La modernización urbana de Montevideo. Lo más destacados de
la gestión municipal durante el período batllista.
La modernización urbana de Montevideo
Durante los primeros 50 años del siglo XX, Montevideo
experimentó una profunda transformación urbana que la consolidó como una de las
ciudades más modernas y progresistas de América Latina. Este proceso fue
impulsado en gran medida por las políticas del batllismo, que buscaban mejorar
la calidad de vida de los ciudadanos a través de la planificación urbana, la
inversión en infraestructura y la creación de espacios públicos.
Expansión y planificación urbana
A principios del siglo XX, Montevideo enfrentaba el desafío de absorber un crecimiento poblacional
acelerado, producto de la migración interna y la llegada de inmigrantes europeos. El municipio, bajo la influencia del batllismo, implementó políticas de planificación urbana que permitieron una expansión ordenada de la ciudad. Se crearon nuevos barrios obreros, diseñados para ofrecer viviendas dignas a las familias trabajadoras. Estos barrios contaban con servicios básicos, calles pavimentadas y áreas verdes, lo que contrastaba con las precarias condiciones de los conventillos del centro de la ciudad. Además, se llevó a cabo la ampliación de la red vial, con la construcción de avenidas y bulevares que facilitaron la conectividad entre los distintos puntos de la ciudad. La Avenida 18 de Julio, principal arteria de Montevideo fue remodelada y embellecida, convirtiéndose en un símbolo del progreso urbano.Obras emblemáticas
Uno de los aspectos más destacados de la modernización
urbana fue la construcción de obras emblemáticas que no solo mejoraron la
infraestructura de la ciudad, sino que también se convirtieron en íconos
culturales y sociales. Entre estas obras se encuentra el Parque Rodó,
inaugurado en 1902, que se transformó en un espacio de esparcimiento para las
familias montevideanas. El parque contaba con áreas verdes, un lago artificial
y un teatro al aire libre, reflejando la visión batllista de promover la
cultura y el ocio para todos los ciudadanos. Otra obra destacada fue el Estadio
Centenario, construido en 1930 para albergar la primera Copa del Mundo de
fútbol. Este estadio no solo fue un logro deportivo, sino también una muestra
de la capacidad técnica y organizativa del municipio y el gobierno nacional.
Además, la construcción de la Rambla de Montevideo, un paseo costero que bordea
la ciudad, se convirtió en un símbolo de la integración entre el espacio urbano
y el natural, ofreciendo a los ciudadanos un lugar de recreación y disfrute del
paisaje rioplatense.
Mejoras en el transporte público
El transporte público fue otro eje central de la
modernización urbana. El municipio impulsó la expansión y modernización de la
red de tranvías, que se convirtió en el principal medio de transporte de la
ciudad. Los tranvías eléctricos reemplazaron a los antiguos carros tirados por
caballos, permitiendo un desplazamiento más rápido y eficiente de los
ciudadanos. Esta mejora en el transporte facilitó la movilidad de los
trabajadores y contribuyó a la integración de los barrios periféricos con el
centro de la ciudad.
Políticas de higiene y salubridad
La higiene y la salubridad fueron prioridades en la gestión
municipal batllista. Se construyeron redes de agua potable y alcantarillado que
llegaron a los barrios más humildes, mejorando significativamente las
condiciones de vida de la población. Además, se implementaron campañas de
recolección de residuos y se promovió la educación sanitaria entre los
ciudadanos. Estas medidas no solo redujeron la incidencia de enfermedades, sino
que también contribuyeron a elevar el estándar de vida en la ciudad.
Espacios públicos y áreas verdes
El batllismo promovió la creación de espacios públicos y
áreas verdes como parte de su visión de una ciudad moderna y habitable. Además
del Parque Rodó, se construyeron plazas y parques en distintos barrios,
fomentando la convivencia social y el disfrute del espacio público. Estos
espacios se convirtieron en lugares de encuentro para las familias y en
escenarios para actividades culturales y recreativas.
La evolución del transporte público en Montevideo durante
los primeros 50 años del siglo XX es un tema fascinante, ya que refleja no solo
los cambios tecnológicos y urbanos de la época, sino también las dinámicas
políticas y económicas del batllismo. La transición de los tranvías a los
autobuses, y la vinculación entre las empresas tranviarias y las de buses, fue
un proceso gradual que estuvo marcado por la necesidad de modernizar el
transporte y adaptarlo a las demandas de una ciudad en expansión.
El predominio de los tranvías (1900-1930)
A principios del siglo XX, el tranvía era el principal medio
de transporte público en Montevideo. Las empresas tranviarias operaban una
extensa red que conectaba el centro de la ciudad con los barrios periféricos.
Estos tranvías, inicialmente tirados por caballos, fueron electrificados a
partir de la década de 1900, lo que permitió una mayor eficiencia y capacidad
de transporte.
Infraestructura tranviaria: La red de tranvías requería una
infraestructura específica, como rieles, cables aéreos de electricidad y
estaciones de mantenimiento. El municipio de Montevideo trabajó en coordinación
con las empresas tranviarias de origen europeo, británico y alemán, para
garantizar la expansión de esta infraestructura, especialmente en los nuevos
barrios obreros que surgían en las afueras de la ciudad. El batllismo apoyó la modernización del
transporte público como parte de su proyecto de desarrollo urbano y social. La
electrificación de los tranvías fue vista como un avance tecnológico que
beneficiaba a la población, especialmente a los trabajadores que necesitaban
desplazarse diariamente.
La llegada de los autobuses (década de 1920-1930)
A medida que Montevideo crecía, los tranvías comenzaron a
mostrar limitaciones. Su dependencia de una infraestructura fija (rieles) hacía
difícil adaptarse a los cambios en la demanda y a la expansión de la ciudad.
Además, los tranvías eran más lentos y menos flexibles que los autobuses, que
comenzaron a aparecer en la década de 1920 como una alternativa más moderna y
versátil. Los primeros autobuses en Montevideo fueron operados por pequeñas
empresas privadas que ofrecían servicios en rutas no cubiertas por los
tranvías. Estos vehículos, aunque menos cómodos que los tranvías, tenían la
ventaja de poder llegar a zonas donde no era rentable instalar rieles. Las
empresas tranviarias, viendo el potencial de los autobuses, comenzaron a
diversificar sus servicios. La
transición hacia un sistema integrado (década de 1930-1950)
En la década de 1930, los autobuses comenzaron a ganar
terreno frente a los tranvías. Este proceso se aceleró en la década de 1940,
cuando el gobierno y el municipio impulsaron políticas para modernizar el
transporte público y mejorar la infraestructura vial. La expansión de la red de
autobuses requirió mejoras en la infraestructura vial, como la pavimentación de
calles y la construcción de avenidas más amplias. El municipio de Montevideo
invirtió en estas obras, especialmente en los barrios periféricos, donde los
autobuses se convirtieron en el principal medio de transporte. El batllismo
promovió la regulación estatal del transporte público para garantizar un
servicio eficiente y accesible. En 1947, se creó la Administración Municipal de
Transporte Colectivo (AMDET), que asumió el control de las empresas tranviarias
y algunas de buses. Esta medida permitió una mayor coordinación entre los
distintos modos de transporte y aseguró que el servicio llegara a todas las
zonas de la ciudad. Aunque los tranvías siguieron operando hasta la década de
1950, su importancia fue disminuyendo gradualmente. La flexibilidad y menor
costo de operación de los autobuses, junto con las mejoras en la
infraestructura vial, hicieron que estos últimos se convirtieran en el eje del
transporte público montevideano.
Impacto en la vida
urbana
La transición de los tranvías a los autobuses tuvo un
profundo impacto en la vida urbana de Montevideo: Los autobuses permitieron
conectar zonas de la ciudad que antes estaban aisladas, mejorando la movilidad
de los ciudadanos. La expansión del
transporte público contribuyó a la modernización de Montevideo, facilitando el
crecimiento de los barrios periféricos y promoviendo la integración social. La
desaparición gradual de los tranvías y la llegada de los autobuses
transformaron el paisaje urbano, con calles más adaptadas al tránsito vehicular
y una menor presencia de la infraestructura tranviaria. La evolución del parque
automotor y su crecimiento vertiginoso en la actualidad han dejado la
infraestructura vial al borde del colapso. Una de las soluciones sería la
introducción de tranvías nuevamente en trocales principales.
El tema de la
salubridad, la gestión de residuos, la limpieza urbana y el saneamiento fue una
de las prioridades de la gestión municipal de Montevideo durante los primeros
50 años del siglo XX, especialmente bajo la influencia del batllismo. Estas
políticas no solo buscaban mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos,
sino también transformar Montevideo en una ciudad moderna y saludable. A principios del siglo XX, Montevideo
enfrentaba serios problemas de salubridad, especialmente en los barrios más
pobres y en los conventillos del centro de la ciudad. La falta de
infraestructura básica, como redes de agua potable y alcantarillado, junto con
la acumulación de residuos en las calles, generaba condiciones insalubres que
favorecían la propagación de enfermedades como la tuberculosis, el cólera y la
fiebre tifoidea. Los “conventillos” eran viviendas colectivas, donde vivían
hacinadas familias de trabajadores, eran focos de insalubridad debido a la
falta de ventilación, la escasez de agua potable y la ausencia de sistemas de
eliminación de residuos. La recolección de residuos era irregular y poco
eficiente, lo que contribuía a la acumulación de basura en las calles y
espacios públicos.
Políticas de salubridad y saneamiento bajo el batllismo
El batllismo, con su enfoque progresista y su énfasis en la
justicia social, impulsó una serie de reformas para mejorar las condiciones de
salubridad en Montevideo. Estas políticas se basaron en tres pilares
principales: la expansión de la infraestructura de agua potable y
alcantarillado, la mejora de la recolección de residuos y la promoción de la
higiene pública.
Infraestructura de agua potable y alcantarillado
Expansión de la red de agua potable: El municipio, en
coordinación con el gobierno nacional, trabajó para extender la red de agua
potable a todos los barrios de la ciudad. Esto incluyó la construcción de
nuevas cañerías y la instalación de fuentes públicas en áreas donde no llegaba
el servicio domiciliario. Uno de los proyectos más ambiciosos fue la
construcción de una red de alcantarillado que permitiera eliminar las aguas
servidas de manera eficiente. Este proyecto no solo mejoró las condiciones
sanitarias, sino que también contribuyó a reducir la contaminación de los
cursos de agua y el Río de la Plata.
El municipio implementó un sistema más organizado y
eficiente para la recolección de residuos. Esto incluyó la adquisición de
nuevos vehículos y la contratación de más personal para garantizar que la
basura fuera retirada de las calles con regularidad. Se llevaron a cabo
campañas de concientización para promover hábitos de higiene entre los
ciudadanos, como el uso de contenedores de basura y la eliminación adecuada de
los residuos. Se intensificó la limpieza de plazas, parques y calles, con el
objetivo de mejorar la imagen de la ciudad y prevenir la propagación de
enfermedades. El municipio estableció un
sistema de inspecciones sanitarias para controlar las condiciones de higiene en
viviendas, comercios y espacios públicos. Esto incluyó la revisión de
conventillos y la exigencia de mejoras en las condiciones de habitabilidad. En
colaboración con el gobierno nacional, el municipio promovió campañas de
vacunación masiva para prevenir enfermedades como la viruela y la tuberculosis.
Se implementaron normas más estrictas para el funcionamiento de mataderos y
mercados, con el objetivo de garantizar la higiene en la manipulación y venta
de alimentos. A mediados del siglo XX, se construyó una planta de tratamiento
de aguas servidas que permitió procesar las aguas residuales antes de su
vertido al Río de la Plata. Este proyecto fue un hito en la historia del
saneamiento de Montevideo. La creación de espacios verdes, como el Parque Rodó
y el Prado, no solo tuvo un propósito recreativo, so también sanitario, ya que
contribuyó a mejorar la calidad del aire y a reducir la contaminación.
Ver:
Barrán, José Pedro y Nahum, Benjamín: “Batlle, los
estancieros y el Imperio Británico.Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental,
1979.
Caetano, Gerardo y
Jacob, Raúl “El nacimiento del batllismo
y la formación de Uruguay moderno””. Montevideo:
Ediciones de la Banda Oriental, 1989.
Zubillaga, Carlos. Montevideo:
Historia de una ciudad”. Montevideo:
Ediciones de la Banda Oriental, 2003.
Oddone, Juan Antonio “La
formación del Uruguay moderno: La inmigración y el desarrollo económico-social”
Montevideo: Universidad de la República, 1966.
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