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viernes, 23 de diciembre de 2016

El batllismo y el Estado. Debate permanente.


En mis idas y vueltas con los aspectos medulares del batllismo me metí con el Estado. No es poca cosa hacerlo puesto que todos lo utilizan para dar rienda suelta a su visión ideológica, económica e incluso debates sobre lo pertinente o o pertinente de la libertad humana. Pues bien, las reflexiones de un autor coreano en un libro que me regalaron para Navidad me sirve como disparador para volver sobre el tema del batllismo y el Estado. (Chan, Ha-joom. Economía para el 99% de la población, Buenos Aires, Debate,2015). De forma muy simple podemos afirmar, siguiendo ahora a Gabriel Oddone que las políticas económicas desarrolladas por nuestro país a lo largo del siglo XX han oscilado entre ser dirigistas o liberales. Acá comienza el debate. Por políticas dirigistas entendemos que son aquellas que le otorgan al sector público estatal un rol importante y decisivo en la asignación y distribución de los recursos en competencia con la dinámica dl mercado. Por lo tanto el dirigismo se desarrolló durante los años 1931 y 1973. Algunas las medidas para sostener el modelo fueron :
1)      Fijación administrativa de precios e ingresos relevantes de la economía. La creación de los Consejos de Salarios en 1943 y la COPRIN. Comisión de productividad, precios e Ingresos en 1968.
2)      Emisión monetaria contra los documentos en poder d ela autoridad monetaria a partir de 1939 y contra el revalúo del oro depositado en 1935 y 1938.
3)      Utilización de mecanismos de racionamiento de las divisas mediante el contralor de las exportaciones e importaciones desde 1941 y los permisos previos de importación desde 1938 y el modelo complejo de cambios múltiples a partir de 1934.
4)      Levantamiento de barreras proteccionistas a partir de aumentos del arancel general de 31% a 48% en 1931 con el objetivo de proteger empresas nacionales.
5)      Se generalizan las practicas clientelísticas a partir del crecimiento del Empleo Público a partir de 1946 y utilización de privilegios jubilatorios de un modo exagerado a partir de 1945

El batllismo desde el periodo inicial reformista de Don Pepe seguido por la coyuntura interbélica  y la Segunda Guerra Mundial con la visión de sustitución de importaciones bajo el terrismo y baldomirismo tuvo su apogeo en el modelo industrializador del Luisismo. Momento en que las graficas que presentan los liberales y opositores al batllismo como de declive económico, sin embargo para la memoria colectiva fue el Uruguay del optimismo y de grandes realizaciones sociales, laborales, industriales, educativas y culturales. Es interesante el crecimiento del Estado en la visión batllista y su rol redistributivo y de conciliación de clases muy lejos de la visión moderna de un Estado “gran Hermano” con hipercontroles con cámaras y fiscalizaciones impositivas cercanas al dolo que actualmente padecemos. El mismo Aristoteles sostenía “ La prueba de que el Estado es una creación d ela naturaleza y anterior al individuo es que el individuo cuando está aislado no es autosuficiente, por lo tanto, es como una parte en relación con el todo” Queda claro que ninguna teoría económica con fundamentso serios proponga abolir totalmente al gobierno. Pero hay un gran marco de opiniones sobre el rol del Estado que van desde la visión neoliberal de libre mercado que proponen un Estado mínimo siendo estos los  sectores conservadores de los Partidos Tradicionales y en especial los economistas herreristas y colorados no batllistas. En esencia proponen un estado que se encargue de la defensa militar, protección de los derechos de propiedad      la infraestructura y la seguridad ciudadana. En el extremo opuesto tenemos la visión marxista que sostiene que el mercado debe ser reducido a una función subsidiaria y que la economía debe ser planificada por el Estado. Ya a comienzos del siglo XX en el Uruguay este debate comenzó a resolverse con la visión batllista de respeto a la propiedad privada, con el concepto de humanizar al capitalismo y redistribuir la riqueza mediante el accionar del Estado y sus empresas que serían estratégicas. En momento de decadencia institucional, de falta de visione republicanas, el maltrato que se le ha dado al Estado en relación a las áreas estratégicas de la economía han llevado a que la visón social de los problemas del gobierno se traslade al Estado y su funcionamiento. La frase cuanto menos haga el gobierno mejor no irá, o que el Estado es un “mal necesario”. Todos estos argumentos popularizaron la teoría económica del libre mercado que tiene como objetivo separar absolutamente la política del desarrollo de los mercados. O sea separar al Estado de su rol igualador en materia social. Para el batllismo es clave tanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario. Indudablemente en el siglo XXI el Estado es una maquinaria organizativa muy fuerte y poderosa que ha inventado la humnaidad desde tiempos pretéritos(Fukuyama) por lo que resulta imposible lograr cambios trascendentes  en lo económico y su incidencia inmediata en el desarrollo social sin su ayuda.

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