En realidad el Uruguay había alcanzado un sistema salarial y
de seguridad social muy avanzado a fines de la década de 1950. Como siempre la
coyuntura internacional nos afectó, sobretodo el plan de recuperación del
sistema capitalista mundial para enfrentarse a la URSS. El Plan Marshall con la
ayuda a la recuperación económica
europea post segunda guerra mundial incidió directamente en la política
económica nacional. Los asalariados uruguayos vieron esfumarse el Estado de
bienestar del país de las vacas gordas y se manifiestan activamente en
reclamos y una serie de huelgas en el
transporte, la enseñanza, ANCAP, salud
pública. En 1956 comienza a variarse el valor de la moneda, duplicándose el
valor del U$S en relación al peso. En otra orden social, el Uruguay continuaba
recibiendo refugiados políticos, se había iniciado en 1954 con la crisis de
Guatemala, en 1955 el problema de Perón que fue derrocado por la Cruzada
Libertadora del General Lonardi. El
final del colegiado baatllista fue complejo, los estudiantes en la calle
reclamaban la Reforma Universitaria y la reclamada autonomía que estaba
prevista en la Constitución. El movimiento sindical reclamaba asignaciones para
los desocupados y luchaba por alcanzar el pago de salarios por maternidad. Si
bien todos los reclamos fueron concedidos por el batllismo, esto no impidió la
derrota electoral del Partido Colorado. El 30 de noviembre de 1958, el
nacionalismo alcanzó la victoria con el herrero - ruralismo como mayoría. Sin
embargo comenzaron ásperas disputas entre los ruralistas y los nacionalistas
apenas conocido el resultado electoral. En lo que si coincidían era en el
rechazo absoluto al dirigismo económico batllista con la afirmación que solo
favorecía a los industriales y enriquecía a Montevideo con los recursos que se
tomaba por el sistema de cambios multiples al capital del campo. La realidad
era que los resultados electorales cambiaron absolutamente el mapa político, el
Partido Colorado había obtenido 379062 votos contra 499425 del Partido
Nacional, además ganó en todos los departamentos menos en Artigas. El coronel
Líber Seregni desde julio a diciembre fue Inspector del Servicio de Materiales
y Armamentos y 1er subjefe del Estado Mayor, lo que le permitió estar muy cerca
del despacho del Presidente y en una nota a Barros Lemez, Sergni afirmó que: “
Alguien-un militar- le ofreció a Luis Batlle Berres la posibilidad de no
entregar el gobierno. Y Luis Batlle Berres lo mandó a rodar de la manera más
categórica”. El propio Seregni fue el encargado del desfile militar en la
ceremonia de asunción del Consejo Nacional de Administración. La propuesta,
debido a la instancia histórica de rotación de Partidos en el gobierno luego de
93 años debía tener una gran solemnidad.
La situación en la interna militar era tensa por viejas cuentas que venían
desde el período terrista. Seregni narró para la “Mañana Siguiente” que en los
últimos días de 1959, Mario Aguerrondo y Eduardo Zubía aparecieron en el Estado
Mayor para que se autorizara la presencia en el desfile de oficiales armados
para garantizar el cambio de mando. Seregni rechaza el petitorio sosteniendo
que “el gobierno entrega” el poder y se lo garantiza a Aguerrondo diciéndole “
Te aseguro que vamos a entregar. Yo estoy a cargo de todo y te prometo que va a
ser así” y como garantía de sus palabras
designa como su segundo a un hombre de Aguerrondo, el mayor Luis Vicente
Queirolo. A este problema se le debe sumar el interno en las filas
nacionalistas que no lograban alcanzar un acuerdo para la formación del nuevo
gabinete. Varios oficiales blancos andaban armados, según relata Seregni en la
nota mencionada, el general Omar Porciuncula “andaba por las azoteas con su
pistola”. Marcha por otro lado relataba otra visión desde su ángulo de
conocimientos e información: Un oficial
de la Fuerza Aérea sostenía que nuestros aviones a chorro habían iniciado sus
evoluciones sobre la ciudad. La reunión se dilataba y la persona encargado de
coordinar todos los detalles de la parada comienza a intranquilizarse y se
apersona y reclama “ Señor presidente: es absolutamente perentorio que Ud.
aparezca en el balcón y ordene el comienzo del desfile. Los aviones tienen
querosén solo para siete minutos (...) el Presidente salió al balcón y el
desfile rompió la marcha” Entre tanto el Consejo logró el acuerdo: el gabinete
y las autoridades militares serían las que herrerismo quería. En tanto que en
los entes los tres directores de la mayoría se repartirían uno para cada uno de
los tres sectores del oficialismo, 10 jefaturas de policía a los ruralistas y
tres a la UBD y quedando con cinco el Herrerismo. Mientras tanto en el medio
del desfile se cambian los mandos militares incluyendo el comando del desfile
que iba en plena marcha ya sobre la calle Río Branco, según Marcha, un Jeep
deambulaba entre un extremo y otro del mismo llevando al nuevo militar
designado al frente del mismo y retirando al que estaba al mando. En el Jeep
iba Seregni cumpliendo la orden del nuevo Consejo Nacional de Gobierno. El
nuevo Comando impuesto en pleno desfile estaba integrado por Rebollo, Magnani y
Porciuncula. Comienzan una serie de contactos políticos entre los quicistas
Teófilo Collazo, Glauco Segovia. Manuel Flores Mora y Zelmar Michelini,
anfitrio y generador de un asado al cual se integro Seregni que comenzó también
a frecuentar la sede del diario Acción. La amistad entre Luis Batlle y Seregni
comienza simultáneamente con la derrota electoral de 1959.
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