Datos personales

sábado, 25 de junio de 2016

Gestido: “El Presidente está aislado en medio de la multitud”.




Los intelectuales y analistas de izquierda manejan la debacle de los valores democráticos en los 60 como la resultante del “ círculo vicioso del estancamiento e inflación” (Gillespie,1995) por lo tanto serían las condicionantes económicas las que determinaron la conflictividad social. A esto se le debe sumar que la unidad sindical, luego de que se fundara la CNT en 1966, unifica en un solo discurso la postura ideológica con el reclamo social con una estructura y maquinaria de movilización inédita hasta ese momento. A partir del Congreso del Pueblo se establece un claro programa de acción de base socialista que incluía la reforma agraria, la nacionalización de la banca y el control del comercio exterior. Esto culminará en un proyecto superior cuando se establezca la opción Frente Amplio a partir de 1971. El resultado lógico de estas movilizaciones fue la tendencia combativa y el espíritu revolucionario sesentista con un fuerte descreimiento en el sistema democrático y representativo. Desde los colegiados de mayoría nacionalista, la respuesta a estos desbordes llevaron a la pérdida de los derechos individuales, la represión como opción para contener los reclamos sociales que culminaron en deslegitimar el sistema democrático. La izquierda había tomado el camino de las movilizaciones callejeras, continuas ocupaciones de lugares de trabajo construyendo un sentimiento de participación ainstitucional con  la visión política del pueblo en las calles:” si esto no es el pueblo, el pueblo donde está”. Desde el gobierno se generan anticuerpos con claros elementos legitimadores de procedimientos autoritarios en una relación binaria que al caos debe enfrentarse el orden. Estos aspectos también contribuyen a la perdida de los valores democráticos. Luego de la reforma constitucional de 1966, a todos estos argumentos debemos agregarle la fragmentación de los Partidos Políticos con gran diversidad de listas, sectores, debates más o menos bizantinos que alejaban lentamente al ciudadano del respeto a esos grupos de ideas.
Cuando asume Oscar Gestido a la presidencia su primera tarea fue tratar de lograr un entendimiento con la CNT.  El 18 de enero de 1967 recibió en su domicilio particular a una delegación sindical comandada por el presidente de la central José D’Elia acompañado por Wladimir  Turiansky  e Ignacio Huguet, no se llegó a ningún acuerdo. En febrero ya había una huelga general de los funcionarios públicos que se levantó cuando el saliente Colegiado acordó aprobar los presupuestos públicos. “Es hora de acción y no de palabras” fueron las apreciaciones que quedaron sonando luego del discurso de toma de posesión del Presidente Gestido. Totalmente opuesto a tomar medidas represivas, sus nueve meses de gobierno estuvieron envueltos en una espiral de violencia y de reclamos sociales de todo tipo. Un conflicto en Salud Pública lo hizo debutar a días de haber asumido el cargo y logró controlarlo sin medidas represivas. Decretó la intervención de la Caja de Jubilaciones y su primera derrota política se produce cuando el sector de  Jorge Batlle se negó a  votar las venias delos dirigentes blancos que había designado para los entes autónomos. Su política económica  se dirigió a través de una Ley de Emergencia a ordenar la economía, contener el contrabando, redefinir la política monetaria y coordinar los esfuerzos del capital y el trabajo. Fue bombardeada por los propios integrantes de su gobierno, Faroppa la consideraba inconstitucional, Vasconcellos la definió como continuista de la propuesta del Cr. Nacionalista Azzini y Jorge Batlle la consideraba demasiado ambiciosa e impracticable. A estos debates debemos agregar la conflictividad sindical, la ocupación de la Universidad de la República y la manifestación de los estudiantes universitarios que debió ser reprimida con gases y vehículos lanza agua. El 1 de mayo durante el acto sindical se definió su política como represiva y antiobrera. La respuesta de Gestido fue promover a dos figuras provenientes del ala izquierda del batllismo que pregonaban una línea desarrollista y nacionalista en materia económica: Zelmar Michelini en Industrias y Amilcar Vasconcellos en Hacienda. Carlos Manini Ríos fue a Cultura. Se esperaba que la línea desarrollada por Vasconcellos lograse una paz sindical,  esta se resistía al FMI y era muy comprensivo con el movimiento sindical, pero la realidad fue otra, invierno muy crudo, suba de precios, pérdida de cosechas llevaron a una gran radicalización del movimiento sindical. Se había anunciado un gran paro general para el 20 de julio, el día 19 Vasconcellos se reunió con la cúpula sindical para manifestarles que sin su apoyo no había política económica posible. Fracasó esta mediación y vincularon a gobernantes con el conflicto de la prensa: Michelini era el dueño de “Hechos”, Carlos Manini Ríos de  “La mañana” y “El Diario”. Continuaron los paros y el caos económico y social  y comienzaron a escucharse pedidos de mano dura con el movimiento sindical. El diario opositor “Extra” editorializaba: “ Paros, huelgas, trabajo a reglamento, están creando un clima social de alta tensión que impide el trabajo fecundo. El presidente está aislado en medio de la multitud”.
El 6 de diciembre de 1967 fallece repentinamente  el presidente Gestido, y con él el seis largas décadas de batllismo. Asume Jorge Pacheco Areco y firma un decreto semanas más tarde por el cual se retiraba la personería jurídica al Partido Socialista, al Movimiento Revolucionario Oriental, la Federación Anarquista Uruguaya, al Movimiento de Izquierda Revolucionaria y al Movimiento de Acción Popular Uruguayo. Además clausuraba el vocero socialista “El Sol” y “Epoca” acusado de fomentar las directiva de la OLAS que auspiciaba la lucha armada para llegar al poder.

El Uruguay tolerante, de justicia social, de economía controlada por el Estado, en definitiva el Uruguay batllista entró en fase terminal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.