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miércoles, 25 de noviembre de 2015

El rol del batllismo en la izquierda uruguaya. Aproximación.

La noticia largamente esperada y seguida paso a paso del triunfo de la Revolución Cubana, el primero de enero de 1959 no logró ser titular en la mayoría de los periódicos latinoamericanos debido que la caída del régimen del dictador Fulgencio Batista se produjo en la madrugada. El gobierno norteamericano y su sistema de alianzas contra la postura ideológica soviética durante la Guerra Fría no había estado ajeno a este proceso y la noticia de la caída de Batista causó desconcierto sobretodo debido a su promesa de que resistiría el alzamiento guerrilleo. El New York Times, editorializaba que al gobierno de Eisenhower no le molestaba mucho la situación debido a que la relación con Batista se había enfriado mucho por sus excesos y corrupcción pero que lo preocupaba po que podía suceder después. No podemos negar que el inicio revolucionario en Cuba fue una empresa, en el sentido literal, de libertad que paradójicamente se convietiendo en un concepto opuesto visto desde el ya avanzado Siglo XXI. La libertad, la búsqueda de pluralismo y el nuevo paradigma se fue convirtiendo en la apología del caudillo casi en una visión colonial. Pero el desarrollo de la izquierda latinoamericana no fue homogéneo, ni lineal, ni lógico, la izquierda en América Latina son muchas izquierdas con paradigmas, matrices, táctica y estrategias diferentes, con aspectos ideológicos y culturales que se van enlanzando y vinculando en el desarrollo histórico. Siendo groseramente breve podemos decir que en América Latina los principaels vectores de la izquierda fueon el populismo, nacionalista anti oligárquico y de cercanía con el pueblo articulado con una suerte de líder mesiánico, y el comunismo con la utopía de la lucha de clases para llegar a una sociedad sin diferencias sociales.
¿En el Uruguay que ocurría.?
La inmigración masiva, a fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, introdujo nuevos intereses en Montevideo, trasaladan a nuestro país instituciones e ideologías de base social, que empezaron a entrecruzarse con las fidelidades partidarias tradicionales que hasta entonces no habían tenido una base social homogénea. Las organizaciones obreras se fortalecieron a partir de 1895 y el descontento laboral se intensificó durante la década de rápido crecimiento que precedió a la Primera Guerra Mundial provocando alarma entre los sectores empresarios más poderosos. Los partidos políticos tradicionales, tan mal equipados para registrar y articular los nuevos reclamos se sintieron igualmente amenazados por la militancia de los obreros. La respuesta de Batlle fue elevar al Estado y con él al sistema político al plano de una benevolente neutralidad desde la que se podía mediar en los conflictos sociales que se convirtiese en un peligro para el orden que el Estado quería salvaguardar. Las leyes consagraron una aspiración primaria del movimiento obrero, la jornada de 8 horas, en 1915. Posteriores actos legislativos fueron anticipando los reclamos laborales y, de esa manera, los viejos partidos políticos se fortalecieron a expensas del movimiento sindical y, más aún, de la eventual temática de los partidos de izquierda. Mientras los clubes políticos cumplían el rol de agentes para la integración de los inmigrantes montevideanos, la aprobación de leyes sobre pensiones a la vejez, jubilaciones, descanso semanal para los trabajadores, seguros de accidentes de trabajo y salarios mínimos consolidaba la lealtad de los trabajadores al aparato estatal que los protegía. La legislación era el precio que debían pagar los pequeños industriales en ascenso por la estabilidad política y social. La ideología del batllismo fue, fundamentalmente, una ideología de clase media. Aunque ningún sector social fue excluido de la alianza batllista, los mejor representados fueron el de la pequeña industria y el de los empleados públicos y privados. Un sentimiento igualitario combinado con la defensa de la propiedad, la creencia en el valor de la movilidad social manifestada a través del apoyo a la educación y a la igualdad de oportunidades y la afirmación del Estado por encima de los intereses de las distintas clases sociales, fueron rasgos característicos de la temática del movimiento. La política batllista consistía, entonces, en mantener mediante concesiones el equilibrio entre fuerzas sociales eminentemente antagónicas, mientras conservaba y fortalecía la independencia del sistema político a través de su capacidad de mediar entre ellas. Había entonces en nuestro país un gran avance sobre los postulados que la izquierda latinoamericana tenía como objetivos.
En la década de 1950 se habían reconfigurado las hegemonías mundiales del mundo capitalista y la inserción mundial del Uruguay no será la misma que la que se llevó adelante durante el período del priemer batllismo liderado por Don Pepe. Sin embargo las semejanzas del discurso son múltiples: la afirmación liberal con proyección social y socializante, un Estado reformista, que no sustituyera la iniciativa privada pero que permitiera articular los intereses del capital y del trabajo; las políticas públicas anticipatorias de las necesidades sociales y que cortaran de raíz cualquier trasnochada revolucionaria y por sobretodas las cosas la promoción del desarrollo industrial como factor estratégico de desarrollo económico para lograr el ideal batllista de la justa redistribución de la riqueza.
El Estado vio consolidada su participación directa en la economía monopolizando casi todos los servicios públicos. En 1948 se crea el Instituto Nacional de Colonización con una fuerte oposición de los ganaderos. En resumen generó una prosperidad económica con una visión del "sueño uruguayo" con un fuerte incremento del Estado que se convierte en el gran empleador y con políticas sociales muy audaces para su tiempo.
¿El batllismo está en el Frente Amplio?
Hay una profunda tradición de izquierda dentro de los partidos tradicionales que poco se habla por distintas razones. EL proceso de formación del Frente Amplio fue, entre varios aspectos, legitimar la vieja tradición de izquierda que el país se había dado desde el primer batllismo, reivindica a Grauert, a Batlle, a Brum, a Arena, pero además en los hechos estuvieron los militantes batllistas junto a los sectores de izquierda en la lucha contra el nazismo, contra el facismo en el apoyo a la Revolución Española Peleado por Guatemala de Jacobo Arbenz y el apoyo inicial a la Revolución Cubana. La lucha ideológica en el marco de la Guerra Fría dentro del Partido Colorado se da fundamentalmente luego de la muerte de Luis Batlle. El Dr. Jorge Batlle, y con algunos otros sectores, claramente el sector mayoritario del Partido Colorado se vuelca hacia el Fondo Monetario. En este aspecto los sectores populares y tradicionales batllistas llevan al triunfo al Gral. Oscar Gestido como presidente. La presidencia de Gestido fue corta pero, sin saberlo, fue en definitiva el triunfo de los sectores medios del Partido Colorado que llegaron al poder que querían entre otras cosas seguridad, estabilidad, y austeridad. En el primer período de Jorge Pacheco Areco se consolida una visión económica que se aleja de los sectores populares e inmediatamente comienza la aplicación de las políticas fondomentaristas que en un esfuerzo extremo para contener la inflación se procede a la congelación de precios y salarios y ante las crecientes manifestaciónes sociales y la guerrilla atacando al Estado aplicación de las medidas prontas de seguridad previstas en la Constitución. Esto implicó el comienzo de la separación de los sectores batllistas del gobierno y del Partido Colorado. En ese marco renuncian: Zelmar Michelini, Flores Mora, Vasconcellos, que había sido el último que intentó la aplicación de una política no fondomentarista y también renuncia Alba Roballo.
Ver:
Nieto, Clara. El Intervencionismo de EE.UU en América Latina. Debate, 1998. Introducción.
Pipitoni,Ugo. La Esperanza y el Delirio, Taurus, 2015. Páginas 11-25.
Finch, H. Historia Económica del Uruguay Contemporáneo. EBO. 1870-2000-


domingo, 22 de noviembre de 2015

El cambio en paz y los cambios fundamentales del Uruguay post-dictadura 1985-1986.


El balance de los dos primeros años del gobierno batllista liderado por los Drs. Julio María Sanguinetti  y Enrique Tarigo fueron muy complejos pero fecundos. Fue la consolidación de un tiempo nuevo y el desarrollo de una Democracia real de verdadero perfil socialdemócrata.
Se reactivó la industria manufacturera la cual registró un crecimiento del 11.2%. Y se dirigía fundamentalmente al consumo interno. Se produce una reactivación muy alta, cercana al 90% en la producción de aceites, maltas, electrodomésticos y cervezas. En otros rubros como sustancias químicas, plaguicidas, confituras, pinturas minerales los guarismos oscilaron entre un 20% y un 50%.
Se controló la inflación, la contención lograda en el año 1985 permitió que la inflación se mantuviese por debajo del 100% anual alcanzando un 83% en 1985. En tanto en 1986 se logró alcanzar el 70%.
Se recuperó la confianza del inversionista, las fugas de capitales bajaron prácticamente a cero en 1986 y en 1985 se había logrado un ingreso de capitales de 227 millones de U$S. En tanto que en 1986 se logró la cifra de 250 millones de U$S.
Las exportaciones en 1986 aumentaron un 23 % en relación a 1985 llegando a sobrepasar al final del período la cifra de mil millones de U$S. Esto se debió, en parte, al crecimiento de un 140% de aumento de la cantidad de carne exportada. Los precios promedio mejoran un 15% siendo los principales destinos el Brasil y la C.E.E. hoy Unión Europea.
En lo referente al endeudamiento interno- créditos impagos por empresas nacionales- se aprobó una serie de regímenes de consolidación y facilidades de pago de deudas fiscales y de la seguridad social. Se aprobó además una refinanciación para empresas que trabajan en el sector agropecuario, industrial, comercial, o de servicios, con el sistema bancario.
En lo referente a la deuda externa en 1985 el Uruguay debía hacer frente a obligaciones muy importantes con vencimientos que se concentraban entre ese año y 1989, lo cual asfixiaba la economía nacional por el peso de los pagos al exterior. Se refinanció la deuda externa y se estableció un programa económico-financiero para evitar que el crecimiento del producto del país se viera afectado. Se obtuvo un plazo de pago de 12 años con tres años iniciales de gracia- es decir sin pago de obligaciones-lo que alivió la presión sobre la economía.
Se recuperó el prestigio internacional utilizando la diplomacia directa y al más alto nivel como instrumento para la apertura de mercados. El Dr. Sanguinetti  visitó 10 países entre 1985 y 1986, buscan afirmar la relaciones políticas y económicas, culturales y científicas siempre acompañado por representantes de todos los Partido Políticos, dando carácter de política de Estado a la que se desarrollaba en el plano internacional. La política llevada adelante por el Gobierno batllista fue netamente integracionista. Con Brasil el comercio aumentó un 40% y con Argentina se duplicó.
Todos los delitos subversivos fueron  agraciados por una ley de amnistía enviada al Parlamento, pero esto inició un debate que todavía padecemos. Los destituídos durante el régimen de facto también fueron amparados por una iniciativa enviada por el gobierno mediante la cual se reparaban todos los actos administrativos. Se reconoció el derecho a la reposición, a la reconstrucción de la carrera administrativa interrumpida o un trámite jubilatorio que computara los años perdidos.
En marzo de 1985 el presupuesto destinado a la educación alcanzaba solo el 25.1% del gasto nacional llegando al 35,5% al año siguiente. En las inversiones para infraestructura educativa se crece un 20%, Se reducen los gastos en Interior y en Defensa, ambos presupuestas incluían un 46% del gatos público, al año siguiente se bajó al 35% y al final del periodo alcanzó el 29%.
Se recuperó el salario lentamente un 8% y un 22% en relación a 1983. Las retribuciones de retiro empezaron una lenta recuperación por ejemplo las pensiones a la vejez pasaron de $ 860 en 1984 a $2.600 en 1985 . El Instituto Nacional de Alimentación atendió a 25.000. Se dio asistencia alimentaria a 130 mil escolares.
 El nuevo gobierno democrático liderado por los doctores Julio María Sanguinetti y Enrique Tarigo, electos por el voto popular y un Parlamento  también totalmente libre, tenía por delante muchos problemas y una asignatura pendiente compleja y difícil: restablecimiento de la paz, vigencia total y absoluta de los Derechos Humanos y reparar  todas las situaciones injustas llevadas adelante por la administración militar con más de una década de  avasallamiento del estado de derecho.
El discurso electoral, devenido en un aspecto cuasi filosófico de salida de la dictadura: "El cambio en paz" se materializa  en el informe enviado a la Asamblea General el 15 de febrero de 1990 a modo de balance del gobierno realizado:
" A lo largo de este periodo la paz ha sido para el gobierno su más constante proyecto, como sustento imprescindible de la reconstrucción democrática. Esta no era posible en el enfrentamiento: hubiera naufragado si en la sociedad hubiera comenzado el empleo de la violencia o bien la confrontación hubiera amenazado los márgenes imprescindibles de la gobernabilidad. Naturalmente, en este propósito el gobierno ha estado acompañado por el propio pueblo. Solo un consenso muy generalizado ha permitido esta convivencia. En el Uruguay vivimos estos años (1985-1990) todos quienes participamos en las confrontaciones del pasado, sea del medio político, sindical, militar o subversivo, a título personal, salió a ejercer la venganza o a satisfacer violentamente un ánimo revanchista"
La primera presidencia del Dr. Sanguinetti tiene algunos aspectos destacables:
1) Plena restauración de las libertades democráticas.
2) Libertad a los presos políticos.
3) Política de favorecer el retorno de exiliados.
4) Recomposición de las carreras laborales de los Funcionarios Públicos.
5) La compleja ley denominada " Ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado"
6) La plena vigencia de la Constitución de 1967.
7) La opción del MLN-Tupamaros en la acción política integrada al Frente Amplio.
  El 28 de febrero de 1990 el Dr. Sanguinetti a modo de despedida sostenía en Cadena de radio y televisión; " Hemos  hecho todo el bien que pudimos. Nunca procuramos el mal de nadie, aunque podamos habernos equivocado muchas veces; pero sobretodo hemos evitado muchos males(...) Les digo especialmente a los jóvenes que vivan la emoción de este cambio en paz, tan distinto a la sangre que han tenido que regar los jóvenes de Europa del Este para salir de las dictaduras marxistas-leninistas(...) Me despido, sin nostalgia ni cansancio, me despido, pero no me voy"( Maiztegui, L. Orientales 5, 2010 Pág. 150) .
Ver:
 Reflexiones del Batllismo. Número 4, páginas 3-5- Montevideo, marzo de 1987.

  Maiztegui, L. Orientales 5, 2010 Pág. 150