jueves, 24 de marzo de 2016
miércoles, 23 de marzo de 2016
Tomás Berreta: Responsablidad en el gobierno y el retorno del batllismo.
Si tratamos de definir a un “gobierno responsable” debemos
avanzar en la idea de que los gobernantes creen ser responsables ante la gente
que gobiernan y por sobretodo ponen los intereses del pueblo por encima de los
propios. Esta responsabilidad se logra de diferentes maneras, puede provenir de
la educación, la moral, de la ética. Finalmente la preocupación por el pueblo
debe estar garantizada y controlada por el principio de legalidad y por las
elecciones que garantizan la voluntad popular y la rotación de opciones de
gobierno. Cuando el derecho al voto se generalizó y pasó a incluir a más clases
sociales e incluso a individuos sin propiedades, a las mujeres y a las minorías
etnicas y raciales, las religiones y voluntades personales pasaron a un segundo
plano. Estamos en el inicio del siglo XX.
A comienzos de la época Moderna, la construcción de los
Estados Nacionales europeos iniciaron una serie de proyectos tendientes a la
construcción de un Estado centralizado y fuerte que pudiese homogeneizar la
administración en todo el territorio y alcanzara más allá de la legalidad su
legitimidad. Estos intentos comenzaron a finales del siglo XV y evolucionaros
hasta finales del siglo XVII. Las teorías de la soberanía del Estado parten de
los escritos de Hugo Grocio y Thomas Hobbes que sostenía que el soberano no era
Dios sino el monarca. Pero las ideas por sí solas no son suficientes para dar
origen a una democracia liberal. Solo se pudo concretar cuando se pudo hacer
cumplir la Ley.
El Uruguay de la posguerra
lo podemos definir como el vaiven entre
el “Uruguay próspero” y su crisis y lo podemos ubicar entre los años
1946 y 1964. En la década que transcurre entre 1945 y 1955 el Uruguay alcanzó
el mayor desarrollo industrial en el marco de lo que se denomina economía de
“crecimiento hacia afuera” una etapa de crecimiento acelerado que desde el
punto de vista socio-político se ha denominado el “Uruguay feliz”. Nuestro país
sobrevive a la Segunda Guerra Mundial con “ importantes reservas en monedas
extranjeras, un nivel de vida en ascenso y con sus líderes políticos llenos de
confianza en el país y en el futuro”. El objetivo político era, si se puede,
construir una democracia perfecta. Es el período del retorno del batllismo al
poder, denominado neobatllismo el cual concibe la industrialización por
sustitución de importaciones como el factor que permitiría logra la democracia
perfecta y el gobierno responsable equiparando con ellos el progreso, la justicia
social y el orden bajo la protección del dirigismo estatal. Esto tenía un claro
objetivo en la búsqueda del bienestar de la sociedad con un amplio crecimiento
de las clases medias con la felicidad del crecimiento en paz. En el Partido
Colorado Batllista la interna, como siempre, era compleja. La sanción del
proyecto de reforma constitucional colegiada no contó con la aprobación de
todos los dirigentes. Las internas de 1946 mostraron una gran preferencia por
la formula Tomás Berreta-Luis Batlle
Berres venciendo con luz a César Batlle y Antonio Rubio . Las elecciones
tuvieron lugar el último domingo de noviembre de 1946 triunfando la formula
mencionada, le siguió el Partido Nacional Herrerista y quedó claro que habría
que realizar alianzas partidarias o
incluso interpartidarias para poder gobernar debido a que no existian las suficientes
mayorías parlamentarias.
El programa batllista era claro: democracia, libertad,
progreso, justicia social, Estado dirigista con matices asistencialistas dentro
de un Estado de bienestar y responsabilidad de gobierno. El desarrollo de la
economía sería agroindustrial y en el desarrollo de las industrias
manufactureras. Don Tomás Berreta creía
firmemente que logrados esos objetivos programáticos las diferencias sociales
no tendrían sentido y por extensión no existiría la lucha de clases. En el marco
naciente de la guerra fría esta loable
intención dará origen a un profundo anticomunismo y un viraje lento pero
irreversible a una visión conservadora del batllismo.
Antes de asumir Tomás Berreta viajó a los Estados Unidos respondiendo
a la invitación cursada por el presidente Harry S. Truman volviendo con un gran
aporte de maquinarias agrícolas para el desarrollo previsto de las
agroindustras. La inflación acompaño el inicio del gobierno de Berreta y sus
medidas fueron el aumento del control del abastecimiento de los productos de
primera necesidad y la intervención de la fijación de precios mediante el
Consejo Nacional de Subsistencias que se crea en 1947. Para complicar más la
situación los convenios salariales firmados durante la administración de Amézaga
comienza a finalizar y Berreta no tuvo, por la necesidades de la realidad
económica, la misma generosidad. No olvidemos del avance del temor comunista y
el macartismo incipiente en los Estados Unidos que influía a todos sus aliados.
Ante el exceso sindical Berreta aplicó “mano dura” desde la legalidad.. En el
mes de abril se desarrolla una huelga en la construcción, otra en el puerto,
seguida por los ferrocarriles y según algunos medios de prensa se había
reforzados las guarniciones policiales de Montevideo. Explicando a la opinión
publica la responsabilidad del gobierno y la aplicación de la Ley Berreta
determina la detención de obreros y dirigentes de gremios afectados en las
huelgas argumentando que el Código Penal consideraba delito la paralización de
los servicios públicos y en forma paralela envía al Parlamento tres proyectos
de Ley: 1) creación de tribunales de conciliación y arbitraje para conflictos
laborales, 2) prohibición de huelga de empleados y obreros de los servicios
públicos y 3) la reglamentación sindical. La respuesta a estos proyectos fue la
declaración de huelga general por la
UGT, Unión General de Trabajadores, de tendencia mayoritariamente comunista. La
Guerra Fría se desarrolló en la Avenida 18 de Julio cuando la Policía quitó a
los manifestantes las banderas de la URSS y de la República Española.
Durante el mes de abril comienza a filtrase la información
de la mala salud de Tomás Berreta y la renuncia del Ministro de Hacienda, Dr.
Héctor Alvarez Cina que fue sustituído por el connotado batllista Ledo Arroyo
Torres. El nuevo ministro concurre al Parlamento y expone los principales
problemas económicos del Uruguay en ese momento:
1) El bloqueo en Londres de 17 millones de libras
esterlinas, 2) aumento desmesurado de la importaciones pero justificada por la
rnovación del parque industrial y 3) la euforia económica que era
imprescindible controlar. Comienzan las negociaciones con Londres para
desbloquear los pagos de alimentos y suminstros enviados por nuestro país
durante la Segunda Guerra Mundial mediante la compra de las empresas de
servicios públicos inglesas todavía funcionando en nuestro país y en forma
paralela unos convenios que incluía carbón y carnes. Se estaban cumpliendo
posturas del primer batllismo en otro contexto mundial y en otra realidad.
Desde julio de 1947 Berreta gobernaba desde la cama y la situación mudial se
radicalizaba. La “cortina de acero” prevista por Churchill en Fulton cae en
Uruguay paralelamente con el fallecimiento de Tomás Berreta el 2 de agosto de
1947. Era la hora de Luis Batlle y el retorno del batllismo al poder .
martes, 22 de marzo de 2016
Batllismo: Estado, economía y desarrollo 1911-1930.
Todos los gobiernos reciben críticas. Se dice o que son absolutamente
burocráticos, incompetentes, rígidos y se llega en algunos delirios a tratar de
prescindir de ellos.. Es cierto que en algunos casos, la mayoría pienso, los
gobiernos son menos eficaces que los que lo hacen dentro de los ámbitos
privados como gestionando empresas o fábricas. En definitiva la delgada línea
entre lo público y lo privado siempre ha estado y estará en discusión. Siempre
queda claro que debe existir lo público debido a que existen determinados
bienes públicos como algunos servicios y
funciones que solamente la puede realizar el Estado. En los casos de la
educación y las infraestructuras como carreteras, los puertos y el
abastecimiento de agua potable son muy importantes para que los gobiernos
prescindan de controlarlas. El problema surge cuando la intervención del Estado
es excesiva e incluso impide el desarrollo de emprendimientos privados.. Otro
aspecto básico es la regulación social, o sea la construcción de una comunidad de
valores que respete la ley y que desarrollen en la educación bases republicanas
serias. Para lograrlo se debería controlar las élites y lograr justas
redistribuciones de la riqueza. La primera medida para lograr esto fue la
igualdad jurídica para todos. Los pensadores liberales desde Locke a Hayek
siempre se mostraron escépticos frente a una redistribución obligatoria
impuesta por el Estado.
Siempre se ha discutido el modelo batllista de desarrollo
desarrollado entre 1911 y 1930 en el cual el debate entre la diversificación
productiva, proyectada y con éxitos relativos, o la construcción de un modelo urbano con
servicios y desarrollo fuerte del sector
público. Se puede afirmar que el modelo
batllista apuntaba a tres objetivos: modernizar y diversificar la estructura de
producción con énfasis en la industria y la expansión de un modelo agrícola. Se
debía, entonces, desarrollar el mercado interno generando un buen entorno de
bienestar social y nacionalizar la economía para reducir los riesgos de la dependencia
extranjera y sus crisis y euforias cíclicas. La retención de la mayoría de los
recursos del país van de la mano de que las compañías extranjeras reduzcan su
accionar siendo sustituidas por empresas del Estado. Finalmente redistribuir
los ingresos elevando el poder adquisitivo de la población y universalización
el acceso de la población a bienes y servicios.
Desde el punto de vista económico el batllismo planteaba:
1) Modernización de la ganadería y expansión de la
agricultura de forma combinada.
2) Desarrollo de la industria manufacturera nacional
sustituyendo las importaciones.
3) Expansión de servicios en las finanzas, los transportes,
comunicaciones, turismo, enseñanza y salud.
4) El incremento de la participación del Estado en los
aspectos productivos y comerciales.
5) Reforma fiscal con el objetivo de estabilizar y aumentar
la recaudación del Estado con el objetivo
de una mejor redistribución. También desconcentra la propiedad de la
tierra.(georgismo)
Siguiendo a Benjamin Nahum el Estado para el primer
batllismo tenía estos componentes: “La idea básica era que el Estado
representaba a toda la sociedad y por encontrarse por encima de todas las
clases sociales debía no solo arbitrar sus disputas, sino también impulsar su
progreso mediante un crecimiento sostenido de la economía. Esa finalidad social
era lo que daba derecho al Estado para -invadir- el campo de la actividad
económica privada, desde que - el interés general- era superior al particular
de las empresas” . El propio ministro José Serrato sostenía en 1911 que “ los
monopolios constituirán un poderoso recurso fiscal a fin de que las cargas
nuevas no contribuyan a hacer más desigual la distribución de la riqueza”
Entre 1920 y1921 el
Uruguay enfrentó la fuerte caída de los precios internacionales y en especial
el de la lana, cae la faena en los mataderos, lo que originó desocupación y
perdidas salariales, pero entre 1920 y 1930 se retornó al crecimiento económico
lo que mostró que el modelo de desarrollo del poder del Estado asignándole un rol
en el proceso económico y social era todavía viable. Fue un proceso de reforma política pacífica,
basado en el apoyo de grupos sociales interesados en contar con un gobierno
eficiente y no corrupto sostenido en la modernización mediante el crecimiento
económico, división del trabajo. La industrialización incipiente trajo la
urbanización y esta exigió mejoras en los niveles educativos y de formación
ciudadana. La consecuencia fueron nuevos actores sociales separados de la
sociedad agrícola y el desarrollo político. El problema latente será la
relación entre el desarrollo político y el fantasma del clientelismo y la
corrupción.
lunes, 21 de marzo de 2016
Pacheco Areco: 1968 entre la responsabilidad y la legalidad.
El desarrollo político es el cambio que tienen las
instituciones políticas a lo largo de los años. No es igual a los cambios
ocurridos en la política y en las normas. Los integrantes del elenco político
como ministros legisladores y presidentes van y vienen, las leyes pueden
modificarse pero la esencia de las normas con las cuales se organizan las
sociedades definen el orden político. La Constitución de 1967 restableció la
Presidencia de la República dándole más fortaleza a su rol creando la
posibilidad de tratar proyectos de carácter urgente y por otro lado se
eliminaron ciertos privilegios a los legisladores en materia de vehículos y
jubilaciones.
El objetivo, mediante la creación de nuevos ministerios, era
resolver lo complejo del gobierno en tiempos de guerrilla, crisis económica y
dependencia de mercados extranjeros. Dentro de las medidas se crea del BPS y el
Banco Central del Uruguay y la enseñanza se hace obligatoria hasta el nivel
básico de Enseñanza Secundaria. El candidato colorado Oscar D. Gestido vence en
las elecciones por un margen muy alto de 100000 votos. Se veía en él al hombre
fuerte que pusiese en orden al país. Su muerte el 7 de diciembre de 1967, trajo
al hombre fuerte que buscaba la sociedad en la figura de un casi desconocido
para la generalidad de los uruguayos, don Jorge Pacheco Areco. Casi en los
albores de 1968 el nuevo gobierno se deberá enfrentar a lo que en la historia
significó el 68 tanto a nivel nacional como internacional.
1968 fue el año de la rebelión estudiantil de mayo en Paris
que se extendió como un reguero de pólvora a todo el mundo occidental. Si le
sumamos el empantanamiento de los Estados Unidos en Vietnam, y la exportación
de la Revolución Cubana por América Latina, la crítica social de los hippies,
la modernidad de la Iglesia Católica a partir del Concilio Vaticano II y en el
lejano oriente Mao y su “libro rojo”, nuestro país no era ajeno a esta
efervescencia.
En nuestro páis 1968 marcó a los sectores sociales de
ingresos fijos, la clase media, mayoría de la sociedad la cual estaba groggy
por una inflación descontrolada. Se esfumaba el “estado de bienestar” batllista
y con él el Uruguay liberal hiperintegrado de décadas anteriores. Muchos
ciudadanos pusieron demasiadas esperanzas en la reforma constitucional. Sin
embargo la crisis pasaba por el sistema de partidos políticos. La crisis de los
partidos políticos fue la crisis del liberalismo político, además la
Constitución de 1967 ponía énfasis en concentrar poder en el Ejecutivo. La
agitación de 1968 comienza con la cuarta marcha de los cañeros de Artigas en
febrero y marzo de ese año hacia Montevideo. Era un movimiento gremial pero con
grandes vinculaciones con el MLN-T que asedia desde la propaganda y acción al
estado definido por ellos como burgués y vende patria. La inflación hace que el
U$S se dispare de $200 a $250 en el medio de acusaciones de infidencias y
manejos dolosos. El boleto urbano aumentó y originó grandes manifestaciones
sindicales y estudiantiles con atentados a omnibus e instituciones bancarias.
La crisis política del Partido Colorado gobernante se
manifestó claramente en la rotación permanente de Ministros , entre noviembre
de 1967 y noviembre de 1971 hubo 46 ministros. Se buscaba un línea política no
definida con claridad con aquellos sucesivos cambios.
A partir de mayo de 1968 grandes discrepancias entre
ministros de diferentes orígenes, como Alba Roballo, Flores Mora, Queraltó,
Serrato, Peirano Facio, Frick Davie y Eduardo Jimenez de Arechaga, hacen
que el gobierno de Pacheco Areco pierda
la mayoría en las Cámaras en un momento complejo social y económico. El grado
máximo lo marcó la huelga bancaria que determinó la implementación de las
Medidas Prontas de Seguridad el 13 de junio que estaban consagradas
constitucionalmente para “ casos graves e imprevistos de ataque exterior o
conmoción interior” Los manifestantes por la Avenida 18 de Julio gritaban “
Gobierno Gorila, abajo las medidas”. La consecuencia de las medidas del 13 de
junio fue una nueva crisis ministerial, renunciando a sus cargos Carlos Queraltó,
Alba Roballo y luego de firmar el decreto de Medidas Prontas de Seguridad,
Manuel Flores Mora. Varios sectores del Partido Colorado pasaron a la oposición
parlamentaria( lista 99,lista 315) , algunos dentro del mismo y otros camino a
vincularse a la izquierda dentro del FA posteriormente. El apoyo al gobierno
fue de la lista 15 sector Unidad y
Reforma liderada por el Dr. Jorge Batlle y luego se vincula el sector
nacionalista del Dr . Echegoyen. Los lideragos a partir de ese momento caen en
la figura del presidente Pacheco Areco y el opositor nacionalista Wilson
Ferreira Aldunate.
En el aspecto económico, la búsqueda de la estabilidad era
frenar la inflación y el remarque de precios practicamente diario, la postura
dominante del FMI en ese entonces sostenía que la inflación provenía de un
exceso de demanda provocada por la expansión del crédito y salarios altos
enfrentados a una reducida oferta. El 28 de junio de 1968 se decretó la
congelación de precios y salarios. Con esta medida se produce una nueva
redistribución de la renta, tiró por la borda los aumentos de salarios
alcanzados en los Consejos de Salarios que entrarían en vigencia dos días
después cuando los precios ya habían subido, cayendo el peso de la crisis en
los trabajadores. El salario real cae un 12% pero los sectores agropecuarios y
empresariales se aseguraron una gran rentabilidad debido a que la tasa de
intereses y los precios de los productos de exportación no fueron afectados por
el mecanismo de la congelación. Meses más tarde los Consejos de Salarios fueron
sustituídos por la Comisión de Productividad, Precios e Ingresos. En la
izquierda esta situación los lleva a zanjar diferencias y buscar mecanismos de
unidad más profundos, cosa que logrará en 1971 con la creación del FA bajo el lema
Partido Demócrata Cristiano.
Las instituciones del Estado concentran el poder y permiten
a la comunidad hacer uso de ese poder para imponer el cumplimiento de las
leyes, mantener la paz, etc. El principio de legalidad y los mecanismos de
responsabilidad, en cambio, van en otra dirección, limitan el poder del Estado.
El problema en el 68 uruguayo era alcanzar un orden político, a la vez, fuerte
y competente y que actuara dentro de los parámetros legales impuestos por la
elección democrática que lo habían llevado al poder.
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