Datos personales

domingo, 25 de octubre de 2020

 

 

Julio César Grauert (Montevideo, 13 de noviembre de 1902 - 26 de octubre de 1933) Primer Legislador y Periodista asesinado por una dictadura en el Uruguay.




Breve crónica y  apuntes biográficos.

«No hay libertad política si no hay libertad económica. Ninguna de las libertades, por sí sola, puede subsistir si no actúa y funciona la libertad económica. Y la democracia política de nada vale si no se impregna de esta instrumentación para obtener la distribución de los bienes sociales»

 

Se destacó como orador en las luchas estudiantiles por la Reforma de Córdoba y el Instituto Ariel. Grauert fue cofundador de la FEUU, Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay el 26 de abril de 1926, en ese mismo año se graduó como abogado con excelentes calificaciones. Participó activamente en la Convención del Partido Colorado Batllista llamando la atención de José Batlle y Ordóñez y de don Domingo Arena y Justino Zavala Muniz. Fue miembro de la Junta Departamental de Montevideo y presidente de la misma, que en aquel momento se denominada Asamblea Representativa, en el año 1927. En 1928 pasa a integrar la Cámara de Representantes como Diputado por Montevideo, siendo reelecto con sus propios votos en 1931 con su Agrupación "PRINCIPISMO BATLLISTA AVANZAR". Proyectó y llevó adelante el Seguro de Desempleo y el Seguro de Maternidad en el Uruguay y propuso El colegiado Integral, Los Talleres para los empleados del Puerto, la vivienda obrera, un seguro médico integral para obreros de las fábricas etc. Siendo estudiante escribió con Cerrutti Crosa un Libro de Pedagogía titulado "Los Dogmas la Enseñanza y el Estado" en defensa de la laicidad, el mismo fue muy importante durante varias décadas en el "Instituto de Profesores Artigas". Publicó un semanario con el mismo nombre de la Agrupación el famoso Semanario AVANZAR, que luego de su muerte continuó siendo editado por su hermano menor el Doctor Héctor Grauert hasta 1942. Con el tiempo Héctor Grauert se transformaría en una figura importantísima para el país y su partido Colorado ocupando cargos de alta relevancia en su carrera larga política

El 31 de marzo de 1933, Gabriel Terra da un golpe de estado conocido como Dictadura de Terra, por el que se disolvió el Parlamento y se censuró la prensa. Julio César Grauert ejerció una férrea oposición a la dictadura; y ese mismo año de 1933 al cumplirse cuatro años de la muerte de don José Batlle y Ordóñez y junto a otros correligionarios batllistas decidieron hacer varios actos de homenaje, demostrando oposición a la dictadura. Fue así que el 23 de octubre en el viejo teatro Escudero de la ciudad de Minas Departamento de Lavalleja realizaron un gran y emotivo acto de repudio a la dictadura de Terra. Al regreso del mencionado acto es interceptado por la policía de la dictadura a la altura del km 35 de la vieja carretera a la ciudad de Pando. Siendo acribillado a balazos de fusiles Mauser el auto donde regresaba Grauert, Minelli y Guichón, justo temiendo por la vida de sus acompañantes había cambiado de auto al Dr. Aldo Chiazulo que se pasó para otro auto que venía atrás. Herido en ambas piernas, pies y en el brazo derecho Julio César Grauert es llevado a un calabozo sucio de la comisaría de Pando donde fue torturado y no le dejaron recibir asistencia médica. El 26 de octubre de 1933 a las 4 y 30 de la madrugada moría el doctor Julio César Grauert a consecuencia de desangrarse y haberle provocado una gangrena gaseosa.

El entorno político

Gabriel Terra, presidente de facto entre 1933 y 1936, instaló un gobierno conservador y antiliberal conformado por los sectores más conservadores del Partido Colorado y el sector nacionalista dirigido por Luis Alberto de Herrera. A dicho gobierno se opusieron los batllistas, los sectores independientes del Partido Nacional y el Partido Socialista y otros sectores de izquierda.

 

El 3 de marzo de 1931 comienzan las persecuciones y detenciones políticas que culminan con el suicidio de Baltasar Brum, que de esta manera marcó su protesta por el quiebre institucional sin lograr su objetivo de una reacción social en contra de la dictadura. Terra se alinea con EEUU e Inglaterra y establece estrechos vínculos con la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler. En este cuadro de represión fue Julio Cesar Grauert. El 24 de octubre de 1933 de retorno de un acto recordatorio del 4to. aniversario de la muerte de José Batlle y Ordóñez en Minas, que en realidad se transformó en una condena a la dictadura Terrista, y acompañado por sus correligionarios Guichón y Minelli, son interceptados por la Policía en las afueras de Mosquitos y baleados. Mal atendido lo trasladaron al Hospital Militar, donde murió gangrenado el 26 de octubre con sólo 30 años, dejando huérfanas a 2 niñas de 5 y 6 años. Siempre sostuvo que él "no había tirado ningún tiro".  Julio Cesar Grauert fue miembro de la Junta Departamental y  presidente de la misma en el año 1927 con solo 25 años. En 1928 fue electo diputado nacional siendo reelecto en el siguiente período con su propia agrupación "Principismo Batllista AVANZAR". Como dijimos proyectó y llevó adelante el seguro de desempleo, el seguro de maternidad y trabajó mucho por el magisterio. Planteó otros proyectos en defensa de los obreros y de los explotados del campo que no pudo concretar por la disolución de las cámaras hecha por el Terrismo. Su personalidad se caracterizó en ser aséptico a todo lo material.

Se realizó la recopilación de los editoriales  del semanario AVANZAR  por Kurken Didizian, integrante de la agrupación "Principismo Batllista AVANZAR", y en el  1er editorial del Semanario AVANZAR (12 de julio de 1930) se destacaba  "muchos serán los que habrán de expresar su pensamiento en estas páginas, porque desde ya declaramos,  nuestro intento de un periodismo no sujeto al rectorado de ninguna particular conveniencia sino un periodismo de elaboración colectiva, en la mayor amplitud posible" (…)"la actividad política necesita por naturaleza del periodismo que la difunda, la aclare, la defienda, la critique" Editorial AVANZAR, 11 de julio de 1931: "Cuando ha tocado luchar por una conquista proletaria, hemos puesto a su servicio nuestra energía pronta a medirla en cualquier terreno" 1 de mayo de 1932: "Por nuestra clase "AVANZAD", otro 1º de mayo, otro día de recuerdos trágicos y de impulso vehementes para la lucha futura, otro día de exteriorización clasista y de protesta, otro día de rebelión contra la injusticia social y otro día como siempre nos sentimos, prontos para el esfuerzo final..." Este pensamiento con matices lo llevaron adelante Lorenzo Carnelli, TerraCarve,  y Ferreira Aldunate en el Partido Nacional. En el Battlismo  Don Domingo Arena y más recientemente Hierro Gambardela, Teófilo Collazo, Flores Mora. En el Frente Amplio Líber Seregni, Zelmar Michelini, J. L. Terra y Vivian Trías entre otros.

Julio César Grauert en sus pocos años de vida política definió a la política como una actitud noble. Preocuparse y ocuparse de los asuntos de la sociedad en que uno vive, es una de las más hermosas opciones de un ser humano sostenía.

En el Museo de la Memoria existen 2 placas provenientes del panteón familiar, una recordatoria de su condición de socio fundador de la FEUU y la otra de la agrupación AVANZAR de quien fue su primer jefe. Y una muy destacada por su tamaño y ubicación en La Casa del Partido Colorado. Quién esto escribe junto con una brigada de correligionarios batllistas luchamos para reintegrarla a su lugar luego de un solapado intento de quitarla cuando se reformó el hall central.

Luis Hierro Gambardella recordaba en 1987  en Reflexiones del Batllismo los sucesos de Pando: «Detenido el auto en la carretera de Pando, la Policía le hizo fuego con balas dun dun, con balas que se abrían al tocar el destino, lo que le produjo heridas muy graves, conjuntamente con Guichón. Pero a Grauert lo dejaron en la comisaría de Pando cubierto con una arpillera, no lo llevaron al hospital hasta que ya había contraído una septicemia, de modo que fue una muerte lenta provocada por la desidia vengativa de las fuerzas policiales…» «Los detuvieron y además los balearon. A Minelli gravemente. A Guichón lo hirieron en la cadera y a Grauert en la pierna, pero su herida fue gravemente infectada porque estuvo horas, a pesar de la insistencia de sus amigos y profesionales médicos. Cuando fui al hospital ya estaba con septicemia, ya al borde de la muerte». Las posiciones de Grauert y su agrupación Avanzar eran claras y continuadoras del verdadero Batllismo. Decía: «La democracia no es más que una fórmula vacía si se pretende aislarla del problema económico». Concebía la función de un partido político: «Debía… dentro de los planos de la democracia política, transformar la estructura de la sociedad uruguaya». Como luchador social, Grauert tenía claro que: «No hay libertad política si no hay libertad económica. Ninguna de las libertades, por sí sola, puede subsistir si no actúa y funciona la libertad económica. Y la democracia política de nada vale si no se impregna de esta instrumentación para obtener la distribución de los bienes sociales». Difusor del pensamiento y la obra de Pepe Batlle, trabajaba con pasión para que la sociedad fuera una gran familia sin excluidos ni marginados. Como lo expresaba su maestro: «La sociedad, como una gran familia debe asegurar a cada uno de sus miembros los medios necesarios de subsistencia… de tal modo que en todo momento, cada hombre pueda tener la fuerza, la salud y el tiempo necesario para darse una dirección en la vida sin que se vea forzado a someterse por la miseria».  Un documento importante parte de de una entrevista realizada a mediados de la década del 60 a Justino Zavala Muniz que fue un político batllista, integrante del grupo  Avanzar, opositor al régimen de Terra, activo militante por la República española, periodista, historiador, novelista y dramaturgo. Deseaba acercar la cultura al pueblo Fue diputado por tres períodos antes del golpe de estado de 1933, cuando fue desterrado a Brasil . Participó en la revolución de 1935 contra el régimen de Terra. En 1942 fue elegido senador. Fue Consejero Nacional de Gobierno en el segundo colegiado colorado a partir de 1955.  En noviembre de 1954 inaugura la Asamblea Mundial de la UNESCO en Montevideo, de la que es electo Presidente por el período 1954-1956.  Miguel Coll le escribe a Kurken Didizian la misma:

“Montevideo, Octubre de 1967

Estimado Kurken:

Espero sinceramente que estas líneas sirvan a los efectos de trazar, de una manera un poco limitada, el cuadro biográfico de Julio César Grauert que me solicitaste. El líder de Avanzar ha tenido una multitud de panegiristas, pero resulta difícil obtener, a treinta y cuatro años de su muerte, datos, informes y relatos que permitan avalar con objetividad al conjunto de la personalidad de este hombre político. Sin saber exactamente que podría lograr, sobre la base de propósitos que me señalaste, el viernes pasado visité, en su apartamento, al señor JustinoZavala Muniz, viejo amigo de mi familia. Zavala Muniz fue un compañero de Grauert en la lucha política, en la representación nacional y en la Agrupación Avanzar. Tú dirás, Didizián, si el diálogo que con él mantuve aporta o no algo de importancia. Zavala es un anciano ya.Sentado ante el escritorio de su despacho se encorvaba apoyando las manos temblorosas en el cajón entreabierto de la mesa de trabajo. Sin embargo los ojos y la voz denunciaban al hombre intelectualmente lúcido y ágil.

-        Usted quiere conversar conmigo sobre Julio César Grauert

-        Sí señor.

-        Me indicaron que se trata de una biografía

-        Así es –le contesté- por lo menos en lo que a mi se refiere. Otro compañero está reuniendo el material que se encuentra en el diario ‘’Avanzar’’ para su publicación.

Zavala Muniz era también un hombre alerta.

-        ¿Con qué objeto?

-        He sentido con frecuencia esa pregunta en estos últimos días. Creo que para los jóvenes, para los militantes batllistas de mi generación, es necesario conocer a Julio César Grauert, saber quién fue y qué pensaba. Todos sabemos del hombre asesinado por la dictadura terrista, del fundador de la Agrupación Avanzar y del periódico del mismo nombre. Pero pocos son capaces de señalar con claridad los conceptos que Grauert manejaba en su actividad política. Por otra parte, en instancias como las que nos toca vivir, es esencial para nosotros buscar referencias exactas del batllismo doctrinario.

Zavala Muniz borra de sus ojos el brillo inquisitivo.

-        Muy bien – dice. Y enderezándose responde con voz firme

-        Grauert llevaba los principios de Batlle a sus últimas consecuencias. No son otras que las ideas de Batlle las que conducen a Grauert. Los ejemplos abundan: eliminación de la herencia, la iniciativa de que el latifundio pague los gravámenes con tierras, la larga lucha contra el imperialismo económico de los capitales extranjeros y tantos otros.

-        ¿Cómo conoció Ud. a Grauert?

-        En las asambleas estudiantiles que se realizaron en 1917 propugnando la Reforma Universitaria. Allí, junto a otros jóvenes batllistas se veía siempre a Grauert. Tiempo después fui electo para integrar la Asamblea Representativa del Departamento de Montevideo. Al terminar mi mandato el Sr. Batlle me llamó. Don Pepe me indicó que iba a ser postulado a la Cámara Baja y me invitó a confeccionar juntos la lista de candidatos a la Asamblea Representativa de la Capital, dejando a mi criterio el nombre de quien debía sustituirme en el organismo comunal. Grauert había publicado, o estaba por publicar ‘’El Dogma, la Enseñanza y el Estado’’. Le hablé a Batlle del libro de Grauert y de Cerruti, coautor de la obra. Batlle conocía a Grauert y a su familia. Sabía que el padre, Julio Luis Grauert, había sido legislador y secretario del Comité Departamental del Partido Colorado en Montevideo. De esta manera, Grauert y Cerruti Crosa fueron electos. Más tarde en las elecciones de la Cámara de Representantes y en la confección de la lista, el señor Batlle, que se encontraba enfermo, me pidió que lo representase ante la Comisión que determinaba la nómina de candidatos. Grauert y Cerruti integraron la lista y lograron la representación nacional. Yo los ponía en la lista el uno junto al otro. Grauert primero y Cerruti después, Cerruti nunca me gustó. Apenas comencé a conocerlo me pareció poco sincero. El tiempo me dio la razón. Cuando Cerruti no recuperó su banca hizo pública una carta en la que señalaba a Grauert que, debido a la imposibilidad de llevar a cabo una penetración eficaz del batllismo, objetivo que junto a Grauert había perseguido, se resolvía leal a sus ideas a ingresar al Partido Comunista.

-        Sr. Zavala. Tuve oportunidad de leer la nota que el periódico ‘’El Diario’’ publicó sobre el deceso de Grauert. Manifestaba, aproximadamente, que había desparecido el líder de una fracción de notorias tendencias comunistas. ¿Qué hay de cierto en esta afirmación sobre el pensamiento de Grauert?

-        Grauert era batllista. El marxismo ilustraba su pensamiento en el sentido de que usaba esa teoría para explicar gran parte de los fenómenos sociales. Esta era la actitud que algunos hombres del Partido guardaban hacia las ideas marxistas. Grauert encontraba en las contradicciones del sistema capitalista, la causa del malestar social y señalaba las injusticias que la propiedad encerraba para quien se encontraba desposeído de ella en mayor o en menor grado, buscaba la socialización de los medios de producción. No caía, sin embargo, en el paralogismo suponiendo al factor económico como motivación única de las transformaciones sociales y de la evolución histórica. Esto es lo que ha pensado siempre el batllismo.

Grauert creía en la gente de recursos humildes y se sacrificaba por ello y en todo era consecuente con sus ideas. Tengo presente la manera como renunció a la herencia que le correspondía y los setenta pesos que cobró en los cuatro años que ejerció como abogado. No sé cuántos timbres, sellados y demás trámites habrá pagado de su bolsillo.

-        Sr. Zavala Muniz, al margen de las circunstancias políticas, ¿cuáles fueron las razones del golpe de Estadp del 33?

-        La política-económica del batllismo. Contra la línea que sustentábamos en la materia se unieron los grupos más reaccionarios del país, apoyados por los sectores de mayor potencial económico. Contra aquellas fuerzas nada pudo, en esa instancia, la democracia. Terra poco antes de llegar a la Presidencia de la República, en el tenor de una carta dirigida a la Agrupación de Gobierno comenzó a quebrar la posibilidad de que el batllismo como organización extendiera su acción doctrinaria hasta el Poder Ejecutivo. Recuerdo que en la ocasión, reunida la Agrupación de Gobierno del Partido Batllista, Ghigliani, después ministro del interior del gobierno de facto, y ya entonces amigo personal del Dr. Terra, defendió los términos de la comunicación a la que yo califiqué como un acto de traición.

Ghigliani, después, tratando de convencerme me dijo que el documento, motivo de nuestra discusión, lo había redactado él. Le pregunté entonces si verdaderamente se consideraba amigo del Dr. Terra cuando con lo dicho me lo estaba entregando. Me respondió con una pregunta:-        ‘’¿Cómo es que hace usted política?’’ – El sabía como me manejo en la militancia, pero exclamó:

-        ‘’Usted no sabe lo que es orientar a los hombre con el piolín’’

-        ‘’Hay un hombre que Ud. no podrá conducir nunca con un piolín.’’ – le contesté. Ghigliani río y, tratando de restar importancia a la incidencia, expresó:

-        ‘’Porque usted no es un político. Usted es un escritor’’

Por un  instante el silencio que hizo lo dominó, pero se repuso continuando.

-        Por fin llegó el enfrentamiento definitivo.

El jueves 30 de marzo tratamos de reunir a la Convención del Batllismo. El Dr. Tera prohibió el acto. Durante la noche se reunió la Asamblea General para tratar las medidas extraordinarias dispuestas por el Presidente de la República. Al término de la sesión, ante su coche, el Dr. Gallinal me expresó que no podía creer que, luego del voto contrario de la Asamblea, el Presidente se siguiese mostrando en la misma tesitura liberticida. El día viernes los militantes batllistas intentaban escapar a la persecución. Algunos trataron, desesperadamente, de encontrar una respuesta. Brum, tengo la convicción de ello, confiaba en algunos militares. Ante las fuerzas de la dictadura esperó una reacción que no se produjo. Luis Batlle creía también en las fuerzas armadas como sostén del sistema democrático. Discutimos su propósito de dirigirse a un regimiento con asiento cercano. Pretendía conminar a los jefes militares a que sacasen sus tropas a la calle para defender las instituciones. Tras los primeros momentos los esbirros del régimen nos dejaron en una relativa libertad de acción. Nos trasladábamos de un lugar a otro con un pequeño destacamento detrás nuestro. Cuando Montevideo mostró al fin con absoluta claridad su pasividad frente al gobierno de facto, me retiré a mi Cerro Largo. Mi departamento no me habría de decepcionar. Fue entonces cuando ocurrió la tragedia. En varias oportunidades nos habían provocado. Inclusive tenían un plan para asesinarme.

Zavala se echa a reír diciendo:

-        Pero les fallo del todo.

Lo veo erguirse, mientras las arrugas de su rostro ríen también y, allí en su despacho, con el mismo coraje de siempre, desafío nuevamente a su asesino.

-        Pero les falló.

Reposa la mano y se retrae a 1933.

-        El 23 de octubre, Grauert, prosiguiendo su campaña contra la dictadura se une, en el Teatro de la ciudad de Minas, a Guichón y a Minelli, participando del acto, en el que el batllismo reclama el retorno de las libertades públicas. Después del acto la policía pidió a los tres que se constituyesen detenidos por violar las disposiciones sobre la libertad de expresión. Grauert, Guichón y Minelli se niegan a acatar la orden y vuelven a Montevideo el 24. Al llegar al Km. 35 de la carretera de Pando la policía les detuvo y luego disparó sobre ellos. Los tres fueron llevados al centro asistencial de Pando. Allí fue mi hermano Julián. La policía lo detuvo indicándole que toda vez que se presentase iría a parar al calabozo. Durante algunos minutos logró conversar con el médico que atendía a los tres hombres. Julián, que es médico, le rogó que tuviese presente el peligro de la infección gaseosa y el inconveniente de vendar a los heridos. Después de cuarenta horas, vendados y en grave estado, Grauert y Guichón, los dos heridos de bala, son trasladados al Hospital Militar en Montevideo, mientras que Minelli, intoxicado por los gases que les arrojaron dentro del coche, quedaba en Pando.

-        El 26 moría Julio rodeado de un reducido grupo de amigos y de su esposa Maruja. Grauert tenía 31 años.

Volviendo, pregunté:

-        Señor Zavala: la última vez que conversamos hace poco más de un año, discutimos sobre la Reforma Constitucional, que sostuve, como quincista que soy, y que usted rechazó, como defensor del ideal colegialista. Entonces me expresó sus simpatías por el sector que orientaba el, entonces, Consejero Vasconcellos. ¿Cuáles son las opiniones que le merece la actual situación del Partido?

 

-        Usted ya tendrá tiempo para cambiar de opinión en lo que se refiere a la nueva constitución. En cuanto a las simpatías de que habla debo decirle que cuando el señor Vasconcellos pasó al Ministerio de Hacienda conversé con él y le manifesté que debería no aceptar, como Ministro, una orientación económica que, a mi criterio, está reñida con la ortodoxia batllista en la materia.

 

(¿Recuerdas Kurken todas las oportunidades en que hablamos de estos temas? Establecimos que el Partido Colorado en el gobierno debía enfrentarse a una opción histórica: la de seguir la línea batllista tradicional y su modalidad socializante, introduciendo cambios profundos en la infraestructura neocapitalista que nos caracteriza o, buscando la expansión del sistema económica vigente, recargar sobre el consumo el peso de la crisis mientras se libera a los sectores de mayor poderío económico para fomentar su capacidad reproductiva.)

 

Zavala Muniz señala con claridad el camino que ha tomado el gobierno.

 

-        ¿Hacia donde va nuestro Partido?

 

-        El batllismo siempre ha encontrado los hombres adecuados para resolver los problemas que la hora señala. El nuestro es un partido con raíces profundas y ellas le permiten ser instrumento apto para los cambios que el futuro exige.

 

-        Sin embargo, Sr. Zala, la gente no cree más en que la necesidad de que quién se agita a su lado reciba un golpe. Cuando a su vez les golpean, entonces si perciben la injusticia.

 

-        Es la ley de la selva, ¿no?

Zavala Muniz me despidió por fin. Quería ver un programa en Canal 5. En el zaguán, mientras esperaba el ascensor, me pregunté hasta dónde es válida la afirmación de que éstos son tiempos de transición.

Somos, Didizián, una generación apurada.

La luz y el barniz de la puerta me trajeron la visión de una escena que estuvo ante mis ojos durante todo el transcurso de la entrevista.

El 24 de agosto de 1966, ya de noche, el Senador Furest ocupando la Presidencia de la Asamblea General, anunciaba el resultado de la votación que permitiría la plebiscitación del proyecto de Reforma Constitucional que habría de triunfar en noviembre de ese año.

El Senador Carlos Furest, sin expresión, en el pasillo de la sala, mira sin ver el estrado de la Presidencia de la Cámara Baja.

El Dr. Jorge Batlle, mientras tanto, sonríe con los ojos brillantes.

De pronto los legisladores reformistas prorrumpen en aplausos frente al triunfo de una gestión. Me parece que en ese preciso momento muere un batllismo formal y subjetivo. En ese momento se plantea la interrogante. ¿Y ahora qué? Hay que buscar las respuestas, Grauert a señalado una.

 

Saludos.

Miguel Coll”

Primera editorial del Semanario "AVANZAR" (12 de julio de 1930)

18 de diciembre de 2011 a las 21:29

CIUDADANO: Periódico político éste, cuyo primer número iniciamos con estas palabras, nos parece natural dirigirlas a quien expondremos en adelante nuestra prédica, como anticipo indicador de nuestro pensamiento. Dos razones explican esta acción periodística. Por una parte, ese pensamiento no es el exclusivo de quienes tienen a su cargo la organización del Semanario. Pertenece éste a la Agrupación Batllista cuyo nombre lleva, constituída a principios de 1929 por un núcleo de Diputados Departamentales. Su acción se inicia con el proyecto de salario mínimo mensual de setenta pesos, financiado con un impuesto a la herencia de inmuebles radicados en el departamento. Su acción contó de inmediato con el interés, la simpatía o la adhesión de muchos correligionarios que abrigaban propósitos afines. Posteriores iniciativas confirmaron y extendieron el prestigio de la obra emprendida, que viene a continuarse, por efecto de su propio acrecimiento, en la publicación que inauguramos. Muchos son, pues, los que habrán de expresar su pensamiento en estas páginas, porque desde ya declaramos nuestro intento de un periodismo no sujeto al rectorado de ninguna particular conveniencia, sino un periodismo de elaboración colectiva, en la mayor amplitud posible.

Por otra parte, como segunda razón explicativa, una constatación bien evidente demuestra que la mayor utilidad social del periodismo se produce cuando él es instrumento de la actividad política. A la inversa, y con más verdad todavía, la actividad política necesita por naturaleza, del periodismo que la difunda, la aclare, la defienda, la critique.

El batllismo es un gran partido y una gran obra realizada; pero es también una extraordinaria fuerza histórica, apta para emprender una obra social de futuro, infinitamente más considerable.

La orientación actual del partido, la interpretación crítica de lo realizado y la tendencia futura, tienen que ser diversamente apreciadas.

Nosotros vamos a exponer, propagar y defender nuestra particular apreciación. Para que ese trabajo sea eficaz, necesitamos del periódico.

En términos generales, estimamos como lo más apreciable de la obra batllista, su carácter de socialismo positivo. Batlle fue el más grande realizador socialista de América, aunque sus realizaciones aparezcan al presente desmedradas por las reacciones individualistas que tuvieron que contemplarse en su época.

Desde que Batlle careció de poder en el gobierno -hace más de diez años- aquella obra se detuvo. El problema social subsiste sin solución y así permanecerá mientras no se ataque a fondo la estructura misma del orden económico existente. Los trabajadores, la gran masa activa y desposeída de la sociedad, no tendrán justicia si se la busca por el camino de imposibles conciliaciones entre los privilegios del capital y la miseria de quienes lo alimentan con su esfuerzo.

 

 

 

Aclaremos con sencillez esta cuestión. El capital es riqueza acumulada en manos de un individuo, que la utiliza para producir nueva riqueza. Dejemos de lado ahora la ilegitimidad de que se permita a un individuo acumular aquella primera riqueza (injusticia y anti-socialidad de la herencia, que es uno de los medios de esa acumulación); la nueva riqueza es el resultado exclusivo del trabajo humano, en el que está incluído el del propio capitalista, pero éste retiene para sí, en el reparto, una porción infinitamente mayor de la correspondiente a su trabajo, por alto que se aprecie. El obrero en cambio recibe lo menos posible; lo suficiente para que no busque por la fuerza, desesperadamente, los medios de subsitir. Economistas, eruditos y políticos de profesión, sobretodo si son ricos, sonreirán de nuestro análisis; sólo que no podrán destruir su verdad. Al servicio de la total destrucción de la injusticia que encierra esa verdad, ha estado siempre el esfuerzo del partido y nosotros queremos mantenerlo en ese empeño, inflexiblemente. Nuestra prédica en este periódico y nuestra conducta política y partidaria, habrán de concretarse, por lo tanto, a la defensa de los trabajadores y al ataque de los privilegios capitalistas, lo que significa quitar a estos los medios de producción y de cambios para entregarlos a la sociedad.

"AVANZAR", Año I, Nº1, 12 de julio de 1930.

El entierro de Grauert

18 de diciembre de 2011 a las 16:50

Se realizó el día 27 de octubre a las 10 de la mañana. Ese día la Federación de Estudiantes Universitarios declaró una huelga de 24 horas y numerosos estudiantes participaron del cortejo. Salieron de la Casa del Partido Colorado, donde se había realizado el velatorio, en las calles 18 de Julio y Médanos, y se dirigieron a pie, llevando el féretro en hombros, hacia el Cementerio Central donde se debía efectuar el entierrro. Tomaron por la calle 18 de Julio donde se llegó a congregar una inmensa multitud, calculada en unas 30.000 personas, que llevaban la bandera de los Treinta y Tres Orientales y cantaban el Himno Nacional y La Marsellesa. El itinerario previsto era seguir hasta la calle Yí y doblar por ésta hasta el cementerio, pero la multitud intentó seguir por 18 de Julio hasta la Plaza de Cagancha, para rendir un último homenaje a Grauert frente a la estatua de la Libertad, buscando simbolizar de esta manera su calidad de mártir en la lucha contra la dictadura. Para eso quisieron romper el cerco policial que se había formado en la calle Cuareim. Aquí empezaron los incidentes, durante los cuales las fuerzas de seguridad atacaron a los manifestantes lanzándoles gases lacrimógenos, usando armas de fuego y utilizando guardias de a caballo armados de sables. Como consecuencia hubo varios manifestantes heridos de balas, con contusiones por los sablazos y varios policías heridos, uno de ellos de un navajazo. Fue muy combativa la participación de un grupo de mujeres que formaba parte de la manifestación y que habrían abofeteado a los policías y, según la versión de éstos, les arrojaron a la cara unos polvos, que parecían ser pimienta, con el propósito de entorpecerles la vista. En el momento más algido de la lucha, el ataúd cayó al suelo pero luego los manifestantes lo recuperaron para, ahora sí, dirigirse hacia el Cementerio Central. Allí se organizó un acto donde hablaron Capozzoli, Malet por la Agrupación "Avanzar", la líder feminista Paulina Luisi y Alberto Zubiría. El entierro de Grauert constituyó el punto de partida para la formación de un vigoroso movimiento contra la dictadura de Terra, se abrió el camino para la unificación de las tendencias opositoras a la vez que generaba un clima de odio hacia el régimen.

Ver:

Didizian, Kurken, Julio César Grauert: discípulo de Batlle  Avanzar, Montevideo 1967

Montaldo Ferrari, Félix, "Grauert, el líder de la Agrupación "Avanzar", 103 págs., Ed. Arca.

Reflexiones del Batllismo. Numero 3. 1987

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.