo, es la de los encomenderos del Perú contra el Virrey Blasco Núñez de Vela, que fue decapitado por las huestes de Gonzalo Pizarro en 1546. Los indígenas tuvieron levantamientos importantes siendo la más trascendente la de Tupac Amarú que  se inició en 1780 en la Provincia peruana de Tinta y se propagó por todo el Perú. Su jefe era José Gabriel Condorcanqui, era descendiente de los Incas. Puso sitio a la ciudad de Cuzco, mientras otros indígenas levantaban el Alto Perú y atacaban la ciudad de Charcas. Tropas de los Virreyes del Perú y del Río de la Plata, luego de varios combates, lograron derrotarlos y tomaron prisionero a Tupac Amarú que fue ejecutado en 1781. El levantamiento perseguía la abolición de la mita, los corregimientos y todas las formas de expoliación del Indio.

     


    La independencia de Hispanoamérica




    En el primer tercio del Siglo XIX, con la independencia de casi todas sus colonias americanas, el Imperio español conoció, prácticamente, su fin y España dejó de ser definitivamente una potencia mundial.
    El proceso emancipador de las colonias se produjo ante la difícil situación que vivía España en aquellos años, invadida por Francia y debatiéndose en una gran crisis política interna.
    Sin embargo, las causas que movieron a las colonias a independizarse fueron muy complejas, ya que no solo se circunscribía al desarrollo interno de las colonias, sino que estaban relacionadas con presiones y corrientes ideológicas procedentes del exterior.

    a-    Entre las causas de la independencia de la América española figuran la madurez social y política de los criollos, la crisis originada en España por la invasión francesa y los ideales revolucionarios de la época.
    b-    La independencia fue ante todo una rebelión de las colonias contra la metrópoli.
    c-    El proceso independizador comenzó a partir de 1810 y culminó en 1824, tras la batalla de Ayacucho.

    Entre 1810 y 1824 se desarrolló el proceso de independencia de las colonias españolas en América. Las causas pueden ser analizadas desde dos puntos de vista:

    a.    Causas internas: Con respecto a la metrópoli, hay que destacar la difícil situación creada en España por la Invasión francesa, que supuso la ruptura del contacto directo con América, y el vacío de poder que creó la retención de los reyes españoles en Francia. Con respecto a las colonias,  hay que destacar, en primer lugar, el descontento de los criollos por su postergación en el gobierno de sus países y por el mantenimiento del monopolio comercial español y en segundo lugar, la fuerte tensión social en que vivían los indios, negros, mestizos, muy explotados por los blancos.
    b.    Causas externas- Hay que destacar, entre otras, el influjo de las ideas ilustradas, los ejemplos directos de la independencia norteamericana y de la Revolución francesa y, además, la ayuda de Gran Bretaña y de Estados Unidos, países interesados en desplazar a España del comercio americano.

    A lo largo de dos décadas se sucedieron las sublevaciones y los enfrentamientos en las distintas colonias. Estos conflictos se pueden agrupar así:

    a-    Primera etapa (1810-1816). En México se produjeron las sublevaciones sucesivas de Hidalgo y Morelos, ambas de signo popular, que fueron rápidamente reprimidas. En Venezuela, el congreso General de Caracas proclamó la independencia en 1811; pero en el terreno militar sus líderes militares Miranda, primero y Bolívar después fueron derrotados. En Argentina, tras la deposición del virrey, una junta se hizo cargo del poder hasta que en el Congreso de Tucumán (1816) se declaró la Independencia. En Chile y Nueva Granada, los levantamientos fueron reprimidos; en el caso chileno, por la energía y fidelidad del Virrey Abascal, y, en Nueva Granada, por la actuación de las tropas del general Morillo, enviadas como refuerzo desde España una vez terminada la guerra contra Napoleón.
    b-    Segunda etapa(1816-1820). En esta etapa, los chilenos declararon la independencia después de las victorias conseguidas por San  Martín en Chacabuco (1817) y Maipú(1818). Colombia se independizó tras la victoria de Bolívar en Boyacá(1819).
    c-    Tercera etapa (1820-1824). En la tercera y última etapa del proceso los independentistas lograron una mayor coordinación en las acciones, sobretodo después de la entrevista en Guayaquil entre Bolívar y San Martín y de una actuación militar decisiva que culminó en las victorias de Carabobo 1821 y Ayacucho en 1824.