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lunes, 20 de junio de 2016

Luis Batlle: La unidad del Partido Colorado.



Estoy trabajando hace semanas sobre el tema de la descomposición del batllismo. Hemos hablado con varios dirigentes actuales y líderes históricos, no he recibido ninguna confirmación por parte de ninguno de ellos de que hubiese existido tal fragmentación ideológica que determinará finalmente la pérdida de identidad del batllismo dentro del Partido Colorado. O sea la batllidad, al decir de Yamandú Fau, comenzó mucho antes de que el Dr. Caetano,  mi profesor y diría que amigo a través de sus libros, comenzara a escribir su República Batllista. Alcanza con ver los debates y el accionar de los batllistas en el fin de la década del 50 y comienzo de los 60, para comprender que el batllismo tenía dos vertientes, la de sus líderes todos batllistas con visiones enfrentadas  y las de los electores que lo buscaban permanentemente. Algunos se fueron y otros fundaron un partido de partidos que hoy nos gobierna. Por eso creo importante preguntarle a Don Luis Batlle a través de un discurso que pronunció en La Casa del Partido Colorado en 1960:
“ Nosotros, el sector que representa la mayoría del Partido y, por tanto, el Partido mismo, hemos luchado siempre por la unidad del Partido Colorado. No tenemos un solo acto del que arrepentirnos. Desde que estamos en la lucha dentro del Batllismo y del Partido Colorado hemos actuado siempre en favor de la unidad. Y cuando tuvimos el respaldo de la mayoría del Partido Colorado, pusimos siempre esa mayoría al servicio de la unidad del Partido. Como gobernantes no cometimos nunca el atropello de utilizar nuestra fuerza para herir, conspirar o desatender la unidad del Partido. Algunos han creído que la forma de unidad es transformar al Consejo Nacional en un Consejo con representación proporcional. Para nosotros esa no es la forma de defender la idealidad colegialista de Batlle; para nosotros, la unidad se hace llegando al gobierno y poniendo la fuerza del gobierno al servicio de todo el Partido. Y lo hemos hecho siempre, sin ninguna debilidad. Gobernando yo como Presidente de la República busqué ministros de todos los sectores del Partido; y además en los entes autónomos, llevé a hombres de todas las fracciones del Partido. La noche de la victoria  de 1955 desde la Radio Ariel, en nombre de Partido Colorado, pusimos esa victoria al servicio del Partido; y hemos luchado siempre por esta unidad. Desgraciadamente han hablado respecto a esta unidad, ideas confusas y apreciaciones equivocadas. En este momento volveremos a hablar de la unidad partidaria. Nosotros no creemos que la unidad  se haga desde una secretaría, entre hombres dirigentes, la unidad se hace en la calle, consultando a la opinión pública. (…) La derrota del Partido Colorado frente al nacionalismo nos plantea un nuevo y grave problema. Ahora este problema está planteado en el alama misma del pueblo;  el pueblo es el que va a decidir si el el que tiene que vencer en las urnas en la próxima elección es el Partido Colorado o el Partido Nacional. Tendremos todos que acercarnos para compartir el gobierno, en nuestra responsabilidad y obligación común para salvar al país de los malos años que está atravesando. La unidad estará hecha por la exigencia que tendremos como gobernantes y por  la exigencia que tendremos como expresión popular de la voluntad misma del pueblo” (16 de setiembre de 1960, Casa del Partido Colorado, discurso a lideres seccionales)

Los hechos posteriores mostraron disidencias dentro de la propia 15, una agria disputa sobre la visión colegialista y un enfrentamiento duro sobre la ortodoxia y la nueva visión del batllismo en una sociedad fragmentada, económicamente atormentada y con la Guerra Fría a las pedradas por 18 de Julio. El batllismo no tuvo respuestas al momento de crisis y de interpelación que la sociedad le hizo al modelo. A partir de allí el batllismo será el sentimiento de muchos compatriotas encarnado  dentro de varias tendencias dentro y fuera del Partido Colorado.

domingo, 12 de junio de 2016

La descomposición del proyecto batllista: 1962-1967.



Resulta muy claro argumentar que en las elecciones de 1962 los Partidos Tradicionales se enfrentaron con sus  propias discrepancias y fraccionamientos. En el Partido Colorado el grupo del diario “ El Día” promueve la candidatura del retirado general Oscar Diego Gestido fundamentando la elección en su categoría de “ hombre honesto y probo administrador”. La lista de Luis Batlle, la 15, mantenía su programa político basado en el proteccionismo, reorganización financiera, industrialización desarrollo del agro y el comercio, en definitiva una receta que no pudo superar la crisis económica y el estancamiento post Guerra d Corea. También se produce la escisión de integrantes de la lista 15 , Michelini y Batalla, y de la lista 14, Renan Rodriguez y Enrique Martínez Moreno, formaron la lista 99. El objetivo era debatir el Colegiado y aggiornar al batllismo.  Tulio Halperin Dongi había escrito décadas atrás que “ el batllismo no tenía programa sino para tiempos de prosperidad”. Don Pepe vivió en un tiempo de relativa prosperidad, la crisis de 1913 fue un punto fuerte, pero Luis Batlle se enfrentó a duras condiciones económicas, ideológicas y sociales en el marco de la Guerra Fría y  la dura derrota electoral de 1958. Desde el llano el batllismo se vio en figurillas para mantener unidad y cohesión en un marco difícil.  La sociedad uruguaya vivía procesos de cambios bastante profundos que encuentra la propuesta batllista fragmentada y enfrentada. Sin embargo el batllismo  quincista tuvo buena votación en Montevideo lo que complicó mucho el accionar de colegiado. A esto le debemos agrega la muerte de varios líderes políticos trascendentes en el momento:  Benito Nardone en marzo, Luis Batlle Berres y Daniel Fernández Crespo en julio. Esta situación dejó la situación en manos de los caudillos menores y contribuyó a fragmentar todavía más el espectro partidario general. El ruralismo trataba de mantener influencia pero la muerte de Benito Nardone marcó el final orgánico del grupo.  Aunque siguió el proceso de participación a partir de allí más gremial que político, las figuras principales a partir de allí fueron Juan José Gari, Juan Maria Bordaberry y Benito Medero.

El otro problema serio es la influencia de la Guerra Fría, la Revolución Cubana y el accionar de la CIA en Uruguay. Un anticomunismo creciente comenzó a manifestarse a comienzos de los años 60. El 25 de mayo de 1961 un proyecto de Ley enviado al Consejo Nacional de Gobierno titulado “ Ley de Defensa de las bases de la  nacionalidad y de los derechos individuales” varios importantes juristas del momento proponían revitalizar  normas transitorias del periodo de la Segunda Guerra Mundial con el objetivo de restablecer “disposiciones represivas” con el objetivo de llenar vacíos de poder frente al accionar subversivo que  atentaba contra las bases mismas de la nación. En la nota adjunta al proyecto los firmantes ubicaban el origen del proyecto en unos ofrecimientos que se habían elevado anteriormente  al Consejero Benito Nardone. Paralelamente una organización de padres demócratas denunciaban que en la Enseñanza Secundaria estaba actuando el Comunismo con mucha fuerza. Surge acá la idea de que para integrar la administración pública se debía brindar una notoria filiación democrática y que se debía utilizar los medios de comunicación respetuosos de la democracia, entre ellos El Día, El País, El Plata, La Mañana y el Diario Rural que mostraran la realidad de la vida en el mundo soviético. Es en este momento que el Consejero por la minoría colorada y representando a la lista 14 César Batlle Pacheco consideró como insuficiente un simple planteamiento de fe democrática y propone afirmarlo con  “atención sobre los profesores comunistas(…) denunciándolos con nombre y apellido con el objetivo de logra algo concreto” y terminando su intervención con un lapidario “ hay que eliminar a los comunistas”. En 1962 luego de una serie de incidentes violentos, a mediados del mes de julio, Benito Nardone atribuyó la responsabilidad a los comunistas argumentando que “ el propósito de atentar a nuestras instituciones viene de organizaciones foráneas” y culmina sugiriendo la ilegalidad del Partido Comunista sosteniendo: “ Al comunismo lo tenemos que combatir de todos modos. Hay que ve las libertades que goza (…) y les permitimos calificaciones contra nosotros que las toleramos en nombre de la libertad y el hecho de que las toleremos no quiere decir que las admitamos” Los Consejeros de la minoría no apoyaron la propuesta, Héctor Grauert consideró peligrosa y de dudosa legalidad la propuesta y que podría servir como excusa para cualquier tipo de excesos. Y en esa misma línea de pensamiento el Consejero Amilcar Vasconcellos sostuvo: “ (…)la lista 15, es un sector denominado Chapa 15 comunista, como es notorio, por algún locutor, con esas apreciaciones se puede llegar a cualquier extremo y a cualquier parte. Las normas legales deben proteger y se debe reglamentar la filiación política, pero, una presunción de no pertenecer al sistema democrático representativo me parece llevarlo más allá de lo que la Constitución permite” a estos conceptos Grauert agregó: “ (…) también se nos llamó comunistas chapa 15 por la radio del Consejero Nardone y también cuando defendimos la República Española . Digo estas palabras al margen de toda posición política, de blancos o colorados porque también a varios se los tildó de nazistas, falangistas, etc. (…)no debería ser tipificados como una causal de cesantía en la función pública” El proyecto salió sin el apoyo de la minoría batllista. Circunstancia que sería moneda común desde este momento histórico. La Reforma Constitucional marcará el fin del proyecto batllista progresista y radical en lo social. Resulta interesante ver la afirmación del joven Dr. Jorge Batlle cuando se planteó el tema de la reforma constitucional que baja definitivamente el principal proyecto de Don Pepe: “ Es preciso reencontrar una formula institucional para el Poder Ejecutivo que evite dos grandes males que la experiencia histórica viene señalando: un Ejecutivo fuerte y arbitrario o un Consejo irresponsable” Al decir del Dr. Gerardo Caetano el Dr. Jorge Batlle hizo una suerte de parricidio político como forma de aggiornamiento  que él veía como viable y necesario. La realidad es que el empuje desbatllistizador iniciado por por el Cr.  Azzini desde otras tiendas, ahora  en vísperas de la reforma electoral el propio  Dr. Jorge Batlle propuso una economía y una sociedad abierta cerrando definitivamente el Neo batllismo. La división del batllismo, la división del quincismo, la nueva propuesta de la 99 y el fin del proyecto principal del Colegiado hizo trizas el proyecto batllista que quedó en el ADN social siendo batllistas los no batllistas y convirtiendo lentamente el modelo en una suerte de impulsos batllistas dentro de concepciones diferentes. El caso inmediato fue el gobierno de Gestido y la experiencia pachequista que ocupó parte del espectro batllista con visiones muy alejadas en la práctica política. A partir de allí Jorgistas,  pachequistas, la 99, Vasconcellos y Flores Mora en el Partido Colorado se declararon batllistas. Todas las interpretaciones deterioraron el ser batllista. Quedando en el inconsciente social que el batllismo fue  un período de grandes realizaciones que había que encontrarlo fuera de la propuesta Colorada.