Datos personales

domingo, 25 de octubre de 2020

 

La prensa, los periodistas, la democracia.

Crónica breve.

Antecedentes.



"El 23 de octubre de 1815 José Artigas envió un oficio al Cabildo de Montevideo apoyando la publicación de Mateo Vidal –“Prospecto Oriental”- que calificó como una “herramienta fundamental” y exhortando a los cabildantes a promover la libertad de prensa en el territorio nacional. Este acto motivó a los legisladores para el establecimiento del “Día del Periodista” el 23 de octubre de cada año. En el periodo de 1830 al 37, la prensa adquirió un desarrollo notable, registrándose más de 50 diarios y periódicos aparecidos esos años. Entre ellos, El Nacional (1835-1836) Ya en medio de una lucha civil y en vísperas de la Guerra Grande, reflejó la cultura de la época y las aspiraciones de la juventud el periódico El Iniciador, que apareció en 1838, fundado por Lamas y el argentino Miguel Cané. En este

periódico hay la revelación de una adelantada cultura literaria. En 1838 reapareció El Nacional, redactado primero por Lamas y Cané. El diario cesó en 1846. El Comercio de la Plata, fue otro diario, indudablemente el más famoso de los publicados en los países de la Plata en el siglo XIX. Una extraordinaria actividad intelectual se manifestó en Montevideo que desde 1843 a 1851, se publicaron más de 30 diarios y periódicos, en español, francés e italiano y en muchos de ellos abundan escritos científicos y literarios, reveladores de gran cultura.

Entre 1868 y 1885 épocas turbulentas y en la que las situaciones de guerra eran frecuentes, la prensa pasó por algunas crisis,  se produjeron restricciones de la libertad de escribir, empastelamiento de diarios, destierro de periodistas y otros actos más o menos graves, que mantuvieron en suspenso la verdadera y legítima libertad consagrada por la Constitución.

El 1863, apareció El Siglo, diario de importancia superior por el carácter de sus redactores y por sus informaciones completas. En 1863 se fundó La Reforma Pacífica, diario de tendencias federales. En 1864 apareció un periódico bisemanal titulado Artigas. En 1865, empezó a publicarse el diario La Tribuna, En 1969 empezó a publicarse el diario El Ferrocarril, que inauguró el periodismo noticioso y popular. La prensa de los sitiadores estuvo representada por el Boletín del Ejército, publicado de 1845 a 1851. “¡Vivan los defensores de las leyes! ¡Mueran los salvajes unitarios!” El Telégrafo Marítimo, decano de las publicaciones nacionales, fundado en 1850 por Juan Buela. Los diarios de más importancia que aparecieron más tarde fueron: -La Constitución, que pertenecía al partido blanco, predominante en el gobierno del país con la Presidencia de Giró; -El Orden, fundado por Juan Carlos Gómez que se declaraba órgano del partido conservador, con el principal objetivo de prestigiar a éste, y-La Fusión, que respondía a la idea de la fusión de los partidos. Desde 1855 a 1860, los diarios más importantes que se fundaron y publicaron fueron: La Nación y La República.

Durante la época del militarismo y durante el período del Coronel Lorenzo Latorre (1876-1880), el periodismo experimentó cierta transformación. Contenidos los elementos intelectuales por lo que le tocaba la política, se dedicaron con extraordinario impulso a la literatura y a las controversias filosóficas. Dando origen a una generación extraordinaria que desde las páginas periódicas y des la Universidad darían los insumos necesarios para el reformismo batllista.

En 1878, Daniel Muñoz y otros compañeros fundaron el diario La Razón

Batlle y Ordóñez produjo una verdadera revolución en el periodismo uruguayo al reducir el precio de venta de El Día a dos centésimos, la mitad de lo que hasta entonces se había cobrado siempre. De esta reforma puede decirse que data el mayor impulso que haya tenido la prensa popular o callejera, en cuanto a la circulación. Pocas semanas después, los católicos fundaron El Bien Público En el año 1886, José Batlle y Ordóñez fundó el diario El Día. En 1887, Ángel Floro Costa, uno de los escritores que más talento haya tenido el Uruguay, fundó el diario El Progreso, que tuvo como diario político, carácter colorado. Fundado en vísperas de elecciones generales y en época de extraordinario movimiento financiero, tuvo en su corta existencia una acción como pocos diarios podían presentar. El talento fecundo de Ángel Floro Costa, que desde las grandes cuestiones económicas hasta la política, todo lo abarcaba en El Progreso. La colección del diario debe ocupar uno de los mejores puestos en el periodismo moderno del país y del Río de la Plata. En 1889 se publicaron dos diarios nacionalistas: La República y La Época. Estos diarios no tuvieron vida muy larga, y en 1895 no tenía caracterizada representación en la prensa el partido nacional. El Día es considerado el diario más importante de la historia del periodismo uruguayo. Los periódicos más importantes son:-El Telégrafo Marítimo-El Siglo-La Razón-El Bien-El Día-La Tribuna Popular-En Nacional-El País-La Nación-El Liberal. En abril de 1898 se fundó la Asociación de la Prensa, la primera en el país.

En el periodo que corre entre 1890 y 1900 y entre las publicaciones más o menos efímeras que han aparecido son: de los diarios, La Capital, La Tarde, El Deber, La Constitución (fundada en 1896 por Alfredo Castellanos), La Prensa y La República; de los periódicos, Caras y Caretas y Montevideo Cómico (ambos festivos y de caricaturas); La Revista Nacional de Literatura y Ciencias Sociales (publicación cultural más importante de este periodo); La Cruzada; Uruguay Ilustrado y Rojo y Blanco (1900).En 1900, la prensa de la República Oriental del Uruguay estaba constituida así: en Montevideo: 9 diarios nacionales, en su mayoría políticos y de información general, 1 italiano, 1 español, 2 franceses y 1 inglés; 42 revistas y periódicos, de los cuales 10 eran puramente comerciales, 2 de agricultura, 2 de estadística, de pedagogía, 2 religiosos, 2 de medicina y farmacia, 2 de caricaturas políticas, 1 de jurisprudencia, 3 de ciencias diversas, 1 de música, y el resto de literatura y variedades, siendo 5 de éstos ilustrados. Las publicaciones del siglo XX Durante el primer tercio del Siglo XX la prensa uruguaya estaba a la altura de la europea o estadounidense y se caracteriza por la abundante información. Prácticamente, todas las localidades de cierta importancia del país tienen su publicación. En 1906, aparece en la ciudad de Salto "TRIBUNA SALTEÑA". En 1910, en Paysandú "EL TELÉGRAFO". En 1914, en Florida el vespertino "EL HERALDO". En Montevideo, salen a la luz en 1916 "LA GACETA COMERCIAL". En 1917, el diario "LA MAÑANA". En 1918, el diario "EL PAÍS". En 1923, "EL DIARIO". De esta época, son importantes las revistas "MUNDO URUGUAYO" y "LA RAZA". En 1900, Raúl Montero Bustamante funda el periódico "REVISTA LITERARIA". De menor relieve, merecen destacarse "VIDA MODERNA" (1900 - 1903) y "BOHEMIA" (1908 - 1910).

 El Vanguardismo uruguayo tuvo su expresión de reacción frente a la estética modernista en "LOS NUEVOS" (1919 - 1920), "LA CRUZ DEL SUR" (1924 - 1931), "LA PLUMA" (1928 - 1931) y "CARTEL" (1929 - 1931). El 24 de junio de 1939, sale a la calle por primera vez el semanario que marcará durante 35 años los derroteros políticos y culturales del país "MARCHA". En su primer número agotó su tirada de 20.000 ejemplares. Su impulsor y director era Carlos Quijano, y el secretario de redacción Juan Carlos Onetti. En los últimos años de la dictadura militar (1983), los semanarios se convierten en las principales tribunas de oposición al régimen militar. Entre ellos estuvieron "JAQUE", "BÚSQUEDA", “ Correo de los Viernes”, “Opinar” más tarde "BRECHA", este considerado como continuador de Marcha. En la década de 1990, siguen en circulación "LA UNIÓN”, "DIARIO OFICIAL", "EL DIARIO", " EL DIARIO ESPAÑOL", "EL PAÍS", "LA GACETA COMERCIAL" en Montevideo. Mientras que en el interior del Uruguay, también siguen en Paysandú "EL TELÉGRAFO", en Salto "TRIBUNA SALTEÑA". A éstos se le agregan dos nuevos diarios nacionales "LA REPÚBLICA" y "EL OBSERVADOR".

El rol de la prensa anarquista

La prensa anarquista fue, junto a otros, el ámbito donde coincidieron obreros e intelectuales en una visualización poderosa de la integración buscada entre obreros manuales e intelectuales, más particularmente en la formación integral del individuo que promovía la enseñanza del trabajo a un tiempo manual e intelectual. Con este objetivo, la instrucción promovida por los anarquistas propagandistas a través de la enseñanza de la escritura y de la práctica escritural incluyó las colaboraciones en la prensa de los trabajadores manuales. Para comprender mejor este encuentro y esta práctica es necesario trazar algunas características generales de la prensa anarquista. Los anarquistas lograron crear una prensa alternativa dirigida a los trabajadores con el objetivo de formar un campo de lectura popular que iba creciendo según crecía la llegada de inmigrantes europeos. El desarrollo de esta prensa fue, también, debida a la alfabetización acelerada de la población en el período, al bajo costo de la impresión y de la venta de las nuevas publicaciones; y a la libertad de prensa que, sin embargo, fue limitándose de manera significativa. Así lo señalaba La Voz del Trabajador de Montevideo en 1889: “[...] este semanario [...] se consagrará [...] a iniciar [a la clase obrera] al estudio y desarrollo de los descubrimientos de las leyes de la ciencia sociológica, que pueden llevarla a su completa emancipación moral y material” (en Zubillaga y Balbis, 23).En el caso uruguayo, los autores reconocen que el anarquismo incidió de manera marcada también en los índices de alfabetización de las masas inmigrantes a través de la acción en los circuitos trazados entre círculos, conferencias y prensa obrera, tal como explican: El incremento del alfabetismo entre los asalariados no fue [...] el fruto exclusivo de la ampliación de la cobertura escolar formal, sino que se debió en una cuota no  despreciable a la autogestión educativa que las organizaciones sindicales o los grupos ideológicos a ellas vinculados fueron capaces de instrumentar .Así, se puede explicar la propagación explosiva y fugaz de la prensa anarquista por dos posibles causas. La primera, como una forma más de alcanzar la alfabetización de una masa de inmigrantes que aspiraba a adquirir conciencia de clase y que necesitaba de la ilustración para ejercer la lucha sindical con mayores elementos. Como instrucción La anarquista ítalo-uruguaya Luce Fabbri realizó tareas de instrucción a los obreros. Sin entrar en los detalles de su tarea pedagógica con obreros inmigrantes italianos, que no implica directamente una instrucción destinada a la escritura en la prensa, es relevante su testimonio con respecto a la tarea pedagógica y orientadora de su padre, Luigi Fabbri, en su exilio montevideano. La actividad al frente de dos periódicos en italiano requería del propagandista la corrección exhaustiva de artículos escritos por obreros con escasa instrucción. Dos fueron las publicaciones que mi padre dirigió en el exilio, una en París y otra en Montevideo, pero ambas dedicadas principalmente a un público de emigrados italianos. Recibía colaboraciones de distinta procedencia y de distinto nivel, tanto de intelectuales como de obreros. Algunas de estas últimas, procedentes de obreros ya fogueados en la lucha y en el modesto periodismo proletario, no se distinguían de las de los colaboradores más cultos. Pero otras, de compañeros que apenas tenían en su haber tres o cuatro años de escuela primaria y habían leído desordenadamente, al azar de lo que encontraban, eran sin ninguna duda impublicables Continúa Fabbri: Mi padre las corregía, frase por frase, o bien las volvía a escribir, conservando en lo posible las mismas palabras, tratando de ser fiel al concepto y, luego, proponía la nueva redacción al autor, explicándole las razones de cada cambio.

Periodistas y políticos.

 José Pedro Ramírez fue miembro fundador del Ateneo de Montevideo, donde dictó clases de Derecho Constitucional, y rector de la Universidad de la República entre 1882 y 1884.

 

Hombre de paz, intervino como agente del gobierno en las tratativas de acuerdo con los revolucionarios de Aparicio Saravia. Trabajó también como periodista y escritor; dejó su impronta en las páginas del diario El Siglo. Sirvió como hombre público, ocupando cargos como legislador y ministro de Estado. Si bien, en el momento de la fundación del Jockey Club de Montevideo ocupó la vicepresidencia, fue su Presidente entre los años 1909 y 1913, año en que falleció mientras ocupaba el cargo. Siendo diputado por el departamento de Maldonado, en 1872, protagonizó un escándalo de proporciones al comprar el voto de Isaac de Tezanos, en favor del candidato presidencial que apoyaba -José María Muñoz-, lo que determinó que Ramírez renunciara a su banca y erosionara severamente su prestigio. Opuesto al golpe de 1875, que dio inicio al llamado «militarismo», fue deportado junto a su hermano Octavio, y a su regreso participó de la fracasada Revolución Tricolor.

 Julio Herrera y Obes, hijo del político y diplomático Manuel Herrera y Obes y hermano del también político Miguel Herrera y Obes. Acompañó a Venancio Flores, como secretario, en la guerra del Paraguay. Fue ministro de Exteriores con Tomás Gomensoro. Reorganizó el coloradismo apoyándose en el diario El Heraldo. También participó en el diario El Siglo. Polemizó duramente con José Batlle y Ordóñez.

José Batlle y Ordóñez En 1879 comenzó su carrera de periodista como redactor en el periódico "El espíritu nuevo" en el cual oficiaba como un duro detractor del gobierno militarista de Lorenzo Latorre. Hacia 1880, realizó un breve viaje a Europa, donde cursó estudios y amplió conocimientos en España y Francia. Esta experiencia le permitió entrar en contacto con las ideas políticas del momento, algo que aprovechó para su futuro mandato presidencial. Poco después de su regreso al Uruguay, fue fundador del diario El Día, desde donde se dedicó a criticar a ciertos sectores del gobierno que él consideraba despóticos. Su dura oposición a la gestión del gobierno del general Máximo Santos le valió algunas detenciones en la cárcel, debido al alto contenido filosófico y provocativo de muchos de sus discursos.1​ Asimismo participó en la Revolución del Quebracho en contra de este presidente, y en este marco fue hecho prisionero y encarcelado en Palmares de Soto en 1886.

Domingo Arena: Se radica en Montevideo donde cursa sus estudios, e inicia su vida laboral en dicha ciudad en varios trabajos hasta conseguir uno en el diario El Día debido a su vinculación con responsables de dicha publicación. Estudió en la Facultad de Medicina y se graduó de Farmacéutico y luego de Abogado en la Facultad de Derecho.​ Conoció a José Batlle y Ordóñez con quien formó una gran amistad, aparte de ser uno de sus más importantes colaboradores. En el campo periodístico llegó a ser director de El Día en 1904, habiendo comenzado como gacetillero, pasando por cronista, reportero y editorialista. Ejerció la dirección en conjunto con Pedro Manini Ríos. Publicó muchos artículos con su nombre y otra utilizando el seudónimo Mercurio.

Pedro Figari. En 1893 comenzó su actividad periodística fundando y co-dirigiendo el diario liberal colorado El Deber. En 1905 publicó en el diario El Siglo veintidós artículos que fueron definitorios para la abolición de la pena de muerte en Uruguay en 1907. Entre 1910 y 1911 publicó en el diario La Razón diecinueve artículos bajo el título “El momento político”.​ Figari utilizó la prensa para dar a conocer y exponer públicamente su punto de vista sobre temas políticos, de educación y arte.

 Washinton Beltran: Se gradúa de abogado y ejerce como docente de literatura en la Universidad de la República. Su vocación de escritor le valió una prolífica producción periodística, escribiendo para distintos medios del Uruguay, como La Razón, La Tribuna Popular y la revista científica Evolución utilizando para firmar artículos el seudónimo Juan de Ega. ​ En 1918 participa en la fundación del diario El País, junto a Leonel Aguirre y Eduardo Rodríguez Larreta, con quienes comparte la dirección del mismo hasta su muerte

“El campeón del fraude: el que hizo doctrina constitucional de la "influencia moral" en el "anoche me llamó Batlle" de las elecciones de Rio Negro; el que firmó un decreto que no osaron suscribir ni Santos ni Varela, declarando que los policías podían y debían intervenir en política electoral; el que formó los desfiles de la policía a base de soldados disfrazados y de las oficinas públicas, como la Luz Eléctrica, el Correo, el Municipio, el Puerto, los maestros de escuela, convertidos en club; el que no obstante haberse tragado de sueldos más de trescientos mil pesos oro formó tesoros partidarios descontándoles obligatoriamente a los miserables sueldos de los guardias civiles y los barrenderos municipales; el que quemó el voto secreto que libera al obrero del patrón y al funcionario del gobierno; el que inventó los compromisos escritos arrancados a los legisladores antes de ser electos; el que hizo Diputados y Senadores desde la Casa de Gobierno y condenó a destierro y a miseria a José Enrique Rodó por haber sido independiente altivo; el que dejó sucesor que le guardara el poder y luego se lo devolviera, dominando al Uruguay 16 años, casi el mismo término por el que Estrada Cabrera se enseñoreara de Guatemala y Porifio Díaz de Méjico; don José Batlle paradecirlo en dos palabras, osa reprochar los fraudes cometidos por el PartidoNacional.”

¡Qué Toupet!

Luis Batlle Berres Periodista en el diario El Día primero, luego creó Acción y adquirió la radio Ariel de Montevideo, desde donde desarrolló una intensa influencia en la vida política de su partido y del país.

Eduardo Victor Haedo: De joven trabajó en la prensa escrita en su ciudad natal, tarea que seguiría desarrollando, incluso cuando se dedicó a la actividad política. Se desempeñó como diputado por el departamento de Soriano, fue seis veces senador, fue ministro de Instrucción Pública y Miembro del Consejo Nacional de Gobierno, el que presidió durante un año. En su actuación como Ministro presentó el proyecto para crear la Facultad de Humanidades dentro de la Universidad de la República; también fue el autor del proyecto de creación de la Comedia Nacional. Propulsó la Ley 9.739,2​ de 17 de diciembre de 1937, de derechos de autor, conocida como Ley Haedo y que cumplió un importante papel en la defensa de los derechos de autor."

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.