Estoy trabajando hace semanas sobre el tema de la
descomposición del batllismo. Hemos hablado con varios dirigentes actuales y líderes
históricos, no he recibido ninguna confirmación por parte de ninguno de ellos
de que hubiese existido tal fragmentación ideológica que determinará finalmente
la pérdida de identidad del batllismo dentro del Partido Colorado. O sea la
batllidad, al decir de Yamandú Fau, comenzó mucho antes de que el Dr.
Caetano, mi profesor y diría que amigo a
través de sus libros, comenzara a escribir su República Batllista. Alcanza con
ver los debates y el accionar de los batllistas en el fin de la década del 50 y
comienzo de los 60, para comprender que el batllismo tenía dos vertientes, la
de sus líderes todos batllistas con visiones enfrentadas y las de los electores que lo buscaban
permanentemente. Algunos se fueron y otros fundaron un partido de partidos que
hoy nos gobierna. Por eso creo importante preguntarle a Don Luis Batlle a
través de un discurso que pronunció en La Casa del Partido Colorado en 1960:
“ Nosotros, el sector que representa la mayoría del Partido
y, por tanto, el Partido mismo, hemos luchado siempre por la unidad del Partido
Colorado. No tenemos un solo acto del que arrepentirnos. Desde que estamos en
la lucha dentro del Batllismo y del Partido Colorado hemos actuado siempre en
favor de la unidad. Y cuando tuvimos el respaldo de la mayoría del Partido
Colorado, pusimos siempre esa mayoría al servicio de la unidad del Partido.
Como gobernantes no cometimos nunca el atropello de utilizar nuestra fuerza
para herir, conspirar o desatender la unidad del Partido. Algunos han creído
que la forma de unidad es transformar al Consejo Nacional en un Consejo con
representación proporcional. Para nosotros esa no es la forma de defender la
idealidad colegialista de Batlle; para nosotros, la unidad se hace llegando al
gobierno y poniendo la fuerza del gobierno al servicio de todo el Partido. Y lo
hemos hecho siempre, sin ninguna debilidad. Gobernando yo como Presidente de la
República busqué ministros de todos los sectores del Partido; y además en los
entes autónomos, llevé a hombres de todas las fracciones del Partido. La noche
de la victoria de 1955 desde la Radio
Ariel, en nombre de Partido Colorado, pusimos esa victoria al servicio del
Partido; y hemos luchado siempre por esta unidad. Desgraciadamente han hablado
respecto a esta unidad, ideas confusas y apreciaciones equivocadas. En este
momento volveremos a hablar de la unidad partidaria. Nosotros no creemos que la
unidad se haga desde una secretaría,
entre hombres dirigentes, la unidad se hace en la calle, consultando a la
opinión pública. (…) La derrota del Partido Colorado frente al nacionalismo nos
plantea un nuevo y grave problema. Ahora este problema está planteado en el
alama misma del pueblo; el pueblo es el
que va a decidir si el el que tiene que vencer en las urnas en la próxima
elección es el Partido Colorado o el Partido Nacional. Tendremos todos que
acercarnos para compartir el gobierno, en nuestra responsabilidad y obligación
común para salvar al país de los malos años que está atravesando. La unidad
estará hecha por la exigencia que tendremos como gobernantes y por la exigencia que tendremos como expresión popular
de la voluntad misma del pueblo” (16 de setiembre de 1960, Casa del Partido
Colorado, discurso a lideres seccionales)
Los hechos posteriores mostraron disidencias dentro de la
propia 15, una agria disputa sobre la visión colegialista y un enfrentamiento
duro sobre la ortodoxia y la nueva visión del batllismo en una sociedad
fragmentada, económicamente atormentada y con la Guerra Fría a las pedradas por
18 de Julio. El batllismo no tuvo respuestas al momento de crisis y de
interpelación que la sociedad le hizo al modelo. A partir de allí el batllismo será
el sentimiento de muchos compatriotas encarnado dentro de varias tendencias dentro y fuera del
Partido Colorado.
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