En un partido Colorado deprimido en el cual convivimos
teóricos, intelectuales, conservadores más o menos radicales el debate siempre
es el batllismo. No ocurre lo mismo fuera de estas tiendas donde es aceptado a
rajatabla como el ADN de nuestro país. Se bastardeó el termino batllista adaptándolo
como un chicle a casi todo. Y lo peor llegando a lo máximo que puede un partido
hacer, expulsar a sus integrantes. Hemos estado en discusión, yo mismo, sobre
si podía ser merecedor de definirme como batllista. Algunos integrantes del
sector Colorado tradicional, hoy mayoría, me han criticado por sentir que estoy
cerca del socialismo. En tanto algunos batllistas ortodoxos han sostenido que de ninguna manera
lo soy por ser existencialista cristiano. Sin embargo hemos tratado en unas 50
notas de buscar el ser batllista, y con respeto a todas las opiniones así me
considero. Por lo tanto seguiremos buscando al ciudadano que se fue buscando su
utopía en otras tiendas, y mire que los entiendo. Estamos enfrascados en la década
del 60, en la época del fin del batllismo para algunos y en el despegue de un
Partido Colorado moderno, post dictadura para otros. El resultado demuestra lo
primero, aunque lo segundo, excepto por la soberbia de algunos fue
trascendente.
El 30 de noviembre de 1958 con una mezcla de sorpresa y
expectativa los blancos alcanzan el poder gracias al sistema colegiado de
gobierno. Su anterior experiencia había sido en el lejano 1868 cuando Atanasio
Aguirre había comandado el Poder Ejecutivo. Llegaron al gobierno de la mano de
un gran deterioro económico y el sentir de la gente, más allá de los números
que lo aseguraban, era que cada vez se exportaba menos y nuestros productos
perdían constantemente valor en los mercados. El proyecto industrializador que
había creado un excelente stado de bienestar bajo el denominado Neobatllismo
tenía ahora la gran contra del despegue de los precios de los insumos
industriales. Había un gran desequlibrio en el comercio exterior y que se
solucionaba con la pérdida de reservas y con el fantasma por entonces
corporizado, de la inflación que había subido un 20% entre los años 1957 y
1958. La política de Industrialización por Sustitución de Importaciones estaba
llegando a su fin debido a que el instrumento del control de cambios a través
del Sistema de Cambios Múltiples no
podía seguir transfiriendo el capital del
agro a la industria.
A comienzos de los 60 el Uruguay tenía como características
predominantes en materia social ser rutinario, pacífico y con unos sectores
medios conformistas y mayoritariamente urbanos. La efervescencia estaba en el
movimiento estudiantil que reclamaba la Reforma de la Carta Orgánica de la
Universidad de la República. es el momento de los primeros enfrentamientos de
la Policía y los estudiantes en las calles de Montevideo. Desde el punto de
vista político la novedad era la trascendencia del ruralismo que se había
aliado con los blancos para alcanzar el poder. Luis Alberto de Herrera luego de
logrado el objetivo y con la frase de que se había infiltrado dentro del Partido Nacional una “ comadreja
colorada” rompe con la alianza con Benito Nardone y se fractura el sector
mayoritario que había logrado la mayoría en el gobierno. En tanto el sector
minoritario que era la UBD ( Unión Blanca Democrática) había sido relegada por
alrededor de 10.000 votos. Lo primero que deciden enfrentar con una doble
aspiración era la crisis económica y desballistizar la política nacional. La
campaña electoral fue en base a la crisis económica y el eje era limitar el
poder del Estado. Por lo tanto entra en escena el Fondo Monetario Internacional
que desde 1947 el Uruguay estaba afiliado pero nunca , hasta ese momento, había
aceptado sus recetas. Lo que proponía el FMI por ese entonces era el librecambismo y una apertura
comercial que explicaba la inflación como exceso de demanda de los asalariados.
Era la referencia permanente en el debate político y económico del momento.
Surge el instrumento económico y político del gobierno colegiado blanco que fue
la Reforma Cambiaria y Monetaria llevada adelante por el Cr. Juan Eduardo
Azzini que incluía un conjunto de normas que incluían la fijación de normas
monetarias, la liberalización de importaciones y exportaciones. En definitiva le daba al Poder
Ejecutivo la facultad de hacer reformas económicas sin consultar al parlamento.
Esta política tuvo muchos problemas a las que se debe
sumar una serie de fenómenos naturales
como las grandes inundaciones de 1959, la sequía profunda de 1960 que trajo
como consecuencia pérdidas agropecuarias muy grandes y el colapso de la
producción de energía hidroeléctrica. Nada es gratis y estas penurias inician
la reacción de diversos sectores sociales a los cuales la Suiza de América
se alegaba en forma inexorable de sus
bolsillos y del estado de bienestar superior generado durante el neobatllismo.
La respuesta fue el inicio de la búsqueda de la unidad sindical por un lado y
tendencias conservadoras extremistas de perfil macartista por otro que incluía
ambos fenómenos a sectores de los Partidos Tradicionales que comulgaban con una
u otra opción. En los sectores populares y de la izquierda tradicional el
problema mayor era la existencia de dirigencias y visiones diferentes, los
anarquistas, los socialistas y los comunistas formaron y desarrollaron sus
propios sindicatos y hasta este momento todos los intentos de unidad había
fracasado. Había también subgrupos derivados de cada postura.. Evidentemente la
solidaridad se había complicado por el desarrollo radicalizado de la Guerra
Fria. La temperatura política sube cuando nos visita Fidel Castro en 1959 y siguiendo el juego de
ajedrez ideológico en 1960 el presidente norteamericano Dwight Eisenhower. Hubo
incidentes con estudiantes de la Facultad de Agronomía y frente a la
Universidad cuando pasa la comitiva por 18 de Julio. En este momento podemos
ver el fin de la Suiza de América, la fragmentación del Partido Colorado y el
fin , además de la unidad ideológica del batllismo. Los partidos políticos sintieron la crisis
económica y para las elecciones de 1962 los cambian: EL Partido Comunista, el
Partido Socialista y la Unión Cívica
desaparecen siendo sustituídos por diferentes alianzas entre las que se
destacan la Unión Popular, el FIDEL y el Partido Demócrata Cristiano comienzan
a jugar un partido que posteriormente conformaran el Frente Amplio. Tambin el
Herrerismo se dividió en sectores comandados por Martín Echegoyen del eje
ruralista y Eduardo Víctor Haedo representado al Herrerismo ortodoxo.
Comienzan, además, lentamente los movimientos guerrilleros. La tormenta con forma
de pérdida de los valores democráticos se estaba formando lentamente sobre la
otrora Suiza de América.
El Partido Colorado dividido entre la 15 dirigida primero
por Luis Batlle y luego por Jorge Batlle. La 14 dirigida por César Batlle
Pacheco que va a fallecer en 1966 y la 99 ahora escindida de la 15 dirigida por
Zelmar Michelini. Por otro lado de la 15
tambíen se fue Amilcar Vasconcellos que funda su propio sector y un grupo de
senadores entre ellos, Carrere Sapriza, Alba Roballo, Glauco Segovia que pasan
a apoyar a Oscar Gestido en la Unión Colorada y Batllista. El panorama para el
batllismo era oscuro. Y de hecho quizás allí fue su último accionar. En 1966,
el batllismo como tal deja de existir para iniciarse, al decir de Yamandú Fau
una batllidad. O sea seguidores de diferentes
parcialidades e interpretaciones
sobre el ser batllista que inexorablemente llevaran a la descomposición del
Partido Colorado devenido en sectores ultraconservadores y otras apreciaciones
de sectores nostálgicos del Uruguay que había sido un laboratorio social.
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