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lunes, 3 de marzo de 2014

Vietnam y el destino manifiesto.



La Historia es un proceso orgánico, es una continuidad de hechos y circunstancias relacionadas, inexorables la mayoría de las veces pero muchas no totalmente inevitables. Los líderes y el pueblo que los siguen hacen y sostienes opciones, pero esas son, si, desde la perspectiva de sus experiencias y aspiraciones. Si investigamos las raíces de la intervención norteamericana en Vietnam la opinión más aceptada en la del profesor Daniel Bell de Harvard que sostiene que es producto del concepto norteamericano de su propia "excepcionalidad". Desde los primeros peregrinos que se instalan en la costa atlántica conformando las primeras 13 colonias comenzaron a describirse como pobladores de una tierra de oportunidades o "The land of the future·. El propio Tocqueville observó al territorio como un faro en la oscuridad por sus instituciones democráticas, el derecho natural  muy respetado y las oportunidades individuales que debería iluminar a la decadente Europa. Europa presentaba crisis de poderes, pobreza, tensiones sociales y fuertes debates ideológicos. Esta noción de excepcionalidad y singularidad fue moldeando el sentimiento norteamericano conformando la idea de un "destino manifiesto" que los obligaba a exportar el modelo, sus beneficios a los menos privilegiados a otras civilizaciones.
Esta frase fue acuñada en 1845 para promover la anexión de Texas, e intimamente justificarse en extirpar un territorio a una nación vecina. Se convirtió en el slogan de los reformadores, los sponsors de la "Homestead Act" (Una ley aprobada por el Congreso en 1862 prometiendo la titularidad de un tramo de 160 acres de terreno público a un ciudadano o un padre de familia que había residido en y cultivado la tierra durante cinco años después de la solicitud inicial) que en definitiva obligaba a abrir nuevos territorios a los pequeños granjeros.
Posteriormente el concepto se amplifico cuando idealistas como Walt Whitman que previó proyectar la idea del destino manifiesto ahora definido como exportar la felicidad y la libertad a las diferentes culturas asiáticas. Finalmente estas ideas llegan a involucrar a John F. Kennedy y  a Lyndon Johnson que era un deber ético llevar a Vietnam el antídoto del totalitarismo o sea la Democracia liberal.
La doctrina del Destino Manifiesto fue la diferencia con el desarrollo imperial europeo de fines del Siglo XIX. Es cierto que en esa época Estados Unidos consigue la Islas Hawaii, Guam, Samoa y ocupa Puerto Rico, Cuba y las Filipinas cuando vence a España en 1898, en tanto Europa se reparte el Mundo, sobretodo Inglaterra y Francia queda claro que para Estados Unidos no siente inclinación de dominar territorios extranjeros realizando su expansión construyendo los límites de lo que será el "Big Country" con recursos propios y abundantes. Debemos resaltar que contemporaneamente a estos hechos importantes figuras como Andrew Carnegie y Charles Eliot de Harvard eran vigorosos oponentes del Imperialismo. Sostenían que era contrario a los principios del Libre Comercio. De hecho y de distintas formas todas las posesiones, excepto Filipinas, fueron dejadas en un camino democrático tutelado y con diferentes desarrollos posteriores. Las Filipinas determinaron una campaña de "pacificación" cuyo modelo será aplicado en lo conceptual en el proceso vietnamita. El presidente William McKinley sostuvo sobre el tema filipino:"La verdad es que yo no quiero a las Filipinas, y cuando llego a nosotros como un regalo de los dioses ... nos dimos cuenta de que no había nada que  hacer, que tomarla  y educar a los filipinos ... y, por la gracia de Dios, hagamos lo mejor que podamos hacer por ellos " La realidad fue que se explotó a los filipinos en base al desarrollo de negocios para los cuales no estaban preparados. Lo mismo ocurrió en América Latina cuando el Imperio Británico pierde posiciones en el mundo y es sustituido por la visión económico/financiera de los Estados Unidos. La otra visión del expansionismo norteamericano puede referenciarse a lo religioso casi a una visión evangélica de salvación. Esta sacra reflexión la desarrolla el Presidente Woodrow Wilson que sostenía que el destino de los Estados Unidos era " hacer un mundo saludable para la democracia" Mas cerca en el tiempo el directivo de "Time and Life Magazines" define el concepto como, luego de la Segunda Guerra Mundial, como el "Siglo Americano" y lo desarrolla en un tono mesiánico: "Necesitamos sobre todo  buscar y aportar la visión de Estados Unidos como una potencia mundial, hecho que es naturalmente americano ... Estados Unidos  es el centro dinámico de cada vez más amplios ámbitos de la empresa, los Estados Unidos son como el buen samaritano, que cree realmente  que es más bienaventurado dar que recibir, y América es concebida como el centro neurálgico de los ideales de libertad y justicia como salida de estos elementos que seguramente  pueden conformar una visión del Siglo XX ... el primer gran siglo americano ". Si bien las causas del conflicto son múltiples y enmarcadas en una visión colonial entre Francia e Indochina primero, y luego en la disputa ideológica de la Guerra Fría, es interesante acercarnos al concepto de excepcionalidad y destino manifiesto que impregnan la visión estadounidense de su rol en el mundo.

Ver:
Karnow, Stanley. Vietnam: A History. Penguin Book. New York.1983. Páginas 11-15.

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