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sábado, 9 de julio de 2016

El surgimiento del batllismo: el protobatllismo.




Al renunciar Pedro Varela a la presidencia de la República en el conflictivo año de 1876 los dueños del capital e integrantes del alto comercio montevideano fueron a buscar  al coronel Latorre a su casa. Este asume como  “gobernador provisorio”. Su periodo fue una combinación entre un proceso dictatorial sin límites sin ninguna garantía constitucional para los derechos de los ciudadanos, fue un período de refundación del Estado uruguayo, con grandes progresos que determinaron que a este período se le llame también “modernización”. Se afirmó la propiedad privada y la administración de Latorre fue austera y honesta. Su sucesor el general Máximo Santos le dio otro perfil y este era ambicioso. Las elecciones  previstas en el marco de la Constitución de 1830 determinaba acto electoral para elegir la Cámara de Representantes en el mes de noviembre de 1881. El ambiente político era de violencia y con grandes irregularidades. Es acá que el sector de Julio Herrera y Obes, posteriormente presidente de la República se abstiene de participar en los comicios. La cámara resultante fue  totalmente afín al dictador Santos. La corrupción en su gobierno, sumado a las restricciones a las libertades elementales se le debía sumar la oposición de los sectores nacionalistas, del partido Constitucional, doctoral y ajeno a las divisas y una fragmentación dentro del propio Partido Colorado. Las condiciones estaban dadas para el inicio de una acción revolucionaria por encima de las divisas partidarias. Se organizó un comité revolucionario desde Buenos Aires con el mando militar de los generales Arredondo y Enrique Castro. Acá aparece el general Lorenzo Batlle con la intención de formar un “Gobierno provisorio” ver : http://profelagrotta.blogspot.com.uy/2012/08/la-revolucion-del-quebracho-la-garantia.html
Esta revolución se inicia a fines de marzo de 1886 y culminó con una profunda derrota. Entre los revolucionarios figuraban, entre otros, tres futuros presidentes de la República: José Batlle y Ordóñez, Claudio Williman y Juan Campisteguy.  El General Tajes no cumplió un mensaje cifrado de Máximo Santos de ajusticiar a los revolucionarios, muy importante para el posterior futuro político del país. La derrota militar de los revolucionarios fue un gran triunfo en la opinión pública. El régimen santista fue acorralado con un gran desprestigio en la visión de la sociedad. El 17 de agosto de 1886 en la entrada del teatro Cibils, Máximo Santos fue  atacado por el teniente Gregorio Ortiz recibiendo importante lesión en el rostro. El resultado fue la transición del poder a la oposición liderada por la figura del doctor José Pedro Ramírez que le presentó las bases y condiciones para llevarla a cabo: 1) Prensa Libre y derogación de la ley de prensa restrictiva. 2) Observancia estricta de la Constitución con sucesión regular de los gobiernos. 3) Prohibición de Leyes Forzosas. 4) Modificación en las Jefaturas Políticas. 5) Reorganización financiera y 6) Reposición del personal militar dado de baja por razones políticas. Luego de un período de transición llevado adelante por el general Máximo Tajes, el 1ro de marzo de 1890 el doctor Julio Herrera y Obes asume como presidente de la República. Este primer jefe civil luego del militarismo tuvo defensores y detractores: José Enrique Rodó lo definió como “ (…) administró con alta honestidad la hacienda pública en el marco de una de las más críticas y angustiosas situaciones de que haya ejemplo en el desenvolvimiento económico del país(…) para sus opositores fue aristocratizante, generador de fraudes electorales, exclusivista con su grupo denominado colectivista y no cumplir con la coparticipación. Ver: http://profelagrotta.blogspot.com.uy/2010/12/la-influencia-directriz-julio-herrera-y.html
Julio Herrera y Obes empleó la denominada influencia directriz con convicción, no creía en la capacidad electiva del pueblo sostenía la importancia de hacer efectiva la necesidad de su intervención en los actos electorales. En la oposición surge José Batlle y Ordóñez que poniendo su eje interpretativo en lo económico y social escribe en el diario “El Día” el 9 de diciembre de 1891: “ Tenemos un país en que la luz es extranjera y privilegiada en forma de Compañía del Gas, en que el agua se halla en las mismas condiciones, en forma de Empresa de Aguas Corrientes, en que la locomoción representada por tranvías, ferrocarriles, vapores es también extranjera, etc. ¿ a qué continuar? Todo es extranjero y privilegiado o tiende a serlo. Y de esta manera, si en el régimen político hemos destruido el sistema colonial, no lo hemos destruido en la industria, en el comercio. El hecho es que una inmensa parte de las riquezas del país se van. Los productores de la riqueza trabajan en el país, pero no para el país y sus habitantes. Sus industrias son como esas pesquerías que se establecen en las costas de las islas desiertas. Cargan todo lo que pueden y levan anclas” Lentamente el viejo liberalismo estaba virando hacia un progresismo reformista  intervencionista e industrializador. Ver: http://profelagrotta.blogspot.com.uy/2015/06/buscando-el-batllismo-algunas-de-sus.html
La usina de ideas, las propuestas de avanzada y la concepción de que una reforma lleva a la otra es la que el batllismo actual, deprimido y encerrado en su historia, debería asumir.


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