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martes, 21 de enero de 2014

La oposición a la Reforma Educativa de José Pedro Varela. En juego lo político, lo religioso y lo jurídico.


El ingreso de José Pedro Varela al cargo de Director de la Comisión de Instrucción Pública de la Junta Económico-Administrativa de Montevideo en 1876 y posteriormente al de Inspector Nacional de Instrucción Primaria en 1877 le generó varios dolores de cabeza y enfrentamientos incluso con amigos de toda la vida. Como sabemos el proceso reformista se realiza durante el gobierno de facto del Coronel Lorenzo Latorre. Los ataques provienen desde distintos  ángulos, ya sea la Iglesia Católica, prensa, políticos, intelectuales, incluso de docentes y de padres de alumnos. Como sostenía Berra: "Se encontraban con él en la calle y no le saludaban; subían a la tribuna en parajes públicos y le maldecían como a un tránsfuga en nombre del patriotismo y de la moral pública". El propio José Batlle y Ordóñez en un principio partidario del proceso reformista, luego va a resultar un duro crítico de la actitud política de José Pedro Varela. En 1879, cuatro días antes del fallecimiento de Varela, Batlle viajó a Europa acompañado con el Inspector vareliano Prof. Ramón López Lomba. El Padre de Don Pepe, don Lorenzo Batlle, le escribió desde Montevideo: "Don José Pedro Varela ha muerto y se le han decretado más honores a los que jamás vi tributarse a nadie(...) se quiere levantar una suscripción para erigirle una estatua. Partidario como eras de su sistema de educación, no dudo hallarás que todo es muy merecido; aunque son infinitos los que piensan que se han exagerado mucho sus méritos"(carta del 8 de noviembre de 1879).
Dos años más tarde, siguiendo el pensamiento de Prudencio Vazquez y Vega que había publicado en La Razón el 29 de julio de 1881, Don Pepe redacta un artículo titulado" Sí, Varela Tránsfuga" en que se despachó contra José Pedro: " Don José Pedro Varela acatando la tiranía monstruosa de Latorre, declarando que solo los gobiernos dictatoriales son capaces de hacer grandes bienes a nuestro pueblo y presentándonos al déspota asesino cubierto de legítima gloria no es un enemigo es un apologista del despotismo; no es un educacionista, es un ejemplo que debe mantenerse siempre velado a los ojos de la juventud que se educa"(La Razón, 2 de agosto de 1879).
La Iglesia católica discrepaba con el sistema vareliano en la centralización de la enseñanza no acepta un único órgano jerárquico de la educación y sostenían que el sistema de Juntas era mejor conjuntamente con las Comisiones de Instrucción Pública. No aceptaban la educación mixta ni las tares inspectivas y algunas materias. Pero el debate más duro se llevó adelante con lo referente a la enseñanza religiosa que  se establecía que no sería obligatoria a los alumnos que profesasen otra religión y cuyos padres se opongan a que lo reciban. Juan Zorrilla de San Martín el 16 de enero de 1879 sostenía:"se suplica a los señores miembros de esa Dirección de Instrucción Pública se dignen contestar sin tergiversaciones ni rodeos, con la mano puesta sobre su conciencia, como quién jura ante los altares de Dios, las siguientes preguntas: 1ro En las escuelas públicas se cumple el Art. 18 de la Ley de Educación Común, o lo que es lo mismo, se enseña la religión católica?. 2do Qué medios se emplean para cumplirlo, es decir para enseñarla?. Cuántas horas, diarias o semanales, qué textos, que métodos, qué explicaciones, qué ejercicios? Y estos son orales o prácticos?" José Pedro Varela contesta: " En las escuelas se cumple el Art. 18 de la Ley de Educación Común, o  lo que es lo mismo, se enseña la Religión Católica. Si, se cumple el Art. 18 de la Ley de Educación Común tanto cuanto es posible siguiendo métodos racionales en la enseñanza. Tiempo que se dedica a revista de aseo y lecciones de religión: diez minutos diarios, al empezar las clases. Texto:Introducciones catequísticas. Se aprende de memoria y no se dan explicaciones"

Otro opositor fue Francisco Bauzá que la combatió desde dos ángulos: la obligatoriedad de la educación y la aplicación que Varela hace del Art, 18 del decreto-ley de Educación Común. Como presidente del "Club Colorado en 1872 Bauzá había apoyado una moción de obligatoriedad de la Educación Primaria años después sostenía:
"¿En nombre de qué privilegios podrá penetrar la autoridad pública en el hogar del ciudadano para obligarle a que instruya a sus hijos? Se explica la instrucción obligatoria en los cuarteles, hospicios, asilos y toda clase de establecimientos donde la autoridad paterna no llega, pero en el hogar doméstico es atentaria al derecho natural"

Posteriormente en 1884 Bauzá comienza a dictar clase en la Universidad Católica, sus cursos de Historia los realizaba en coordinación con el diario católico el Bien Público donde publicaba sus clases en forma de folletos para los alumnos, conjuntamente con Mariano Soler funda el Instituto Pedagógico para rivalizar directamente con la reforma vareliana.

Ver:
Mena Segarra, E. Palomeque, A. Historia de la Educación Uruguaya, Tomo 2, capitulo VIII, Pág 443- 451. Ediciones De la Plaza , Montevideo, 2009.

sábado, 18 de enero de 2014

Los Docentes y la Reforma Vareliana: un diálogo difícil en el Siglo XIX y su vigencia hoy.


Es por cierto muy difícil negar la gran influencia del equipo de colaboradores y del propio José Pedro Varela en la aplicación y desarrollo de la metodología de la Reforma Educativa. Su corta vida y su gestión la dedicó a leer, traducir libros y su difusión, realizando seminarios y conferencias en lo que hoy se podría denominar tareas de extensión y capacitación. De la mano del éxito estaba la formación docente, sus títulos habilitantes y concursos con méritos y aspiraciones para obtener los cargos y finalmente las supervisiones mediante inspecciones docentes.
Como ocurre en cualquier proceso reformista la teoría y la practica no siempre fueron de la mano, hubo inconsistencias en los quehaceres docentes por variadas razones. Los maestros conservadores o que directamentee se oponían a la reforma era preocupación constante, el propio Varela escribió: " debemos dislocar la vieja escuela, derrumbar el viejo edificio, hacer desaparecer completamente la antigua organización(...) separando a los maestros de sus ayudantes, a los alumnos de sus maestros(..)incluso con el riesgo que se produjera temporalmente el caos" (Varela, Obras Completas, Página 72). Posteriormente Jacobo Varela en su presentación en Congreso Pedagógico de Buenos Aires siguió sosteniendo la argumentación de José Pedro Varela incluso con más precisión: "La mitad de los maestros uruguayos no sirven para nada; esta es la verdad. Y ¿cómo se los arroja a la calle? El uno es bueno, moral y honesto; la otra es una señora encanecida en el magisterio.."  Jacabo Adrian Varela se destacó por su gran capacidad intelectual, era el hermano mayor de José Pedro y fue eclipsado por su hermano y su gran proyección en medios académicos de la época. Sus estudiosos sostienen que protegía a su hermano menor y la guiaba en muchos aspectos, cosa que sin duda lo favorece cuando llega a tener que asumir responsabilidades de gobierno. Un documento muestra su preocupación en aconsejar a su hermano que estaba en los EE.UU: "Observa y estudia bien y no juzgues a los pueblos que visites por los libros que has leído, como hiciste con Portugal, que lo viste con ojos de Byron sin razón y sin justicia en tus apreciaciones a vuelo de pájaro"
En 1882 un crítico del proceso reformista Vareliano, Francisco Antonio Berra sostenía que los maestros de entonces: "estaban acostumbrados a creer que no hay ciencia sin experiencia propia, ni orden de ideas más adelantado(...) que el que ellos conocían y practicaban desde tiempos inmemoriales"
Lo cierto que 20 años después de iniciado el proceso reformista vareliano ya en el Siglo XX y en el desarrollo del primer batllismo convivían modalidades docentes pre reformistas de cuño casi colonial con la nueva visión pedagógica.

En 1901 un informe del Inspector Joaquín R. Sánchez a una maestra de escuela del interior del país percibe en ella rigidez e incompetencia y cuyo documento figura en los Anales de Instrucción Primaria publicado en 1940, Tomo II páginas 840 y 841. "La clase de 3er. año estaba formada por cuatro señoritas, dos de ellas perfectamente casaderas, detalle que debe tenerse presente al leer lo que sigue. Cuando al empezar el día escolar me presenté en la Escuela( donde maestra y alumnas esperaban mi visita, pues sabían que me encontraba en la localidad desde la tarde anterior) y dije que no se alterase el orden prefijado por el horario y la libreta de lecciones, la maestra hizo que se pusiesen de pie, delante de sus respectivos asientos al compás de las voces, uno...dos, uno...dos que ella pronunciaba(procediendo exactamente como los reclutas cuando usan esas voces en defecto del tambor para enseñar a marcar el paso), las hizo evolucionar hasta dejarlas formadas frente al pupitre. Hecho esto tomó unos cuantos libros 3ros de lectura de Figueira y entregó uno a cada alumna, quién por turno  pronunciaban la palabra gracias al recibirlo de manos de la maestra.
Cumplido este ceremonial la maestra mandó abrir el libro en la página 50 y ordenó leer en silencio la lección contenida en la misma que consta  justamente de  sesenta y ocho palabras(...) Luego ordenó que se explicara la lección, cosa que hicieron las cuatro señoritas repitiendo más o menos textualmente lo leído. Luego vino la lectura en alta voz que se hizo en forma pasable, dicho esto entre paréntesis.
En seguida pidió la maestra que se explicaran algunos términos de la lección, los mismos que mandó escribir en el pizarrón, haciéndolos descomponer en sílabas, letras y sonidos elementales(fonética) para hacerlos después recomponer siguiendo al pie de la letra las instrucciones del libro ¿quieres leer? del señor Figueira (...)
Para muestra basta un botón, y las lecciones que he presenciado me indican cuál es el criterio pedagógico y general de la maestra y cuál la noción que puede tener del aprovechamiento del tiempo.
Ese botón es un especímen perfecto de enseñanza cristalizada en los moldes de una rutina artificiosa, nimia, pueril y ridícula, verdadera anquilosis que perturba el libre y natural ejercicio de las funciones de muchas de nuestras escuelas"
Ver:

Palomeque, Agapo Luis. Historia de la Educación Uruguaya, tomo 3, Páginas 43-45, De la Plaza , Montevideo 2012.

viernes, 17 de enero de 2014

La Educación en Artes y Oficios, inicios y debates pendientes.



A mediados de 1879 comenzó a funcionar la Escuela de Artes y Oficios. En ella se aprendía herrería, carpintería, zapatería, construcción de rodados, encuadernación, dibujo, uso de instrumentos musicales, tipografía, platería y escultura, así como educación primaria para quién no la hubiera cursado. Esta institución fue una ampliación de los talleres que funcionaban en el batallón de Cazadores y mantuvo su carácter militar. Esto explica que quedara como dependencia del Ministerio de Guerra y Marina y que su primer director fuera el Sargento Mayor José Sosa. En 1887 un decreto del Presidente General Máximo Tajes dispuso que pasara al Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública, iniciado entonces su obra como institución civil. Su primer alumnado era complejo y definidos por entonces como incorregibles, vagos y sin trabajo e incluso remitidos por la Policía como infractores. En total se inicia con 178 alumnos. Este origen poco honroso marcará en la visión de la sociedad un futuro estigmatizante para la institución.Sin embargo en 1883 el propio Sarmiento que presidió  los exámenes finales definió a la Escuela de Artes y Oficios como la mejor de su género en América del Sur.
En lo cultural tuvo un gran desarrollo en lo musical siendo su primer hito la Banda Municipal de Niños, al decir de Lauro Ayestarán:" La Escuela Nacional de Artes y Oficios, fundada durante el gobierno provisorio de Latorre, forjaba por un lado al instrumentista profesional con la severidad y perfección de un gran conservatorio europeo. Hasta el hecho de que sus alumnos fueran internos, huérfanos muchos de ellos, y su educación o corrección a cargo del Estado, le acercan al carácter del Conservatorio napolitano o veneciano del siglo XVI" (Alfredo Nicrosi, 1999) En pleno año terrible, siendo ministro de Guerra durante el Gobierno de Pedro Varela, el Cnel Lorenzo Latorre ordenó la fundación de una Banda Municipal de Niños instalándola en el Regimiento de Artillería (donde hoy está el Cuartel de Bomberos) siendo el director musical el Maestro Alceo Caneschi. Es el antecedente directo del área musical de la Escuela de Artes y Oficios cuyos objetivos iniciales eran resolver la situación de niños abandonados por sus padres y niños delincuentes por un lado y por otro solucionar el problema de la falta de mano de obra nacional en lo referente a obreros y artesanos  especializados.
De este establecimiento surgieron, totalmente construídos, la cañonera "General Rivera" y tres barcos a vapor:"Paz y Trabajo", "General Palleja" y "General Garibaldi"
Es además el origen del debate entre Figari y Batlle y Ordóñez, que pudiera haber marcado un gran desarrollo educativo de haberse tomado en cuenta las ideas sobre la cultura y el trabajo que propuso el Dr.Figari y también la futura Universidad del Trabajo (UTU) hoy CETP.
Ver:
Nicrosi, Alfredo. Los músicos y los inicios de la cultura sinfónica en el Uruguay.Montevideo, 1999, Paginas 29 a 37.